De esta forma, no sería ninguna novedad la distancia del castrismo de cualquier iniciativa revolucionaria en el terreno internacional, ya que es lo que viene haciendo hace décadas -incluso habiendo retaceado apoyo a Guevara cuando éste partió con unas tropas bastante recucidas, primero hacia el Congo y luego hacia Bolivia.
Pero ahora estamos viendo que, luego de varios días de la feroz masacre que viene realizando Gadafi contra su propio pueblo, Fidel sale a mostrar su apoyo al dictador Libio: habrá "que esperar el tiempo necesario para conocer con rigor cuánto hay de verdad o mentira, o una mezcla de hechos de todo tipo que, en medio del caos, se produjeron en Libia".
Fidel le agrega un toque bizarro al anunciar que "el crimen que la OTAN se prepara a cometer contra el pueblo libio", como si en los últimos años el dictador no se hubiera reconciliado con la "comunidad internacional" de las potencias imperialistas, acompañando la lucha contra el terrorismo y ganando así el apoyo imperialista para sostener su regimen opresivo contra el pueblo libio.
Por eso, la única manera de defender seriamente a Cuba de las acechanzas de la restauración capitalista es impulsando una revolución política que expulse a la burocracia parásita y establezca organismos de democracia obrera que permitan regenerar las bases de la economía de transición y permitan a cuba ser un punto de apoyo para el desarrollo mundial de la revolución socialista.