Pasado, presente y futuro de la crisis
Hace tan solo unos años, durante el periodo de engorde de la pieza que habría de cobrarse la crisis económica, esto es: las clases trabajadoras del llamado primer mundo, se vivían tiempos felices en estos países desarrollados. Si entendemos por desarrollo aquella situación que lleva a un país a consumir recursos naturales, independientemente de su origen, en un porcentaje gigantesco comparado con el que supone su población con respecto del total mundial. Si entendemos por desarrollo el conjunto de circunstancias que lleva a un país a poder vender armas a los países más pobres, a cambio de esos recursos naturales tan preciados y tan escasos existentes en el suelo o el subsuelo de esos países pobres. O si entendemos el desarrollo como la capacidad e impunidad que tiene un país a la hora de contaminar el medio ambiente global, ese bien que es propiedad inapelable de todos los seres vivos de este planeta y a cuyos dominios no tiene acceso el tiralíneas con que los humanos dibujamos líneas de separación entre deberes y derechos y que a veces llamamos fronteras.
Por lo tanto, la conjugación del tiempo pasado de la crisis se puede expresar así:
Yo gastaba sin necesidad
Tu comprabas sin dinero
Él se enriquecía
Nosotros estábamos cegados
Vosotros estabais cegados
Ellos nos cegaban
Durante la crisis, ese doloroso periodo en el que todavía estamos inmersos, y que se caracteriza por una interminable cuesta abajo de nuestro poder adquisitivo, de nuestros derechos y de nuestras expectativas de futuro, el tiempo verbal presente de esta crisis, quedaría como sigue:
Yo paso estrecheces
Tu eres despedido
Él se enriquece
Nosotros nos hundimos
Vosotros sois embargados
Ellos son rescatados
Cuando todo esto acabe (con nosotros y con vosotros), vendrán tiempos mejores (mejores aún para ellos). Vendrán tiempos en los que para unos, las víctimas de la crisis, cualquier tiempo pasado fue mejor; y para otros, los artífices, gestores y máximos beneficiarios de ella, cualquier tiempo futuro será más enriquecedor. Vendrán tiempos en los que la pobreza y la miseria haga que muchos deseen no haber nacido, pero ni sobre su vida podrán decidir sin consultar antes con su verdadero dueño: ellos.
Hagamos una proyección de como se conjuga el tiempo futuro (imperfecto) de la crisis tal y como ésta está transcurriendo ahora mismo.
Yo seré esclavizado
Tu pasarás hambre
Él se enriquecerá
Nosotros seremos poseídos
Vosotros seréis poseídos
Ellos nos poseerán
Es urgente, por lo tanto, que vayamos pensando en conjugar tiempos como el presente de subjuntivo en los siguientes términos:
(que) Yo plante cara
(que) Tu salgas a la calle
(que) Él devuelva lo robado
(que) Nosotros salgamos a la calle
(que) Vosotros plantéis cara
(que) Ellos devuelvan lo robado
Para mañana me copian esta última conjugación tantas veces como les haga falta, hasta que se despierte en ustedes hasta el más dormido y escondido instinto de dignidad revolucionaria.
Víctor J. Sanz
Impresiones Mías