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General: En España ... una exmonja denuncia el tráfico de niños .-
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Respuesta  Mensaje 1 de 5 en el tema 
De: Ruben1919  (Mensaje original) Enviado: 27/03/2011 11:34

REPORTAJE: Vidas robadas

Una exmonja denuncia el tráfico de niños

Mercedes Sánchez culpa a la exdirectora de la casa cuna de Tenerife de adopciones ilegales - Revela cómo operaba la red y cómo se maltrataba a los menores

NATALIA JUNQUERA / JESÚS DUVA - Madrid - 27/03/2011

 
 
 

Durante décadas miles de bebés en España fueron sustraídos o separados irregularmente de sus padres. EL PAÍS sigue con la serie sobre este tráfico de niños y ofrece el relato de las víctimas y de quienes participaron en las tramas. | Consulta el especial: Vidas robadas. | Participa en Eskup. ¿Crees que eres un niño robado o conoces a algún caso? Envíanos un correo electrónico.

Trabajó en la casa cuna de Tenerife -denunciada por robo de niños- desde el 16 de junio de 1963 hasta el 5 de septiembre de 1967. Menos de cuatro meses después, dejó de ser monja. Hoy, a sus 73 años, Mercedes Sánchez García confiesa por qué.

"La madre de Liberia gritaba el nombre de su hija agarrada a las rejas de la casa cuna"

"Dijo que inventara un nombre para el bebé por si me paraba la Guardia Civil"

"Ella iba a recoger bebés a Bilbao en avión y los distribuía en Tenerife"

Mercedes acabó expulsada de la orden tras enfrentarse a su jefa

"Reuní las fuerzas para hablar al leer en EL PAÍS la historia de Liberia Hernández [robada en la casa cuna de Tenerife a los ocho años] y las explicaciones que daba la superiora, sor Juana Alonso, negando haber conocido a esa niña. Yo recuerdo perfectamente a la madre de Liberia agarrada a las rejas del patio preguntando por su hija. Cuando yo empecé a trabajar allí ya habían dado a Liberia en adopción, pero el resto de niñas me explicó que aquella mujer que iba a las rejas era su madre. Estuvo años yendo a la casa cuna a preguntar por su hija. No la abandonó. Sor Juana la despachaba diciéndole que se olvidara, que Liberia estaría mejor con las personas que estaba".

Mercedes también confirma los malos tratos en la casa cuna que Liberia denunció en EL PAÍS. "Al principio, las niñas adoraban a sor Juana Alonso. De hecho, cuando la trasladaron a la casa cuna de Bilbao, pidieron por carta que volviera. En Bilbao conoció a doña Mercedes (Herrán de Gras, propietaria de una red de pisos nido para madres solteras). Cuando volvió, sor Juana era otra persona distinta. Las niñas se arrepintieron mucho de haberle hecho regresar. Les pegaba. Yo la pillé una vez dándole una paliza a una adolescente. Se la había llevado a un lugar apartado, para que nadie la viera, y la chiquilla, que tendría 15 años, le gritaba: 'Por favor, sor Juana... por favor'. Yo le dije que aquello que hacía era inmoral".

No fue el único enfrentamiento entre ambas monjas, pertenecientes a la congregación de las Hijas de la Caridad. "Sor Juana siguió yendo a ver a doña Mercedes. Iba a Bilbao en avión a recoger recién nacidos para darlos en adopción en la casa cuna de Tenerife, donde hacía la distribución. Ahora pienso que probablemente esos niños no sepan que son adoptados", recuerda Mercedes.

La exreligiosa cuenta una vivencia personal: "A mí también me envió una vez a Valencia a por un bebé. Fue en el verano de 1967. Antes de salir me dijo: 'Invéntate un nombre para el niño por si te para la Guardia Civil. Tienes que decir siempre el mismo'. Al llegar a la clínica que me había indicado, en pleno centro de la ciudad, una monja me pidió un sobre que me había dado sor Juana. No sé si era un talón, porque no vi lo que había dentro, pero a ella le pareció bien y me entregó al niño. Había nacido ese mismo día y era precioso. Era tan bonito que dije: '¿Pero la madre lo ha visto?'. La monja se enfadó y me contestó que la madre no tenía por qué verlo porque había renunciado a él y que yo tenía que sacar al bebé de allí enseguida".

Sor Juana había dado a Mercedes un día de asueto para visitar a su familia aprovechando el viaje para recoger a aquel niño de Valencia. "Al verme con el bebé, un familiar me preguntó por su documentación. Le dije que a mí no me habían dado nada más que al niño y me contestó que aquello no era legal, porque debía estar inscrito en el sitio en el que había nacido, es decir, en Valencia".

