Correo electrónico:

Contraseña:

Registrarse ahora!

¿Has olvidado tu contraseña?

LA CUBA DEL GRAN PAPIYO
 
Novedades
  Únete ahora
  Panel de mensajes 
  Galería de imágenes 
 Archivos y documentos 
 Encuestas y Test 
  Lista de Participantes
 Conociendo Cuba 
 CANCION L..A 
 FIDEL CASTRO.. 
 Fotos de FIDEL 
 Los participantes más activos 
 PROCLAMA AL PUEBLO DE CUBA 
 
 
  Herramientas
 
General: HACIA DONDE VA EL CAPITALISMO NEOLIBERAL ?
Elegir otro panel de mensajes
Tema anterior  Tema siguiente
Respuesta  Mensaje 1 de 1 en el tema 
De: Ruben1919  (Mensaje original) Enviado: 13/03/2011 14:57

Revista Globalización(Home page)

¿HACIA DÓNDE VÁ EL CAPITALISMO NEOLIBERAL?

Jaime M. Zurita Campos

.

SINOPSIS:

Desde principios de los ochentas, los Estados Capitalistas líderes en América del Norte y Europa Occidental han venido promoviendo y forzando la aplicación de políticas neoliberales y la realización de cambios institucionales. Los Estados periféricos y semiperiféricos en América Latina y el Caribe -excepto Cuba-, África, Asia y Europa Oriental, bajo la presión de los Estados capitalistas líderes (principalmente los Estados Unidos) y de las instituciones monetarias internacionales -el Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial-, han adoptado "ajustes estructurales", "terapias de choque", o "reformas económicas", para reestructurar sus economías de acuerdo con los requerimientos de la economía capitalista neoliberal.

De manera típica, un régimen neoliberal incluye la aplicación de "políticas monetaristas" orientadas a reducir la inflación y a mantener el balance fiscal -objetivos a menudo logrados mediante la reducción del gasto público y el aumento de la tasa de interés -mercados laborales "flexibles"- lo cual significa la eliminación de las regulaciones en el mercado laboral y recortes en el sistema del bienestar social-; liberalización comercial –financiera y privatización.

Tales políticas representan "un ataque directo" llevado a cabo por las élites gobernantes globales contra los trabajadores del mundo. Bajo "el capitalismo neoliberal", han sido revertidos los avances logrados durante décadas de progreso social y de esfuerzos orientados al desarrollo. La desigualdad global en el ingreso y la riqueza han alcanzado niveles sin precedente. Los trabajadores han venido padeciendo una pauperización creciente y "países enteros" han sido reducidos a la miseria (la economía de la muerte).

De acuerdo con el Human Development Report publicado por la Organización de las Naciones Unidas, el 1% de la población más rica del mundo percibe un ingreso equivalente al que recibe el 57 % de la población más pobre. A escala mundial la diferencia en el ingreso entre el 20 % de los más ricos y el 20 % de los más pobres ascendió de 30 a 1 en 1960; de 60 a 1 en 1990; de 74 a 1 en 1999, y se tiene proyectado que para el año 2015 será de 100 a 1.

Entre 1999–2000 vivían "con menos" de 2 dólares al día 2,800 millones de personas, 840 millones se hallaban subalimentadas, 2,400 millones "no tenían acceso" a ninguna forma de servicios sanitarios mejorados, y "uno de cada seis niños" en edad escolar no asistían a la escuela. Se estima que alrededor del 50 % de la fuerza de trabajo no agrícola global se encuentra desempleada o subempleada1.

En varios países, los trabajadores han sufrido una declinación absoluta en los estándares de vida, por ejemplo, en los Estados Unidos, el ingreso semanal real de los trabajadores en la producción, sin incluir supervisores, descendió de 315 dólares en 1973 a 264 dólares en 1989 (en dólares de 1992). Luego de una década de expansión económica, dicho ingreso alcanzó en 1999 los 271 dólares, un nivel que continuó siendo menor al salario real promedio de 1962.

