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General: El 3 de febrero de 1929, nace Camilo Torres
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Respuesta  Mensaje 1 de 6 en el tema 
De: Nobotuma  (Mensaje original) Enviado: 03/02/2011 00:33
El 3 de febrero de 1929 nace en Bogotá, Colombia, Camilo Torres Restrepo quien cambiaría sus estudios de derecho para presentarse en el Seminario Conciliar de Bogotá, donde permaneció siete años, tiempo durante el cual comenzó a interesarse por la realidad social de su entorno. Como cristiano, la pobreza y la injusticia social atrajeron su atención lo que lo llevó a identificarse con los sacerdotes contestarios de su época y asumir la Teología de la Liberación. Camilo fue profesor de la Universidad Nacional de Bogotá y también fue su capellán. También recibió el título de Sociólogo por una universidad belga. Fue fundador del Frente Unido del Pueblo del cual salió para unirse al ELN.
Camilo Torres murió el  15 de febrero de 1966 en Patio Cemento, esto ocurrió en su primer encuentro en combate.
http://www.biografiasyvidas.com/biografia/t/fotos/torres_restrepo_guerrillero.jpg

http://reddeutopias.files.wordpress.com/2010/07/camilo-torres.jpg



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Respuesta  Mensaje 2 de 6 en el tema 
De: Ruben1919 Enviado: 03/02/2011 01:10
Bienvenido a La Ventana

Camilo Torres Restrepo: a 40 años de su muerte
Fecha Viernes, 24 de Febrero del 2006 (18:46:22)
Tema Nuestra América


"El deber de todo cristiano es ser revolucionario, y el deber de todo revolucionario es hacer la revolución"

por Gilberto López y Rivas

Recordar a Camilo Torres Restrepo a los 40 años de su muerte en combate es hacer memoria de una historia de congruencia y compromiso personal con la causa de los explotados de Nuestra América. Es revivir del pasado cercano la figura de un revolucionario, trasgresor de barreras y convencionalismos, colombiano universal que murió luchando, como escribe su mentor y amigo, Françoise Houtart, por un sueño que "tendría tres dimensiones, colombianas, latinoamericanas y globales. Siempre tendría también tres bases: sociales, humanistas y espirituales".

Habiendo nacido en una familia acomodada, Camilo cruza su primera frontera, la de clase, al escoger el sacerdocio como expresión de la brújula que guió la brevedad de su vida: el amor al prójimo, que mucho predican los mojigatos que nos gobiernan en México hoy en día y que poco practican en la cotidianidad. Sin embargo, en la búsqueda de explicaciones terrenales a los problemas sociales de su pueblo y respondiendo a la honda huella de rebeldía e inconformidad que impactó a la generación que fue testigo del triunfo de la Revolución Cubana, Torres Restrepo encuentra en la sociología un instrumento idóneo para adentrarse en la interpretación de la lacerante realidad colombiana.

Es explicable que, habiendo estudiado en Lovaina, halló no la ciencia social que elabora complejas justificaciones a la pobreza y coberturas a la explotación, sino explicaciones basadas en una interpretación marxista, de la cual retoma sus aspectos metodológicos y su tradición humanista. Nunca se consideró comunista, pero jamás se sumó a la campaña furibunda contra el comunismo de las oligarquías y el imperialismo, tan común en esos días, a través del bombardeo masivo desde los medios de comunicación y los pulpitos al servicio de los poderosos.

La convergencia entre cristianos y marxistas lo describe como un hombre flexible y nada afecto al dogmatismo que ha menguado tantos afanes de la izquierda. Con toda justeza pedía al marxista que evolucionara de la perspectiva simplista de la religión como "el opio del pueblo" y, por otra parte, pedía a los cristianos que reconocieran la utilidad del materialismo histórico para la práctica revolucionaria y la idea de que también existen valores fundamentales fuera de la iglesia y las creencias religiosas. Muy oportuna y conocida su frase al respecto: "Es absurdo pensar que comunistas y cristianos no pudieran trabajar juntos por el bien de la humanidad y que nosotros nos ponemos a discutir sobre si el alma es mortal o inmortal y dejamos s in resolver un punto en que si estamos todos de acuerdo y es que la miseria sí es mortal".

También como sociólogo, Camilo cruza otra frontera, la de la ciencia contemplativa, y se adentra en el territorio de la acción política con fundamento en un criterio que da origen a la teología de la liberación: "el deber de todo cristiano es ser revolucionario, y el deber de todo revolucionario es hacer la revolución".

