Página principal  |  Contacto  

Correo electrónico:

Contraseña:

Registrarse ahora!

¿Has olvidado tu contraseña?

LA CUBA DEL GRAN PAPIYO
¡ Feliz Cumpleaños teresaema !
 
Novedades
  Únete ahora
  Panel de mensajes 
  Galería de imágenes 
 Archivos y documentos 
 Encuestas y Test 
  Lista de Participantes
 Conociendo Cuba 
 CANCION L..A 
 FIDEL CASTRO.. 
 Fotos de FIDEL 
 Los participantes más activos 
 PROCLAMA AL PUEBLO DE CUBA 
 
 
  Herramientas
 
General: LA RAZA DE MALDITOS
Elegir otro panel de mensajes
Tema anterior  Tema siguiente
Respuesta  Mensaje 1 de 7 en el tema 
De: Gran Papiyo  (Mensaje original) Enviado: 05/10/2011 03:37
El comisario Etchecolatz aseguró que tiene datos sobre la nieta de Chicha Mariani

Anuncio que provoca más sospechas

En el marco del juicio por el circuito Camps, Etchecolatz dijo que podría “aportar datos y elementos de prueba” sobre la desaparición de Clara Anahí Mariani, secuestrada a la edad de tres meses en 1976. Los querellantes descreen de la sinceridad del represor.

Por Alejandra Dandan
/fotos/20111004/notas/na13fo01.jpg
El comisario retirado Miguel Etchecolatz dijo que vivía de su jubilación como policía.

El represor Miguel Etchecolatz abrió con su declaración indagatoria una nueva jornada del juicio oral por el circuito Camps. Pronunció varias veces el nombre del desaparecido Julio López, lo llamó caso “politizado” y testigo “aleccionado”. Se presentó como “preso político” y se quejó de los escraches de los “jóvenes idealistas”. Con una frase confusa prometió que iba a aportar “datos y elementos” de prueba sobre Clara Anahí Mariani, la nieta de Chicha Mariani, aquella beba de tres meses secuestrada en noviembre de 1976 cuando en el operativo de la casa de la calle 30 de La Plata asesinaron a su madre, Diana Teruggi, y a otros cuatro militantes. “Podría aducir muchos ejemplos, pero los reservaré para otra oportunidad”, dijo en ese momento. “Como es el de aportar datos y elementos de prueba sobre el destino de Anahí Mariani, pese a quien pueda sentirse perjudicado. Fui testigo presencial de aquellas circunstancias generadas por integrantes del despiadado y perverso terrorismo”. Los querellantes desconfían. Ya otras veces prometió información y sólo pareció regodearse en la renovación del dolor que provoca.

Chicha Mariani, que es una de las personas que aún espera esos datos, no estaba en la sala porque como es testigo del juicio no puede escuchar a quienes hablan hasta no hablar ella. Sin embargo, estaban los familiares y querellas de los organismos de derechos humanos que le bajaron el tono convencidos de que muy probablemente el comisario no vaya a decir nunca nada, porque ya pronunció alguna otra vez esa promesa que luego no cumplió. “Es un tema delicado”, dijo Inti Pérez Aznar, de la Secretaría de Derechos Humanos de la Nación. “Ojalá algún día diga lo que sabe, pero es tan cínico que al día de hoy sigue jugando con la esperanza de los sobrevivientes y en el caso de Chicha Mariani, sobre el paradero de su nieta.”

La declaración

Etchecolatz no permitió preguntas ni de querellas ni de los jueces. Se presentó como “policía”, no como “policía retirado” como sus camaradas. Cuando Rozanski le preguntó con qué se mantiene dijo que con el sueldo de policía, un dato que anotaron con sorpresa las abogadas de las querellas de Justicia Ya!, Lucía Vera y Guadalupe Godoy. Antes de la proclama lloró por las mudanzas, los “escraches de los jóvenes idealistas” a “la dueña del departamento que era mi suegra (que) se vio obligada a vender el departamento de Capital”, porque “no les permitían a mi esposa y a la madre circular por la calle porque eran interceptadas”.

Luego avanzó con la causa: “Hoy al encontrarme ante ustedes me vienen a la memoria procesos judiciales anteriores que en una sola audiencia sería imposible desarrollar con calidad y hechos concretos sobre las arbitrariedades que deliberadamente se cometieron en esos juicios”, dijo. “Hoy en mi condición de ciudadano convertido en prisionero político por haber tenido que actuar para impedir que el terrorismo y la sedición perversa y apátrida convirtieran a la patria en su rehén, me encuentro enfrentado nuevamente ante un juicio.”

Y habló de López: las causas “se llevan a cabo pretendiendo aquí demostrar participaciones en hechos en los cuales yo no he participado como el del politizado caso López”. Y agregó que “el gobierno de turno” y “organizaciones de seudo derechos humanos se permiten que la opinión pública considere esa versión deformada con relación a la desaparición de un testigo aleccionado, relacionado con un juicio contra mi persona”.