En América Latina y el Caribe, un subcontinente que desde los setentas ha padecido a causa de la "reestructuración neoliberal", alrededor de más o menos 200 millones de personas, equivalentes al 46 % de la población, viven en la pobreza. Entre 1980 y principios de los noventa (1991 – 1994), los salarios reales descendieron un 14 % en Argentina, 21 % en Uruguay, 53 % en Venezuela, 68 % en Ecuador, y 73 por ciento en Bolivia.2 Los Chicago-Boy en Chile no tuvieron estos problemas en la dirección de la economía ¡gracias a nuestro general Pinochet!.

Los porfiados defensores del capitalismo neoliberal nos prometieron, es más nos aseguraron que las reformas o los ajustes estructurales neoliberales marcarían una era de crecimiento económico, progreso tecnológico, estándares de vida en ascenso, y de prosperidad material, sin precedentes. La realidad es otra, en la era neoliberal la economía mundial se ha aletargado hacia el estancamiento. La tasa de crecimiento anual promedio del PIB mundial ha descendido de un 4.9 % entre 1950 y 1973 a 3% entre 1973 y 1992 a 2.7 % entre 1992 y 2001. Entre 1980 y 1998, la mitad de los países en desarrollo incluyendo las denominadas, economías en transición padecieron a causa de la caída en el PIB per cápita real.3

La economía global ha sido mantenida a flote a través de la economía estadounidense financiada mediante el endeudamiento. Entre 1995 y 2002 la economía estadounidense cuantificó el 96 % del crecimiento acumulado del PIB mundial.4. La expansión estadounidense ha sido financiada mediante los siguientes mecanismos: reducción del ahorro doméstico, elevación de las deudas del sector privado a niveles sin precedentes, y mediante la operación de enormes y siempre crecientes déficit de cuenta corriente, el proceso es insostenible.

Por otra parte, si los Estados Unidos no pueden continuar generando un déficit siempre creciente de cuenta corriente y ninguna de las otras economías grandes es capaz de funcionar eficazmente como la fuerza motriz autónoma, la economía global, neoliberal capitalista, se hallará bajo situaciones descendentes y expuesta a la amenaza de crisis financieras frecuentes y tal vez tan molestas como la globalización y/o la expansión del mito en algunas de sus partes.

Los desastres sociales y económicos ocasionados por el capitalismo neoliberal han conducido ya al surgimiento de una resistencia de base omnipresente y creciente. El deterioro adicional de las condiciones de la economía global bien puede empujar a millones de personas más allá del umbral de la tolerancia. No puede descartarse la posibilidad de un malestar global contra el capitalismo neoliberal. A todos aquellos, quienes nos consideramos a sí mismos como parte de una actitud crítica, progresista u otra, debemos encontrarnos listos, primero que nada intelectualmente, para un acontecimiento de tal naturaleza.

¿Hacia una solución imperial de la miseria neoliberal?

¿Existe alguna solución a la crisis dentro del actual contexto socioeconómico y político ya descrito? La economía estadounidense se encuentra en una profunda crisis, y dado el papel que dicha economía juega en la economía mundial mucho depende de ella misma. Pero el imperialismo estadounidense continúa controlando las fuerzas militares sin duda más poderosas del mundo.

¿Puede la elite gobernante de los Estados Unidos utilizar sus fuerzas para construir un imperio aún superior al actual, establecer un dominio político y militar sin precedentes sobre el mundo, y en el transcurso del proceso controlar la crisis económica estadounidense? De hecho, la actual política seguida por los Estados Unidos es un interno en pro de lograr precisamente esto.

Para que sea posible contener la explosión del déficit de la cuenta corriente estadounidense, se tienen que reducir las importaciones. Un camino es reducir ciertas importaciones clave tales como vehículos automotores y productos electrónicos incrementando el costo de dichos productos en dólares estadounidenses mediante una reevaluación del yen y del renminbi. Esto sólo puede ser logrado por medio de ejercer presión política, que ya está siendo aplicada.

