Es aquí donde, independientemente de las intenciones de su autor, el libro refuerza una política que pretende ser hegemónica en el campo de la Salud Mental: vaciar la complejidad de la subjetividad al reducirla exclusivamente a un circuito neuronal. Por ello, como escribimos en otro artículo,[3] la crítica a Freud se sostiene en un paradigma de época: el revisionismo histórico neoliberal que se basa en interpretar sesgadamente la vida íntima del sujeto para descalificar su práctica y su producción teórica.[4]
La fabulación de Onfray
Fabulación: (n. f.) Retomado a mediados del siglo XX con un nuevo sentido Manera caprichosa y hasta mentirosa de presentar o trasmitir hechos.[5]
Michel Onfray es un filósofo francés que se caracteriza por sostener ideas provocativas. Sus peleas con el mundo académico lo fueron transformando en un personaje de los medios de comunicación. Bajo el lema “filosofía para todos” funda la Universidad Popular de Caen donde no es necesario tener estudios previos para ingresar como alumno. Se declara anarquista y sostiene una difusa metafísica hedonista desde la cual critica el cristianismo y el platonismo. Con sus libros ha adquirido una cierta popularidad al querer renovar el discurso filosófico. En especial la serie de textos donde plantea una contrahistoria de la filosofía.[6]En su provocación contra lo que llama “los saberes oficiales” no duda en caer en contradicciones. Como en este texto donde, luego de fundamentar los furibundos ataques a la teoría y la práctica del psicoanálisis freudiano, en el último capítulo defiende la pertinencia del “freudomarxismo”. Como si este no hubiera encontrado su punto de partida en los textos de Freud. Desde el inicio del libro nos damos cuenta que el autor pretende hacer un ajuste de cuentas personal con el psicoanálisis. En la introducción relata la fascinación que le produjeron en la adolescencia algunos textos de Freud. A partir de otras lecturas comenzó a darse cuenta de la “estafa” teórica y clínica que había impuesto a la humanidad mientras sus discípulos escondían “la historia negra del psicoanálisis”. Por supuesto, es Onfray quién va a revelar esos secretos guardados durante muchos años. Es así como realiza un análisis de la obra completa de Freud durante un tiempo que precisa con exactitud: “entre junio y diciembre de 2009”. Esto lo lleva a escribir lo que llama una “psicobiografía” para decir lo que los “hagiógrafos” han ocultado. El libro está escrito sin ninguna referencia bibliográfica con lo cual parece que todas son ideas del autor. Las pocas referencias son para nombrar a Ernst Jones y Peter Gay como modelos de autores hagiográficos. Se apoya en El libro negro del psicoanálisis y los llamados “historiadores revisionistas” de EE. UU. cuyo pensamiento se funda en rumores, leyendas y una interpretación de la vida de Freud para cuestionar su teoría y su práctica. También en los textos de Pierre Debray-Ritzen y Jacques Bénesteau representantes de la nueva derecha francesa. Es cierto, cita la obra El descubrimiento del inconsciente. Historia y evolución de la psiquiatría dinámica de Henry F. Ellenberg publicada en 1970 para rescatar que se trata de la primera revisión de la historia oficial de Freud. Nada más. Evidentemente Onfray desconoce los libros y artículos que analizaron aspectos de la vida de Freud y otros que reformularon la teoría y la clínica freudiana.[7] En especial el texto de Emilio Rodrigué Sigmund Freud. El siglo del psicoanálisis cuya versión en francés Onfray podría conseguir en cualquier librería. Allí Rodrigué hace uno de los análisis más agudos sobre la vida y la obra de Freud escritos hasta la fecha, desarrollando todos los tópicos que Onfray quiere creer que se siguen manteniendo en secreto. O, lo que es peor aún, que los revela por primera vez.[8] Su objetivo es claro: demostrar que Freud es un monstruo. De allí que lo acuse de drogadicto, incestuoso, misógino, infiel, homofóbico, manipulador, mentiroso, falsificador, masturbador y, como si fuera poco, antisemita y fascista.[9] Debemos aclarar que Onfray sostiene una perspectiva moralista acerca de qué es “normal” y “patológico”. De allí que acuse a Freud de borrar esas diferencias que supuestamente impiden distinguir “el verdugo de la víctima”, “el enfermo del hombre normal” y “el loco del psiquiatra”.[10] De esta manera inventa un personaje llamado Sigmund Freud cuya animosidad está planteada de entrada. En las primera líneas escribe: “Freud forma parte de esa ralea que quiere las ventajas de la celebridad sin sus inconvenientes: aspira ardientemente a que se hable de él, pero bien y en los términos elegidos por él mismo”. Digamos que si esto era lo que Freud aspiraba su resultado no fue muy bueno: denostado y criticado por las asociaciones médicas de su época las cuales consideraban que sus ideas no tenían ningún fundamento científico; sus libros quemados y el psicoanálisis perseguido como “ciencia judía” por los nazis; prohibido por los estalinistas; repudiado por la iglesias que ven en el psicoanálisis un ataque a la religión y a la moral; invalidado como “ciencia degenerada” por los grupos de derecha y los gobiernos totalitarios; cuestionado actualmente por el neopositivismo psiquiátrico. Sin embargo Onfray es consecuente con su fabulación a partir del personaje que ha inventado. En todas las páginas hay frases y adjetivos que descalifican todo lo hecho por Freud. No ahorra ironías para caricaturizar situaciones. Por ejemplo, al escribir sobre la supuesta “actitud frenética con referencia a la masturbación que parece haber sido su gran pasión” agrega “no queda sino sonreír ante los recuerdos de Paula Fichtl (la mucama de la familia) asombrada de que los bolsillos de los pantalones de Freud tuvieran siempre grandes agujeros”. Evidentemente no podemos menos que sonreír ante tan rigurosa argumentación. El método que emplea es tomar algunos aspectos de la vida de Freud para elaborar interpretaciones arbitrarias que abonen su “monstruosidad”. Para ello utiliza diferentes recursos: 1º) Dar como cierto algunas leyendas. Freud cocainómano. En 1880 la cocaína es utilizada como tratamiento médico para combatir la fatiga y los problemas estomacales. Todavía no se sabía sobre sus efectos adictivos. Freud la consume para investigar sobre sus posibilidades analgésicas. Como dice Rodrigué: “Durante muchos años él sufrió depresión, astenia y apatía anímica, con dispepsia contumaz, síntomas corporales que luego asumieron la forma de ataques de angustia... La cocaína resolvía el cuadro, levantaba la depresión y la opresión dispéptica del estomago”. De allí el entusiasmo de Freud que lo llevó a escribir un artículo sobre sus beneficios.[11] Años después se dio cuenta de la adicción que conlleva su consumo. 2º) Afirmar como reales rumores sobre su vida. Fue Carl G. Jung quien comenzó a hacer circular el rumor de que Freud tenía relaciones sexuales con su cuñada Minna. Este hecho nunca pudo ser comprobado aunque Onfray lo da por cierto. Además afirma que Freud la habría dejado embarazada y luego obligado a hacer un aborto. El problema es que para esa fecha Minna tenía 58 años y Freud 67 años. Por otro lado uno se pregunta ¿cuál es la importancia para la historia del psicoanálisis que Freud se hubiera acostado con su cuñada? 3º) Imagina diálogos con personas de su entorno. Es conocido el error de Freud al analizar a su hija Anna durante varios años. Esto lo lleva a imaginar varios diálogos de ese tratamiento. Entre ellos que Freud demuestra su perversidad al impulsarla a desarrollar su homosexualidad. 4º) El libro contiene muchos errores históricos como consecuencia de una falta de rigurosidad en la investigación. Para citar uno de ellos cuando afirma que “el año siguiente (1904) en la Argentina, un psiquiatra criminólogo habla de Freud en una artículo”. Es evidente que se refiere a José Ingenieros. En realidad, el primero que habla de Freud fue el médico chileno Germán Greve en 1910 durante un Congreso realizado en Buenos Aires. 5º) Interpreta arbitrariamente fragmentos de textos. Freud era un liberal conservador cuyo pesimismo lo manifiesta en muchos de sus textos. De allí a sostener que cuando crea el concepto de pulsión de muerte le da un fundamento a los nazis para realizar el Holocausto es demasiado.[12] Pero hay más. Durante muchos años Freud fue escribiendo el texto Moisés y la religión monoteísta. Dada sus planteos polémicos se negaba a publicarlo. Sin embargo lo hace un año antes de fallecer. Allí –entre otras cuestiones- sostiene que Moisés era egipcio y la religión judía descendía del monoteísmo egipcio de Akenatón. Para Onfray esto demuestra el odio de Freud hacia el judaísmo y su antisemitismo. De la misma manera acusa a Freud de ser fascista por aceptar el pedido de un psicoanalista italiano de hacer una dedicatoria a Mussolini en uno de sus libros. Podríamos seguir en el análisis de un texto donde la fabulación toma el lugar del pensamiento, el rumor la base de su argumentación y la interpretación arbitraria el fundamento del conocimiento. Lo importante es destacar que destruir a Freud es para cuestionar la idea de inconsciente. Para esto sirve el libro de Onfray: debilitar la única fuerza de resistencia ante el neopositivismo psiquiátrico que reduce la subjetividad a sinapsis neuronales.
