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De: Ruben1919  (Mensaje original) Enviado: 24/12/2010 16:12
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¿Donde estaba el PO en la dictadura? En Brasil

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Julio Piumato: “Carlos Fayt expresa un pensamiento retrógrado que defendió toda su vida”
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El titular del gremio de los judiciales y secretario de Derechos Humanos de la CGT habló de todo y todos en una exclusiva con Política Argentina. La Corte Suprema, un trabajador como futura alternativa a nivel nacional, la oposición, la izquierda en la dictadura y la relación de Pino Solanas con el Grupo Clarín.

“No descartemos que en algún momento, una trabajadora o un trabajador lleguen a la presidencia de la Nación. Si pudo pasar en Brasil, con un movimiento sindical sin la historia y la trayectoria de la Argentina, esto puede pasar en nuestro país”, afirma el titular del gremio de los judiciales, Julio Piumato. Secretario de Derechos Humanos de la CGT y un afiliado a la resistencia, Piumato es uno de esos dirigentes que se aferran al pragmatismo para defender las causas de los movimientos populares. Así lo demuestra con su sempiterno tono monocorde, salvo cuando se le menciona al vicepresidente de la Nación, Cleto Cobos: “Es un mamarracho”.

-¿Por qué cree que antes del 10 de diciembre la llamada oposición dura clamaba por debates prolongados y rigurosos, y cuando llegó el momento abrazaron la bandera del “cueste lo que cueste”, del exitismo?

-El discurso está claro que lo adaptan a la circunstancia, porque no se animan a explicitar lo que quieren hacer de la Argentina, ya que si lo dicen les va a dar la espalda el conjunto del pueblo. Además, hay que reconocer que no son ellos, sino que son las marionetas de los poderes económicos nacionales y transnacionales, que vienen en las últimas décadas frustrando las posibilidades de los argentinos de vivir con dignidad y hacer un pueblo feliz, en una patria soberana.

A Piumato se lo nota exasperado, lo que lo lleva a referirse a esos espacios con términos de vitupero: “¿Grupo A se llaman? Yo les diría Gripe A, porque el problema que tienen es que si nos agarra descuidados a los argentinos nos mata. Afortunadamente estamos preparados y la Argentina sigue adelante”. Y amplía: “Esas fuerzas políticas negaron algo muy sencillo: mayor salario, más consumo; más consumo, más ventas en los comercios; más ventas en los comercios, más producción; más producción, más empleo. Esto tan sencillo es el ABC de la fórmula que aplicó el Gobierno, garantizando un superávit fiscal y en la balanza comercial, que genera solidez frente a cualquier intento de golpe financiero, como los hubo en estos años en la Argentina”.

-Usted recién mencionaba a UNASUR ¿Cree que se debe a cosas como estas el crecimiento en las encuestas? ¿A virtudes propias o a errores ajenos?

-Creo que por ambas cosas. Si nosotros tenemos en cuenta lo que la Argentina creció del 2003 a la fecha, Cristina Fernández, en 2007, tendría que haber ganado por el 70 por ciento de los votos. Si no sacó ese porcentaje fue por ese accionar de los grupos mediáticos distorsionando la realidad argentina y también por los errores del Gobierno en la forma de comunicar.

-Pero en 2007 esta guerra entre el Gobierno y los grupos mediáticos no estaba plasmada.

-Pero tampoco se destacaban los logros. Te equivocás, porque hubo toda una campaña con el tomate y la papa en las tapas de los diarios, y hubo una ofensiva por parte de los medios de erosionar a Cristina y tratar de llevarla a segunda vuelta. Cuando, un mes antes, se dieron cuenta que era imposible, trataron de engordar a (Elisa) Carrió que era la única que podía acortar el camino de lo que hubiera sido una paliza mucho más grande, y a la vez instalar la inflación como un tema que iba a ser de la agenda del próximo Gobierno. Y ahí fue todo el mamarracho del tomate a 20 pesos, que dos días después de la elección había bajado milagrosamente a dos. Falta todavía el reconocimiento a la compañera Cristina Kirchner, porque ella llevó con coraje una etapa muy difícil de este proceso. Y creo que, así como ha generado el amor de millones, todavía merece el reconocimiento de quienes con facilidad se volcaron al agravio sin darse cuenta que estaban siendo manipulados por un flautista de Hamelín poderoso, que en lugar de flauta tenía una corneta.

