Comunídad

Aprecio la presencia crística en toda persona.

Un proverbio nos recuerda que "Se necesita una villa para criar a un niño". Gracias al amor y aliento de los miembros de toda la comunidad, un niño crece exitosamente. Lo mismo ocurre con mi comunidad espiritual. Al honrar, apoyar y amar a mi prójimo como a mí mismo, ayudo a crear el ambiente propicio para que todas las personas expresen su potencial crístico.

Mi "prójimo" no es sólo mi vecino; es toda persona en el mundo. Aprecio la presencia crística en cada persona y abro mi corazón con compasión y comprensión. Cuando veo todo a través de los ojos del amor, ayudo a los demás --y a nuestro mundo-- a ser todo lo que pueden ser.

Porque toda la Ley en esta sola palabra se cumple: "Amarás a tu prójimo como a ti mismo".--Gálatas 5:14