Como dirigente político se topa en un momento dado con las limitaciones impuestas por la represión a la lucha institucional y cruza la frontera definitiva que lo llevaría a la lucha armada y a la muerte, la cual en este caso, debiera ser interpretada como sacrificio desde sus concepciones cristianas. Sin embargo, es significativo que un sacerdote católico haya decidido dar tan singular paso. Houtart lo explica a través de su propia experiencia de joven seminarista con el dilema de ver su patria (Bélgica) ocupada por las hordas fascistas: no había otra opción que no fuera resistir con las armas en la mano.

Se pregunta Françoise: "¿Cómo conciliar una opción cristiana, de amor al prójimo, al enemigo, del perdón, de la no violencia con la lucha armada?" Y él mismo se responde: "los principios no se viven en abstracto...Se trata de elegir las ambigüedades de los oprimidos o las de los dominantes. El Evangelio exige claramente la identificación de los pobres. Sin embargo, esta opción exige un juicio político y un juicio ético...Para Camilo, eso era claro: transformar una sociedad totalmente injusta por la vía armada porque todas las otras maneras de realizar el sueño se habían agotado".

Hay un aspecto en Camilo que lo caracteriza y que explica sus frecuentes rupturas: por un lado, su honradez sin concesiones, su coherencia, que lo llevan a transitar por la vida incesantemente y, por el otro, su criterio de eficacia: él quiso dar eficacia al sacerdocio, a la sociología, a la acción política y al compromiso revolucionario. "Para que el amor sea eficaz" podría ser una de las frases que lo definieran.

Es sorprendente actual la perspectiva de Camilo sobre su confianza en el pueblo, sobre la necesidad de organizar de "abajo arriba, de la vereda hacia el pueblo, del barrio hacia el centro, del campo a la ciudad". Él afirmaba que la verdadera organización es la que el pueblo asume como propia y construye como acción colectiva y autónoma. Esto lo hace un libertario y un enemigo de las burocracias.

No podríamos recordar la caída en combate de Camilo Torres Restrepo hace 40 años sin hacer referencia a la realidad actual de su patria, Colombia, desgarrada por decenas de años de muerte de sus mejores hijas e hijos, de terrorismo de Estado, de intervención estadounidense, de paramilitarismo, de dominio del narcotráfico en amplios espacios del Estado y la sociedad.

Hace algunos años asistí en Colombia a la firma de un dialogo que, como en el caso mexicano, no prospero. Ahora esta en marcha otro dialogo en La Habana entre el gobierno y el ELN. Hacemos votos por que la terrible problemática que vive ese país hermano tenga una solución por la vía del poder popular, la democracia participativa de las mayorías, la independencia plena y, sobre todo, la paz.

Tomado de La Jornada

Más de Camilo Torres en La Ventana:

Camilo Torres (1929-1966)



Respuesta  Mensaje 3 de 6 en el tema 
De: Ruben1919 Enviado: 03/02/2011 01:12

19 Febrero 2010

Camilo Torres Restrepo
Juan Diego García

Argenpress

Hoy, 15 de febrero se cumple un nuevo aniversario de la muerte en combate en las filas del ELN del sacerdote colombiano Camilo Torres Restrepo, un destacado intelectual y profesor universitario, quien luego de liderar un amplio movimiento de protesta popular consideró que los caminos de la legalidad estaban cerrados en la asfixiante atmósfera de la dictadura civil del llamado Frente Nacional y en consecuencia ingresó, como muchos otros activistas sociales en este país, a las filas de una insurgencia popular, un fenómeno que acompaña la historia de Colombia a lo largo de casi todo el siglo anterior y se prolonga hasta el presente, sin perspectivas de solución.

Camilo Torres es sin duda un producto necesario de las condiciones sociales y políticas de su país pero es al mismo tiempo expresión de la profunda crisis de la Iglesia Católica, sometida también en Latinoamérica a los embates de la modernidad y desorientada ante la exitosa competencia de las iglesias protestantes.

