El legado del 20005
En un blog dedicado a la política, es hora tal vez de contestar la pregunta: ¿cuál ha sido el hecho político más relevante en la Argentina del 2005? El año que pasó en sí presenta una variedad de respuestas posibles: el pago al FMI (aunque éste se hizo técnicamente hoy, 3 de Enero de 2006), las elecciones de octubre, el juicio político a Ibarra, y otros. Yo, sin embargo, me quedaría con la embestida que las fuerzas de oposición realizaron contra el proyecto de reforma del Consejo de la Magistratura, o, más bien, con la foto resultante de esa embestida. Esa foto reunió a Mauricio Macri, Elisa Carrió, Hermes Binner, Claudio Lozano, Ricardo Lopez Murphy, Federico Pinedo y algunos dirigentes radicales; es decir, aunó a prácticamente todas las fuerzas del arco político opositor. (Como nota al pie, cabe preguntarse qué méritos debe haber estado haciendo Lopez Murphy en los últimos meses para que le regalen tal ventana a los medios, luego de su catastrófica derrota). ¿Qué significado tiene esta convergencia? Primeramente, es un hecho positivo: la oposición ha tenido no solamente la capacidad sino la oportunidad efectiva de rechazar una iniciativa del ejecutivo, lo cual es lo normal, común y corriente en una democracia con división de poderes. Secundariamente, demostró que la idea de reorganizar el espectro político argentino de acuerdo a dos ejes puramente ideológicos, “centroizquierda” y “centroderecha”, es, como máximo, una ilusión bienintencionada.
La ciencia política, esa disciplina de tan dudoso status, tiene una termino raro pero útil. El concepto de “clivaje” se usa para denominar el principio fundamental alrededor del cual se estructura, o se divide, el campo político en una comunidad política determinada. Aunque las identidades políticas son siempre más de dos, es un axioma que un campo político tiende a dividirse más o menos binariamente. Hay ejemplos de campos políticos dividios básicamente de acuerdo a clivajes étnicos, religiosos, de clase, o ideológicos. Las democracias de las nuevas naciones de los países de la ex Yugoeslavia tienen a organizarse de acuerdo a los clivajes étnicos, con partidos que representan mayoritariamente a miembros de las diferentes etnías. La división entre partidos políticos que representan a los sunnis y a los shiitas en Irak es un ejemplo de un sistema articulado primordialmente en torno a la religión, y así sucesivamente. La hipótesis evolucionista de la ciencia política enuncia que, cuando las sociedades avanzan, estos clivajes “pre-modernos” (religión y etnía) le dejan paso a una organización más “racional”, en torno a los intereses de clase, primero, y puramente ideológicos, después. Así, un país “avanzado” tendría un sistema político dividido entre “izquierda” (partidos que representan mayoritariamente a la clase trabajadora y defienden postulados sociales progresistas) y de “derecha” o “conservadores” (partidos que representan a la clases medias o propietarias y, en general, desconfían de las reformas sociales hechas de la mano del estado).
Bien. Si esto es la modernidad política, mucho es de temer que la Argentina no advendrá a ella por largo tiempor, porque la foto de Carrió, Macri, Binner y Lozano demostró que en este país hoy el clivaje no es izquierda/derecha ni tampoco su hermanito menor y mas modesto conservadores/progresistas, sino peronismo/antiperonismo. Este, y no otro, es el principio último que limita las relaciones amigo/enemigo y las posibilidades de alianzas y acercamientos políticos. Lo que importa no son tanto las ideologías puras, sino la posición de cada uno frente a la bestia negra de la historia argentina, el peronismo.
Esto ha sido así desde 1945 en adelante, y sigue siéndolo ahora. Como prueba, basta remitirse a las declaraciones maravillosamente sintéticas de Díaz Bancalari, azuzado por Chiche Duhalde a sumarse a la mesa opositora: “No nos juntamos con la oposición no peronista. Somos peronistas, así que eso no va a suceder”.
