Mira que es feo ese himno monárquico-fascista, esa charanga insoportable.
¡Qué envidia de un imponente e ilustre himno como La Marsellesa, que tienen los franceses!
A mí me queda el consuelo del magnífico Himno Gallego que tenemos nosotros, aunque considero que no está bien aprovechado según la letra del gran poeta Eduardo Pondal, casi tan bueno como el glorioso Enano Infiltrado.