La batalla cultural en el campo de la Salud Mental
El capitalismo mundializado pretende imponer la lógica del mercado en el campo de la Salud Mental. De esta manera crea un sistema alrededor de la medicalización de la vida cotidiana. Para ello cuenta con lo que denominamos el neopositivismo psiquiátrico que considera el padecimiento subjetivo como una enfermedad del cerebro o de orden genético. Esta perspectiva es acorde con los intereses de los laboratorios farmacéuticos ya que la medicación y técnicas terapéuticas supuestamente rápidas y eficaces son el eje del tratamiento. El paciente no es más un sujeto sino un cerebro para hacer un mapeo neurológico o un estudio cognitivo que hay que descifrar. La solución esta en manos de la “ciencia” excluyendo su subjetividad. Conforme con esta cultura del sometimiento en los medios aparecen drogas que solucionan las consecuencias del estar mal en la cultura. Los procesos normales como la soledad, la muerte, la adolescencia, la vejez, el dolor, los problemas que aparecen en la niñez tienen una droga que promete su solución cuya garantía es la psiquiatría biológica. Para ello cuentan con el manual mundial de la psiquiatría elaborado por la Asociación de Psiquiatras de EE. UU. conocido como DSM. Cada “patología” esta clasificada para facilitar su medicamento correspondiente. En cada versión -se está elaborando el DSM V- un número creciente de circunstancias de la vida se transforman en “enfermedades” para satisfacción de la industria farmacéutica. Su objetivo no es solo obtener ganancias sino también dominar al sujeto desde su intimidad. Este es el debate que se ha instalado en el campo del padecimiento subjetivo.[13] En este sentido el malestar del sujeto se manifiesta en el psiquismo con emociones que debe enfrentar y resolver. La señal de alarma tiene su correlato en la angustia, la ansiedad y el estrés con diferentes características. La propuesta del psicoanálisis es dirigirse a sus causas dejando hablar al sujeto en relación con sí mismo, su familia y su cultura. En ese espacio terapéutico la medicación puede ocupar un lugar importante en tanto permita dar cuenta de su subjetividad. El psicoanálisis nunca fue un movimiento monolítico. En su interior se realizaron críticas de su dogmatismo, sus equivocaciones, su colaboración con el nazismo y diferentes dictaduras.[14] Algunos psicoanalistas, escondidos en una falsa neutralidad apoyaron posiciones de derecha; otros, desde la izquierda optaron por apoyar las luchas sociales y políticas. Es cierto, en la actualidad muchos psicoanalistas han dejado los espacios sociales y políticos. Otros siguen defendiendo un supuesto psicoanálisis “puro” y “ortodoxo” como verdad totalizante el servicio de intereses teóricos e institucionales. Por ello pensamos que debemos considerar el psicoanálisis como un plural. En este sentido si hay un legado freudiano es dar cuenta de una obra en permanente construcción, abierta al cambio y a nuevos modos de pensar el sufrimiento humano. Desde nuestra revista venimos planteando “el giro del psicoanálisis” como consecuencia de las transformaciones en la subjetividad y los nuevos paradigmas de la cultura donde el predominio de la represión de la sexualidad, en el que se ha desarrollado nuestra práctica, ha trocado en el predominio del trabajo con los efectos de la pulsión de muerte.[15] Esto implica no solo nuevas manifestaciones sintomáticas sino un escuchar diferente del sujeto en análisis que pone en cuestionamiento el dispositivo clásico para implementar lo que denominamos Nuevos dispositivos Psicoanalíticos.[16] Dar cuenta de la complejidad en la que se desarrolla nuestra práctica no deviene solamente de las demandas de atención, sino también de nuevas perspectivas científicas y culturales. En ellas se destacan el papel constructivo que tiene el desorden, la incertidumbre y la no linealidad. Así como las teorías e investigaciones ligadas al género, la sexualidad, la importancia de la imagen en la construcción de la subjetividad y el nuevo espacio que ha generado Internet con las “redes sociales”. Esto plantea nuevos desarrollos teóricos que ponen en cuestionamiento un saber positivista cuyo pensamiento es determinista, lineal y homogéneo. Sus consecuencias implican revisar la teoría freudiana para permitir nuevas potencialidades que es necesario descubrir. Esta perspectiva nos lleva a considerar si, como analistas, estamos situados respecto de la actualidad de nuestra cultura para que las demandas de su malestar se dirijan a nosotros. Es aquí donde necesariamente tenemos que implicarnos en la actualidad del debate político que esta planteado en el campo de la Salud Mental. Para finalizar quisiera señalar que Élizabeth Roudinesco en su artículo sobre Onfray menciona a Peter Gay como “el último biógrafo de Freud”. Es llamativa esta mención cuando ella comentó, en ocasión de la muerte de Emilio Rodrigué, la versión francesa de su libro[17]. Quizás considere que un autor latinoamericano no esté a la altura del mundo académico de los países centrales. Por ello nada mejor que recordar la respuesta de Rodrigué a una pregunta sobre qué “ama y detesta de Freud”[18] :“Amo su valentía especulativa en Más allá del principio de placer. Detesto su politiquería en 1914. Amo sus cartas a su novia”.