El resquebrajamiento

Detrás suyo el Tribunal indagó a otros. Hugo Alberto Guallama y Luis Vicente Patrault no declararon pero sí lo hicieron Norberto Cozzami y Carlos “El Oso” García. Sus declaraciones marcaron para las querellas otro eje del día, y un punto que tensará el correr del debate: parecen empezar a mostrar cierto indicio de ruptura en la vieja cadena de mandos. “Parece que empezaron a abrir el grifo”, dijo Guadalupe Godoy. “Cozzami le reclamó a Roberto Antonio Cabrera y Sergio Verduri que hablasen de Puesto Vasco. Y García acusó a Eros Amílcar Tarela de obligar a Guallama a escribir la carta en la que lo imputa de los hechos de la calle 30.”

Cozzami, que entonces tenía poco más de 20 años, venía de la Triple A a integrar la custodia de Etchecolatz, donde fue uno de sus hombres de confianza. Está acusado de formar parte de las patotas de Puesto Vasco, de privación ilegal de la libertad y tormentos. En la indagatoria contó en primera persona, hasta donde contó, cómo funcionó el aparato por adentro. Reconoció que instruyó el caso Graiver; que encabezó los operativos de secuestros. Que grabó al lado de Ramón Camps los careos entre Lidia Papaleo y Jacobo Timerman después de los interrogatorios en Puesto Vasco.

“En esos 26 meses que estuve de policía –dijo Cozzami–, quizá rompí la media normal, no porque fui a desaparecer personas ni tiré a alguien de un avión sino porque pensé y trabajé.” Y dijo: “Con alguien que nos expresara la cantidad de delitos que nosotros íbamos a cometer, la cantidad de figuras jurídicas, realmente creo que se hubieran roto filas y el noventa por ciento de los que estábamos formados hubiera roto filas”.

Cozzami contó en el caso Graiver 62 detenidos en una lista que él mismo actualizaba: “Yo hacía acopio de información no en origen sino en la Dirección General de Investigaciones, en un escritorio reunía la información procedente de los interrogadores del caso Graiver”. Y luego: “Armé dos carpetas que se entregaban los viernes, una al general Suárez Mason y otra a la Secretaría General de Presidencia de la Nación para Villareal, para el general Videla. Ese fue mi acopio de información”. Y dijo: “No había delincuentes peligrosos de ninguna naturaleza, eran delincuentes económicos, eran subversivos económicos”.

Buena parte de su testimonio está contado por él mismo en un libro, y figura en la causa Camps. En la audiencia, los jueces le preguntaron por Timerman. “De la detención no puedo explicar nada, sí de la predetención”, dijo. “48 horas antes de la detención, se produce un atentado explosivo muy importante en el que muere el comisario Benítez”. La explosión fue en la comisaría de Ciudadela Norte. Murieron policías y civiles, dijo. “Siendo las ocho de la noche o nueve, nos desplazamos como custodias del director de Investigaciones, nos fuimos a la comisaría de Ciudadela Norte y nos quedamos en la vereda de enfrente porque la maquinaria de Vialidad iba rescatando cuerpos. Estando trabajando se producen movimientos y aparece una caravana de autos y se hace presente Harguindeguy, Lo saluda a Etchecolatz, yo estaba a tres metros, y le dice: ‘No tuve tiempo de hablar con Camps pero quiero que se defina rápido el Operativo Amigo’. Cozzami dijo después: “El que dio la orden fue Harguindeguy, porque después cuando tuve que preparar las carpetas el título era ‘Operativo Amigo’”.

Los abogados describieron a Cozzami como un cuadro de la dictadura, pese a la edad, por el lugar que ocupó en la estructura. Los jueces le preguntaron varias veces por Puesto Vasco. El dijo que alguna vez había entrado, pero sólo diez minutos. Que llevaba vales de nafta. Que su lugar estuvo en Investigaciones. “He llevado personas detenidas a Puesto Vasco, del caso Graiver imagínese hubo un montón de detenidos y yo entiendo perfectamente cuando se cuestiona que no era el lugar apropiado”, indicó y cuando le repreguntaron por eso dijo que no era apropiado porque era muy pequeño para “la cantidad” de detenidos en cuestión. “Lo que tenemos que entender, desde mi punto de vista, es el contexto y con qué apuro se les dijo hay que apagar el incendio, eso que yo digo: que hubo bomberos voluntarios de uno y otro lado.”

Otro dato del día apareció en el testimonio de García. El Oso García dijo que no participó en las patotas pero que sí hubo una patota desde 1976 en la Jefatura, comandada por Julio César Garachico y Manuel Aguiar, dos de las personas que denunció Julio López en su declaración sobre la comisaría V sobre las que aún no se avanzó, dijeron las abogadas de Justicia Ya! Las indagatorias aún siguen pendientes en la causa residual.

