Siguió una política económica liberal,[3] combinada con numerosas reformas sociales. Entre sus decisiones más criticadas estuvo la expropiación de Rumasa, un inmenso holding industrial con el argumento de su posible implicación en acciones fraudulentas.,[4] de las que se consideran finalmente probadas diversas falsedades e impagos a la Hacienda Pública y a la Seguridad Social. También fue muy contestado el "plan de empleo juvenil" ideado con el objetivo de que los jóvenes tuvieran un primer empleo y adquirieran experiencia y que originó los contratos "basura", llamados así por su baja remuneración y porque su extinción no daba derecho a prestaciones sociales. Otras medidas muy controvertidas fueron la legalización de las empresas de trabajo temporal ETT con el objetivo de crear empleo aunque este fuera precario y en peores condiciones; el recorte de las prestaciones por desempleo; y el primer "medicamentazo" cuyo objetivo fue ahorrar fondos públicos eliminando la subvención que recibe la prescripción de ciertos medicamentos por parte de la seguridad social.[5] Como consecuencia de esta política sufrió las primeras huelgas generales de la democracia, lo que llevó al distanciamiento de su partido del sindicato Unión General de Trabajadores (UGT), también creado por el fundador del PSOE Pablo Iglesias, y a la ruptura de su amistad con el secretario general del sindicato Nicolás Redondo, su valedor en Suresnes.
Crisis económica de 1993 en España
Sus gobiernos llevaron a cabo una conflictiva reconversión industrial, y la modernización y universalización tanto del sistema educativo español, como del sistema sanitario y de seguridad social, así como una ampliación y modernización de las infraestructuras, financiada mediante un controvertido[cita requerida] aumento de la deuda pública y los Fondos de Desarrollo de la Unión Europea para el período de 1994-1999 con los que la Unión Europea pretende fortalecer la economía de los países más pobres (España, Irlanda, Grecia y Portugal). España percibió mediante este hecho más de la mitad de estos fondos, además será el país de la UE que más dinero reciba del Fondo de Cohesión y, tras Francia, de la PAC.[6]