El compañero Facundo de Lunes al sol ya nos tiene acostumbrados a sorprendernos con un buen escrito de tanto en tanto. Aunque ya se hizo tarde, pensabamos escribir algo hoy sobre el alegato de Videla, pero él lo escribió mejor. Así que acá lo posteamos para todxs nuestrxs lectorxs.
El alegato del genocida Jorge Rafael Videla en el juicio que se le sigue en Córdoba, provoco la colérica reacción de Ernesto Sanz quien salió en defensa del “Chino” Balbin y la honorabilidad democrática de la Unión Cívica Radical. Cierto que lo que dijo Videla sobre Balbin (que le pidió en febrero del ’76 a él mismo que diera un golpe. Para una versión sobre esa reunión ver acá) no sorprende más allá del dato anecdótico. El que fuera llamado como “el boludo del cuartel” (importante lección humana, cuidado con los boludos, no existe el boludo bueno, son los personajes más oscuros y siniestros puestos al frente del poder) sincero lo que era de público conocimiento: que la UCR y el viejo líder radical propugnaron la liquidación de la “guerrilla fabril”; que abogaron por el golpe militar con el que después colaboraron abiertamente prestándole cientos de intendentes, embajadores y funcionarios a la dictadura genocida (datos sobre la colaboración civil en la dictadura acá). Videla descargo de esa forma su queja contra los grupos políticos civiles que abogaron por la salida militar y que frente al derrumbe dictatorial hicieron de la fe democrática una falsa doctrina política. Desagradecido el genocida porque hay que reconocer que i hay dos fuerzas políticas que impulsaron la impunidad de los crímenes de la dictadura fueron la UCR y el PJ votando las leyes del perdón los primeros y otorgando el indulto a los genocidas los peronistas.
Pero Videla dijo más aún, afirmo que la guerra civil contra el “comunismo” comenzó en octubre de 1975, fecha en que el gobierno de Isabel, bajo la presidencia interina de Italo Luder (candidato presidencial del peronismo en 1983), se firmaron los decretos que ordenaban la aniquilación física de la guerrilla por parte de las FFAA. Es decir que “el boludo del cuartel” establece la legitimidad jurídica del genocidio en los decretos de un gobierno democrático burgués, en la salvaguarda de la Constitución frente a la amenaza subversiva. Para decirlo en las palabras de Karl Schmit una dictadura conservadora que suprime el orden constitucional para preservarlo, o como lo plantearía Giorgio Agamben una fuerza de no ley para preservar la ley. Es decir que los militares tomaron en sus manos la tarea que los partidos burgueses -en particular el peronismo- no pudieron resolver: liquidar la persistente insurgencia que la clase obrera y la juventud protagonizaron en Argentina a partir de mayo de 1969 que ponía en cuestión la dominación burguesa. En ese objetivo -con más o menos responsabilidades en el golpe de estado de marzo del ’76- estaban coaligados los diferentes agrupamientos políticos, económicos y militares de la burguesía argentina. El golpe genocida no apunto contra el modelo de país, como sostienen los kirchneristas, el modelo de Krieguer Vasena (impulsado por los liberales y el partido militar) que volteo el Cordobazo, fue el modelo del Celestino Rodrigo (del gobierno peronista de Isabel) que volteo la huelga general de junio y julio del ’75, que fue a su vez el modelo de Martinez de Hoz, que termino de llevar adelante el tandem Menem-Cavallo. El genocidio fue un operativo de clase dirigido contra la insurgencia proletaria que hacía imposible a la burguesía argentina el manejo de las fábricas y lograr una salida social regresiva a la crisis capitalista.
Por último, Videla afirma que los alumnos de Gramsci están en el poder (una discusión sobre el tema acá). A reírse un poco. A lo sumo un ala del kirchnerismo puede reconocerse en el gramscismo desfigurado de don Palmiro Togliati y su idea de que la batalla cultural es impedir la revolución obrera y administrar el estado capitalista, en otra parte son ex setentistas que buscan reconstruir la llamada burguesía nacional subsidiando a los capitalistas con los dineros públicos y en su mayoría tránsfugas del PJ neoliberal, que se han reconvertido al credo nacional y popular y burócratas sindicales con los vicios de matonaje de ADN setentista cuando integraban los grupos para-policiales de la derecha peronista . El “boludo del cuartel” solo busca apoyarse en la polarización que la retrograda derecha argentina monta contra el gobierno K para mejorar sus performances en el 2011.
Lo cierto es que Videla deja una lección sobre el pasado y el futuro: orden democrático y orden a palos, son formas del orden capitalista contra la clase trabajadora y el pueblo pobre. Cierto, no son lo mismo y la defensa de las libertades democráticas, amenazadas por el discurso mano dura de la derecha xenofobica y la política de orden mano blanda del kirhcnerismo, es una cuestión fundamental para los trabajadores y el pueblo.
Celebramos la condena a cadena perpetua de Videla y Menéndez como una conquista de la movilización popular y democrática contra la impunidad. Exigimos el juicio y castigo de todos los genocidas y sus cómplices civiles.