SALUDOS REVOLUCIONARIOS 

(Gran Papiyo)        



Primer  Anterior  2 a 7 de 7  Siguiente   Último  
Respuesta  Mensaje 2 de 7 en el tema 
De: Gran Papiyo Enviado: 05/10/2011 03:41
Anuncio que provoca más sospechas

Chicha Mariani: "Es una tortura más de las infinitas que padecimos"

 

La fundadora de Abuelas de Plaza de Mayo, María Isabel Chorobik de Mariani consideró como un martirio más la declaración del represor Miguel Etchecolatz, quien ayer confirmó tener "datos y elementos de prueba" sobre el destino de su nieta, Clara Anahí Mariani, apropiada en 1976 cuando tenía tres meses de vida. "Haber esperado un año para que declare tal verdad es un cuchillo clavado en el corazón", agregó.

 
 

Ayer, en el marco del juicio por delitos de lesa humanidad cometidos en seis centros clandestinos de detención que integraban el Circuito Camps, el ex comisario de la Policía Bonaerense declaró que "podría aportar datos y elementos de prueba sobre el destino de Anahí Mariani, a quien pueda estar necesitándolo, porque fui testigo presencial de aquellas circunstancias generadas".

La nieta de Chorobik de Mariani fue secuestrada en noviembre de 1976 de la casa de sus padres, cuando personal policial realizó un operativo y asesinó a todos los presentes, entre ellos su madre, Diana Terruggi. En este marco, la titular de Abuelas recordó que Etchecolatz tuvo oportunidad de decir lo que sabía en ocasión del juicio en el que “se demostró que él fue culpable de la muerte de Diana”, pero “no lo hizo". "¿Entonces, por qué ahora? Estoy segura que es para profundizar la tortura para ver si de una vez por todas me muero yo, porque tengo una edad bastante avanzada y ya no puedo esperar mucho más”, reflexionó.

SALUDOS REVOLUCIONARIOS 

(Gran Papiyo)         


Respuesta  Mensaje 3 de 7 en el tema 
De: Gran Papiyo Enviado: 13/10/2011 03:14

Chicha Mariani pidió que los represores revelaran dónde está su nieta Anahí

Luego de que la fundadora de Abuelas de Plaza de Mayo, cuya nieta fue robada por las fuerzas conjuntas que participaron del asesinato de su nuera en 1976, reclamara "terminar con esta tortura que ya lleva 35 años", el expolicía bonaerense Norberto Cozzani presentó una carta en la que asegura que Clara Anahí Mariani murió carbonizada en el ataque a la casa en la que asesinaron a su madre, afirmación que también formará parte de la defensa del excomisario Miguel Osvaldo Etchecolatz.

Durante una nueva audiencia del juicio del "Circuito Camps", en el que 26 represores están acusados de crímenes de lesa humanidad cometidos durante la última dictadura militar, María Isabel "Chicha" Chorobik de Mariani centró su testimonio en el operativo realizado por fuerzas policiales y militares el 24 de noviembre de 1976 en la casa de calle 30, entre 55 y 56 de La Plata, donde fue asesinada su nuera, Diana Teruggi, junto con otros compañeros de militancia. Mariani se refirió también a su propia detención y al asesinato de su hijo, Daniel Mariani. "Los represores saben del destino de mi nieta, sobre todo los que están sentados en el banquillo de acusados. Sí que saben y, si quieren, pueden terminar con esta tortura que ya lleva 35 años", clamó.

Antes de que se conociera la carta de Cozzani, y ante las especulaciones de que Etchecolatz repetiría el argumento, Mariani desestimó la versión de que su nieta hubiera muerto durante el operativo del 24 de noviembre: "Lo que dijo Etchecolatz de que la nena está calcinada fue para que yo me descompensara y no pudiera venir hoy a declarar". Y añadió "¿Quién resiste una tortura como esa después de 35 años de búsqueda? Lo disfrutan, son sádicos". En su declaración, Mariani abogó para que de este juicio "salga la verdad para encontrar a mi nieta", pues "he esperado durante 35 años y todo este tiempo ha sido muy cruel y lleno de mentiras".

Chicha le reclamó al chofer de Etchecolatz -Hugo Guallama-, quien se sospecha que podría haberse llevado a la beba durante el operativo, "que se anime a declarar y diga todo lo que sabe". Al mismo tiempo expresó su certeza de que "El Oso García" sacó "con vida" a su nieta de la casa de calle 30. "Hasta padecí un hecho, en el que un policía de la patota de Etchecolatz me dijo que me vendería a la nena porque él sabía dónde estaba y podía hacerlo", agregó.

Semanas atrás, Etchecolatz aseguró tener información acerca del paradero de Clara Anahí, pero declinó ampliar los datos. Sobre esa revelación Mariani remarcó: "Son mentiras, sigue siendo una forma de jugar con los sentimientos". Chicha afirmó ante el tribunal que durante el operativo donde fue asesinada su nuera y secuestrada su nieta "estuvo presente el entonces director del diario La Prensa, Máximo Gainza Castro. (...) Tiempo después, durante una reunión del Consejo Supremo de las Fuerzas Armadas, el represor Ramón Camps ratificó que en el ataque a la casa estuvo Gainza Castro, pero no pudo explicar qué hacía allí el periodista".