Otras importaciones substanciales, tales como vestimentas y calzado, no pueden ser reducidas en cantidad significativa puesto que ya no existen los productores estadounidenses que pudieran abastecer la cantidad necesaria. Los costos pueden ser contenidos mediante la persistente imposición de una "carrera hasta el fondo", la continua transferencia de la producción hacia los países cada vez más pobres y desesperados. Aquí alguna fuerza militar opera de maravilla para forzar la imposición de la miseria neoliberal; considérense entre otros los resultados de la intervención de Estados Unidos en Nicaragua y África.

Sin embargo, las importaciones clave son los combustibles minerales, y aquí el costo de largo plazo sólo puede ser contenido mediante el control de los recursos físicos por los propios Estados Unidos; ahora será la mano del grifo que regula la producción y por lo tanto el precio. Este es uno de los aspectos de los beneficios económicos del poder político global estadounidense procurados a través del poderío militar.

El otro aspecto de cualquier estrategia capaz de contener el crecimiento insostenible del déficit de la cuenta corriente, necesariamente tiene que ser la expansión de las exportaciones estadounidenses. No obstante, con la base manufacturera de los Estados Unidos en declive terminal, sólo el prospecto de precios de monopolio por concepto de licencias, semillas genéticamente modificadas, productos farmacéuticos, música y películas, es un asunto puramente de poder político basado en el poderío militar.

¿Pero cómo puede ser financiado este proyecto imperial? Es probable que los costos de la expansión militar de los Estados Unidos agraven en vez de aliviar la crisis económica estadounidense. Stephen Roach de Morgan Stanley plantea la interrogante de si: "¿Puede la economía estadounidense, con su escasez de ahorros, continuar financiando una siempre creciente expansión de su superioridad militar?" La respuesta de Roach es la siguiente: "La confluencia de la historia, la geopolítica, y la economía me dejan cada vez más convencido que nunca, acerca de la idea de que un mundo centrado en los Estados Unidos se encuentra sobre una senda insostenible".5

¿Podría la expansión militar de Estados Unidos ser financiada por la expansión en sí misma? Andy Xie de Morgan Stanley estimó que los efectos directo e indirecto de la ocupación estadounidense de Iraq podrían ahorrar a los Estados Unidos unos 40 mil millones de dólares al año en el gasto correspondiente a las importaciones de petróleo. Suponiendo que estos "beneficios" sean plenamente logrados, ello representa sólo una fracción del déficit de la cuenta corriente estadounidense.

Pero frente a la resistencia popular crecientemente omnipresente en Iraq, los Estados Unidos todavía no han sido capaces de realizar ninguno de estos "beneficios" proyectados. Meses después de que hubieron terminado las denominadas "principales operaciones de combate" y a pesar del hecho de que Estados Unidos ha comprometido la mitad de la totalidad de su ejército regular en Iraq, Estados Unidos está perdiendo su agarre sobre Iraq, mostrándose incapaz de controlar los caminos y las fronteras, el agua y el suministro de electricidad.

De las treinta y tres brigadas de combate del ejército estadounidense, dieciséis se encuentra ahora en Iraq, dos se hallan en Afganistán, dos en Corea del Sur, y una en Kosovo. De las doce brigadas que se encuentran en los Estados Unidos, tres se hallan bajo actividades de entrenamiento orientado a su modernización, tres en reserva para la posible guerra en Corea y dos habrán de ir a relevar las tropas en Afganistán. Sólo quedan en existencia cuatro brigadas asignadas para relevar a las dieciséis brigadas que se encuentran en Iraq. En efecto, Estados Unidos ha agotado la totalidad de su ejército regular justo para ocupar países del Tercer Mundo tan empobrecidos como Afganistán e Iraq.

Cualesquiera que sean los "costos" o los "beneficios", el imperio estadounidense está perdiendo la batalla política e ideológica. De acuerdo con la última encuesta del Pew Global Attitudes Projet (con base en Washington), "la imagen de Estados Unidos alrededor del mundo ha experimentado un agudo giro hacia el empeoramiento".6 El proyecto de un imperio neoliberal global estadounidense basado en la fuerza, ya ha fracasado. Y ello no sólo debido a los límites internos en el desempeño del propio capitalismo, sino porque el intento de evitar la crisis económica - producida por las políticas neoliberales - a través del dominio militar global ya ha chocado contra los límites en la resistencia popular en Iraq. La crisis del neoliberalismo habrá de continuar.