Notas
[1] Onfray, Michel, El crepúsculo de un ídolo. La fabulación freudiana, editorial Taurus, Buenos Aires 2011. Roudinesco, Élisabeth, ¿Por qué tanto odio?, libros del Zorzal, Buenos Aires 2011. También hay artículos de Guillaume Mazeau, Christian Godin, Franck Leliévre, Pierre Delion y Roland Gori. [2] El libro negro del psicoanálisis. Vivir, pensar y estar mejor sin Freud, dirección de Catherine Meyer, editorial Sudamericana, Buenos Aires 2007. [3] Carpintero, Enrique, “El psicoanálisis es un plural. Respuesta al libro negro del psicoanálisis”, revista Topía Nº 50, octubre de 2007. [4] El neoliberalismo encuentra en el psicoanálisis y el marxismo los dos grande relatos que aún siguen con fuerza en el siglo XXI. De allí que sus historiadores han encontrado esta metodología para cuestionar su vigencia. En Inglaterra hay una corriente académica hostil a la revolución rusa que se dedica a bucear en la vida de Marx, Lenin y Trotski. Entre sus representantes se encuentran Orlando Figes, Richard Pipes, Geoffry Swain e Ian Thatcher. [5] Definición citada por Onfray al inicio del libro. [6] En castellano se han traducido varios libros de Onfray. Entre ellos podemos citar: El vientre de los filósofos, La razón del gourmet, Tratado de ateología, La potencia de existir, Contrahistoria de la filosofía I, II y III. [7] La lista sería larguísima. Mencionemos algunos: Sándor Ferenczi, Carl Schorske, Jacques Le Rider, Yosef Yerushalmi, Melanie Klein, Jacques Derrida, Jacques Lacan, Helene Deutsch, Karen Horney, Paul Roazen y Judith Butler. [8] Rodrigué, Emilio, Sigmund Freud. El siglo del psicoanálisis, editorial Sudamericana, Buenos Aires, 1996. La versión francesa llevo por título Freud. Le siècle de la psychanalyse, traduit de l'espagnol par Patricia Rey, editado por Désir/Payot, 2007. [9] Esta perspectiva sigue puntualmente las mismas ideas que las de los historiadores que escriben en El libro Negro del psicoanálisis. [10] Para este tema leer Carpintero, Enrique “La salud es soporte de la anormalidad que nos hace humanos”, revista Topía Nº 55, abril 2009. [11] Freud, Sigmund, Ueber cocainsuchet, mayo de 1886. Citado por Emilio Rodrigué en la obra citada. [12] Muy diferente es señalar las ambigüedades de Freud y los psicoanalistas austríacos con el nazismo al pretender salvar la institución psicoanalítica. Sobre estas circunstancias leer el artículo de Alfredo Caeiro “Freud y el nazismo. Religión y religiones del siglo XX”. Revista Topía Nº 22, marzo de 1998. [13] Carpintero, Enrique, “La medicalización de la vida cotidiana”, revistaTopía Número 49, abril de 2007. [14] Carpintero, Enrique y Vainer, Alejandro, Las huellas de la memoria. Psicoanálisis y Salud Mental en la Argentina de los ´60 y ´70, Tomo I (1957-1969), Tomo II (1970-1982), Editorial Topia, Buenos Aires, 2004/2005. [15] Carpintero, Enrique, “El giro del psicoanálisis”, Suplemento Topía en la clínica, Nº 5, marzo de 2001. También en “Algunas reflexiones sobre el giro del psicoanálisis”, revista Topía Nº 57, noviembre de 2009. [16] Este concepto lo desarrollamos por primera vez en Carpintero, Enrique, Registros de lo negativo. El cuerpo como lugar del inconsciente, el paciente límite y los Nuevos Dispositivos Psicoanalíticos, editorial Topía, Buenos Aires, 1999. [17]Élisabeth Roudinesco, “Emilio Rodrigué le grand psychanalyste argentin est mort hier”, Centre interdisciplinaire de formation à la psychothérapie relationnelle, 22 de febrero de 2008. [18] Entrevista hecha a Emilio Rodrigué en ocasión de la edición francesa de su libro por la revista Nouvel Observateur Nº 1822 del 7 de Octubre de 1999.
Medicar es un acto médico donde el fármaco se transforma en un instrumento del equipo interdisciplinario para trabajar con el padecimiento subjetivo. En cambio la medicalización alude a los factores políticos, sociales y económicos que intervienen en la producción, distribución y venta de las grandes industrias de tecnología médica y farmacológica. Este es un término que se viene usando desde hace muchos años para demostrar los efectos en la medicina de la mundialización capitalista donde lo único que importa es la ganancia. Como sostiene Enrique Carpintero “Esto ha llevado a una medicalización del campo de la Salud Mental donde el predominio de un neopositivismo médico pretende entender el padecimiento psíquico exclusivamente como un problema neuronal. Su resultado ha sido el avance de una contrarreforma psiquiátrica que lo único que le interesa es recetar psicofármacos”. Esta situación tiene características mundiales según lo plantea Patrick Coupechoux en “La psiquiatría en Francia: negación de la locura y domesticación del sujeto”. Por ello Allen Frances, uno de los autores del DSM-IV, nos alerta a prepararnos ya que “lo peor esta por venir: el DSM-V, una pandemia de trastornos mentales”. En este sentido Juan Pundik al analizar el Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales, DSM afirma que “La medicalización de la vida es un problema político de primer orden que requiere una respuesta política. Por eso esta lucha es política, y por eso la salida es política: fortalecer un movimiento ciudadano que pretende conseguir que los profesionales y la población se conciencien contra la validez del DSM y los intentos de someternos a la pretensión de medicalizar nuestra vida y la de nuestra infancia”.