En la misma jornada, el TOF 1 avaló el pedido del acusado exministro bonaerense de la dictadura Jaime Smart -también juzgado en este proceso- para ejercer su propia defensa. Inicialmente el tribunal había accedido al requerimiento, pero la querella se opuso. Finalmente, en fallo dividido (el presidente, Carlos Rozanski, se opuso) el TOF avaló la solicitud de Smart.

SALUDOS REVOLUCIONARIOS 

(Gran Papiyo)      


Respuesta  Mensaje 4 de 7 en el tema 
De: Nobotuma Enviado: 18/10/2011 01:58
Da tristeza pensar en tántos niños que se criaron lejos de sus familiares por esa criminal acción de los dictadores de aquella época. Pensar que muchos quieren que esos oscuros tiempos regresen..

Respuesta  Mensaje 5 de 7 en el tema 
De: Gran Papiyo Enviado: 06/11/2011 06:55
 
EDUARDO DUHALDE JUNTO A DEFENSORES Y APOLOGISTAS DE LA ULTIMA DICTADURA

Por los votos de las botas

El ex presidente estuvo en la sede de la Uatre y cerró las Primeras Jornadas sobre Defensa y Seguridad Nacional en las que disertaron el general retirado Heriberto Justo Auel y el contraalmirante Miguel Angel Troitiño.

Por Nora Veiras
/fotos/20111016/notas/na14fo01.jpg
El general Heriberto Justo Auel (en el centro) en las jornadas que luego cerró Eduardo Duhalde.

En febrero del año pasado, al lanzar su precandidatura presidencial, Eduardo Duhalde pidió “parir en 2011 un gobierno de todos” que respete “al que quiere a (Jorge) Videla y al que no lo quiere”. Reuniones con la lobbista castrense Cecilia Pando atizaron los encuentros que avanzaron hasta Lucrecia Astiz, la hermana de Alfredo, el Angel de la Muerte, y coronaron con lo más granado de almirantes y generales retirados. Ansioso por ensanchar su escasa cosecha electoral, el ex presidente interino sigue apostando a los oficiales. El martes pasado, cerró las Primeras Jornadas sobre Defensa y Seguridad Nacional en las que disertaron el general retirado Heriberto Justo Auel, ex titular de la Unión de Promociones, colectivo creado para “defender a los presos políticos” (sic), y el contraalmirante Miguel Angel Troitiño, uno de los primeros militares sancionados por cuestionar la política de derechos humanos del ex presidente Néstor Kirchner. El anfitrión de ese semillero de nuevas ideas fue Gerónimo “El Momo” Venegas en la sede del sindicato de peones rurales del barrio de San Cristóbal.

Cabezas cuadradas, canosas ya, con el inconfundible corte castrense predominaron tanto entre los panelistas como entre el público. En la misma semana en que se escuchó desde los tribunales el remanido argumento de la “persecución” en boca de represores como Alfredo Astiz, los nostálgicos del terrorismo de Estado encontraron un plafond “democrático” en el candidato del peronismo Federal, que obtuvo el tercer puesto en las primarias con el 12,12 por ciento de los votos, superado apenas por el radical Ricardo Alfonsín y a 38 puntos de Cristina Fernández de Kirchner. Es la presencia de Duhalde la que les permite mantener la esperanza de una “consulta popular” para decidir qué hacer con los juicios por la represión ilegal.

El contraalmirante Troitiño hace años que intenta hacer pie en la política. En el ’98 fundó el partido Nueva Opción Republicana (NOR) con otros dos militares después de fracasar como candidato de Fuerza Republicana, el partido del general Antonio Domingo Bussi. En el 2000, Página/12 lo entrevistó.

–Siendo un partido militar, seguro tienen una revisión de lo hecho durante la dictadura. Usted, por ejemplo, es marino, ¿no estuvo en la ESMA?

–No, no estuve. No supe lo que pasaba.

–Sabrá de los llamados vuelos de la muerte.

–No, no me constan. Yo sé del libro de Alfredo Scilingo. Sé de las denuncias, pero no me constan. No lo creo, o por lo menos no lo concibo.

–También está el robo de bebés.

–Es una mentira infame. No niego que pueda haber casos particulares de gente que se apropió de bebés. En esa época había enfrentamientos y por ahí a los muertos nadie los reclamaba. De la misma manera, por ahí nadie venía a reclamar los bebés. Tal vez alguno se quedó con uno. Yo eso no lo niego. Tal vez hubo más de un caso, pero no un plan sistemático.

–¿Y todas las abuelas que reclaman a sus nietos?

–Bueno, hay mucha gente con odio y eso es mortal. Hay abuelas que legítimamente buscan a los bebés, pero se ha politizado mucho.

–O sea que está en contra de que se juzgue a los almirantes y generales por el robo de bebés.