-¿No cree que desde el oficialismo se debería tomar una postura diferente frente al espacio de Fernando Ezequiel Solanas, aunque más no sea por motivos meramente electorales?

-No hago alquimias electorales. A Solanas, si vos entrás por facebook, o donde te parezca, hay muchísima gente que se arrepiente de haberlo votado. Esa gente se engañó. Pero Solanas, en sí mismo, es un pavo real, un agente de los grupos que representa. Cuando fue la ley de Medios, alguien que fue su secretario muchos años, cuando era diputado nacional en la época del menemismo, decía que a Solanas lo había sancionado Clarín, no le publicaba nada y él fue casi a bajarse los pantalones en una audiencia con (Héctor) Magnetto, a pedirle disculpas, y a partir de ahí le empezaron a publicar.

-Pero en la última elección logró un apoyo significativo que le descontó varias adhesiones al macrismo.

-Está claro que fue el caballito de batalla del multimedios para instalarlo en la Capital Federal, y para evitar que la caída de imagen de Macri, fuera capitalizada por el crecimiento de la alternativa que representaba al Gobierno nacional en la elección. Acostumbrado a los sets de filmación, Solanas se cree que la política argentina es una película y esto es mucho más serio. Quien se abraza con los enemigos históricos del pueblo, no tiene retorno. Repito algo que dijo (Eduardo) Aliverti, durante el conflicto por la 125: “Mí límite es la sociedad rural”. Y Solanas no tiene límites.

-Usted ha hablado de la instalación del miedo como caballito de batalla. Ahora barajaban que puede haber un atentado contra Cobos.

-Quieren cambiar la agenda. Tienen mucho miedo del crecimiento y el fortalecimiento del campo nacional y popular. ¿Entonces qué hacen? Como manejan los medios, instalan el miedo en la sociedad, se victimizan, como una forma de embarrar la cancha y no discutir. ¿Pero quién le va a hacer algo a Cobos? ¡La mujer, puede que le haga algo!

El secretario general de Derechos Humanos de la CGT relata un episodio que tuvo nula difusión en los medios de la Capital: “Moyano en el acto de Córdoba, por los procesamientos de Luz y Fuerza, denunció la falta de respeto a la libertad sindical del multimedio, que sigue sin aceptar la adhesión de la justicia a delegados gráficos de artes graficas rioplatenses, para reincorporarlos a la empresa. Y dos representantes que querían ser delegados de una comisión interna de TN y los echaron cuando estaba el proceso de elección, que la justicia ordenó, en primera y segunda instancia, reincorporarlos y el Grupo Clarín no lo ha hecho. Y esas cosas no salen en ningún lado”.

-Usted habla sobre libertad sindical, ¿por qué no otorgarle la personería gremial a la CTA?

-Creo que es un error. Lo de la CTA nace en una Argentina donde se discutía cómo enfrentar al neoliberalismo, donde había ciertos dirigentes de algunos gremios que tenían controlada a la CGT, que se negaban. En aquel momento que los compañeros hayan pensado que había que buscar otro camino era entendible. Nosotros siempre nos negamos y dijimos que nuestro objetivo era recuperar a la CGT para los trabajadores y el peronismo para los peronistas, y lo hicimos ¿A quién le interesó históricamente dividir al movimiento sindical? A los factores económicos. Hoy, en el mundo, el sindicalismo se está uniendo: la CSI (NdeR: Central Sindical Internacional). Entonces, lo lógico es que discutiéramos la unidad. Acá hay un objetivo desde hace 50 años que es destruir al modelo sindical argentino, y cuando el sindicalismo estuvo unido en Argentina fueron los mejores momentos para los trabajadores.

-¿Qué importancia tiene el lanzamiento de la Corriente Nacional del Sindicalismo Peronista?

