“La intervención militar está teniendo un efecto contrario al deseado y, en lugar de proteger a los ciudadanos libios, provocará más muertes”, manifestó Rousseff tras presentar una campaña de combate al cáncer de mama y de cuello de útero, acto realizado en Manaos, ciudad capital del estado brasileño de Amazonas (noroeste). La mandataria brasileña aseveró que no existirá un Consejo de Seguridad de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) reformado sin la presencia como miembros permanentes de países, considerados grandes fuerzas emergentes en la economía mundial, como la India y Brasil. Aseguró que “Brasil es hoy la séptima economía del mundo y en algunos años seremos la quinta, la cuarta o la sexta, pero de cualquier forma no es concebible un Consejo de Seguridad de la ONU reformado sin este país con un asiento permanente”. Por su parte, el presidente nicaragüense llamó a detener los bombardeos sobre Libia y abogó por impulsar un mecanismo de diálogo, “tal y como lo ha propuesto el propio (líder libio, Muammar Al) Gaddafi”. Destacó que “yo le aceptaría al presidente Obama que dejáramos de hablar de las políticas del pasado si esas políticas ya hubieran desaparecido”, destacó el mandatario nicaragüense. Calificó de tiranía y dictadura la actuación del Consejo de Seguridad de la ONU y sostuvo que las medidas transcendentales deberían ser tomadas por el pleno del organismo y no por un grupo reducido de países poderosos. Además de Brasil y Nicaragua, países como Venezuela, Bolivia, Uruguay, Argentina y Ecuador han rechazado el ataque imperialista que Estados Unidos, Reino Unido y Francia lideran contra el pueblo libio. [teleSUR-Efe-Afp-Pl/nh-MFD]