–Yo creo que no es justo.

Hasta el 2008, Troitiño había logrado mantenerse como retirado en servicio –es decir recontratado por la Marina para cobrar el mismo sueldo que en actividad– en el Centro de Estudios Estratégicos. Este diario había revelado que Roberto Pertusio, preso desde 2006 por delitos de lesa humanidad, seguía asesorando al jefe de la Armada, Jorge Godoy, desde un cargo en esa misma dependencia. La entonces ministra de Defensa Nilda Garré ordenó pasar a retiro definitivo a Pertusio y también a Troitiño.

El contraalmirante tuvo que desprenderse de ese anclaje, pero sus aspiraciones políticas se mantuvieron. Parece haber encontrado en Duhalde un refugio, aunque medio enclenque si el próximo domingo se confirma el resultado de las primarias.

El derrotero del general Auel es simétrico al del marino: sucedió al general Juan Miguel Giuliano –otro de los disertantes– en la Unión de Promociones y abreva en los preceptos más recalcitrantes del pensamiento militar. En el 2003 se presentó como candidato a diputado nacional por la ciudad de Buenos Aires en las filas del partido Cambio con Justicia Social. En 2006, cuando la inconstitucionalidad de las leyes de punto final y obediencia debida había abierto el camino de los juicios a los represores, Auel sinceró aún más su discurso. Dijo que era mentira que hubiera habido “campos de concentración”, que no existió un plan sistemático de desapariciones y de robos de bebés, que lo que hubo fue “una guerra civil” contra un “agresor terrorista con una conducción externa” y que el resto son “mitos” y “cuentos”. Hasta esta campaña electoral, ningún político expectable se había atrevido a darles cobijo a esos aliados. El martes pasado, en la sede de Uatre tuvo lugar, de hecho, el cierre de campaña para la familia castrense. El ex senador Oraldo Britos y los ex diputados Jorge Villaverde y César Arias completaron el brazo civil junto al Momo Venegas y al propio Duhalde.

SALUDOS REVOLUCIONARIOS 

(Gran Papiyo)        


Respuesta  Mensaje 6 de 7 en el tema 
De: Gran Papiyo Enviado: 06/11/2011 06:57
Domingo, 6 de noviembre de 2011
SARA SOLARZ DE OSATINSKY, TESTIGO CLAVE DEL PLAN SISTEMATICO DE APROPIACION DE BEBES DURANTE LA ULTIMA DICTADURA

Parir en la ESMA

Acompañó a quince embarazadas en la Escuela de Mecánica de la Armada. Relata cada uno de esos partos y cuenta cómo se acondicionó un lugar específico para la “maternidad clandestina”, a la que derivaban prisioneras de otros campos.

Por Alejandra Dandan
/fotos/20111106/notas/na03fo01.jpg

La pieza de las embarazadas. Jorge Luis Magnacco. Una mesa. La asepsia. Una sábana verde. Tres embarazadas que se van, una que pare. Una incubadora, un sietemesino. El papelito en el que escribe todos los nombres. Noviembre de 1978, en la Escuela de Mecánica de la Armada, más exactamente 16 o 17 noviembre, dijo Sara Solarz de Osatinsky. “Trajeron a quien nosotros creíamos que era la esposa de Matías y era Patricia Roisinblit, que dio a luz un varón el 18 de noviembre de 1978, una cosa conmovedora, como todos los partos, por supuesto, pero en este caso, como Patricia había estudiado medicina –participó Magnacco como médico–, y en el momento que dio a luz pidió que no le corten el cordón umbilical y se lo pongan sobre el pecho y decía: ‘No me lo saquen, no me lo saquen’, era lo que la unía, la seguía uniendo a ese bebé que nació, a quien si no me equivoco le puso de nombre Rodolfo.”

Pedida por las parturientas de la Escuela de Mecánica de la Armada, Sara Solarz de Osatinsky estuvo en una enorme cantidad de alumbramientos en el centro clandestino más grande de la Marina. Es una de las personas que pueden darle a ese espacio las características y dimensiones de maternidad clandestina. Declaró en la causa por el plan sistemático de robo de bebés, es la testigo acaso más importante del tramo ESMA y uno de los pilares del juicio. Viuda, mujer de Marcos Osatinsky, dirigente de las FAR, uno de los prófugos de Trelew, asesinado. Madre de Mario y de José, asesinados a los 18 y 15 años. Llegó a la ESMA el 14 de mayo de 1977 y hasta noviembre de 1978 observó el desarrollo de quince embarazos: su voz se sumergió durante la audiencia en esos mundos, restituyendo a esas mujeres al mundo de los vivos.

A ella la secuestraron en una esquina de Capital Federal, mientras gritaba su nombre, y la golpearon con una llave inglesa. “¡Me llamo Solarz, me secuestran!”, decía y la patota gritaba a su vez qué era una brigada contra drogadictos. “Me llevan a un lugar donde no vi qué era en ese instante y me cortan toda la ropa, ni siquiera me sacan las esposas ni nada, sino que con una tijera me sacan toda la ropa que tenía y me dejan desnuda y me ponen sobre una camilla y es en ese momento que empiezan a decirme:

–Señora, ¿sabe dónde está?