-Trascendente. Es la maduración de una idea de lo que te dije antes: “Recuperemos a la CGT, para recuperar el peronismo”. Los trabajadores tienen una importancia fundamental, porque son los que le generan las riquezas a la Nación. Y somos el sostén de este modelo que llevan adelante Cristina y Néstor. Y, además, la responsabilidad que hemos demostrado todos los dirigentes sindicales en la recuperación salarial.

-Estuvo preso casi todo el período dictatorial. En razón a esto, ¿qué opina de los que aseguran que el Gobierno se “apropia” de los juicios a los represores?

-Te lo dice (Carlos) Barragán: “Somos todos boludos”. Es un mamarracho, es el ridículo de los que quedan sin bandera. Porque acá hay una cuestión: los que se apropiaron de los Derechos Humanos fueron los grupitos de izquierda. La dictadura militar vino contra los trabajadores, que estuvieron a la vanguardia de la resistencia contra el régimen dictatorial. Fue la única organización libre del pueblo que quedó en pie en la Argentina. Se resistió de la manera que se pudo. Lo único organizativo que surgió, como consecuencia de la dictadura militar, fueron las Madres de Plaza de Mayo. Fijate hoy: tanto las Madres y Abuelas, como la CGT reivindican las políticas de Derechos Humanos del Gobierno. Ahora, los que dicen que el Gobierno se aprovecha, ¿dónde estaban en esa época? Te puedo hablar de casos individuales, lo he escuchado a (Marcelo) Parrilli y a (Luis) Zamora, pero como abogados. Cuando estaba preso, yo sabía que ellos se ocupaban, y es importante ese acto individual. Pero ninguna fuerza política resistió a la dictadura. Los trotskos que hablan estaban exiliados en Brasil, como (Jorge) Altamira, (Néstor) Pitrola; todos se rajaron rápido. Sin haber tenido un protagonismo en la resistencia durante la dictadura se apropiaron de algo, con esa capacidad que tiene la izquierda festiva argentina de no ser sujeto de las transformaciones de las revoluciones pero después pretender apropiarse de sus cuestiones.

-Los militantes que tuvieron que irse del país fue porque eligieron la lucha armada, no por otro motivo.

-No todos, los trotskistas no, el Partido Obrero tampoco.

-Muchos de ellos, sí. El ERP, es un caso.

-Yo no hablo del trotskismo del ERP, que eran combatientes. Te hablo de Política Obrera, que ahora es el Partido Obrero. Era lo que quedaba del PST. Además, con las políticas erradas que tenían, a los militantes de base se los chuparon a todos.

-El desmantelamiento del aparato represor en las fuerzas de seguridad es una de las tantas cuentas pendientes del oficialismo. ¿Cuál cree que es usted?

-Que la justicia social llegue a los sectores que más lo necesitan. La extensión de la asignación fue un paso; las cooperativas de trabajo son una herramienta. Nosotros siempre decimos que el tiempo social es distinto que el político y eso se ha entendido desde el Gobierno y esperemos que se profundicen esas medidas para que no haya argentino que no se vea beneficiado por esta recuperación económica. Nosotros como peronistas decimos que el objetivo es la felicidad del pueblo y la grandeza de la patria. Pero Perón planteaba que lo primero era que el pueblo fuera feliz, porque la grandeza de la Nación la vamos haciendo de a poco. Segundo, una reforma impositiva, es una asignatura pendiente, incluida la reforma de la carta orgánica del Banco Central

-¿Es cierto que la reforma impositiva saldrá este año?

-No sé, nosotros estamos elaborando algunas cosas que le vamos a proponer a la Presidenta.

-¿El INDEC? Es algo relativamente sencillo y que genera un gran malestar.

