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General: AL CAPITALISMO HAY QUE COMBATIRLO A MUERTE
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De: Matilda (Mensaje original) |
Enviado: 07/02/2011 20:16 |
Entrevista a Fernando Martínez Heredia, premio Nacional en Ciencias Sociales de Cuba
"Al capitalismo hay que combatirlo a muerte"
Juventud Rebelde
Juventud Rebelde propone a sus lectores fragmentos de la entrevista on line que sustuvo recientemente con los cibernautas el Premio Nacional de Ciencias Sociales, a quien está dedicada la 20 Feria Internacional del Libro Cuba 2011
Le ha sucedido más de una vez. Pero cuando un joven con deseos de convertirse en escritor se le acerca a Fernando Martínez Heredia para pedirle consejos, entonces el Premio Nacional de Historia, a quien está dedicada la 20 Feria Internacional del Libro Cuba 2011, se pone temeroso, aunque luego se tranquiliza «al saber que tienen la sana costumbre de no hacer caso a la mayoría de ellas», como dice en tono jocoso a los lectores de Juventud Rebelde que lo han entrevistado a través de su página web. Y enseguida, con la seriedad que lo distingue, le recomienda: «Debes leer mucho, más de lo que parece posible; tratar de leer buena literatura, de muchos autores, muy diferentes escuelas, posiciones y países. Eso es insustituible. Te va ganando por dentro, sin que te des cuenta, pero estará detrás de muchas de tus intuiciones, tus ideas, tus temas, y sobre todo, de tus originalidades».
Fernando es de esos lectores insaciables que a estas alturas de la vida le es muy difícil hablar de un autor preferido, de un libro de cabecera, de una influencia. «Pruebo a no ser injusto ni olvidar demasiado al decir que José Martí me acompaña desde los días de adolescente en que tuve acceso al fin a una biblioteca pública. Su influencia es perenne, pero es mucho más: Martí es el más grande de los pensadores cubanos, y nos ofrece todavía muchas ideas y tareas por realizar. Al mismo tiempo, es un escritor singular y extraordinario.
«Devoré la gran literatura universal, americana y cubana entre los 20 y los 30 años de edad. La condición humana, La cartuja de Palma, El siglo de las luces..., no seguiré diciendo títulos, porque son muchos los preferidos. Carlos Marx, un hombre de futuro y uno de los más grandes pensadores, me ha influido desde entonces. Antonio Gramsci me enseñó que era necesario ser marxista, pero no de cualquier manera: sus ideas me siguen alumbrando hasta hoy. He tenido la suerte de leer —y de tratar personalmente en varios casos— a muy notables pensadores sociales latinoamericanos; las Ciencias Sociales de esa región son a mi juicio las más dinámicas del mundo. Como es natural, las ideas y los autores cubanos han ocupado y ocupan una parte principal de mi atención. La lectura, los acuerdos o las polémicas con ellos constituyen una fuente muy grande de influencias para mí».
Justo para aquellos que aman, entre las propuestas que trae la FIL Cuba 2011 están los títulos firmados por el mismísimo Martínez Heredia: A viva voz, de la Editorial Ciencias Sociales; Las ideas y la batalla del Che y El ejercicio de pensar, de Ruth Casa Editorial y Ciencias Sociales; Si breve… Pasajes de la vida y la Revolución, de Letras Cubanas; Sociedad y política en América Latina, de la villaclareña Capiro; y Historias cubanas, de la espirituana Luminaria. También sale por la Editorial Oriente La crítica en tiempo de Revolución. Antología de textos de Pensamiento Crítico.
—Fernando, usted es un hombre muy audaz por sus posiciones y criterios. Sus libros así lo demuestran. En las condiciones actuales del país, ¿cuál debe ser el camino a seguir por un revolucionario cubano?
—Recuerdo mucho a Martí, mi maestro mayor, que escribió una vez: «Todo lo que un hombre lleva en sí, lo pone en él su pueblo». Soy hijo de la Revolución Cubana, que tuvo que ser capaz de convertir en realidades lo que parecía imposible, desde su propio inicio. Que tuvo que ser hereje para ser socialista, y ha tenido que enfrentarse siempre al mayor imperialismo de la historia, que posee las más grandes fuerzas materiales y culturales.
