Día Internacional de los Derechos Humanos
José Salguero Duarte Jueves 10 diciembre 2009 http://salgueroduarte.artelista.com/ http://josesalguerod.blogspot.com/
El 10 de diciembre de 1948, la Asamblea General de las Naciones aprobó la Declaración Universal de los Derechos Humanos. Por consiguiente el viernes 10 de diciembre de 2010, se cumplen sesenta y dos años de dicha proclamación. Pero desde sus inicios y hasta la fecha tanto el preámbulo como los treinta artículos que la componen, lamentablemente no han tenido la difusión deseable.
Pero, desde esta ventana a la libertad de expresión que me concede el Diario Área (decano de los periódicos del Campo de Gibraltar), aporto mi modesta información difundiendo la base de nuestros derechos, ya que el desconocimiento y el menosprecio de los derechos humanos originan: “actos de barbarie ultrajantes para la conciencia de la humanidad”.
Debemos ser conocedores, estimados lectores, que el espíritu plasmado en la Declaración de los Derechos Humanos es que “los seres humanos nacemos libres en igualdad de condiciones, dignidad y derechos. Y dotados como estamos de razón y conciencia debemos comportarnos fraternalmente los unos con los otros”.
Por lo tanto, toda persona tiene todos los derechos y libertades proclamados en la Declaración Universal de los Derechos Humanos sin distinción de raza, color, sexo, religión, opinión política o de cualquier otra índole, origen nacional o social, posición económica, nacimiento o en cualquier otra situación.
Y por ello, todo individuo según esta Declaración Universal, tiene derecho a la vida, a la libertad, a la seguridad de su persona, sin que nadie pueda ser sometido a esclavitud, servidumbre, torturas ni a penas o tratos crueles, inhumanos y degradantes.
Tampoco podrá ser arbitrariamente detenido, preso ni desterrado. Y ni será objeto de ingerencias arbitrarias en su vida privada, su familia, su domicilio o su correspondencia, ni de ataques a su honra o a su reputación.
Además, toda persona acusada de un delito tiene derecho a su presunción de inocencia mientras no se pruebe su culpabilidad. Y a ser oída públicamente por un tribunal independiente e imparcial.
En cuanto a la libre circulación se tiene derecho a salir de cualquier país, incluso del propio y a regresar. A la libertad de pensamiento, opinión y de expresión. Este derecho incluye el de no ser molestado a causa de sus opiniones, el de poderlas difundir sin limitación de fronteras, por cualquier medio de expresión.
Toda persona tiene derecho a la reunión pacífica, a la seguridad social, al trabajo sin discriminación alguna y a una remuneración equitativa y satisfactoria que asegure así como a su familia, una existencia conforme a la dignidad humana y que será completada, en caso necesario, por cualquier otro medio de protección social.
La Declaración Universal de los Derechos Humanos en los artículos 24º y siguiente viene escrito también, que toda persona tiene derecho al descanso, al disfrute del tiempo libre, a una limitación razonable del trabajo y a unas vacaciones periódicas pagadas.
A un nivel de vida adecuado que le asegure así como a su familia la salud, el bienestar y, en especial la alimentación, el vestido, la vivienda, la asistencia médica, los servicios sociales necesarios. Se tiene derecho a seguros en caso de desempleo, enfermedad, invalidez, viudez, vejez u otros casos de pérdida de sus medios de subsistencia por circunstancias independientes a su voluntad…
En bastantes países del mundo salta a diario a la opinión pública, hechos deleznables atentando contra la dignidad humana. Y, según la memoria anual de 2009 de Amnistía Internacional, “continuaron denunciándose…casos de torturas y otros malos tratos, con un componente racista a manos de funcionarios encargados de hacer cumplir la ley”.
Pero, afortunadamente para la humanidad, Amnistía Internacional y otros entes y personas libres. Permanecemos vigilantes denunciando toda clase de torturas, extralimitaciones y abusos que se producen no sólo en España sino en cualquier rincón del planeta.
Una de esas personas fue la periodista y activista por los derechos humanos, Anna Politkovskaya, asesinada el 7 de octubre de 2006 vilmente por investigar crímenes rusos cometidos en Chechenia, siendo el presidente de Rusia por entonces Vladimir Putin.
Y a ella le dediqué mi pintura al óleo sobre lienzo de 40 x 80 cm. titulado Censura, porque cuando me enteré de su asesinato, me encontraba pintando y al estremecerme los pinceles y el alma se me apagó la luminosidad en que me encontraba y creé esa obra. Dicha pintura la cedí al Ateneo José Román de Algeciras presidido por Juan Emilio Ríos, donde permanece colgada en unas de las paredes de la sede del ateneo. |