El sábado 25 de octubre se realizó la exposición de Nancy Caro Hollander organizada por la revista Topía en el Centro Cultural de Artes y Oficios de la fábrica recuperada Grissinopoli. La presentación estuvo a cargo de Enrique Carpintero: (síntesis) Desde hace trece años venimos publicando regularmente Topía revista. Durante este tiempo fuimos creando un espacio de debate y difusión para desarrollar un pensamiento crítico donde el psicoanálisis se encuentra con la actualidad de la cultura…En este cruce entre psicoanálisis, sociedad y cultura pretendemos dar cuenta de los problemas que presenta una subjetividad construida en la vulnerabilidad de la relaciones sociales. Una subjetividad construida en el interior de una cultura hegemónica basada en la ruptura de los lazos necesarios para vivir en comunidad… Esto lleva a la necesidad de entender las dificultades sociales y políticos, pero también los desafíos teóricos y clínicos que se nos presenta en nuestra práctica como psicoanalistas… Para aquellos que no la conocen Nancy Caro Hollander es una psicoanalista e historiadora residente en Los Ángeles, California. Es miembro del Centro Psicoanalítico de California y presidente electa de la sección de “Psicoanálisis para la responsabilidad social” de la Asociación Norteamericana de Psicología. Es profesora de historia de la Universidad Estatal de California. Ha publicado artículos sobre diversos temas como el capitalismo patriarcal y las mujeres en América Latina, la historia del psicoanálisis en la Argentina y la vida y obra de Marie Langer. Tradujo al inglés la obra principal de Marie Langer: “Maternidad y sexo”. Nancy milita en diferentes organizaciones comunitarias de EEUU. Entre 1981 y 1996 produjo y dirigió un programa radial en Radio Pacífica donde exploró temas relacionados con el feminismo y las luchas sociales y políticas latinoamericanas y su relación con el psicoanálisis. Entre 1969 y 1974 vivió en Buenos Aires y recorrió el resto de Latinoamérica. Escribió un libro donde relata los procesos sociales y políticos y su relación con el psicoanálisis en la Argentina y Latinoamérica durante las décadas del 60’ y el 70’. Su versión en castellano se publicó en el año 2000 con el título de “El amor en los tiempos del odio. Psicología de la liberación en América Latina”. Luego de esta breve presentación nada mejor que escuchar sus palabras. Nancy Caro Hollander: Quisiera darles las gracias por la invitación para hablar con ustedes en este lugar tan significativo…voy a tratar de explicarles como entiendo la situación actual en mi país desde el punto de vista psicosocial…. es decir, como es vivir con las secuelas del trauma del 11 de sep de 2001. Bueno, como sabe todo el mundo, el asalto terrorista a las torres gemelas y al pentágono, hizo estallar en EEUU, la creencia de que somos “una excepción”, es decir, que eso le pasa a los otros, a todos los demás, en los otros países, no nos puede pasar a nosotros. Aunque EEUU es el país capitalista desarrollado mas violento del mundo, nadie dudaba que fuera inmune al terrorismo que existe en otros lugares del mundo. Una excepción. No hay duda que el ataque a las torres gemelas y al pentágono fueron vividos como un episodio traumático, y por lo que vino después, en lo político y lo económico, se transformó en un estado de trauma reiterado. Hubo repentinamente un gran desplazamiento en la economía con efectos profundos, y al mismo tiempo, una campaña persistente y alarmante advirtiendo al público de probables ataques terroristas adicionales en el futuro cercano y esto fue, en si mismo, terrorífico. Pero desde mi punto de vista, por otro lado y paradójicamente, el 11 de setiembre tuvo paralelamente al trauma agudo, un significado contrario: hizo posible una sensación de alivio; alivio de las ansiedades profundas que durante años la gente venía sufriendo debido a los patrones devastadores en lo económico, lo cultural y lo político, transformaciones que habían surgido en el interior de la sociedad norteamericana y a las que me referiré después. Inmediatamente después de los ataques, la gente sintió dolor por las víctimas, una profunda vulnerabilidad, mucha rabia…y terror frente a un futuro que se tornaba repentinamente imprevisible. Las acciones que tomó el gobierno de EEUU vertiginosamente después del ataque fueron justificadas y sentidas desde el punto de vista de la victima inocente que tenia que vengarse. Ahora, poniendo a un lado por el momento la controversia sobre el rol que jugó el mismo gobierno y si Bush sabía o no, o que es lo que sabía, antes del 11 de setiembre, podríamos decir que el gobierno tenía que reaccionar a esos ataques horrorosos. Lo significativo es el tipo de reacción que tuvo… obviamente, sacó ventaja poniendo en marcha una política agresiva hacia Asia y el Medio Oriente. Reaccionó en seguida sin ningún interés en permitir un espacio para pensar, para desarrollar un dialogo sobre qué quería decir ese ataque y cual podría ser la mejor estrategia para responder evitando más violencia, más sangre, más guerra. El gobierno consiguió, con la activa colaboración de los medios de comunicación masivos, el consenso dentro de la sociedad para lanzar ataques en contra de los “otros”, primero en Afganistán y después en Irak, con justificaciones que fueron cambiando día tras día. Con rasgos de una compulsión repetitiva, EEUU estaba otra vez en guerra, propuesta por el presidente, aceptada pasivamente por el congreso, fomentada por los medios… ¿El enemigo? : Todos los que no estaban con nosotros. Todo era muy simple, una guerra entre la civilización y la barbarie. Una respuesta mas reflexiva no fue posible…. porque eso hubiese requerido otra finalidad… entender “los porque” de tanto resentimiento fanático hacia EEUU en muchas partes del mundo. Una reflexión acerca de la historia del “yanqui, go home”. Un cuestionamiento serio hubiese necesitado una autocrítica de nosotros mismos, de la política agresiva que han llevado a cabo los gobiernos norteamericanos por mas de un siglo hacia otros países y otros pueblos, siempre justificada por una ideología nacionalista y una negación psicológica en cuanto a los efectos destructivos de esa misma política. El 11 de septiembre ha estimulado a los psicoanalistas en mi país a escribir mucho sobre la psiquis del terrorista. Ellos plantean que esa mentalidad se caracteriza por la dinámica esquizoparanoica con alto grado de envidia, odio y defensas primitivas de splitting y proyección. Pero para mí, la respuesta por parte de los EEUU muestra la misma dinámica primitiva y es un tipo de funcionamiento psicológico que está ligado a las condiciones del mundo que son cada vez más polarizadas y peligrosas. También la reacción de EEUU revela algo importante de la relación entre los que mandan y los ciudadanos, y a eso también aludiré mas adelante. Las investigaciones psicoanalíticas muestran que el complejo de relaciones sociales, promueve tanto el desarrollo y la integración psicológica como lo obstaculiza, y que los impulsos agresivos pueden cumplir con el destino de ser enfatizados destructivamente o de ser contenidos constructivamente, pero eso depende mucho del contexto social y de la existencia de las relaciones continente-contenido desde el comienzo mismo de la vida y de cómo es reforzado en todas las etapas posteriores. El contexto social puede reforzar emociones primitivas como la envidia, la codicia, el odio o puede fomentar emociones que forman la base de la responsabilidad, de la reparación y del amor. Desde mi punto de vista, la sociedad norteamericana no se ha caracterizado por un contexto positivo que pueda contener la agresividad humana. Al contrario. Ha fomentado a través de los últimos 20 años, un ambiente traumatizante en el que los discursos dominantes de libertad, de igualdad y de democracia han sido cada vez más contradictorios e incompatibles con la realidad que vive la mayoría de los ciudadanos. Bajo la superficie de una cultura que se define para el mundo como el ejemplo de la oportunidad sin límites, de la justicia social, de los