Desde el lunes último un despacho de EFE, desde Atlanta, es titular en El Nuevo Herald: “Hostigamiento escolar puede llegar a ser fatal para menores”.
Textualmente se dice:” Dos recientes casos de suicidios entre menores en Estados Unidos pone en evidencia las trágicas consecuencias que puede tener el hostigamiento en la escuela, en inglés bullying, de no ser detectado y detenido a tiempo.
“El suicidio de Jaheem Herrera, de 11 años, hace unas semanas en Atlanta, que se ahorcó en su habitación luego de presuntamente ser objeto de acoso por sus compañeros de escuela; así como el de Carl Joseph WalkerHoover, también de 11 años, que se suicidó en Massachussetts el mes pasado, son sólo dos tristes ejemplos de lo grave de esta situación.
'Las consecuencias del acoso escolar pueden ser muy serias, tanto que pueden hacer que un menor acosado contemple la posibilidad del suicidio o se suicide', dijo a Efe Stephanie Bryn, directora de la oficina de Prevención de Lesiones y Violencia de la Administración de Servicios y Recursos de Salud (HRSA)”.
(http://www.elnuevoherald.com/noticias/Sur_de_la_Florida/story/452588.html?addcomment=true;#recent_comm)
En la información se argumenta que el fenómeno no solo esta presente en las escuelas, sino también en la comunidad y por Internet (cyberbullying), e incluso se habilitó la página http://stopbullyingnow.hrsa.gov /kids/ para dar consejos a los padres ante indicios de asedio a menores.
Lo mas preocupante del caso es que este fenómeno no es exclusivo de un Estado de la unión, sino que está presente en el 30 por ciento de los adolescentes de esa nación, es decir, en unos 5.7 millones.
Según un reporte de 2000 del National Center for Injury Prevention and Control (http://www.cdc.gov/ncipc/factsheets/suicidio.htm), el suicidio era en los Estados Unidos la tercera causa más importante de muerte entre jóvenes de 15 a 24 años de edad.
Pero el acoso puede tener más de un motivo y uno de ellos es el sexual. En la página digital de Amnistía Internacional, con fecha de marzo de 2008, se reconoce que según “un estudio realizado en Estados Unidos también se mostró que, en las escuelas públicas, el 83 por ciento de las niñas de octavo a undécimo curso (de entre 12 y 16 años) sufrían alguna forma de acoso sexual. Muy a menudo se pasan por alto insinuaciones sexuales agresivas e inadecuadas de los niños en las escuelas con el argumento de que “son cosas de chicos”. Este tipo de conductas a menudo no se denuncia ni se castiga, y así se envía el mensaje de que la violencia contra las mujeres y las niñas es algo aceptable y que la agresión masculina es algo normal”.
(http://www.es.amnesty.org/noticias/noticias/articulo/las-ninas-son-victimas-de-hostigamiento-acoso-sexual-y-abusos-en-escuelas-de-todo-el-mundo/)
Cuando uno tiene acceso a esa realidad que también se manifiesta en países de la Unión Europea, uno se pregunta:- ¿Y qué pasa en Cuba?. La educación en Cuba está por perfeccionarse en busca de la calidad en su proceso docente educativo donde sea más activa la interrelación alumno –profesor en busca del conocimiento a través d e las herramientas más adecuadas y donde el dominio de las materias vaya aparejada con la formación de valores dignos de un hombre, o mujer, que tiene como reto desarrollar una revolución social socialista. Y en ese complejo proyecto donde están presente la ausencia de recursos materiales para hacer más efectiva el enseñar y el educar, y donde resulta imprescindible una superior preparación de los docentes, uno observa que aún así la familia está tranquilidad cuando sus hijos asisten a la escuela a partir de la Primaria. El acoso no es una realidad, ni una generalidad, aunque puede darse algún caso, y menos por sexo o para el consumo de drogas. La escuela cubana, en todos sus niveles de enseñanza está libre de esa pesadilla que transita todos los días por los colegios de los Estados Unidos. Esta situación nadie la puede ocultar.