La Intrascendencia del “ Día Mundial de la Poesía”
Los mercaderes del sentimiento siempre le están buscando una fecha especial a sus actos, requieren de algún tipo de reconocimiento que vaya más allá de una necesidad puramente romántica, necesitan del aplauso del respetable para sentirse realizados.
Los poetas en cambio, es decir la gente que sobrevive a su desquiciada existencia, entiende que el valor de su expresión no se amolda a los homenajes; sentarse a celebrar su creación como el recuerdo de sus peores años resulta frívolo y hasta anodino.
Muchos entienden que el mayor logro del poeta es escribir un libro, ganar un premio o hacerse famoso, pero debo confesar sin embargo que el principal y –quizás– único objetivo es sobrevivir, es decir, dejar que la locura no te arrastre por esos caminos sinuosos y te convierta en esa bestia que siempre temiste. Si ganas la carrera, si puedes tumbar a tu oponente, si sobrevives a esa guerra interna, si distraes a esa sombra, ya habrás conseguido algo.
El “ Día Mundial de la Poesía” de la UNESCO me sorprende con un dolor extraño cerca al corazón. Los domingos se alejan lentamente como las hojas muertas de este otoño.