derechos civiles, existe una realidad de desigualdades profundas. Hoy en día, por ejemplo, el uno por ciento mas rico controla el 38 por ciento de la riqueza nacional, mientras el 80 por ciento más pobre totaliza solo el 17 por ciento de la riqueza. Las familias de clase media han incrementado las horas que trabajan por año para sobrevivir mientras, al mismo tiempo, van acumulando más y más deudas. El ingreso promedio en el año 2000 estuvo por debajo del nivel de 1979 a pesar que al aumentar la productividad, las ganancias de los capitalistas se incrementaron durante esos 20 años en un 44.5 por ciento. Hoy mucha menos gente puede salir de la pobreza y pocas familias han ahorrado lo suficiente para poder jubilarse dignamente. En este año la taza oficial de pobreza subió a más del 12 por ciento de la población. Un 26 por ciento de la población negra vive bajo el nivel de la pobreza y también, un 26 por ciento de los latinos. En el país más rico del mundo, uno de cada cinco chicos vive bajo el índice de pobreza. Y así como tradicionalmente las familias que vivían en la pobreza eran encabezadas por mujeres, hoy el 40 por ciento de los pobres viven en familias con papá y mamá presentes. Los adolescentes son más pobres que antes y son muchos los que viven en familias caóticas con padres ausentes o abusadores que están sobrecargados de trabajo o desempleados. Por primera vez en la historia del país, la próxima generación va a tener menos posibilidades y un nivel de vida mas bajo que la generación de sus padres, y también van a sufrir más violencia social. Estos patrones se deben en su mayor parte al proceso de desindustrialización, a la fuga de capitales a otros países en búsqueda de mano de obra mas barata, al traslado de las inversiones de capital desde lo productivo hacia lo especulativo y a la eliminación de las funciones protectoras del estado. Tanto como los desocupados y los marginales, la clase media y la clase obrera ha sufrido un proceso de fragilización que supone la incertidumbre con respecto a sus trabajos, pérdidas de los empleos, empeoramiento de sus sueldos y eliminación de beneficios, como el seguro de salud. Estos cambios han provocado un ataque a la sensación de seguridad, de estabilidad y de esperanza, con efectos desmoralizantes que muy a menudo se han manifestado en una violencia social creciente. Las victimas suelen ser los sectores más vulnerables de la sociedad, incluyendo a los grupos étnicos minoritarios, los inmigrantes, las mujeres y los chicos. Y por supuesto, la realidad violenta se refuerza por la violencia en la cultura, desde la televisión hasta el cine, los juegos electrónicos y el Internet. Grandes monopolios dominan los medios de comunicación masivos y promueven una visión del mundo cada vez más violenta que afecta la subjetividad de un público que llega a sentir el mundo como cada vez mas y mas peligroso. Las imágenes violentas que se repiten sin parar a través de los medios…ataques, agresiones a hombres, a mujeres y a chicos inocentes cometidos por antihéroes enfermos, omnipotentes, psicopáticos y diabólicos…..son el vehículo por el cual se instala en el imaginario social una narrativa que naturaliza todo lo destructivo. Además, la acción perpetrada por superhéroes vigilantes que actúan por su cuenta, se postula como el modelo para resolver conflictos, mucho más que la reflexión y la negociación. Sin duda que eso provoca e incrementa en el público la falta de confianza en la justicia y en los procesos legales. Se ha probado que los medios de comunicación con sus mensajes violentos provocan una identificación con la resolución agresiva e impulsiva de situaciones conflictivas. Las investigaciones muestran que mucha gente apela a la identificación con el agresor como último recurso para defenderse del agobio, la impotencia y su propia vulnerabilidad frente a la agresión destructiva del contexto social, de los grupos que integran, de sus familias y de su propia realidad psíquica. La ironía es que si estas maniobras inconscientes funcionan con éxito, terminan reforzando una identificación con la violencia y la agresión como modelos de sentir y de actuar. Todo esto que estoy describiendo constituye para mí un ambiente traumatizante crónico que nos permite tener una idea del contexto en el cual se inscribe tanto a nivel individual como a nivel colectivo el 11 de setiembre. Como dije al comenzar, los ataques del 11 de setiembre y lo que siguió después se puede entender solamente en términos de una paradoja. Es seguro que el ataque terrorista fue vivido por el pueblo como una catástrofe. En las siguientes semanas, las amenazas de la probabilidad de bombas, las advertencias por parte del gobierno de que iban a ser posibles ataques terroristas con armas bioquímicas o nucleares, junto con la gran crisis económica que sobrevino inmediatamente después del ataque terrorista, constituyó una experiencia grupal profundamente traumática. Pero por otro lado, como dije, hubo otro significado contradictorio. Y fue que, dadas las condiciones sociales, económicas y políticas existentes en el momento histórico de los ataques terroristas, el 11 de setiembre fue vivido también como un alivio de ansiedades inconscientes grupales muy profundas. Mi visión de este fenómeno se relaciona con el concepto de la ansiedad de muerte propuesto por el psicoanalista Robert Lifton. El se ha dedicado a estudiar los impulsos destructivos en la subjetividad del ser humano que desde su punto de vista se ve reflejado en la dinámica del trauma y la supervivencia. Ha planteado que la pulsión de muerte de Freud, que esta basada en el instinto destructivo universal, se puede entender mejor desde el eje de una teoría del significado y de la significación… psicología of meaning …...Según Lifton, desde el nacimiento en adelante luchamos para realizar algo que podríamos traducir como una “vitalidad” que tiende a la inmortalidad. Las experiencias tempranas de separación, de pérdida, y los temores a la desintegración… la fragmentación… representan los equivalentes de la muerte. En este sentido son precursoras de lo que después el ser humano significa como conflicto entre la vida y la muerte. El concepto de Lifton, psychic numbing, de un sujeto psicológicamente insensible, fue desarrollado a través de los análisis clínicos que llevó a cabo con sobrevivientes de Hiroshima y Auschwitz y alude a la reacción psicológica frente al trauma extremo cuando el sujeto toma distancia de la experiencia traumática que se encapsula como incomprensible y que no se puede integrar simbólicamente. Dice Lifton que el desafío terapéutico consiste en poder, poco a poco, integrar el psiquismo fragmentado, cuidando al mismo tiempo la necesidad de reconstituir el yo que existía antes del trauma con la necesidad de metabolizar la experiencia traumática. Si no se puede conseguir esta elaboración, la persona traumatizada busca resignificar la experiencia a través de una salida perversa que incluye la explotación psicológica de los otros. Como sugiere Lifton respondiendo a las situaciones traumáticas que no son integradas “nosotros asumimos nuestra propia vitalidad e inmortalidad simbólica por la negación a los otros del derecho de vivir y por la identificacion de ellos con la muerte.” Así que la destructividad incluye la proyección de la ansiedad de muerte sobre los otros que deberían ser, entonces, quienes deberían soportarla y contenerla. Añade Lifton que los seres humanos no podemos matar a multitudes sin que una causa virtuosa figure como motivación, así que la masacre en una escala extendida siempre manifiesta un intento de afirmar el poder de vida por parte del grupo que la lleva a cabo. En este sentido, entonces, el 11 de setiembre ha constituido simbólicamente un alivio en la cantidad de ansiedad persecutoria provocado por la experiencia de vivir en una cultura que se esta destruyendo desde adentro. La implosión refleja los patrones que ya describí brevemente y se ha manifestado en una serie de síntomas como, por ejemplo, la erosión de la familia y la comunidad, la corrupción