–No sé –les dije yo–. Me da lo mismo.

–Está en la ESMA –me dijeron, y la verdad es que a pesar del “me da lo mismo’, no fue lo mismo: tenía conocimiento de lo que significaba la ESMA por algún folleto que decía todo lo que hacían con los prisioneros, con los secuestrados...”

Una guardia “buena”, “chicos de 14 a 18 años”, después de algunos días la dejaron andar sin esposas atadas atrás, las tenía adelante. “Pude levantarme la capucha y ahí era un espectáculo verdaderamente dantesco: como si estuviéramos dentro de una caja de muertos que llegaba al techo, uno no podía levantar la cabeza porque se golpeaba, todo cerrado con madera y el espacio exacto para que uno estuviera acostado en ese lugar. Cuando pude ver, una cosa que fue terrible de ver, es que en el medio de toda esa cantidad de cajas de muertos, había una cama que sobresalía y una mujer embarazada que se había levantado en ese momento: era Ana de Castro, luego supe que se llamaba así.”

“Yo tenía un papelito muy, muy pequeñito donde iba anotando todos esos datos”, dijo en un momento sobre la sucesión de embarazos. “Papelito de cada una de las embarazadas que desgraciadamente no fue posible conservar, yo pensaba que nunca me iban a dejar ir, se lo di a alguien y después ese papelito desapareció.”

Entre las primeras embarazadas estuvo con Pichona, María del Carmen Moyano de Poblete, y con Cori, que era Hilda Pérez de Donda. Como Ana Rubel de Castro, habían llegado antes que ella y dieron a luz antes de que empiece a funcionar la “pieza de las embarazadas”: cuatro camas que se ocuparon de forma rotativa y los marinos empezaron a llamar “La pequeña Sardá”, la maternidad clandestina de la ESMA. “Sara se ocupó de describir cómo el lugar funcionó con una coordinación interfuerzas –puntualiza Agustín Chit abogado, de Abuelas de Plaza de Mayo–, muestra cómo llegaban embarazadas de Buzos Tácticos de Mar del Plata, La Perla, el Banco o Coordinación Federal.”

–¿Supo si esas tres primeras mujeres tuvieron a sus hijos? –le preguntó el fiscal.

–Sí –dijo Sara–. Pichona pidió por favor que la acompañara en el momento del parto, para no estar al lado de los asesinos. Me bajaron y la bajaron a la enfermería. Estaba el doctor Mag-nacco y estuve al lado de ella y el ruido de las cadenas eran terribles en el momento que se sentían al mismo tiempo los gritos del bebé que nacía.

Pichona tuvo una hija mujer, en junio de 1977. Los partos todavía se hacían en la enfermería. Ella venía de la Perla, estaba en la ESMA desde abril. Su hija permanece desaparecida.

A mediados de 1977 empezó a funcionar la pieza: “El parto se realizaba en la misma habitación (de las embarazadas), sobre una mesa que ellas tenían, había una mesa grande y (Carlos) Capdevilla venía con material que decía que estaba esterilizado, eran las sábanas de color verde que se ponían y el resto de las embarazadas, porque la pieza era para cuatro, las sacaban de la habitación y volvían cuando se retiraba todo el material, estaba lavada la criatura y quedaba la criatura con la madre también en la habitación”.

Sara mencionó visitas de Antonio Vañek, Jacinto Chamorro y Jorge Vildoza. Y el rol de Jorge “Tigre” Acosta, Héctor Febres y “Pedro Bolita”, cuyo nombre es Carlos Galián.

“Siempre era Pedro Bolita o Febres el que venía a buscar a los niños; el doctor Magnacco, que pasaba todos los días; Capdevilla también pasaba si no estaba Magnacco, y Pedro Bolita normalmente era el que partía con el bebé o Febres.” Acosta conocía todo, dijo. “Era el que decidía cuándo venían las embarazadas, quién iba a venir, no recuerdo que haya entrado, pero que sabía, sabía quiénes estaban y en qué momento iban a dar a luz: tenía toda la información de hasta el más mínimo movimiento.”

La pieza de las embarazadas se cerró en marzo de 1978 porque llegaba de visita un periodista inglés. Para entonces, acababan de dar a luz Cristina Greco y Patricia Marcuzzo: “Cerraron las piezas, hicieron como un depósito y por eso Pati, lloraba, decía: `¿Por qué no me dejan con mi criatura?’. Porque prácticamente ese día o al día siguiente que la trasladaron, se quedó la criatura y se la llevaron a ella, por lo que me contaron dejaron el moisés en la casa de la madre”. Ella continúa desaparecida.