Esto debería ser, por otra parte, la oportunidad para el entierro de la idea de transversalidad. Si el kirchnerismo piensa que va a poder atraer y conservar en sus filas a aquellos que provienen de la “izquierda” o el “progresismo”, se equivoca. No ha habido en los últimos cincuenta años más rabiosos antiperonistas que los de la izquierda, como quedó ampliamente demostrado por la participación o apoyo del comunismo en la Unión Democrática y en cuánto golpe de estado hubo en este país. La idea de que Carrió es de centroizquierda ya de por sí causa estupor, pero aún así, es mucho mayor su antiperonismo que su progresismo, y lo mismo vale para el radicalismo.
Esto no significa que el gobierno no pueda llevar adelante políticas públicas progresistas, o de izquierda, o cómo le quieran llamarle. Tampoco significa que algunas personas de otras fuerzas se conviertan, para decirlo así, al peronismo. Pero tal transformación será una transformación llevada adelante desde el peronismo y usando fundamentalmente el capital político de ese partido. Mejor les vale y tiene más sentido apuntar a transformar al peronismo, que intentar cambiar la lógica fundamental del sistema argentino según la sola voluntad.
Para finalizar, un último comentario sobre la derecha. Hoy por hoy lo interesante es que la derecha tradicional es menos, no más, antiperonista que la izquierda. Esto queda revelado en la incomodidad de Macri, que duda entre revelarse antiperonista furioso o pedir la ficha de afiliación.
Tal fue, por supuesto, el logro del menemismo. El menemismo le otorgó en bandeja de plata y a cambio de unos pocos dólares a la derecha el aparato, la estructura y el poder que aún hoy están corporizados en el peronismo. Una democracia puramente de nombre, articulada alrededor de un peronismo que podía mantener a las masas contenidas y tenia el capital electoral para llevar adelante las políticas que los sectores financieros y de capital querían: es esta, no una democracia liberal republicana de perfectas formas, es lo que añoran tanto los Broda como los Morales Solá.
Esta entrada fue publicada por Maria Esperanza el Tuesday 3 dUTC January dUTC 2006 a las 6:36 pm y está archivada en A-Z. Podés dejar un comentario, o un trackback desde tu sitio.
October 7th, 2008 11:35
Amigos argentinos, les escribo desde Chile. Les doy las gracias porque me han aclarado el concepto de clivajes, que según ustedes habría sido acuñado desde la Ciencia Política. Interesante concepto lo busqué hoy en la WEB ya que no aparece en el diccionario de la RAE. Lo ha epleado en ua reciente entrveista el exPresidente ricardo lagos en Chile. Sin embargo sería interesante acotar que -tal como acontece cvon otros conceptos interesantes como RESILIENCIA, por ejemplo que emlea profusamente la sicología-tienen su origen en la f
ísica o química. En efcto el concepto de clivaje alude a una cierta característica de de determinados minerales. Por cierto, muy apropiado el análisis del concepto a la realidad argentina.En lo quese refiere a Chile estamos transitando hacia la evolución del concepto, pues si claramente se distinguen que es ideológico.
Saludos
October 7th, 2008 11:38
Amigos argentinos, les escribo desde Chile. Les doy las gracias porque me han aclarado el concepto de clivajes, que según ustedes habría sido acuñado desde la Ciencia Política. Interesante concepto lo busqué hoy en la WEB ya que no aparece en el diccionario de la RAE. Lo ha empleado en una reciente entrevista el ex Presidente Ricardo Lagos en Chile. Sin embargo, sería interesante acotar que -tal como acontece con otros conceptos interesantes como RESILIENCIA, por ejemplo, que emplea profusamente la sicología-tienen su origen en la física o química. En efecto, el concepto de clivaje alude a una cierta característica de determinados minerales. Muy apropiado el análisis del concepto a la realidad argentina. En lo que se refiere a Chile estamos transitando hacia la evolución del concepto, puesclaramente se distinguen que es ideológico.
SaludosP.D.: Ahora si que quedó más ordenado el e-mail para ser publicado. Lo corregí.
July 7th, 2010 22:30
la palabra clivaje no está en el diccionario.
¿qué nos autoriza inventar nuevas palabras?
¿cómo se define?
¿quién la define?
¿por qué su importancia para el análisis político?
http://labarbarie.com.ar/2006/el-2005-y-sus-clivajes/