en el gobierno y su estrecha relación con los ricos y los poderosos, el abandono de la clase trabajadora por las grandes empresas que se han ido del país, el deterioro de las zonas urbanas, una juventud adicta a la droga y el fatalismo, los medios adictos a la violencia que a su vez motivan y reflejan una violencia creciente en la realidad, la erosión de la participación cívica en una democracia cada vez mas decadente, una cultura de consumo que ocupa un espacio central en la formación de la subjetividad, la discriminación racial, el backlash contra la mujer y sus luchas reivindicatorias, un creciente porcentaje de familias desalojadas que tienen que elegir entre pagar comida o alquiler, y la devastación ecológica sin limites. ¿Como todo esto no se ha vivido como un suicidio social…una catástrofe, un ataque agresivo…contra la vida misma y el bienestar psicológico del pueblo….como una guerra llevada a cabo adentro del yo social? En este contexto, el ataque terrorista desde afuera permitió un breve respiro para la sensación de asfixia que el pueblo norteamericano estaba viviendo; un alivio para la opresión que el proceso de decadencia determinado por factores internos del sistema estaba provocando. Procesos demasiado complejos para ser entendidos a nivel conciente, pero que fueron vividos a nivel inconsciente, como una desintegración total de lo familiar, lo conocido y lo confiable. Y el ataque terrorista provocó una vitalidad renovada a nivel grupal a través de una reconfiguracion de las fuerzas políticas y psicológicas….las tensiones dentro de la sociedad norteamericana entre los ricos, los pobres, las clases sociales, los grupos étnicos, los sexos, las generaciones, los que defendían el estatus quo y los que lo atacaban….todo cedió dentro de una ola de nacionalismo en la cual un pueblo unido….”somos todos Americanos”…se soldó frente de la agresión que venía desde afuera. Al mismo tiempo, se puso en evidencia una generosidad, una solidaridad muy significativa, y actitudes de auto sacrificio por parte de millones de ciudadanos, que los medios de comunicación se encargaron de exaltar. Esto fue reafirmando para la sociedad un sentido de nosotros mismos como gente buena, con una cultura buena, un país bueno, capaz de llegar a los sentimientos positivos de la posición depresiva de amor y empatia. Impactó sobre la subjetividad en el sentido en que podemos confiar en que somos “buena gente”, “lo mejor del mundo”. De golpe las relaciones fracturadas aparecieron reparadas en las reacciones al hecho traumático del 11 de setiembre. El enemigo ya no fue el nudo complejo de fuerzas internas tan difíciles de entender y cambiar, sino un enemigo fácil de identificar y de entender que vino desde afuera, marcado por sus diferencias con nosotros, por el hecho de ser “tan salvaje, pre moderno y sin civilización”. El alivio social vino con la posibilidad de proyectar las agresiones sobre un enemigo externo que fue fácilmente deshumanizado y así las agresiones proyectadas podían ser simplemente justificadas, atacadas y destruidas. Para mi, la reacción de EEUU al 11 de setiembre muestra como la ansiedad persecutoria dentro del sujeto y la sociedad puede tratarse mas fácilmente cuando se la experimenta como un estado provocado desde afuera en vez de desde adentro. Hay otra cosa, además. Como ha indicado Hanna Segal, los grupos suelen ser mas narcisistas aún que los individuos, con tendencias a la auto idealización y a una posición paranoica con respecto a otros grupos, por lo que pueden negar sus propias agresiones que proyectan sobre un enemigo, real o imaginado, para despreciarlo y atacarlo. En este sentido, el 11 de setiembre permitió que surgiera un nuevo discurso sobre el malestar fundamental en el mundo. Si bien durante la última década, el movimiento antiglobalización desarrolló un discurso en el cual el conflicto básico en el mundo era entre: por un lado, 1) EEUU y los otros gobiernos del primer mundo, las grandes empresas transnacionales y las instituciones internacionales financieras, y por otro lado, 2) las luchas populares de toda índole, los organismos de derechos humanos, los movimientos ecologistas…. A partir del 11 de setiembre ese discurso fue reemplazado por uno nuevo articulado por el Presidente Bush en el cual la contradicción fundamental mundial se presentó como la batalla entre la civilización y la barbarie, es decir, el terrorismo fundamentalista. Pero esta llamada “civilización” y los que la representan, quedan prisioneros de su propio fundamentalismo con los mecanismos primitivos de que habla Segal, incluyendo una idealización hiperbólica de sí mismo y una proyección de todo lo malo, incluyendo las consecuencias de la agresión inherente a la larga historia del imperialismo, en el medio oriente y Asia. Esta agresión es proyectada sobre un objeto despreciado que, entonces, puede y debe ser atacado y destruido. Así que el gobierno norteamericano, que fue durante años corrompido por sus vinculaciones con las grandes transnacionales, se ha constituido ideológicamente en el defensor nacionalista del pueblo norteamericano. En el proceso, el patriotismo secuestró el dolor del pueblo y el militarismo secuestró los temores y las ansiedades del pueblo, convirtiéndolos en un consenso pasivo para el sostén de un gobierno cada vez más represivo en sus políticas tanto en el interior del país como en el exterior. El sentido de defensa psicológica que tiene este nuevo discurso ideológico también tiene que ver con el tema relacionado con la ansiedad de muerte….la amenaza de la aniquilación de la especie humana con que hemos vivido desde que EEUU usó la bomba atómica en Hiroshima y Nagasaki. Los lideres de EEUU y de otros países que han desarrollado las armas de destrucción masiva, inclusive bombas nucleares, niegan sus propios impulsos agresivos considerando sus motivos como meramente defensivos. La negación de su propia capacidad y motivación ofensiva en la competencia por producir armas nucleares es muy peligrosa porque sostiene la necesidad de depender de defensas protectoras que estimulan la paranoia. Con referencia a este problemática, el 11 de setiembre ha facilitado al gobierno de EEUU la posibilidad de proyectar su propia responsabilidad por haber contribuido a amenazar la supervivencia de la especie humana, sobre los terroristas actuales que, a lo mejor, han podido robar o comprar los componentes de armas biológicas o bombas de radiación financiadas o construidas por EEUU mismo. Así el gobierno de Bush ha conseguido que EEUU pase de ser, un protagonista principal de la proliferación de armas de destrucción masiva, a ocupar el lugar de la victima, cuya constante expansión de la industria militar esta justificado como una política puramente defensiva. El estado usa en sus guerras ofensivas la imposición a otros gobiernos de desprenderse de bombas nucleares, al mismo tiempo que esta planeando una inversión grande en la producción de una nueva generación de bombas nucleares chicas más útiles que los miles de bombas nucleares grandes que ya tiene. Bueno. Pero no es un desastre total, aunque después de todo lo que he dicho, pareciera que si. Porque ya, en los últimos meses, está germinando otra cosa, un polo opositor, criticas que están despertando una nueva conciencia en el pueblo, una nueva subjetividad. Y esto se debe a la franca impunidad que se ve en todos lados estimulado por este gobierno ilegitimo, no elegido, en todas las ramas de la sociedad. De veras, como se ha visto durante toda la historia de los imperios, cuando tienen que usar sus recursos para la expansión de su poder, no solamente los pueblos conquistados son las victimas, sino también el pueblo que vive dentro del corazón del mismo imperio paga un precio cada vez mayor. Así que el gran deterioro actual de la sociedad norteamericana revive las ansiedades persecutorias que existían antes del 11 de setiembre. Ahora el ambiente traumatizante que describí antes esta exagerado por la política de Bush y las fuerzas económicas y políticas cuyos intereses están representadas por