Cuando Mercedes regresó a Tenerife, le expuso a sor Juana las dudas que le había transmitido su familia. "Se enfadó muchísimo. Me gritó: '¡20 años llevo haciendo esto y viene el último mono a reprochármelo. Ahora bese usted el suelo y váyase!'. Me quedé anonadada. Al día siguiente, cuando fui a ver al niño que había traído, ya no estaba. Había sido dado en adopción. Y cuando pregunté por él, me dijo: 'Está en buenas manos".

Para entonces, Mercedes ya tenía muchas dudas sobre lo que estaba ocurriendo en aquella casa cuna. "Entre nosotras [las 23 monjas que trabajaban en aquel hogar infantil] lo comentábamos, pero solo eran rumores porque sor Juana era muy taimada, hermética, y lo hacía todo por su cuenta. Yo nunca vi dinero y en la comunidad no repercutía nada. Pero a los niños los traía y llevaba de Bilbao en avión".

"En la entrevista en EL PAÍS", prosigue Mercedes, "sor Juana hablaba de un bebé que habían dejado abandonado en el torno de la casa cuna con un papelito de su madre diciendo que no se podía hacer cargo de él. Lo recuerdo perfectamente porque a aquel recién nacido lo cogí yo. Lo sé porque entonces solíamos despertar a los niños hacia las doce y media de la noche para llevarlos al baño y que no se hicieran pis en la cama y sobre esa hora sonó la sirena del torno. Era un bebé precioso, pero al día siguiente, cuando fui a verle, ya no estaba. Sor Juana se lo había entregado a alguna familia". La propia sor Juana confesó a EL PAÍS: "Preferíamos dar al niño siempre recién nacido. Si las madres no venían, como mucho a los pocos meses se daba al niño y como teníamos fama de darlos bien, ninguno se nos hacía mayor en nuestro centro. Se los llevaban antes".

Sor Juana, superiora de la casa cuna de Tenerife durante 19 años [lo normal en su congregación eran cuatro prorrogables a seis] nunca perdonó a Mercedes que hubiera cuestionado su autoridad y sobre todo, la legalidad de las adopciones que llevaba a cabo. "A partir de aquel día me hizo la vida imposible. Se inventó cosas sobre mí. Me acusó de lo peor que se puede acusar a una monja. ¡Yo ni conocía a aquel hombre!".

Como primera medida, sor Juana Alonso sacó a Mercedes de la casa cuna. "Me envió a Sevilla con otras Hijas de la Caridad para que reflexionara. La superiora de Sevilla me dijo que estaba a tiempo de arrepentirme y me ofreció quedarme allí a cuidar de los cerdos y las gallinas que tenían. Pero yo no tenía nada de lo que arrepentirme y le contesté que además ni mi misión ni mi vocación era la de cuidar cerdos y gallinas. Le escribí una carta angustiada a William Slattery, superior de las Hijas de la Caridad, en París, contándole lo que me había pasado. El 17 de diciembre de 1967, justo el día de mi cumpleaños, llegó la respuesta", relata enseñando la misiva. "Me liberaba de los votos de pobreza, castidad, obediencia y servicio a los pobres, y lo hacía, según decía, atendiendo a unos informes que había recibido sobre mí y en los que estoy segura que sor Juana tuvo mucho que ver".

El impacto de aquella carta y de todo lo que había visto en la casa cuna de Tenerife fue brutal para Mercedes. "Tuve una crisis de fe gordísima. Dejé de creer en los curas y en las monjas y decidí dejar de serlo yo misma", relata. Hoy va a misa todos los días y piensa en lo distinta que habría sido su vida si aquella mujer no se hubiera cruzado en su camino: "Sor Juana era soberbia. Se comportaba como un semidiós. Hacía y deshacía las vidas de la gente y tenía la conciencia muy laxa. No creo que hoy se arrepienta de nada de lo que hizo".

Mercedes sí lamenta algo. No haberse acercado a aquella mujer que se agarraba a los barrotes de la casa cuna gritando el nombre de su hija: Liberia.