«En las condiciones actuales entiendo que todo revolucionario está obligado a seguir siendo hereje, para ser militante. Naturalmente, esto nos va a obligar a todos a ser muy creativos, a convertir a varios imposibles en nuevas realidades, a irnos por encima de las enormes limitaciones que tiene nuestra economía. Ese es un destino de la Revolución Cubana. Lo hemos asumido muchas veces y tenemos que seguir asumiéndolo».
—Muchas personas suelen afirmar pertenecer a la izquierda. ¿Cuáles son las características de un hombre de izquierda? ¿Cuántas izquierdas hay actualmente en el mundo?
—Hace 15 años escribí que «izquierda» era un término muy ambiguo, capaz de ser utilizado al hablar tanto de Leonid Brezhnev como de Antonio Guiteras. Por esto no lo utilizo cuando hago análisis o cuando trato de explicar o interpretar algo. Pero la pregunta es muy importante, porque el capitalismo es el gran enemigo de la especie humana y del propio planeta, y es muy necesario que se le combata a muerte. Comienzo por decir que ese «hombre de izquierda» está obligado a ser anticapitalista. Por cierto, también está obligado a superar este calificativo «hombre», y aprender a calificarse «ser humano». El lenguaje nunca es inocente, y superar el machismo es tan difícil que debemos ayudarnos también con el lenguaje. Pero continúo...
«Ese ser humano tan ambicioso no debe ser solamente un “anti”. Sobre todo deberá ser un creador de nuevas relaciones sociales e interpersonales, de una nueva actitud ante la naturaleza, de nuevas instituciones. Para lograr todo esto tendrá que hacerse consciente, crecer mucho y cambiarse a sí mismo en el curso de un prolongado y complejo camino de luchas. Y eso no será posible si solo mira al mejoramiento humano, a su dimensión individual.
«Tendrán que ser grandes grupos de seres humanos los que asuman esas tareas, y tendrán que ser capaces de convocar y convencer a muchos millones para que los acompañen y se vuelvan creadores junto a ellos. Tendrán que hacer política, pero una nueva política que no solo se oponga a la del capitalismo, sino que sea radicalmente diferente a ella. Tendrán que tomar el poder político y ejercer ese poder para que se logren defender las conquistas populares y sobre todo para lograr ir creando una nueva sociedad. Pero para todo esto es necesario que no se trate del poder de un grupo, y que el poder esté siempre al servicio del proyecto.
«Como ves, la cuestión no es nada fácil, pero todas las cosas importantes son muy difíciles; y esta, a mi parecer, es la más importante hoy para la humanidad. Si logramos avanzar bastante por ese camino, nos iremos convirtiendo en una sola “izquierda”. Y llegará un día en que ocupemos todo el espacio».
—¿Cuáles son las claves para entender la resistencia del pueblo cubano; un pueblo que ha sido capaz de imponerse a un período especial y seguir soñando con una sociedad diferente, aunque esto le cueste el asedio y la incomprensión?
—Muchos no entienden esa resistencia. Ya me referí a la necesidad de vencer los imposibles; no lo repetiré. Pero quiero y debo agregar, que durante la gran crisis de los años 90 —jamás hablo de período especial— le sacamos un enorme provecho a la gran acumulación cultural de las tres décadas previas, en cuanto a los altos niveles de preparación general y especializada de los cubanos, la universalidad y alta calidad de los servicios sociales básicos, el nivel de infraestructura y otros factores que harían muy larga la respuesta. Pero lo principal fue el altísimo nivel de conciencia política de la población, que le permitió representarse con calidad y defender con una tenacidad y una abnegación ejemplares lo que era fundamental: no dejarse confundir, ni rendirse.
«Un pueblo así es capaz de seguir soñando con una sociedad superior y diferente a la del capitalismo. Pero no solo sueña. Sigue enfrentando al imperialismo, sin hacer concesiones, porque sabe que esa es la única política práctica. Sigue peleando por conseguir que los alimentos que consumimos se produzcan en nuestra tierra y que los recursos que obtenemos se empleen en beneficio de las mayorías y de proyectos que hagan factible un mayor bienestar futuro. Y sigue debatiendo en innumerables asambleas de pueblo los problemas principales que enfrentan el país y la Revolución».
—Según su opinión: ¿la crítica debe ser transformadora de la realidad en la que se enmarca, o ella es transformación en sí misma?
