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Por tres votos...
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Credito: Archivo
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Roma, diciembre 14 - La Cámara de Diputados de Italia respaldó este martes la gestión del primer ministro Silvio Berlusconi al rechazar por diferencia de tres votos las dos mociones impulsadas por la oposición que pudieron haberlo sacado del poder. Tras la decisión las manifestaciones en contra se han intensificado en las principales calles del país.
Las dos mociones, una de censura y otra de confianza, que se votaron de forma conjunta en la Cámara Baja, fracasaron al obtener 314 en contra, 311 votos a favor y 2 abstenciones. Dos horas antes, el Senado ya había manifestado su confianza al líder italiano.
En total participaron 627 de los 630 diputados que conforman la Cámara Baja y que pusieron fin a las expectativas de miles de ciudadanos italianos que adversan al primer ministro y de representantes de organizaciones políticas como el Partido Demócrata (PD) la principal fuerza de oposición del país.
Luego del resultado con el cual Berlusconi asegura su estancia en el poder de Italia, el dirigente del PD, Massimo D'Alema declaró a medios de comunicación que el premier se confirma como un "hacedor de corrupción de la cosa pública" y subrayó que "con tres votos no se gobierna".
La pasada semana el líder de Italia de los Valores (IDV), el ex fiscal Antonio Di Pietro denunció la compra de votos por parte del Primer Ministro para garantizar el rechazo a la moción de censura que lo hubiese alejado del cargo.
Mientras tanto, decenas de miles de estudiantes se desplegaron por las calles de todo el país para protestar contra la gestión de Berlusconi por una reforma de las universidades.
La Policía arremetió duramente contra los cientos de jóvenes que estaban ante la sede del Senado y la Plaza Venezia, con un resultado de varios heridos y otros retenidos por las fuerzas de seguridad.
En Palermo, Sicilia (sur) más de 500 jóvenes se apostaron frente al aeropuerto de la ciudad en tanto que otros bloqueron la pista de aterrizaje para desplegar una pancarta que rezaba "Bloqueemos todo, que se vayan todos". Otros en cambio, optaron por paralizar el tráfico ferroviario.
Por su parte, medio centenar de estudiantes se presentaron en la sede de la Bolsa en Milán (norte).
En ciudades como Cagliari (norte) y Bari (sur), las protesta causaron bloqueos momentáneos en algunas calles.
En algunas de las consignas que gritaban los jóvenes exclamaban que "nuestra hambre de cultura se lo tragará (todo), fuera la dictadura" o "vosotros, una casta escandalosa, nosotros, una mayoría ruidosa".
El lunes, un día antes de celebrarse las elecciones en el Parlamento, Silvio Berlusconi había ofrecido en el Senado sellar un pacto de Gobierno con los sectores moderados y de centro, incluso con su ex aliado de derecha, Gianfranco Fini, ante la posibilidad de perder el apoyo en la Cámara.
El trato se basaba en unir las fuerzas moderadas "por el bien de Italia" para permitir al Ejecutivo culminar la gestión hasta 2013, fecha que parecía improbable en vista de la pérdida de apoyo que durante los últimos meses ha manifestado el premier y el descontento de los italianos por sus reformas.
Miles de italianos se concentraron el sábado procedentes de distintos puntos del país para marchar contra el Gobierno de Silvio Berlusconi, convocados por el Partido Demócrata a días de las elecciones en el Parlamento.
Los manifestantes marcharon de manera pacífica bajo el eslogan "Con la Italia que quiere cambiar" desde dos espacios estratégicos de Roma, donde recorrieron varias calles y se encontraron ante la Basílica de San Juan de Letrán de Roma.
Silvio Berlusconi perdió la mayoría en la Cámara de Diputados durante el verano pasado luego de la división del partido Pueblo de la Libertad (PDL) el grupo parlamentario Futuro y Libertad (FLI), liderado por su ex aliado Gianfranco Fini, tras su expulsión de la formación gobernante.
El mes pasado, el presidente de la Cámara de Diputados de Italia, Gianfranco Fini, amenazó con salir de su cargo, junto con sus ministros, si el primer ministro de la nación, Silvio Berlusconi, no renunciaba por la crisis en la que está sumida la nación.