 

Frentes abiertos

- Exhumaciones de cadáveres. Desde que el fiscal general del Estado, Cándido Conde-Pumpido, recibió el pasado 27 de enero las denuncias de 261 posibles casos de robo de niños en toda España, la Asociación Nacional de Afectados por Adopciones Irregulares (Anadir), ha reunido 1.000 más. Pumpido decidió remitir cada denuncia a las respectivas fiscalías provinciales y nombrar a la fiscal de sala Elvira Tejada como coordinadora de las investigaciones. Tejada ha dado orden a los fiscales provinciales de que no se archive ningún caso en tanto que no avancen las investigaciones de la policía. Algunas fiscalías planean ya pedir a los jueces que exhumen varios cadáveres en cementerios para comprobar si los restos corresponden a los niños a cuyas familias les dijeron que habían muerto y que ahora sospechan que en realidad fueron dados en adopción. Solo en Madrid, donde ya han empezado a declarar las víctimas, hay 81 denuncias por robo de bebés. En Cataluña, Anadir ha anunciado que añadirá 40 más a las 36 ya presentadas. Por su parte, el ministro de Justicia, Francisco Caamaño, también ha nombrado a un fiscal, Ángel Núñez, como asesor de las asociaciones de afectados. Al reunirse con Mar Soriano, coordinadora de una de las plataformas de víctimas, y su abogado, el pasado jueves, se comprometió a remover obstáculos para que tengan acceso a los registros oficiales y puedan solicitar toda la documentación necesaria para denunciar sus casos.

- Apoyo político. Todos los partidos condenaron el robo de niños y pidieron que se persiga y castigue a los culpables. Lo hicieron el pasado 15 de marzo en la Comisión de Justicia del Congreso tras escuchar durante toda una mañana a los portavoces de las principales asociaciones de afectados por el robo de niños. Portavoces de todos los grupos también se comprometieron ante las víctimas a remover obstáculos y presionar a las instituciones.

- Asociaciones. Plataforma de Afectados de Clínicas de Toda España. Causa: niños robados; Asociación Nacional de Afectados por Adopciones Irregulares (Anadir). Asociación de Afectados Clínica San Ramón; Adoptados.org

 


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Respuesta  Mensaje 2 de 5 en el tema 
De: Ruben1919 Enviado: 27/03/2011 11:39

REPORTAJE: Vidas robadas

"Las monjas les lavaban el cerebro a aquellas chicas embarazadas"

Una exreligiosa denuncia irregularidades en una vieja clínica madrileña

J. D. / N. J. - Madrid - 27/03/2011

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Durante décadas miles de bebés en España fueron sustraídos o separados irregularmente de sus padres. EL PAÍS sigue con la serie sobre este tráfico de niños y ofrece el relato de las víctimas y de quienes participaron en las tramas. | Consulta el especial: Vidas robadas. | Participa en Eskup. ¿Crees que eres un niño robado o conoces a algún caso? Envíanos un correo electrónico.

"Las monjas les lavaban el cerebro a las chicas. Les decían que era una deshonra tener un niño siendo soltera. Y les prometían trabajo. Yo siempre pensé que ahí había algo oscuro". María Pilar Angelines Fuertes Sánchez, hoy es ATS en una prisión vasca, pero muchos años atrás fue religiosa de la congregación de las Carmelitas del Sagrado Corazón de Jesús. Entre 1981 y 1984 estuvo haciendo una suplencia en el nido de la clínica Nuestra Señora de Loreto, en Madrid. "Quisiera ayudar con mi pequeña aportación por si sirve para algo", explica. En ese sanatorio nacieron el príncipe Felipe y las infantas Elena y Cristina.

"A esa clínica acudían muchísimas jóvenes acompañadas de unas religiosas que, según decían estas, no querían hacerse cargo de sus bebés. Nos decían que teníamos que colocarlas aparte, separadas de las otras madres y del nido, para que no oyeran el llanto de los niños y se echaran atrás [a la hora de entregar el bebé]". "Cuando daban a luz, aparecían los padres adoptivos. Era gente pudiente. Cuando se llevaban a los niños, se les veía muy contentos y los vestían con ropas caras".

A María Pilar y a otros trabajadores se les había ordenado que no hablaran con las jóvenes embarazadas que las monjas llevaban a la clínica para dar a luz y entregar a sus hijos a otras familias. También se les había dicho que los padres adoptivos abonarían los gastos del parto y de la clínica hasta que las parturientas fuesen dadas de alta.

"Yo sé que uno de aquellos niños fue entregado al hermano de sor Pura, que era la jefe de enfermeras del sanatorio. Otro bebé fue dado a una familia de Canarias, que regaló al personal del nido unos cartones de tabaco procedentes de esas islas", detalla.

Esta exreligiosa no ha olvidado cómo las monjas más antiguas comentaban que a aquellos niños se les inscribía en los registros como si fueran hijos biológicos de las mujeres a las que se los daban en adopción.