Colombia era (y sigue siendo) un país de enormes desigualdades sociales y económicas, con un sistema político primitivo y violento que asegura los privilegios de una casta pretenciosa e ignorante, profundamente cínica pero muy cuidadosa de las formas (hay elecciones tramposas cada cuatro años) y de una sumisión a los Estados Unidos que raya en la servidumbre. No resulta extraño entonces que a la violencia oficial la respuesta de los afectados haya sido con tanta frecuencia la lucha irregular, el levantamiento armado y la insurrección.

La Iglesia Católica, por su parte, pierde su influencia y buena parte de su poder político como resultado del agudo proceso de urbanización de las últimas décadas que la deja sin su feligresía campesina tradicional y carente de un discurso adecuado a las nuevas realidades que impone la modernidad.

Esto no significa por supuesto que desaparezca plenamente la religiosidad ni que termine el imperio del pensamiento mágico en la mente de las amplias masas que se agolpan desordenadas y empobrecidas en el caos de las nuevas urbes. Pero aún así, inevitablemente aparecen nuevos valores y nuevas necesidades ante las cuales la jerarquía de la Iglesia reacciona con la más conservadora de las actitudes.

Su oposición cerrada al control de la natalidad, al aborto, al divorcio, al matrimonio civil, a la eutanasia; su cruzada permanente contra las opciones diferentes en familia y sexualidad, su anticomunismo enfermizo, su empecinamiento contra toda manifestación de laicismo y otras posiciones no menos retardatarias producen un distanciamiento entre la Iglesia y su feligresía que mayoritariamente se traduce en una religiosidad puramente convencional, limitada a rituales y formalismos, mientras contravienen en la vida diaria las guías espirituales de la jerarquía.

Son católicos pero no asisten a misa, controlan la natalidad, se divorcian y abortan mientras gana terreno una sexualidad menos opresiva y la tolerancia de la homosexualidad. No faltan tampoco los católicos que hacen compatible su fe con la militancia en partidos comunistas (como en Italia o España). No son pocos los que buscan respuestas en otras confesiones (particularmente iglesias y sectas protestantes) y crece el número de aquellos que buscan un retorno a las raíces cristianas para recuperar valores que se consideran incompatibles con el capitalismo.

A todo lo anterior hay que agregar el compromiso político de la Iglesia, colocada siempre al lado de las minorías dominantes, convertida ella misma en un poder puramente terrenal y en legitimadora de las peores formas de opresión que soportan las mayorías pobres. Para todos, pero en particular para quienes se sienten fieles a las raíces mismas del cristianismo juega un destacado papel el mensaje renovador de Juan XXIII, una reforma frustrada que ahonda aún más el divorcio entre iglesia y feligresía. La represión de los reformadores no llega al rompimiento formal (aunque ha habido algunas expulsiones sonadas) pero si a la convivencia difícil de dos comunidades dentro de la iglesia.

La llamada opción por los pobres afecta a todo el catolicismo del continente (y de otras latitudes) con ejemplos de una entrega y dedicación a las causas populares que les lleva hasta el sacrificio de sus propias vidas. Son incontables los laicos de los grupos de base, las monjas y curas asesinados y sobresalen figuras destacadas como Camilo Torres en Colombia, Monseñor Romero, el padre Ellacuría y sus compañeros jesuitas en El Salvador, Gaspar García Laviana en Nicaragua en las filas del FSLN, Domingo Laín en el ELN de Colombia y muchos otros. Todos ellos quedan como ejemplo y testimonio.

En contraste, la Iglesia oficial persiste en su posición retardataria en los aspectos morales (endurecida ahora con las orientaciones del anterior y el actual Papa) y reafirma su compromiso con las elites y su oposición a todo movimiento político de reforma social. No resulta extraño entonces ver a la cúpula de la iglesia apoyando activamente el golpe contra Chávez en Venezuela o más recientemente bendiciendo el golpismo en Honduras. La Iglesia colombiana se parece más a la argentina –groseramente comprometida con las dictaduras militares- que a la de Brasil o Chile, en las que al menos grupos significativos y hasta la misma jerarquía han mantenido un discurso y una práctica de compromiso con las mayorías pobres y en general con la democracia como sistema.

El legado del sacerdote colombiano Camilo Torres pertenece a esta corriente renovadora y lejos de debilitarse se acrecienta con los años. En efecto, los puntos centrales de su programa de reformas son tan válidos hoy como ayer, pues en lo fundamental poco o nada ha cambiando en la suerte de la mayoría de la población. Tal vez lo único destacable es la formación de un limitado grupo de “estratos medios” que da cierta amplitud social y política a la vieja oligarquía y constituye el núcleo activo del movimiento de Álvaro Uribe. Es el sector que participa en las encuestas amañadas que arrojan adhesiones exorbitantes al actual mandatario y que apoya febrilmente ese fenómeno de fascismo tropical que encarna la alianza siniestra entre militares y paramilitares.