su gobierno. Ahora se sabe que ésta política no se desarrolló como respuesta al 11 de setiembre, sino que fue un proyecto concebido años antes por el grupo de políticos que rodean a Bush. El proyecto se concretó hace una década en un trabajo que se llama “Proyecto Para un Siglo Nuevo Norteamericano” en el cual se plantearon todas las estrategias que EEUU tendría que utilizar en el siglo 21 para que, ganador de la guerra fría, mantuviera su posición hegemónica dominando el mundo entero. La estrategia de Bush de montar una guerra global antiterrorista eterna casi sale de las páginas de este trabajo. Está saliendo a la luz cada día más información de la contradicción, de la discrepancia, de la incompatibilidad entre los intereses de ese grupo y la mayoría del pueblo de EEUU. Ahora se sabe que el mismísimo grupo de “genios” que escribió éste proyecto tiene posiciones estratégicamente importantes en todas las ramas del gobierno actual. Son ellos los que, al lado de Bush y su vicepresidente, Cheney, tienen intereses económicos en las grandes empresas, como Halliburton, que están recibiendo subsidios del gobierno de miles de millones de dólares, (dinero que viene de los impuestos pagados por los ciudadanos norteamericanos) para ampliar sus inversiones y ganancias en el exterior, hoy Irak, mañana no se sabe donde. También los ciudadanos somos testigos de las mentiras y distorsiones de información que el gobierno ha implementado para cumplir con su política de guerra—se esta fomentando un movimiento entre las familias de los soldados que están en Irak, por ejemplo, con la finalidad de traer a sus familiares de regreso a casa. En la medida en que el gobierno demanda más dinero para seguir con sus fines en Irak -recién pidió 87 billones de dólares más- diciendo que es muy importante construir escuelas y hospitales, etc. para los Iraquíes- el pueblo norteamericano se esta enfureciendo porque en el país mismo, hay una gran crisis económica que afecta la calidad de vida….las escuelas están cada vez en peor estado, el costo de las universidades públicas está más allá del alcance de la clase obrera y aún de la clase media, el costo de atención médica ha subido tanto que muchísima gente no puede atenderse con médicos y más de 44 millones de ciudadanos no pueden pagar seguro médico, hay múltiples cierres de hospitales públicos y clínicas comunitarias por falta de presupuesto, los edificios públicos, las carreteras, las reservas de agua, los servicios públicos, como por ejemplo bomberos, servicios de auxilio primario, servicios policiales, la vivienda subsidiada, las jubilaciones, todo se está cayendo en pedazos vertiginosamente. En fin, se puede decir que la política de éste gobierno representa al mismo tiempo la extensión de los intereses del gobierno y las grandes empresas hacia mas rincones del mundo, al mismo tiempo que representa la transferencia masiva sin precedente de los recursos de las clases medias y obreras hacia las elites que tienen el poder. Y si esto no fuera bastante, hay aún más. Hay un ataque a los derechos civiles llevado a cabo por la justicia, amparada en una nueva ley que consiguieron sancionar después del 11 de setiembre….El Acto Patriótico. Con esa ley, el gobierno ha conseguido la restricción de los derechos civiles que han estado garantizados en la constitución desde que nació el país. Ahora los servicios de inteligencia y espionaje tienen el derecho de entrar en cualquier casa para investigar, para buscar cosas, sin tener que mostrar documentos oficiales ni orden de allanamiento, sin avisar, aún sin que uno sepa que estuvieron. Pueden tener acceso a las computadoras para ver los mail, los sitios que uno usa, escuchar conversaciones telefónicas y de celulares de cualquiera sin que uno se de cuenta. Pueden hasta conseguir información de los títulos de los libros que uno compra o que uno saca de las bibliotecas. Todo esto supuestamente para buscar terroristas potenciales. El FBI, la CIA, la policía pueden hostigar, acosar, capturar y llevar preso a cualquiera de quien simplemente se presuma o sospeche que está metido en actividades relacionadas con el terrorismo. Y cuando se le de la gana, el secretario de estado puede declarar a cualquier grupo político o social, un grupo terrorista o partidario del movimiento terrorista y quitar la ciudadanía a sus participantes. ¿Como se define el terrorismo? solo ellos saben. Al lado de todo esto, es cada vez más y más difícil detectar la diferencia entre las amenazas terroristas verdaderas y las amenazas representadas por el estado mismo, cuya política y discurso se despliegan en la dicotomía establecida entre “ellos” los enemigos del exterior y “nosotros” los ciudadanos en el interior, como táctica para encubrir su ataque. Vivimos continuamente con un código de peligro: a menudo hay alertas que estamos en código naranja, quiere decir que es muy probable que haya uno o más ataques terroristas en cualquier momento. Nos avisan que debemos cuidarnos mucho pero seguir en la normalidad, consumiendo para apoyar al país. Es para volverse loco. Al mismo tiempo se sabe que a pesar de haber creado una nueva oficina de protección del país que se llama Homeland Security, el gobierno no ha dispuesto casi de recursos para reforzar las defensas, y por eso los edificios públicos, los puertos, las plantas nucleares, los sitios donde se guardan las armas de guerra y los centros de investigaciones donde se guardan materiales biológicos y químicos, están totalmente expuestos y vulnerables ante un ataque. El impacto sobre la subjetividad del pueblo que vive en este ambiente es bastante complejo. Se ve que una parte sigue sintiendo bastante miedo y así se identifica con las políticas agresivas, las justificaciones ideológicas y las defensas psicológicas primitivas de splitting y proyección de los que mandan. Pero también cada vez hay más y más gente indignada y protestando por las contradicciones que son cada vez más y más agudas. Como dije antes, la realidad social puede o no promover el desarrollo y la integración psíquica. Creo que la realidad actual en EEUU no ayuda en ese proceso psíquico. Sin embargo, desde mi punto de vista, las condiciones actuales constituyen una coyuntura crítica en la cual puede llegar a predominar la dinámica esquizoparanoide o la depresiva. Puede ser que la mayoría del pueblo reaccione a estas condiciones de deterioro, manifestando síntomas de trauma y así negando la impotencia a través de fantasías de ser rescatado por un líder fuerte; o usando defensas maníacas en su apoyo a la política del gobierno como expresión de sus propios deseos e impulsos de represalia a través de una identificación con el agresor. O, al contrario, pueda ser que el pueblo ya esté bastante harto de tanto robo, tanta corrupción, tantas mentiras…en una palabra, tanta impunidad, que se identifique con los movimientos de oposición que por sus discursos y acciones criticas están abriendo un espacio de reflexión y la posibilidad de actuar y tener un impacto transformador sobre la realidad. Los movimientos que a veces se juntan contra la globalización, inclusive los sindicatos de base, los luchadores en derechos humanos, los ecologistas, las feministas y muchos mas, han estado montando varias campañas combativas relacionadas con los problemas que existen en la sociedad. Inmediatamente después de los ataques terroristas, una consigna surgió desde algunas familias que perdieron a sus seres queridos en las torres gemelas y que se opusieron a la respuesta bélica de Bush, diciendo “no en nuestro nombre”; no promover una guerra donde, se sabe, va a morir mucha mas gente. Este lema ha sido adoptado por muchos diferentes grupos que luchan dentro del país por algo diferente, algo mejor. La esperanza es que el pueblo se identifique más y más con el significado de la consigna “NO EN NUESTRO NOMBRE” en todos sus sentidos, para que haya un cambio hacia un destino mas digno, tanto para el pueblo norteamericano como para todos los pueblos del mundo que están sufriendo por las políticas de la globalización y de la guerra.