Pero el conocimiento de María Pilar sobre este presunto tráfico de bebés arranca de muchos años antes. Porque en 1958, siendo una novicia de solo 16 años, fue enviada a Óbidos (Portugal) y allí fue testigo de hechos similares. "Vi cómo una niña era dada en adopción a un matrimonio de Quart de Poblet (Valencia), a la que pusieron el nombre de Asunción en honor a la fundadora de la congregación de religiosas que la entregó. También recuerdo a otras dos niñas hermanas, una de dos años y la otra de tres. Fueron dadas en adopción a dos familias de Valencia, y separadas".


Respuesta  Mensaje 3 de 5 en el tema 
De: Ruben1919 Enviado: 27/03/2011 11:41

Vidas robadas

"Empapelé Valladolid en busca de mi madre"

J. D. / N. J. - Madrid - 27/03/2011

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Durante décadas miles de bebés en España fueron sustraídos o separados irregularmente de sus padres. EL PAÍS sigue con la serie sobre este tráfico de niños y ofrece el relato de las víctimas y de quienes participaron en las tramas. | Consulta el especial: Vidas robadas. | Participa en Eskup. ¿Crees que eres un niño robado o conoces a algún caso? Envíanos un correo electrónico.

Magda Martínez Beneyto vino al mundo el 22 de diciembre de 1974 en la extinta clínica Nuestra Señora de Loreto, en la avenida de la Reina Victoria de Madrid. Allí la parió su madre tras haber pasado parte del embarazo en Tu Casa, un chalé de Carabanchel Bajo regentado por sor Pura Fernández y González. Esta religiosa es quien figura como "conocedora" de su nacimiento en la inscripción del Registro Civil.

Los padres adoptivos de Magda son de Novelda (Alicante). Tenían amistad con un pudiente industrial local y le pidieron ayuda para conseguir un niño. "Este les puso en contacto con sor Pura y ella fue quien les entregó a una niña, que soy yo", cuenta Magda. "Por lo que me han contado, la monja les dijo que yo era hija de una chica soltera de 15 años, de Valladolid, que se llamaba María Navarro. Pero me temo que todo sea falso", agrega.

"Me trajeron a Novelda sin ningún papel. Mis padres no tramitaron mi adopción plena hasta abril de 1976, es decir, casi un año y medio después de mi nacimiento. Yo sé, porque así me lo han contado, que mi padre estuvo pagando dinero por mí durante mucho tiempo. Lo hizo a plazos", prosigue Magda. "Lo más sospechoso es que en mi expediente de adopción no consta en ninguna parte que mi madre biológica renunciara a mí ni que otorgase su consentimiento para que fuese dada en adopción".

Dispuesta a encontrar sus orígenes, contrató en el año 2004 a un detective con el encargo de que rastrease en pos de una mujer que se llamase María Navarro. Era una pista débil... Pero, pese a ello, decidió gastar el dinero. El detective le dio una larga lista de mujeres con ese nombre y llegó incluso a Baleares tras la pista de una de ellas. Todo en vano.

Sin darse por rendida, Magda encargó en una imprenta grandes carteles buscando a María Navarro. "Los mandé pegar por todo Valladolid. Pero fue un fracaso". Nadie respondió a su llamada. Nadie se reconoció en la historia reflejada en los carteles.


Respuesta  Mensaje 4 de 5 en el tema 
De: Ruben1919 Enviado: 27/03/2011 11:45
Sor Juana es la quinta por la izquierda
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Sor Juana es la quinta por la izquierda, en la segunda fila. Mercedes tiene la mano apoyada en el muro.-

 

Respuesta  Mensaje 5 de 5 en el tema 
De: Ruben1919 Enviado: 27/03/2011 12:01

La exreligiosa cuenta una vivencia personal: "A mí también me envió una vez a Valencia a por un bebé. Fue en el verano de 1967. Antes de salir me dijo: 'Invéntate un nombre para el niño por si te para la Guardia Civil. Tienes que decir siempre el mismo'. Al llegar a la clínica que me había indicado, en pleno centro de la ciudad, una monja me pidió un sobre que me había dado sor Juana. No sé si era un talón, porque no vi lo que había dentro, pero a ella le pareció bien y me entregó al niño. Había nacido ese mismo día y era precioso. Era tan bonito que dije: '¿Pero la madre lo ha visto?'. La monja se enfadó y me contestó que la madre no tenía por qué verlo porque había renunciado a él y que yo tenía que sacar al bebé de allí enseguida".



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