—Esa pregunta es como una invitación a conversar acerca de problemas fundamentales del pensamiento. No puedo, sin embargo, ceder ante la tentación. Saqué mucho provecho al estudio de los pensadores de la Escuela de Francfort, y todavía me ayudo con ellos. Creo que la crítica, como tantas actividades intelectuales, posee una naturaleza y cierta soberanía inherentes a su producción y ejercicio, pero sin dudas está siempre condicionada. De manera que habría que situarse en las coordenadas de cada caso al analizar qué función o funciones tiene cada crítica. No olvido al joven Carlos Marx, tan capaz de irse muy por encima de sus circunstancias, cuando afirmó que «no es la crítica la gran transformadora, sino la revolución».
Fuente: http://www.juventudrebelde.cu/cultura/2011-02-05/fernando-martinez-heredia-al-capitalismo-hay-que-combatirlo-a-muerte/
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LA REVOLUCIÓN DE LA MISERIA , DE LA POBREZA , DE LA PROPAGANDA , DE LA CORRUPCIÓN , DE LAS CARCELES DE DISIDENTES , DE LA AUSENCIA DE LIBERTADDE EXPRESIÓN .
LA IDEOLOGÍA DE FIDEL CASTRO
No es comunista , pero es marxista - leninista
La Revolución Cubana: La ideología
VAYA MIERDA DE REVOLUCIÓN...
barriendo la basura
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EL CAPITALISMO ES UNA MIERDA |
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EL CAPITALISMO ES UNA MIERDA Los rojillos son mierda | |
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Esos cubanos sí que están brutos, ya están como China, ya están entrando al capitalismo
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Reformas económicas exponen brecha social en Cuba
Por Rosa Tania Valdés
LA HABANA (Reuters) - Las reformas económicas emprendidas por el presidente Raúl Castro podrían acentuar las diferencias sociales en Cuba, un desafío para una nación que durante medio siglo promovió el igualitarismo.
Castro reveló en septiembre su plan de recortar medio millón de empleos estatales y expandir el sector privado. Las medidas, dijo, son imprescindibles para revivir la economía y salvar el sistema socialista de la isla.
Más de 80.000 personas aprovecharon hasta ahora la oportunidad de ganarse legalmente la vida fuera de la administración pública. Nuevas cafeterías, peluquerías y puestos de venta de DVD piratas están cambiando las cara de las ciudades de Cuba.
"Gano en un día el salario de una semana como técnico de una empresa del Estado", dijo Gerardo, que renunció a su empleo y ahora renta dos habitaciones de su casa.
"Ahora no somos tan mal mirados. Hasta el Gobierno está diciendo que el trabajo por cuenta propia también es honrado si se cumplen las reglas", agregó.
Pero el surgimiento de los nuevos pequeños empresarios como Gerardo ocurre en un contexto de incertidumbre por los despidos masivos en la administración pública, durante 50 años casi el único empleador en Cuba. El Gobierno apuesta a que muchos de los desempleados serán absorbidos por el sector privado.
Las diferencias sociales en Cuba fueron mínimas tras la revolución de Fidel Castro en 1959. Durante tres décadas, el Gobierno garantizó a los cubanos un empleo y les ofreció comida, ropa y hasta juguetes a precios fuertemente subsidiados.
Pero la primera fisura en el tejido social apareció en la década de 1990, cuando la desintegración de la Unión Soviética cortó el chorro de ayuda y Cuba tuvo que recurrir al turismo y abrirse un poco a la inversión extranjera. Así emergió un pequeño grupo de cubanos con acceso a moneda dura que les permitía vivir por encima de la media.
"Aquí las diferencias entre ricos y pobres hace tiempo que existen. Lo nuevo es que ahora uno puede ganar dinero de manera legal, pagando impuestos", dijo Miguel, de 37 años, que acaba de abrir un restaurante en la terraza de su casa en La Habana.
¿VIVIR SIN LA LIBRETA?
El Gobierno ha dicho que no va a desamparar a nadie. Los impuestos del sector privado permitirán seguir financiando servicios gratuitos como la salud y la educación.
Las reformas buscan reducir el peso del Estado y hacer más eficiente la economía socialista. Pero el trago es amargo y el Gobierno lo sabe.
"Es vital explicar, fundamentar y convencer al pueblo de la justeza, necesidad y urgencia de una medida, por dura que parezca", dijo el presidente Raúl Castro al Parlamento cubano en diciembre pasado.
