Durante su última etapa de gobierno se sucedieron los escándalos de corrupción. Además, salió a la luz pública el terrorismo de estado (GAL), en que se vieron involucrados miembros de su gobierno.
Al final de su mandato las condiciones de la economía española eran objetivamente malas: 3,5 millones de parados, 5,5% de déficit público y una deuda de 60 billones de pesetas (360.000 millones de euros).[17] [18] A partir de 1994 el país ya iniciaba una recuperación económica, pasándose de una recesión del 1,1% del PIB en 1993 a un crecimiento económico del 2%. Del mismo modo, el nivel de inflación, que cerró 1993 en el 4,9%, pasó entre 1994 y 1996 al 3,5%. Por su parte, el paro, que en 1994 alcanzaba la tasa del 24%, pasó al final de la presidencia de González a situarse por debajo del 22%.