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General: El 29 de mayo de 1892 nace la poetisa Alfonsina Storni
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De: Nobotuma (Mensaje original) |
Enviado: 28/05/2011 00:49 |
El
29 de mayo de 1892 nace Alfonsina Storni, poeta y escritora argentina
quien también ejerciera como maestra en diversos centros educativos y
aprovechaba para escribir poesías y algunas piezas de teatro. Su prosa
es considerada feminista ya que en ella plantea la igualdad entre el
hombre y la mujer. Storni fue diagnosticada de cáncer de mama y eso la
deprimió lo que la llevó a poner fin a su vida en Mar del Plata en 1938.
DolorQuisiera esta tarde divina de octubre
pasear por la orilla lejana del mar;
que la arena de oro, y las aguas verdes,
y los cielos puros me vieran pasar.
Ser alta, soberbia, perfecta, quisiera,
como una romana, para concordar
con las grandes olas, y las rocas muertas
y las anchas playas que ciñen el mar.
Con el paso lento, y los ojos fríos
y la boca muda, dejarme llevar;
ver cómo se rompen las olas azules
contra los granitos y no parpadear;
ver cómo las aves rapaces se comen
los peces pequeños y no despertar;
pensar que pudieran las frágiles barcas
hundirse en las aguas y no suspirar;
ver que se adelanta, la garganta al aire,
el hombre más bello, no desear amar...
Perder la mirada, distraídamente,
perderla y que nunca la vuelva a encontrar:
y, figura erguida, entre cielo y playa,
sentirme el olvido perenne del mar.
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Gracias Nobo ... para tí de la sublime Storni ...
TU ME QUIERES BLANCATú me quieres alba, Me quieres de espumas, Me quieres de nácar. Que sea azucena Sobre todas, casta. De perfume tenue. Corola cerrada Ni un rayo de luna Filtrado me haya. Ni una margarita Se diga mi hermana. Tú me quieres nívea, Tú me quieres blanca, Tú me quieres alba. Tú que hubiste todas Las copas a mano, De frutos y mieles Los labios morados. Tú que en el banquete Cubierto de pámpanos Dejaste las carnes Festejando a Baco. Tú que en los jardines Negros del Engaño Vestido de rojo Corriste al Estrago. Tú que el esqueleto Conservas intacto No sé todavía Por cuáles milagros, Me pretendes blanca (Dios te lo perdone), Me pretendes casta (Dios te lo perdone), ¡Me pretendes alba! Huye hacia los bosques, Vete a la montaña; Límpiate la boca; Vive en las cabañas; Toca con las manos La tierra mojada; Alimenta el cuerpo Con raíz amarga; Bebe de las rocas; Duerme sobre escarcha; Renueva tejidos Con salitre y agua; Habla con los pájaros Y lévate al alba. Y cuando las carnes Te sean tornadas, Y cuando hayas puesto En ellas el alma Que por las alcobas Se quedó enredada, Entonces, buen hombre, Preténdeme blanca, Preténdeme nívea, Preténdeme casta. |
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una mujer que se destacó por su postura respecto a los prejuicios sociales —que avivaba por su situación de madre soltera—, por su vida literaria manifiesta en su poesía y en su amistad con los grandes autores de la época —Gabriela Mistral, Oliverio Girondo, Horacio Quiroga— y, sobre todo, por el mito que rodea a su muerte.
Alfonsina, así a secas como la recordamos, es una de las leyendas de la literatura hispanoamericana que con más fuerza retumban en la memoria del colectivo, a donde llegó de la mano de la canción de Ariel Ramírez y Félix Luna que le ha dado la vuelta al mundo en la voz de Mercedes Sosa. La misma canción que, en una licencia poética, habla de una Alfonsina que le dice a su interlocutor —en la canción una nodriza, pero podría ser cualquiera— que, “si llama él” no se le diga nunca que ella está. “Di que me he ido”, completan Ramírez y Luna su idea poética de la despedida de Alfonsina.
¿Cómo murió Alfonsina Storni? La canción misma habla de una mujer que sufre y que decide marcharse “vestida de mar”, y el mito ha establecido que la autora de El dulce daño caminó aguas adentro hasta ahogarse, víctima de una depresión amorosa. Una muerte más poética, imposible. Pero lo cierto es que no fue así como ocurrió: ni caminó aguas adentro ni se suicidó por mal de amores.