-Son herramientas, igual que el Consejo de la Magistratura. A mí me importan las razones para que haya inflación en la Argentina, no lo que pasa con el INDEC. Cuando (Domingo) Cavallo cambió todo el organismo nadie dijo nada, porque los medios no agraciaron con eso. Entonces, la gente se moría de hambre, pero estaba todo bien porque no aumentaban los cruceros al Caribe. Ojalá que tengamos un INDEC que sea más creíble para todos, pero ¿lo va a ser si dice lo que la oposición quiere que se diga? Este es un debate fundamental. Porque dicen: “El INDEC no mide”. ¿Queremos inflación acá? ¿Instalar eso como tema de agenda para usar el factor psicológico? Si no se busca eso, en vez de pegarle al INDEC tenemos que hablar de qué razones hay para que haya inflación.

-¿Está de acuerdo con las declaraciones de Carlos Kunkel con respecto a los jueces de la Suprema Corte?

-Para mí está claro, por lo que dice la Constitución, que la Corte no puede hacer una norma para sí misma. Las normas no están para favorecer a las personas. Pero estoy de acuerdo con el tema de la evaluación periódica. Nadie sabe cómo llegaron a ser jueces y con esa evaluación quedarían al descubierto. Lo que veo es que acá también hay una doble medida. Porque los jueces pueden estar el tiempo que quieran, pero los empleados cumplen la edad de jubilarse y los jubilan de oficio. Se usa la Ley y la Constitución de acuerdo a la conveniencia del interesado. Si esto lo hiciera el Gobierno –manipular la Constitución- ¡imaginate lo que sería la repercusión!

-También hubo cruces con Carlos Fayt

-Que venció el plazo de la Constitución está claro, en eso no discrepo con Kunkel, pero lo que expresa Fayt es un pensamiento retrógrado que defendió toda su vida. Acompañó todo el proceso neoliberal de los ‘90 desde la Corte y hoy se horroriza con que el peronismo haya llegado a conducir los destinos de la Nación. Y si la corporación saltó como si le hubieran pateado el hormiguero es porque algo están ocultando. Porque yo te puedo decir que conozco jueces que son aptos y no tienen ningún inconveniente en que los evalúen; porque no tienen nada que ocultar. Ahora, el que llegó de prestado a la magistratura…


http://www.politicargentina.com/entrevistas/684-julio-piumato-carlos-fayt-expresa-un-pensamiento-retrogrado-que-defendio-toda-su-vida
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    De: Ruben1919 Enviado: 25/12/2010 17:14

    ¿Donde estaba el PO en la dictadura? En Brasil

    pst y po argentina

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    Julio Piumato: “Carlos Fayt expresa un pensamiento retrógrado que defendió toda su vida”
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    El titular del gremio de los judiciales y secretario de Derechos Humanos de la CGT habló de todo y todos en una exclusiva con Política Argentina. La Corte Suprema, un trabajador como futura alternativa a nivel nacional, la oposición, la izquierda en la dictadura y la relación de Pino Solanas con el Grupo Clarín.

    “No descartemos que en algún momento, una trabajadora o un trabajador lleguen a la presidencia de la Nación. Si pudo pasar en Brasil, con un movimiento sindical sin la historia y la trayectoria de la Argentina, esto puede pasar en nuestro país”, afirma el titular del gremio de los judiciales, Julio Piumato. Secretario de Derechos Humanos de la CGT y un afiliado a la resistencia, Piumato es uno de esos dirigentes que se aferran al pragmatismo para defender las causas de los movimientos populares. Así lo demuestra con su sempiterno tono monocorde, salvo cuando se le menciona al vicepresidente de la Nación, Cleto Cobos: “Es un mamarracho”.

    -¿Por qué cree que antes del 10 de diciembre la llamada oposición dura clamaba por debates prolongados y rigurosos, y cuando llegó el momento abrazaron la bandera del “cueste lo que cueste”, del exitismo?

    -El discurso está claro que lo adaptan a la circunstancia, porque no se animan a explicitar lo que quieren hacer de la Argentina, ya que si lo dicen les va a dar la espalda el conjunto del pueblo. Además, hay que reconocer que no son ellos, sino que son las marionetas de los poderes económicos nacionales y transnacionales, que vienen en las últimas décadas frustrando las posibilidades de los argentinos de vivir con dignidad y hacer un pueblo feliz, en una patria soberana.

