En verdad, no esperaba que Colombia cayera ante Perú (mucho menos, por 2 a 0).
En cuanto a Argentina y Uruguay, siempre pensé que la victoria podía estar para cualquiera. Aunque si nuestra selección estaba con todas las luces, tendría el triunfo casi asegurado. Al fin de cuentas, éramos locales y contábamos con el mejor jugador del mundo.
Argentina jugó muy bien por momentos. Y en varias ocasiones fue superior a los uruguayos. Sin embargo, no supo aprovechar la diferencia de jugar durante el 2º tiempo con un jugador más.
Ponerlo a Tévez no fue acertado, no solo porque terminó fallando en su penal, sino porque no hizo nada en el campo de juego, ni hoy, ni en los primeros dos partidos de la Copa. Lamentablemente, el DT se dejó influenciar por los deseos de la gente y del periodismo (porque en un principio no pensó en convocarlo).
También jugó en nuestra contra, el gran desempeño del arquero uruguayo (que encima, resultó ser argentino de nacimiento).
La Selección encontró a un verdugo surgido de su propio vientre para quedar afuera en su casa. Fernando Muslera, el arquero del equipo uruguayo fue el principal responsable de la victoria charrúa. Y sí, es argentino de nacimiento. Como dicen, no hay peor cuña que la del mismo palo.
Es más que significativo el detalle del día del nacimiento de Muslera. Néstor Fernando nació el 16 de junio de 1986, minutos antes de que ese mismo día, Argentina derrotara a Uruguay en el Mundial de México, que luego quedó en manos del equipo de Bilardo. En ese momento, Norma y Hugo, los padres, estaban probando suerte en Buenos Aires.
Pero apenas ocho meses duró el periplo de Fernando en Argentina. Su familia volvió a Uruguay y allí creció el ahora arquero de la Lazio de Italia.
En la noche de Santa Fe, el arquero fue el gran responsable de la eliminación argentina. Durante los 120 minutos de partido se convirtió en figura al detener más de un remate de peligro de Higuaín, de Messi, de Tevez. Y en los penales la rompió.
En el tercer remate argentino, Muslera se tiró a su derecha, mismo palo que eligió Tevez para disparar. Y con sus manos detuvo a la Selección del país que lo vio nacer. Claro, le dio la clasificación a su querida Uruguay, en la que creció y a la que representa como si hubiera nacido allí.
SALUDOS REVOLUCIONARIOS
(Gran Papiyo)