Para muchos cubanos, la prueba de que las reformas van en serio es la eliminación gradual de los alimentos repartidos mediante la libreta de abastecimiento, un sistema de racionamiento creado en la década de 1960 para garantizar alimentos básicos a precios subsidiados.
"No es posible. Si quitan la libreta ¿qué hacemos los pobres?", preguntó Cristina, de 86 años, ante la mirada compasiva de sus vecinos durante una reunión en La Habana.
"Mi vieja, no hay remedio", le respondió Ramiro, un joven comunista. "Las cuentas no dan y Raúl (Castro) dijo que el país no puede gastar más de lo que tiene".
Aunque insuficientes, los alimentos entregados a través de la libreta son cruciales para cubanos como Cristina, cuya jubilación mensual de 242 pesos -o 10 dólares- se evapora rápidamente en mercados en divisas con sobreprecios de más de 200 por ciento.
¿NUEVOS RICOS?
El Gobierno dice que la economía seguirá siendo planificada y no permitirá la acumulación de riquezas. La regla es simple: Quien más gane pagará más impuestos.
Pero aún con márgenes de ganancia limitados por la falta de acceso a insumos a precios mayoristas, miles de personas están montando pequeños negocios y algunos sueñan con crear una cadena de restaurantes.
Los "nuevos ricos" cubanos tienen poco que ver con los oligarcas que emergieron en Rusia tras el colapso de la Unión Soviética. En Cuba, la diferencia puede ser tan simple como manejar un auto Lada ruso o pasar un fin de semana con la familia en el balneario de Varadero.
Castro ha pedido superar la desconfianza ideológica hacia los pequeños empresarios. También dijo que esta vez no hay marcha atrás, a diferencia de lo que ocurrió en la década de 1990 cuando Cuba permitió algunos negocios privados pero retrocedió apenas mejoró la economía.
Y hasta la Iglesia Católica, que cobra cada vez más relevancia como interlocutor del Gobierno, echó su peso detrás de las reformas.
"La generación de riquezas, y el surgimiento de nuevos 'ricos' puede representar un desafío de orden ético o legal diferente, pero la pobreza extendida no resulta menos desafiante o peligrosa para nuestra sociedad", dijo esta semana la revista católica Palabra Nueva en un editorial titulado "Sin miedo a la riqueza".
Y fue más lejos.
"El fin del Estado paternalista hará que algunos se sientan huérfanos y otros liberados. Debemos prepararnos para una nueva realidad, la de ganarse la vida con el esfuerzo propio después de tantos años esperándolo todo -aunque el todo no fuera tanto- del Estado", agregó.
(Reporte de Rosa Tania Valdés; editado por Esteban Israel)
Esta es la diferencia
"Gano en un día el salario de una semana como técnico de una empresa del Estado", dijo Gerardo, que renunció a su empleo y ahora renta dos habitaciones de su casa.
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De: Matilda |
Enviado: 07/02/2011 23:32 |
Me gusta que en Cuba hayan pensadores que siguen apostando por el socialismo y que no estén dispuestos a confundirse o a bajar los brazos, me quedo con esto:
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Yo me quedo con esto;
"Gano en un día el salario de una semana como técnico de una empresa del Estado", dijo Gerardo, que renunció a su empleo y ahora renta dos habitaciones de su casa.
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Los trotskos combaten a muerte a los regímenes que ayudan a Fidel y su revolución ( URSS::: CHINA ::: VIETNAM ... VENEZUELA ... ECUADOR ... ARGENTINA ETC ETC ...pero no tocan ni socavan el capitalismo yanki en su fase superior de imperialismo ... Y mas bien tratan de protegerlo ... combatiendo todo lo que lo perjudique ... |
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Este hilo fué antes 6:34 el mensaje #1 es 12:16
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De: Ruben1919 (Mensaje original) |
Enviado: 07/02/2011 06:34 |
Entrevista a Fernando Martínez Heredia, premio Nacional en Ciencias Sociales de Cuba
"Al capitalismo hay que combatirlo a muerte"
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Juventud Rebelde
Juventud Rebelde propone a sus lectores fragmentos de la entrevista on line que sustuvo recientemente con los cibernautas el Premio Nacional de Ciencias Sociales, a quien está dedicada la 20 Feria Internacional del Libro Cuba 2011
Le ha sucedido más de una vez. Pero cuando un joven con deseos de convertirse en escritor se le acerca a Fernando Martínez Heredia para pedirle consejos, entonces el Premio Nacional de Historia, a quien está dedicada la 20 Feria Internacional del Libro Cuba 2011, se pone temeroso, aunque luego se tranquiliza «al saber que tienen la sana costumbre de no hacer caso a la mayoría de ellas», como dice en tono jocoso a los lectores de Juventud Rebelde que lo han entrevistado a través de su página web. Y enseguida, con la seriedad que lo distingue, le recomienda: «Debes leer mucho, más de lo que parece posible; tratar de leer buena literatura, de muchos autores, muy diferentes escuelas, posiciones y países. Eso es insustituible. Te va ganando por dentro, sin que te des cuenta, pero estará detrás de muchas de tus intuiciones, tus ideas, tus temas, y sobre todo, de tus originalidades».