¿Hacia la socialdemocracia?

¿Cómo será el mundo post-neoliberal? Una posibilidad es el regreso al capitalismo social-democrático. Entre 1950 y 1973, con instituciones socialdemocráticas tales como un gran gobierno, el keynesianismo, el compromiso de clase, la redistribución del ingreso y la riqueza, y la regulación del capital, el capitalismo mundial experimentó su gran "edad de oro". Durante un cuarto de siglo, los países capitalistas líderes disfrutaron de un rápido crecimiento, de un bajo desempleo, de niveles de vida en ascenso y de estabilidad social. Los Estados de la periferia y de la semiperiferia fueron capaces de realizar algunos progresos en el desarrollo nacional a través de la "sustitución de importaciones" o de la industrialización "socialista". Por ende ¿podría un regreso a la socialdemocracia lograr un regreso a la gran edad de oro?

Bajo el capitalismo socialdemocrático, las contradicciones inherentes del capitalismo no dejan de desarrollarse. Dentro de ciertos límites, las instituciones socialdemocráticas coadyuvan para aliviar los conflictos de clase y mantienen un nivel relativamente alto de demanda agregada. Bajo ciertas condiciones históricas, estas instituciones fueron consistentes en relación con tasas de interés tanto altas como estables y facilitaron una rápida acumulación capitalista.

Sin embargo, a medida que dichas instituciones existían y operaban, las mismas tendían a crear nuevas condiciones que crecientemente socavaban la acumulación en todo el mundo. El equilibrio cambiante de poder entre el capital y el trabajo, y entre el núcleo (o el centro) y la periferia, dieron como resultado el descenso de amplitud mundial de la rentabilidad y contribuyó a la crisis de la acumulación en los sesentas y los setentas.7

Fue exactamente en respuesta a la crisis del capitalismo socialdemocrático el que las elites gobernantes globales comenzaran a implementar el neoliberalismo como la "solución" a la crisis.

Supongamos que la crisis actual haya de ser resuelta sobre una base socialdemocrática. Las regulaciones nacionales del comercio y de los flujos de capital son introducidas, los mercados de trabajo y financieros son de nuevo regulados, el ingreso y la riqueza son significativamente redistribuidos en formas igualitarias, y el sector público desempeñe un papel significativo en la economía. ¿Serán suficientes estos cambios para aportar una nueva edad de oro? Sin modificar las instituciones fundamentales del capitalismo, ¿qué es lo que va a evitar que las contradicciones inherentes al capitalismo sigan desarrollándose? ¿Qué es lo que va a impedir que el "nuevo" capitalismo socialdemocrático ingrese en una nueva crisis de acumulación?

El establecimiento del capitalismo socialdemocrático no podría tener lugar sin una "victoria política" al menos parcial de las clases trabajadoras. Pero si éste se revela según sea el caso, las clases trabajadoras en las distintas partes del mundo demandarían no sólo restaurar sus derechos socioeconómicos históricos y consolidar sus derechos existentes, sino también ampliar estos derechos.

¿Cómo pueden ser financiadas estas nuevas reformas sociales? Si estás habrán de ser financiadas mediante impuestos adicionales sobre las ganancias del capital, ¿puede la resucitación de la socialdemocracia sobrevivir a la resucitación del poder negociador de las clases trabajadoras? Las tasas de crecimiento de la edad de oro posterior a la segunda Guerra Mundial fueron una excepción al estancamiento que caracteriza al capitalismo global en su fase monopólica. En ausencia de tales tasas de crecimiento, ningún capitalismo socialdemocrático resulta posible.

Existen otros problemas que un capitalismo socialdemocrático revivido no sería capaz de resolver. ¿Puede el capitalismo socialdemocrático proveer el marco institucional necesario para confrontar la crisis medioambiental global? La inversión y las regulaciones medioambientales incrementan los costos generales de la producción capitalista -esto no habrá de ser confundido con el hecho de que los negocios medioambientales pueden crear oportunidades rentables para algunos capitalistas individuales-.