    A Piumato se lo nota exasperado, lo que lo lleva a referirse a esos espacios con términos de vitupero: “¿Grupo A se llaman? Yo les diría Gripe A, porque el problema que tienen es que si nos agarra descuidados a los argentinos nos mata. Afortunadamente estamos preparados y la Argentina sigue adelante”. Y amplía: “Esas fuerzas políticas negaron algo muy sencillo: mayor salario, más consumo; más consumo, más ventas en los comercios; más ventas en los comercios, más producción; más producción, más empleo. Esto tan sencillo es el ABC de la fórmula que aplicó el Gobierno, garantizando un superávit fiscal y en la balanza comercial, que genera solidez frente a cualquier intento de golpe financiero, como los hubo en estos años en la Argentina”.

    -Usted recién mencionaba a UNASUR ¿Cree que se debe a cosas como estas el crecimiento en las encuestas? ¿A virtudes propias o a errores ajenos?

    -Creo que por ambas cosas. Si nosotros tenemos en cuenta lo que la Argentina creció del 2003 a la fecha, Cristina Fernández, en 2007, tendría que haber ganado por el 70 por ciento de los votos. Si no sacó ese porcentaje fue por ese accionar de los grupos mediáticos distorsionando la realidad argentina y también por los errores del Gobierno en la forma de comunicar.

    -Pero en 2007 esta guerra entre el Gobierno y los grupos mediáticos no estaba plasmada.

    -Pero tampoco se destacaban los logros. Te equivocás, porque hubo toda una campaña con el tomate y la papa en las tapas de los diarios, y hubo una ofensiva por parte de los medios de erosionar a Cristina y tratar de llevarla a segunda vuelta. Cuando, un mes antes, se dieron cuenta que era imposible, trataron de engordar a (Elisa) Carrió que era la única que podía acortar el camino de lo que hubiera sido una paliza mucho más grande, y a la vez instalar la inflación como un tema que iba a ser de la agenda del próximo Gobierno. Y ahí fue todo el mamarracho del tomate a 20 pesos, que dos días después de la elección había bajado milagrosamente a dos. Falta todavía el reconocimiento a la compañera Cristina Kirchner, porque ella llevó con coraje una etapa muy difícil de este proceso. Y creo que, así como ha generado el amor de millones, todavía merece el reconocimiento de quienes con facilidad se volcaron al agravio sin darse cuenta que estaban siendo manipulados por un flautista de Hamelín poderoso, que en lugar de flauta tenía una corneta.

    -¿No cree que desde el oficialismo se debería tomar una postura diferente frente al espacio de Fernando Ezequiel Solanas, aunque más no sea por motivos meramente electorales?

    -No hago alquimias electorales. A Solanas, si vos entrás por facebook, o donde te parezca, hay muchísima gente que se arrepiente de haberlo votado. Esa gente se engañó. Pero Solanas, en sí mismo, es un pavo real, un agente de los grupos que representa. Cuando fue la ley de Medios, alguien que fue su secretario muchos años, cuando era diputado nacional en la época del menemismo, decía que a Solanas lo había sancionado Clarín, no le publicaba nada y él fue casi a bajarse los pantalones en una audiencia con (Héctor) Magnetto, a pedirle disculpas, y a partir de ahí le empezaron a publicar.

    -Pero en la última elección logró un apoyo significativo que le descontó varias adhesiones al macrismo.

    -Está claro que fue el caballito de batalla del multimedios para instalarlo en la Capital Federal, y para evitar que la caída de imagen de Macri, fuera capitalizada por el crecimiento de la alternativa que representaba al Gobierno nacional en la elección. Acostumbrado a los sets de filmación, Solanas se cree que la política argentina es una película y esto es mucho más serio. Quien se abraza con los enemigos históricos del pueblo, no tiene retorno. Repito algo que dijo (Eduardo) Aliverti, durante el conflicto por la 125: “Mí límite es la sociedad rural”. Y Solanas no tiene límites.

    -Usted ha hablado de la instalación del miedo como caballito de batalla. Ahora barajaban que puede haber un atentado contra Cobos.