Fernando es de esos lectores insaciables que a estas alturas de la vida le es muy difícil hablar de un autor preferido, de un libro de cabecera, de una influencia. «Pruebo a no ser injusto ni olvidar demasiado al decir que José Martí me acompaña desde los días de adolescente en que tuve acceso al fin a una biblioteca pública. Su influencia es perenne, pero es mucho más: Martí es el más grande de los pensadores cubanos, y nos ofrece todavía muchas ideas y tareas por realizar. Al mismo tiempo, es un escritor singular y extraordinario.
«Devoré la gran literatura universal, americana y cubana entre los 20 y los 30 años de edad. La condición humana, La cartuja de Palma, El siglo de las luces..., no seguiré diciendo títulos, porque son muchos los preferidos. Carlos Marx, un hombre de futuro y uno de los más grandes pensadores, me ha influido desde entonces. Antonio Gramsci me enseñó que era necesario ser marxista, pero no de cualquier manera: sus ideas me siguen alumbrando hasta hoy. He tenido la suerte de leer —y de tratar personalmente en varios casos— a muy notables pensadores sociales latinoamericanos; las Ciencias Sociales de esa región son a mi juicio las más dinámicas del mundo. Como es natural, las ideas y los autores cubanos han ocupado y ocupan una parte principal de mi atención. La lectura, los acuerdos o las polémicas con ellos constituyen una fuente muy grande de influencias para mí».
Justo para aquellos que aman, entre las propuestas que trae la FIL Cuba 2011 están los títulos firmados por el mismísimo Martínez Heredia: A viva voz, de la Editorial Ciencias Sociales; Las ideas y la batalla del Che y El ejercicio de pensar, de Ruth Casa Editorial y Ciencias Sociales; Si breve… Pasajes de la vida y la Revolución, de Letras Cubanas; Sociedad y política en América Latina, de la villaclareña Capiro; y Historias cubanas, de la espirituana Luminaria. También sale por la Editorial Oriente La crítica en tiempo de Revolución. Antología de textos de Pensamiento Crítico.
—Fernando, usted es un hombre muy audaz por sus posiciones y criterios. Sus libros así lo demuestran. En las condiciones actuales del país, ¿cuál debe ser el camino a seguir por un revolucionario cubano?
—Recuerdo mucho a Martí, mi maestro mayor, que escribió una vez: «Todo lo que un hombre lleva en sí, lo pone en él su pueblo». Soy hijo de la Revolución Cubana, que tuvo que ser capaz de convertir en realidades lo que parecía imposible, desde su propio inicio. Que tuvo que ser hereje para ser socialista, y ha tenido que enfrentarse siempre al mayor imperialismo de la historia, que posee las más grandes fuerzas materiales y culturales.
«En las condiciones actuales entiendo que todo revolucionario está obligado a seguir siendo hereje, para ser militante. Naturalmente, esto nos va a obligar a todos a ser muy creativos, a convertir a varios imposibles en nuevas realidades, a irnos por encima de las enormes limitaciones que tiene nuestra economía. Ese es un destino de la Revolución Cubana. Lo hemos asumido muchas veces y tenemos que seguir asumiéndolo».
—Muchas personas suelen afirmar pertenecer a la izquierda. ¿Cuáles son las características de un hombre de izquierda? ¿Cuántas izquierdas hay actualmente en el mundo?