Existe la cuestión de si tras haber tomado plenamente en cuenta los costos medioambientales, las utilidades restantes serán suficientes como para inducir un adecuado nivel de acumulación. Pero más probablemente, en una economía mundial capitalista con estados nacionales, la competencia entre los diferentes estados capitalistas impedirá que éstos asumieran totalmente los costos medioambientales. En ese caso, el capitalismo socialdemocrático simplemente será un camino "alternativo" hacia la catástrofe ecológica global.

Hacia una revaloración histórica del Socialismo

K. Marx expuso que la justificación histórica del capitalismo era desarrollar las fuerzas de producción. El capitalismo claramente ha tenido éxito en proporcionar la prosperidad material al 15 ó 20 por ciento de la población mundial ubicada en la parte alta de la escala. Sin embargo, "ha fracasado" decisivamente en cuanto a satisfacer las necesidades físicas y emocionales básicas de la gran mayoría de los seres humanos que viven en la periferia y la semiperiferia. De hecho, Immanuel Wallerstein ha planteado un cuestionamiento acerca de si acaso desde los comienzos de la economía capitalista ha existido alguna mejoría en la calidad de vida de la mayoría más pobre de la población mundial.8

Durante el Siglo XX, los seres humanos en dos ocasiones han sido sometidos a las guerras imperialistas surgidas de las contradicciones fundamentales del capitalismo. El pasado cuarto de siglo fue otra edad de oscuridad en la historia humana. Bajo el neoliberalismo, la desigualdad, la opresión y la explotación han alcanzado nuevos extremos. En el ínterin, bajo el capitalismo la humanidad se encuentra rápidamente acercándose a una catástrofe ecológica global.

A la luz de los enormes desastres económicos y sociales ocasionados por el neoliberalismo, es necesario reevaluar la experiencia histórica del socialismo. La experiencia del socialismo de estado en la ex Unión Soviética, Europa Oriental, China y Cuba se consideraron un gran fracaso hace apenas entre diez y quince años. Las sociedades del estado socialista además de sus características anti-democráticas, no fueron capaces de equipararse al capitalismo en términos de eficiencia e innovación técnica.

Durante algún tiempo, muchos han intentado diseñar nuevos modelos "viables" de socialismo. Muchos de estos modelos intentan ser tan eficientes como el capitalismo a través de incorporar características capitalistas tales como los mercados, la competencia y los incentivos privados.

Ahora pocos dudarían de que la mayoría de la gente de ex Europa Soviética y Oriental vivía mucho mejor bajo el socialismo de estado que bajo el presente capitalismo "libre" y "democrático". Aún en China, cuya economía ha venido a ser la más dinámica de todo el mundo, las reformas capitalistas desde principios de los noventas han reducido de manera substancial los estándares de vida de los campesinos y de la clase trabajadora urbana, de modo que en muchos aspectos (cuidado de la salud, educación, seguridad en el trabajo y condiciones en el sitio de trabajo), una proporción significativa de la gente trabajadora de China tiene hoy en día estándares de vida más bajos que los que tenía durante la era maoísta.

Los logros históricos del ex-socialismo de estado no deberán por algunos ser subestimados. El logro del pleno empleo y de la seguridad en el trabajo (libertad respecto del miedo al desempleo) para todos los adultos capaces, hombres y mujeres, fue de enorme importancia. Es bien sabido que los países del ex – socialismo de estado habían sido más exitosos en la satisfacción de las necesidades básicas de la gente (nutrición, cuidado de la salud, educación, vivienda y pensiones) y en cuanto a mejorar las condiciones de las mujeres, que aquellos países capitalistas con niveles similares de desarrollo económico.

El socialismo ex soviético, europeo oriental y cubano habría tenido éxito en cuanto a satisfacer virtualmente todas las necesidades sociales básicas, "un logro" que la mayoría de los países capitalistas avanzados no podrían argumentar, ¡aunque usted no lo crea!