En la exposición del Centro Virtual Cervantes está este artículo de Guzmán Urrero Peña que aclara el asunto. La depresión de Alfonsina sí era real, pero su motivo era el cáncer que tres años antes le había arrebatado un seno durante una operación quirúrgica. Y su muerte en el mar también fue real pero, en lugar de caminar aguas adentro, Alfonsina se lanzó desde el espigón —un macizo saliente en la costa— de la playa La Perla, en Mar del Plata, y su cuerpo fue hallado a la mañana siguiente por dos obreros que pasaban. En el lugar se ha erigido el monumento de la foto que encabeza esta nota, al que cada 25 de octubre se acercan cientos de personas a honrar la memoria de Alfonsina.
Al respecto reflexiona Urrero Peña:
Hay mucho secreto en el suicidio de un poeta. El lector busca ingredientes extraordinarios en ese hormigueo penoso que empuja al creador más allá del abismo. Por esta senda, triunfa el cliché romántico. Es inevitable, por consiguiente, relacionar la desolación marina de Storni con los motivos literarios que desgrana su biógrafa, Josefina Delgado: la naturaleza, “potente y que despierta todos los instintos”, que “se funde con la mujer y le dice que tiene un cuerpo y que debe oírlo”.
Aun otro mito rodea a Alfonsina y es su postura feminista, manipulada a lo largo de los años, algunas veces por desconocimiento y otras por el puro interés de sumar nombres mayúsculos a las causas propias. Lo comenta Alberto Acereda en este trabajo:
…las críticas del feminismo radical (y el adjetivo es importante) no cesan en su intento de dar una falsa idea de erudición presentando la obra de Storni (y lo mismo de cuantas poetas salgan a su paso) dentro de un galimatías crítico-teórico plagado de pura demagogia. (…) Pero basta leer la poesía de Alfonsina Storni para comprobar el mito falseado del feminismo más burdo. En la Storni está el yo de mujer, el sentimiento encarnado de la hembra que aboga por la igualdad con el varón pero que confiesa también, sin escrúpulos, la necesidad del hombre como compañero.
Me levante temprano y anduve descalza Por los corredores: bajé a los jardines Y besé las plantas
Peiné mis cabellos. Perfumé las manos Fijos en la verja mis ojos quedaron,
El reloj me dijo: diez de la mañana. Afuera, sol como no he visto Sobre el mármol blanco de la escalinata. Fijos en la verja siguieron mis ojos, Fijos. Te esperaba.
Cuánta dulce tortura quietamente sufrida Cuando, picada el alma de tristeza sombría, Sabedora de engaños, me pasada los días ¡Besando las dos manos que me ajaban la vida!
Tú me dijiste: no lloró mi padre; Tú me dijiste: no lloró mi abuelo; No han llorado los hombres de mi raza, Eran de acero.
Así diciendo te brotó una lágrima Y me cayó en la Boca... Más veneno Yo no he bebido nunca en otro vaso Así pequeño.
UN DIA
Andas por esos mundos como yo; no me digas Que no existes, existes, nos hemos de encontrar; No nos conoceremos, disfrazados y torpes, Por los anchos caminos echaremos a andar.
No nos conoceremos, distantes uno de otro Sentirás mis suspiros y te oiré suspirar. ¿Dónde estará la Boca, la Boca que suspira? Diremos, el camino volviendo a desandar.
Quizá nos encontremos frente a frente algún día, Quizá nuestros disfraces nos logremos quitar. Y ahora me pregunto... Cuando ocurra, si ocurre, ¿Sabré yo de suspiros, sabrás tú suspirar?
Q U E J A
SEÑOR, mi queja es ésta, Tú me comprenderás: De amor me estoy muriendo, Pero no puedo amar.
Persigo lo perfecto En mí y en los demás, Persigo lo perfecto Para poder amar.
Me consumo en mi fuego, ¡Señor, piedad, piedad! De amor me estoy muriendo, ¡Pero no puedo amar!
Fuente:http://jorgeletralia.blogsome.com/2006/06/22/la-verdadera-muerte-de-alfonsina-storni/
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gracias nobo y ruben |
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Me encantó tu aporte Rubén...gracias
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Q U E J A
SEÑOR, mi queja es ésta, Tú me comprenderás: De amor me estoy muriendo, Pero no puedo amar.
Persigo lo perfecto En mí y en los demás, Persigo lo perfecto Para poder amar.
Me consumo en mi fuego, ¡Señor, piedad, piedad! De amor me estoy muriendo, ¡Pero no puedo amar!
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