La tuve que atar para que no se lastimara", dijo la mujer acusada de maltratar a una joven
La mujer que se vio junto a una joven que estaba amordazada y atada a un palo, en el patio de una casa ubicada en Álvarez Jonte al 1200( bahía blanca), dijo que lo hizo para que no se lastimara.
Berta Oyarzo, aseguró ser amiga de la dueña de la casa Beatriz Acosta, detalló que en ese episodio que se filmó "la chica salió del baño corriendo, yo tenía una sábana acá y la tuve que atar para que no se lastimara".
"Agarré la sábana y la envuelvo en el caño, ella se hace la desmayada, ahí la vecina me dijo de todo y me empezó a filmar, la desaté a la chica y la llevé adentro", relató la mujer.
"Yo le dije que no soy mala, ni la trato como un animal, lo hago para protegerla porque se comió los dedos adelante mío", aseguró.
Oyarzo dijo que "el padre- de la chica que padece una severa enfermedad mental- quiere que esté acá porque estuvo en muchos psiquiátricos y la torturaban".
"Esto es una casa de familia, donde cuidan a esta chica y a la tía que estaba llena de piojos, no caminaba y estaba muerta de hambre", dijo la mujer en relación a otra abuela que se encontraba en el lugar.
"Acá no se hace nada malo, ni se tortura a nadie, la chica no estaba atada a un palo, se estaba desvistiendo y la puse en el palo para que no haga mal", reiteró Oyarzo.
La mujer aseguró no ser enfermera, consultada por la ausencia de un profesional que asista a la joven que padece esquizofrenia, la mujer dijo "Nati es una chica buenísima".
Finalmente, la mujer reiteró, "yo no la golpeé, ni la maltraté le puse un trapo en la boca para que no se lastime, porque ve sangre y se pone feliz, hasta se comió los dedos adelante mio y no quiero que vuelva a pasar".
La casa no cuenta con habilitación para alojar pacientes y ancianos
Desde la dirección provincial de Fiscalización Sanitaria del ministerio de Salud de la provincia se informó que la casa denunciada por alojar personas en condiciones irregulares, no cuenta con ninguna habilitación oficial para funcionar ni como geriátrico, ni como centro de rehabilitación.
La delegación de Fiscalización con sede en la Región Sanitaria I constató que la casa ubicada en Alvarez Jonte 1221 es un domicilio particular que no está registrado ni cuenta con ninguna clase de habilitación para rehabilitar pacientes ni albergar ancianos.
También constató que en esa casa se encontraba una joven de 38 años con un cuadro de esquizofrenia profunda que, de acuerdo con la evidencia que aportó una vecina, habría sido atada.
El director provincial de Fiscalización, Eduardo Bardin, pidió a la población que “antes de dejar a sus seres y familiares queridos al cuidado de terceros, exijan la habilitación correspondiente, porque de lo contrario ponen en riesgo la salud de las personas”.
Por otra parte, Bardin agradeció a la vecina que denunció el hecho “porque gracias a su acción quedó desarticulado un sitio que de manera ilegal, sin contar con ninguna clase de habilitación ni acreditación, alojaba personas con serio riesgo para su salud e integridad física y psíquica”
Mas que importante el escrito que nos trae albi .... como que el mundo moderno tiende de nuevo al hedonismo ... en sus m{ultiples formas .... hay hasta congresos y cursos para ser tratado ...
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Abril: Filosofía Hedonista 2.0: consumo y comunicación
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Idea:
Si en el hedonismo antiguo y moderno se trataba de regular las prácticas del placer -evitar el exceso- en función de una concepción de vida trágica (la irremediable conciencia de la muerte) y de un arte de vivir, en las sociedades posmodernas la muerte opera como un tabú (que no se piensa). Una vez vistos los principales exponentes de la filosofía hedonista, en las escuelas antiguas del cuidado de sí (epicúreos, cirenaicos) y los pensadores modernos (Valla, La Mettrie, Montaigne, Nietzsche), así como el replanteo que abordara Michel Foucault en la Historia de la Sexualidad de una estética de la existencia en tanto arte de vivir contemporáneo, la idea, ahora, será comprender las diferentes prácticas hedonistas en el marco de las sociedades contemporáneas, es decir: globales, transnacionales y post-históricas. En este sentido, la sistematización del corpus hedonista que realiza Michel Onfray, deja sin pensar de modo deliberado dos aspectos que resultan insoslayables en la sociedad de hoy: el consumo y la comunicación del fenómeno hedonista. Por ello, el propósito de este curso será reflexionar sobre lo que Onfray no piensa: las diferentes formas de comunicación, el marketing del placer y la construcción mediática del cuerpo hedonista de hoy. Efectivamente, un inmenso universo comunicacional se ha asentado en torno a la cuestión del placer: la alta rentabilidad de las industrias de la gastronomía, el vino, los gimnasios, el erotismo y la pornografía, por citar las principales, dan cuenta de ello. En este aspecto, analizaremos las nuevas subjetividades producidas por la publicidad, el marketing y la web 2.0 (blogs, fotologs, redes sociales) para verificar, en sus dispositivos performáticos, los roles y los atributos del cuerpo hedonista. En este sentido, habrá que pensar si los modos de ser contemporáneos y las prácticas del hedonismo mediático –cultura gourmet, healthism, pornografía- quedan reducidas al mero consumo y confort o también son pasibles de ser pensadas de forma libre y hasta crítica. ¿O tal vez en forma simultánea?
Programa:
Clase 1. Hedonismo contemporáneo: Lo que Onfray no pensó
• Gilles Deleuze, Post Scriptum a las sociedades de control. • Giorgio Agamben, Profanaciones • Michel Onfray, La potencia de existir. Manifiesto hedonista
Clase 2. Hedonismo y consumo: placer y mercado
• Jean Baudrillard, De la seducción • Jean Baudrillard, Las estrategias fatales • Gilles Lipovetsky, La era del vacío • Gilles Lipovetsky, El imperio de lo efímero
Clase 3. Hedonismo y comunicación: intimidad y neodandismo
• Scott Lash, Crítica de la información • Paula Sibilia, El hombre post-orgánico • Paula Sibilia, La intimidad como espectáculo
Clase 4. Subjetividad hedonista. Dos casos: el playboy y la modelo
• Beatriz Preciado, Pornotopia • Christian Salmon, Kate Moss Machine
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Bibliografía Complementaria:
• Gilles Lipovetsky y Elyette Roux, El lujo eterno • K. Nordström y J. Ridderstrale, Funky Business • K. Nordström y J. Ridderstrale, Karaoke Capitalism • Tom Peters, Usted como marca • Barry C. Smith, Questions of Taste. Philosophy of Wine • Guy Sorman, Made in USA. • Michael Steinberger, Au Revoir. Vino, comida y el final de Francia