¿Cuál será la relevancia del socialismo de estado para la lucha de hoy en día contra el neoliberalismo? A medida que la crisis del neoliberalismo se profundiza, en muchos estados periféricos y semiperiféricos (tales como los de América Latina), la situación se ha desarrollado hasta tal punto que sin una ruptura completa con el capital financiero internacional, con los estados imperialistas y con las instituciones internacionales que representan los intereses de dichos estados, simplemente no quedan recursos (después de pagar una porción significativa de producto nacional cada año al capital financiero internacional) ni siquiera para la simple reproducción de la sociedad, no digamos para hacer frente a los graves problemas sociales.

En esta situación, la única solución sensata posible en interés de la mayoría de la gente es la de realizar un acuerdo completo sui géneris con el orden capitalista internacional existente. La economía nacional requiere ser reestructurada de manera que los recursos sean reorientados hacia la producción destinada a resolver las necesidades básicas en vez de organizar la economía nacional en torno exclusivo hacia las exportaciones a los países centrales bajo condiciones de intercambio desigual, con el fin de importar productos de consumo suntuario para las elites privilegiadas y los medios de producción que son utilizados para reproducir el patrón existente de la división internacional del trabajo, generando "excedentes comerciales" para servir los pagos de la deuda y la fuga del capital financiero.

Pero estos arreglos de acuerdos singulares inevitablemente entrarán en conflicto con los intereses de los grandes capitalistas financieros e industriales. En algún punto, la nacionalización estratégica de los principales medios de producción y el desarrollo de un plan económico general y de amplio alcance tendrán que hacerse realidad para que la transformación económica y social sea sostenida, como quién dice, sería el regreso a la planeación económica nacional descentralizada y concertada con el sector privado, al estilo francés.

En la ex Unión Soviética, Europa Oriental y China "los corruptos procesos de privatización capitalista" son extremadamente impopulares. De tener lugar nuevas revoluciones sociales, se podría esperar que la renacionalización de todos los activos privatizados ilegalmente constituyera una de las principales demandas populares.

¿Es posible que la próxima ronda de revoluciones socialistas logre hacer mejor las cosas que las revoluciones del Siglo XX? ¿En qué forma puede el socialismo probar en sí ser mejor que el capitalismo? Al resumir las lecciones históricas del ex socialismo soviético, David Kotz argumenta que en términos puramente económicos, el socialismo de estado centralmente planificado era un sistema viable.

El sistema soviético se desintegró debido a que surgió y adquirió poder una alianza política pro-capitalista (incluyendo a la mayoría de la elite burocrática). Kotz sugiere que para que un socialismo futuro sea viable, tiene que haber un estado democrático y otras instituciones que impidan el desarrollo de una elite privilegiada y dominante.9

A condición de que la nueva sociedad socialista futura se base en la democracia política ¿cómo sería organizada y estructurada la economía socialista futura? Además de las muchas contribuciones teóricas existentes sobre el tema, los movimientos socialistas futuros serían ciertamente capaces de desarrollar una gran diversidad de nuevas instituciones, nuevas prácticas y luchas históricas actuales.

Finalmente, la futura economía socialista tiene que ser organizada de tal modo que sea capaz de resolver las contradicciones históricas con respecto a las cuales el capitalismo ha fracasado en dar solución.

Dado el registro histórico del ex socialismo de estado, uno pudiera tener gran confianza en que un sistema económico basado principalmente en la propiedad pública de los medios de producción y en la planeación democrática (control democrático sobre la asignación del excedente social) tendrá posibilidad de tener éxito en la satisfacción de las necesidades básicas de todos los miembros de la sociedad. Si esto puede lograrse, entonces, al menos, el socialismo habrá de aportar una vida material mejor para el 60 ó 70 por ciento de la población más pobre del mundo, cuyas necesidades básicas nunca han sido satisfechas bajo el capitalismo.