    -Quieren cambiar la agenda. Tienen mucho miedo del crecimiento y el fortalecimiento del campo nacional y popular. ¿Entonces qué hacen? Como manejan los medios, instalan el miedo en la sociedad, se victimizan, como una forma de embarrar la cancha y no discutir. ¿Pero quién le va a hacer algo a Cobos? ¡La mujer, puede que le haga algo!

    El secretario general de Derechos Humanos de la CGT relata un episodio que tuvo nula difusión en los medios de la Capital: “Moyano en el acto de Córdoba, por los procesamientos de Luz y Fuerza, denunció la falta de respeto a la libertad sindical del multimedio, que sigue sin aceptar la adhesión de la justicia a delegados gráficos de artes graficas rioplatenses, para reincorporarlos a la empresa. Y dos representantes que querían ser delegados de una comisión interna de TN y los echaron cuando estaba el proceso de elección, que la justicia ordenó, en primera y segunda instancia, reincorporarlos y el Grupo Clarín no lo ha hecho. Y esas cosas no salen en ningún lado”.

    -Usted habla sobre libertad sindical, ¿por qué no otorgarle la personería gremial a la CTA?

    -Creo que es un error. Lo de la CTA nace en una Argentina donde se discutía cómo enfrentar al neoliberalismo, donde había ciertos dirigentes de algunos gremios que tenían controlada a la CGT, que se negaban. En aquel momento que los compañeros hayan pensado que había que buscar otro camino era entendible. Nosotros siempre nos negamos y dijimos que nuestro objetivo era recuperar a la CGT para los trabajadores y el peronismo para los peronistas, y lo hicimos ¿A quién le interesó históricamente dividir al movimiento sindical? A los factores económicos. Hoy, en el mundo, el sindicalismo se está uniendo: la CSI (NdeR: Central Sindical Internacional). Entonces, lo lógico es que discutiéramos la unidad. Acá hay un objetivo desde hace 50 años que es destruir al modelo sindical argentino, y cuando el sindicalismo estuvo unido en Argentina fueron los mejores momentos para los trabajadores.

    -¿Qué importancia tiene el lanzamiento de la Corriente Nacional del Sindicalismo Peronista?

    -Trascendente. Es la maduración de una idea de lo que te dije antes: “Recuperemos a la CGT, para recuperar el peronismo”. Los trabajadores tienen una importancia fundamental, porque son los que le generan las riquezas a la Nación. Y somos el sostén de este modelo que llevan adelante Cristina y Néstor. Y, además, la responsabilidad que hemos demostrado todos los dirigentes sindicales en la recuperación salarial.

    -Estuvo preso casi todo el período dictatorial. En razón a esto, ¿qué opina de los que aseguran que el Gobierno se “apropia” de los juicios a los represores?

    -Te lo dice (Carlos) Barragán: “Somos todos boludos”. Es un mamarracho, es el ridículo de los que quedan sin bandera. Porque acá hay una cuestión: los que se apropiaron de los Derechos Humanos fueron los grupitos de izquierda. La dictadura militar vino contra los trabajadores, que estuvieron a la vanguardia de la resistencia contra el régimen dictatorial. Fue la única organización libre del pueblo que quedó en pie en la Argentina. Se resistió de la manera que se pudo. Lo único organizativo que surgió, como consecuencia de la dictadura militar, fueron las Madres de Plaza de Mayo. Fijate hoy: tanto las Madres y Abuelas, como la CGT reivindican las políticas de Derechos Humanos del Gobierno. Ahora, los que dicen que el Gobierno se aprovecha, ¿dónde estaban en esa época? Te puedo hablar de casos individuales, lo he escuchado a (Marcelo) Parrilli y a (Luis) Zamora, pero como abogados. Cuando estaba preso, yo sabía que ellos se ocupaban, y es importante ese acto individual. Pero ninguna fuerza política resistió a la dictadura. Los trotskos que hablan estaban exiliados en Brasil, como (Jorge) Altamira, (Néstor) Pitrola; todos se rajaron rápido. Sin haber tenido un protagonismo en la resistencia durante la dictadura se apropiaron de algo, con esa capacidad que tiene la izquierda festiva argentina de no ser sujeto de las transformaciones de las revoluciones pero después pretender apropiarse de sus cuestiones.