–¿Sabía el destino de los bebés? –le preguntó el fiscal Martín Niklison. –No, no sabía exactamente. Una persona que tenía relación con médicos del Hospital Naval decía que había un papel que decía para las mujeres de los militares, que si no tenían hijos, podían adoptar estos hijos de los guerrilleros. Esa fue una de las cosas que supimos. Y Febres dijo que tenía un primo que era una persona muy generosa, que se ocupaba de buscar casas para esos chicos, lo cual significaba que los chicos no eran entregados a sus padres, que esas cartas que ellas escribían no eran reales: no se las entregaban a nadie.

Al final, la presidenta del Tribunal Oral Federal No 6, María del Carmen Roqueta, le dijo, como hace habitualmente, si quería agregar algo más. “Creo que dije todo lo que recuerdo, es lo único que puedo decir: es que es una cosa terrible lo que pasó con las embarazadas, la separación de los niños, la adopción con los mismos que los mataron de alguna manera, que es terrible, algo que pasó en la ESMA que uno no lo puede olvidar, que recuerdo las caras de cada una de ellas, los gestos, lo que hacían en la pieza, las esperanzas, las desesperanzas que podían tener de lo que iba a pasar con sus hijos y con ellas mismas... Es lo único que puedo agregar.”

SALUDOS REVOLUCIONARIOS 

 (Gran Papiyo)         


Respuesta  Mensaje 7 de 7 en el tema 
De: Gran Papiyo Enviado: 14/11/2011 02:38
Genevieve y Benedicte Jeanningros y Marie Paule Campana

“Sufrimos el silencio de la Iglesia”

Publicado el 13 de Noviembre de 2011

La sobrina y sobrinas nietas de la monja francesa Léonie Duquet viajaron a la Argentina para presenciar la sentencia en la causa ESMA. “Fueron 34 años esperando que la ley confirmara lo que el mundo conocía”, subrayan en una entrevista con Tiempo Argentino. Reflexiones sobre la figura de Alfredo Astiz, el compromiso de Néstor Kirchner y la actuación de la Iglesia Católica en los oscuros años de la dictadura.

Genevieve Jeanningros jamás pensó en bajar los brazos. Los últimos 34 años los dedicó a buscar justicia por la desaparición y tormentos seguidos de muerte de su tía, la monja francesa Léonie Duquet, secuestrada y asesinada durante la última dictadura militar. El 26 de octubre pasado la encontró: 12 represores, entre ellos el ex marino Alfredo Astiz y Jorge “el Tigre” Acosta, fueron condenados a prisión perpetua por los crímenes de lesa humanidad cometidos en la ESMA. Las desapariciones, torturas y homicidios del Grupo de la Iglesia Santa Cruz donde trabajaban Duquet y su compañera, Alice Domon, integraron la investigación de esa megacausa. Desde hace más de tres décadas, Genevieve es hermana en una pequeña fraternidad religiosa en Roma, Italia. Es francesa, igual que sus sobrinas Benedicte Jeanningros y Marie Paule Campana. Todas viajaron a la Argentina para conocer el veredicto de la justicia en la emblemática causa ESMA. “Lo vivimos como una gran satisfacción, no es una alegría. Es un momento muy importante para nosotras y para la Argentina, pero también para el mundo, porque el triunfo de la justicia siempre es necesario, es la base de la democracia”, relata Genevieve en una entrevista exclusiva con Tiempo Argentino. Detrás de su voz suave y pausada aparecen más de tres décadas de lucha férrea para correr el telón sobre la responsabilidad de los represores. Alojadas en el Colegio San José, en el partido de Morón, las tres familiares de Léonie Duquet reconstruyen los largos años de reclamo y las sensaciones durante la lectura del veredicto. El bullicio de los chicos en el recreo las hace reflexionar sobre la masiva presencia de jóvenes el día que se conoció la sentencia por los delitos cometidos en la ESMA. “Es un país estupendo, porque si la juventud sale a reclamar por la justicia y la verdad, eso habla de un pueblo sano”, subraya Genevieve.

–¿Cómo fue el trato con los sucesivos gobiernos argentinos?
Benedicte Jeanningros: –Fue siempre a través del abogado Horacio Méndez Carreras. La peor parte ocurrió durante el gobierno de (Carlos) Menem con los indultos, pero anteriormente con las leyes del olvido y luego con (Fernando) De La Rúa no fue mejor, no había voluntad de saber.
Benedicte, sobrina nieta de Léonie, cuenta que su padre presentó infinidad de documentos a la justica. “Mi padre recogía toda la información publicada en la prensa francesa y a veces accedía a noticias llegadas de la Argentina. Para el Mundial de Fútbol de 1978, vi fotografías de los jugadores argentinos con los militares al lado, como custodiando. También era público que muchos profesionales de Francia no querían asistir a congresos en la Argentina por temor o como repudio por lo que ocurría”, recuerda. Y no disimula su orgullo al mencionar que Michelle, su padre, también fue una pieza clave para el reconocimiento del cuerpo de Léonie ya que aportó la sangre para las muestras comparativas que permitieron la identificación.