Para los católicos progresistas sigue vigente el mensaje ético de Camilo Torres, seguramente con mucha mayor fuerza que antes. La opción por los pobres de la Teología de la Liberación les impone un compromiso firme en la lucha social y política contra la explotación inhumana de los obreros, la persecución despiadada de las comunidades indígenas y negras, el empobrecimiento agudo de las capas medias, el desplazamiento violento de más de cuatro millones de campesinos y la emigración obligada de otros cuatro millones, expulsados de su país por el modelo económico y sometidos hoy en el mundo rico a la discriminación humillante y la explotación infame como mano de obra barata.

Pero la crisis no solo afecta a los católicos. De hecho, un número creciente de evangélicos, luteranos menonitas y otras iglesias protestantes experimentan procesos de reflexión y de acción muy similares. Más aún, ante la agudización de la represión y la violencia aparecen también grupos de otras comunidades de menor presencia numérica en Colombia, como islamistas y judíos que unen sus esfuerzos a los cristianos progresistas en el empeño por detener la guerra y construir un país más grato, pacífico y próspero.

Y para los no creyentes, agnósticos y ateos comprometidos en la lucha social, el mensaje de Camilo Torres lejos de aparecer un elemento extraño se ha convertido también en inspiración y ejemplo. No hay conflictos por la creencia. No creyentes, creyentes de diferentes iglesias, monjas, curas y pastores aparecen juntos en todos los frentes de lucha social -incluida la misma insurgencia-. Para todos ellos sigue siendo válido el mensaje de Camilo que dejaba de lado el debate filosófico sobre la mortalidad del alma para coincidir con todos en la lucha contra el hambre y la explotación, esos sí, males letales de necesidad.

 
 
 

Respuesta  Mensaje 4 de 6 en el tema 
De: residente Enviado: 03/02/2011 01:12
Respuesta  Mensaje 1 de 3 en el tema 
De: residente  (Mensaje original) Enviado: 29/01/2011 21:30
NOBOTUMA
 
Nobotuma, eres una bruja, eso es lo que eres
 
Me violaron por decir ¡abajo Fidel!

Respuesta Mensaje 1 de 4 en el tema
De: residente (Mensaje original) Enviado: 28/01/2011 16:27

Respuesta Mensaje 2 de 4 en el tema
De: residente Enviado: 28/01/2011 16:31


Respuesta  Mensaje 3 de 4 en el tema 
De: Nobotuma Enviado: 28/01/2011 17:54
Esto parece un cuento de la kripta jajaja

Respuesta  Mensaje 4 de 4 en el tema 
De: residente Enviado: 28/01/2011 21:01
Esto parece un cuento
de la kripta jajaja (Nobotuma)
Si eso te da risa es que estás mal
de la cabeza(Residente)

 

De: Nobotuma Enviado: 29/01/2011 19:48

Residente, traje un poema de Benedetti y me sales con una vaina fuera del tema ¿qué te pasa?....disfruta de algo que traje para tooodos(Nobotuma) hablas de disfrutar cuando yo pongo un mensaje sobre torturas y violaciones y te da risa, en verdad que estás loca, yo creo que si tu hijo fuera el violado no te daría esa risa, sigo sosteniendo que los rojillos están desquiciados(residente)

De: Nobotuma Enviado: 28/01/2011 17:54

Esto parece un cuento de la kripta jajaja(Nobotuma)

 eres una bruja, eso es lo que eres(residente)

 


Respuesta  Mensaje 5 de 6 en el tema 
De: Nobotuma Enviado: 03/02/2011 02:24
La bruja, chavista, rojilla, comunista
SÍ le rindo honor a CAMILO TORRES
y punto...
brujasguisando.jpg Brujas verdes guisando picture by azulita_08


Respuesta  Mensaje 6 de 6 en el tema 
De: residente Enviado: 03/02/2011 05:02
De: Nobotuma Enviado: 02/02/2011 18:24

La bruja, chavista, rojilla, comunista
SÍ le rindo honor a CAMILO TORRES
y punto...

Y desalmada



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