Varios cientos de estudiantes cubanos destrozaron butacas en un teatro y entonaron consignas antigubernamentales luego de que se cancelara la transmisión del partido de fútbol entre los equipos Barcelona y Real Madrid, informaron disidentes el martes.
La fuerte respuesta de las fuerzas de seguridad y de altos funcionarios del gobierno y del Partido Comunista en la ciudad de Santa Clara enfatizó lo insólito de la protesta del lunes, añadieron.
El disidente Guillermo Fariñas informó que de 60 a 80 jóvenes fueron detenidos y luego puestos en libertad. Sus padres fueron convocados más tarde a reuniones en sus escuelas con oficiales de la Seguridad del Estado.
Fariñas y Filiberto del Sol, ambos periodistas independientes de Santa Clara, dijeron que unos 1,500 jóvenes habían pagado tres pesos cubanos para ver el partido Barcelona-Real Madrid en el Teatro Camilo Cienfuegos en el centro de la ciudad.
En lugar de eso, les pusieron un documental cubano, mientras que los parroquianos del aledaño Bar El Tope pagaron el equivalente de unos $5.50 para ver el partido en un televisor de pantalla ancha, informó por teléfono Del Sol desde Santa Clara.
Jóvenes airados destrozaron los asientos y el decorado del teatro. Alrededor de 700 de ellos iniciaron una protesta afuera exigiendo que les devolvieran el dinero y quejándose de que solamente el público que pagaba en dólares podía ver el partido, reportó Del Sol.
Agregó que él fue detenido por la policía poco después de que comenzara la protesta y fue puesto en libertad el martes. Fariñas precisó que recibió la información de boca de varios vecinos que tomaron parte en la manifestación.
Un grupo de 600 a 800 jóvenes comenzó la protesta de 40 minutos entonando ‘‘Queremos ver el fútbol'', pero luego empezaron a gritar "Abajo el socialismo'' y "Abajo Fidel'', según Fariñas.
Los participantes reportaron haber visto 22 carros de policía y decenas de otros vehículos oficiales en la protesta, agregó Fariñas, quien recibió en octubre el Premio Sajarov a la Libertad de Conciencia del Parlamento Europeo.
Altos funcionarios del Partido Comunista y el Ministerio de Interior en esa provincia corrieron al lugar de la protesta, y se reunieron el lunes por la noche para discutir "lo que ellos ven como una peligrosa explosión social'', reportó Fariñas.
Otro residente de Santa Clara, quien pidió conservar el anonimato por miedo a represalias del gobierno, informó por teléfono a El Nuevo Herald que la protesta fue "una gran conmoción, la más grande aquí''.
Fariñas comentó que uno de los jóvenes que participaron en la manifestación le dijo que ‘‘nunca había visto a los policías, siempre prepotentes, tan acobardados''.