    -Los militantes que tuvieron que irse del país fue porque eligieron la lucha armada, no por otro motivo.

    -No todos, los trotskistas no, el Partido Obrero tampoco.

    -Muchos de ellos, sí. El ERP, es un caso.

    -Yo no hablo del trotskismo del ERP, que eran combatientes. Te hablo de Política Obrera, que ahora es el Partido Obrero. Era lo que quedaba del PST. Además, con las políticas erradas que tenían, a los militantes de base se los chuparon a todos.

    -El desmantelamiento del aparato represor en las fuerzas de seguridad es una de las tantas cuentas pendientes del oficialismo. ¿Cuál cree que es usted?

    -Que la justicia social llegue a los sectores que más lo necesitan. La extensión de la asignación fue un paso; las cooperativas de trabajo son una herramienta. Nosotros siempre decimos que el tiempo social es distinto que el político y eso se ha entendido desde el Gobierno y esperemos que se profundicen esas medidas para que no haya argentino que no se vea beneficiado por esta recuperación económica. Nosotros como peronistas decimos que el objetivo es la felicidad del pueblo y la grandeza de la patria. Pero Perón planteaba que lo primero era que el pueblo fuera feliz, porque la grandeza de la Nación la vamos haciendo de a poco. Segundo, una reforma impositiva, es una asignatura pendiente, incluida la reforma de la carta orgánica del Banco Central

    -¿Es cierto que la reforma impositiva saldrá este año?

    -No sé, nosotros estamos elaborando algunas cosas que le vamos a proponer a la Presidenta.

    -¿El INDEC? Es algo relativamente sencillo y que genera un gran malestar.

    -Son herramientas, igual que el Consejo de la Magistratura. A mí me importan las razones para que haya inflación en la Argentina, no lo que pasa con el INDEC. Cuando (Domingo) Cavallo cambió todo el organismo nadie dijo nada, porque los medios no agraciaron con eso. Entonces, la gente se moría de hambre, pero estaba todo bien porque no aumentaban los cruceros al Caribe. Ojalá que tengamos un INDEC que sea más creíble para todos, pero ¿lo va a ser si dice lo que la oposición quiere que se diga? Este es un debate fundamental. Porque dicen: “El INDEC no mide”. ¿Queremos inflación acá? ¿Instalar eso como tema de agenda para usar el factor psicológico? Si no se busca eso, en vez de pegarle al INDEC tenemos que hablar de qué razones hay para que haya inflación.

    -¿Está de acuerdo con las declaraciones de Carlos Kunkel con respecto a los jueces de la Suprema Corte?

    -Para mí está claro, por lo que dice la Constitución, que la Corte no puede hacer una norma para sí misma. Las normas no están para favorecer a las personas. Pero estoy de acuerdo con el tema de la evaluación periódica. Nadie sabe cómo llegaron a ser jueces y con esa evaluación quedarían al descubierto. Lo que veo es que acá también hay una doble medida. Porque los jueces pueden estar el tiempo que quieran, pero los empleados cumplen la edad de jubilarse y los jubilan de oficio. Se usa la Ley y la Constitución de acuerdo a la conveniencia del interesado. Si esto lo hiciera el Gobierno –manipular la Constitución- ¡imaginate lo que sería la repercusión!

    -También hubo cruces con Carlos Fayt

    -Que venció el plazo de la Constitución está claro, en eso no discrepo con Kunkel, pero lo que expresa Fayt es un pensamiento retrógrado que defendió toda su vida. Acompañó todo el proceso neoliberal de los ‘90 desde la Corte y hoy se horroriza con que el peronismo haya llegado a conducir los destinos de la Nación. Y si la corporación saltó como si le hubieran pateado el hormiguero es porque algo están ocultando. Porque yo te puedo decir que conozco jueces que son aptos y no tienen ningún inconveniente en que los evalúen; porque no tienen nada que ocultar. Ahora, el que llegó de prestado a la magistratura…


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