El socialismo ofrece la mejor de las esperanzas para que la humanidad evite la catástrofe ecológica global y para construir relaciones armónicas entre los seres humanos y nuestro medio ambiente. En este respecto, el registro del socialismo de estado no era favorable. Pero el registro necesita ser entendido en su contexto histórico. Además de la naturaleza burocrática y antidemocrática de la planeación socialista de estado, las sociedades del socialismo de estado fueron forzadas a engranarse en la competencia militar y económica contra los poderes capitalistas hostiles. Dichas sociedades se vieron forzadas a sacrificar todo con miras a "desarrollar las fuerzas de producción".

La esperanza es que la futura sociedad socialista tendrá ambientes exteriores mejores y generalmente benignos (si no va a haber un gobierno socialista mundial). En ese caso, no habrá presiones externas que fuercen al socialismo futuro a desarrollar las fuerzas de producción de manera rápida y de acuerdo con un arreglo desequilibrado. Establecidos los arreglos de la democracia política y de la planeación socialista, la gente en esas sociedades será capaz de debatir y decidir, basándose en sus propias preferencias, acerca de qué tanto excedente desearía generar, determinar la manera en que dicho excedente deberá de ser asignado.

La necesidad de contar con un medio ambiente sostenible, a través de los procesos democráticos, será comprendida por el público en general y será reflejada en la planificación, equilibrada con respecto a otras necesidades y deseos, incluyendo el deseo del confort material. A menos que uno crea que la gente siempre será de mente capitalista, deseando siempre tener más a pesar de la forma en que ello afecta a las futuras generaciones, entonces parece que "la preservación del medio ambiente" en el cual viven los seres humanos se volverá ciertamente uno de los objetivos supremos de la futura planeación socialista.

México no escapa a esta realidad histórica y la respuesta pendiente del debate intelectual se perfila con la siguiente pregunta: ¿cuál deberá ser el papel del Estado Mexicano, en relación con el capitalismo neoliberal, en el próximo sexenio 2006-2012?...

Fuentes utilizadas:

1

Naciones Unidas Human development report (Oxford University Press, 2000 y 2002); James Petras and Henry Veltmeyer, Globalización unmasked (Londres y Nueva York: Zed Books, 2001), p. 24; Food and Agricultural Organizatión of the United Nations, The state of food insecurity in the world, 2003 (Roma, FOA, 2003).

2

Ver Dollars & Sense, Real world macro (18ª edición, Cambridge, Mass.: Dollars and Sense, 2001), Apéndice 3; Duncan Green, Silente revolutión (Londres: Cassell, 1995), p. 91 y Apéndice A.

3

Roach, Stephen "Worldthink, Disequilibrium, and the Dollar", Morgan Stanley Global Economic Forum, 12 de mayo del 2003.

4

Ver Xie, Andy "Asia Pacific: The Ying-Yang World Reloaded", Morgan Stanley Global Economic Forum, 2 de junio del 2003.

5

Financial Times, 4 de junio del 2003.

6

Sobre la tendencia hacia el estancamiento del capitalismo monopólico y los límites de las políticas keynesianas, ver Paul A. Baran and Paul M. Sweezy, Monopoly capital (Monthly Review Press, 1987). Acerca del equilibrio cambiante del poder entre el capital y el trabajo en los países capitalistas avanzados, el descenso a escala mundial de la rentabilidad, y la crisis de acumulación, entre otros, ver Samuel Bowles, David M. Gordon, & Thomas E. Weisskopf, After the waste land (Armonky, N. Y.: M. E. Sharpe, Inc., 1990) y Philip Armstrong and Andrew Glyn, Capitalism since 1945 (Cambridge, Mass.: Basil Blackwell, 1991).

7

Wallerstein, Immanuel Historical capitalism with capitalist civilizatión (Londres: Verso, 1995).

8

Kotz, David Revolutión fronm above (Londres y Nueva York: Routledge, 1997).

9 Zurita C. Jaime M. El Método RAZ: 80 en la Investigación Económica. Mimeo FE-UNAM 20/08/05.

 

 

 

 

 

 



Primer  Anterior  Sin respuesta  Siguiente   Último  

 
©2024 - Gabitos - Todos los derechos reservados