–¿Qué sintieron al ver a Astiz en la sala?
Genevieve Jeanningros: –Una mezcla de sensaciones, sobre todo cuando los militares presentaban sus argumentos de defensa. En un momento vi a Astiz hablando con alguien, parecía referirse a mi preguntando “por qué me mira”, y a lo largo de la sesión cuatro veces lo descubrí con su mirada fija en mí.
–En los años de la dictadura, la hermana Yvonne Pierron, compañera de Duquet y Domon, planteó en una reunión en la ONU que si querían saber dónde estaba Hitler fueran a la Argentina y buscaran a Alfredo Astiz...
GJ: – Hace poco, una persona nos comentó que ella había advertido a Alice y a Léonie que Astiz no les inspiraba confianza; lo miraba con mucho recelo y le recordaba a Hitler. Más aun, les había señalado que, cuando finalizaban las reuniones en la Iglesia Santa Cruz, sólo acompañaba a las personas que estaban mejor de salud pero a las que se veían enfermas o muy viejitas no las ayudaba.
–¿Y el momento en que se anunció la sentencia?
GJ: –Dentro de la sala se sentía un nerviosismo y una tensión fuertísima. Luego de dos horas el tribunal exigía silencio pero era imposible, la tensión crecía a medida que leían las acusaciones y en el momento que dijeron las condenas estallamos todos en aplausos y alaridos fuertísimos, y la gente les gritaba “asesinos”. Fueron 34 años esperando que la ley confirmara lo que el mundo conocía.
–¿Qué sintieron ante la presencia de jóvenes en la calle, a la espera del pronunciamiento del tribunal?
GJ: –Imaginábamos que sería así. Ya habíamos estado en la Plaza de Mayo el 24 de marzo del año pasado y nos sorprendió la cantidad de jóvenes. Es un país estupendo, porque si la juventud sale a reclamar por los Derechos Humanos, la justicia y la verdad es buenísimo, habla de un pueblo sano. La Argentina sufrió muchísimo durante la dictadura. Ya no están Alice ni Léonie, pero hay una multitud apoyando. Ellas son como semillas de trigo muertas en la tierra, cuyos frutos vuelven a brotar y reproducirse cuando las Madres, las Abuelas, los Hijos y los Nietos preservan la memoria y la búsqueda de la verdad.
–¿Tuvieron respaldo de los gobiernos franceses?
GJ: –Al inicio se reclamó y hubo pedidos de informes del presidente (Valery) D’Estaing, pero el gobierno de (Jorge Rafael) Videla acusaba a los Montoneros por el secuestro. El gobierno francés no quería admitir que habían muerto. Luego, la embajada en la Argentina volvió con los reclamos, pero durante años no se hizo absolutamente nada.
–¿Y cuándo empezaron a confiar nuevamente en el esclarecimiento?
GJ: –Con Néstor Kirchner. Cuando asumió actuó con la ley y con los gestos, como en el momento que ordenó quitar los cuadros de los represores o cuando se abolieron las leyes de impunidad. Su actitud frente a los crímenes de la dictadura y la decisión de impulsar las causas judiciales nos devolvió la esperanza.
–¿Tuvieron ocasión de conocer a Cristina y Néstor Kirchner?
GJ: –Conocimos a Cristina en Roma y el 24 de marzo de 2010 estuvimos en la ESMA. Cuando Cristina nos vio, le comentó a Néstor en voz baja que estábamos allí y vinieron a abrazarnos y saludarnos.
–¿Sabían que su tía y Alice cuidaron a un hijo de Videla?
GJ: –Alguien nos lo ha dicho, pero pasaron cerca de 50 años de esos episodios y no recuerdo que Léonie me lo haya comentado. Nuestro contacto era por carta, pero además Videla no parecía en ese momento quien luego se supo que fue.
–Usted es religiosa, Léonie y Alice también, y Videla también era muy religioso, ¿le hablaban a diferentes dioses?
GJ: –No se puede explicar. Yo sufrí mucho por eso. La Iglesia no tendría que haber reaccionado callando como lo hizo. Sufrimos por el silencio de la Iglesia. Hasta ahora el caso no está limpio, queda un dolor muy grande abierto. Mi vida es la Iglesia, pero no la que escuchaba a Videla.
–Una parte de la Iglesia les daba la hostia y otra parte exigía Jjusticia. ¿A qué Dios le rezaban Videla y Massera?
GJ: –No lo puedo saber, pero pienso que ellos creían que el comunismo en todo el mundo, no sólo el argentino, era como el Demonio; por eso se ensañaban con los jóvenes que tenían ideas progresistas. El evangelio es comunista, busca la igualdad. La Iglesia Católica se ha mezclado más con el poder y con la riqueza.

SALUDOS REVOLUCIONARIOS

(Gran Papiyo)



Primer  Anterior  2 a 7 de 7  Siguiente   Último  
Tema anterior  Tema siguiente
 
©2025 - Gabitos - Todos los derechos reservados