—Hace 15 años escribí que «izquierda» era un término muy ambiguo, capaz de ser utilizado al hablar tanto de Leonid Brezhnev como de Antonio Guiteras. Por esto no lo utilizo cuando hago análisis o cuando trato de explicar o interpretar algo. Pero la pregunta es muy importante, porque el capitalismo es el gran enemigo de la especie humana y del propio planeta, y es muy necesario que se le combata a muerte. Comienzo por decir que ese «hombre de izquierda» está obligado a ser anticapitalista. Por cierto, también está obligado a superar este calificativo «hombre», y aprender a calificarse «ser humano». El lenguaje nunca es inocente, y superar el machismo es tan difícil que debemos ayudarnos también con el lenguaje. Pero continúo...
«Ese ser humano tan ambicioso no debe ser solamente un “anti”. Sobre todo deberá ser un creador de nuevas relaciones sociales e interpersonales, de una nueva actitud ante la naturaleza, de nuevas instituciones. Para lograr todo esto tendrá que hacerse consciente, crecer mucho y cambiarse a sí mismo en el curso de un prolongado y complejo camino de luchas. Y eso no será posible si solo mira al mejoramiento humano, a su dimensión individual.
«Tendrán que ser grandes grupos de seres humanos los que asuman esas tareas, y tendrán que ser capaces de convocar y convencer a muchos millones para que los acompañen y se vuelvan creadores junto a ellos. Tendrán que hacer política, pero una nueva política que no solo se oponga a la del capitalismo, sino que sea radicalmente diferente a ella. Tendrán que tomar el poder político y ejercer ese poder para que se logren defender las conquistas populares y sobre todo para lograr ir creando una nueva sociedad. Pero para todo esto es necesario que no se trate del poder de un grupo, y que el poder esté siempre al servicio del proyecto.
«Como ves, la cuestión no es nada fácil, pero todas las cosas importantes son muy difíciles; y esta, a mi parecer, es la más importante hoy para la humanidad. Si logramos avanzar bastante por ese camino, nos iremos convirtiendo en una sola “izquierda”. Y llegará un día en que ocupemos todo el espacio».
—¿Cuáles son las claves para entender la resistencia del pueblo cubano; un pueblo que ha sido capaz de imponerse a un período especial y seguir soñando con una sociedad diferente, aunque esto le cueste el asedio y la incomprensión?
—Muchos no entienden esa resistencia. Ya me referí a la necesidad de vencer los imposibles; no lo repetiré. Pero quiero y debo agregar, que durante la gran crisis de los años 90 —jamás hablo de período especial— le sacamos un enorme provecho a la gran acumulación cultural de las tres décadas previas, en cuanto a los altos niveles de preparación general y especializada de los cubanos, la universalidad y alta calidad de los servicios sociales básicos, el nivel de infraestructura y otros factores que harían muy larga la respuesta. Pero lo principal fue el altísimo nivel de conciencia política de la población, que le permitió representarse con calidad y defender con una tenacidad y una abnegación ejemplares lo que era fundamental: no dejarse confundir, ni rendirse.
«Un pueblo así es capaz de seguir soñando con una sociedad superior y diferente a la del capitalismo. Pero no solo sueña. Sigue enfrentando al imperialismo, sin hacer concesiones, porque sabe que esa es la única política práctica. Sigue peleando por conseguir que los alimentos que consumimos se produzcan en nuestra tierra y que los recursos que obtenemos se empleen en beneficio de las mayorías y de proyectos que hagan factible un mayor bienestar futuro. Y sigue debatiendo en innumerables asambleas de pueblo los problemas principales que enfrentan el país y la Revolución».
—Según su opinión: ¿la crítica debe ser transformadora de la realidad en la que se enmarca, o ella es transformación en sí misma?
—Esa pregunta es como una invitación a conversar acerca de problemas fundamentales del pensamiento. No puedo, sin embargo, ceder ante la tentación. Saqué mucho provecho al estudio de los pensadores de la Escuela de Francfort, y todavía me ayudo con ellos. Creo que la crítica, como tantas actividades intelectuales, posee una naturaleza y cierta soberanía inherentes a su producción y ejercicio, pero sin dudas está siempre condicionada. De manera que habría que situarse en las coordenadas de cada caso al analizar qué función o funciones tiene cada crítica. No olvido al joven Carlos Marx, tan capaz de irse muy por encima de sus circunstancias, cuando afirmó que «no es la crítica la gran transformadora, sino la revolución».
Fuente: http://www.juventudrebelde.cu/cultura/2011-02-05/fernando-martinez-heredia-al-capitalismo-hay-que-combatirlo-a-muerte/
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