El siguiente es un artículo redactado por el gran David Duke (Duke es un político nacionalista norteamericano, ex representante por el Estado de Louisiana), a propósito de la grave crisis financiera que atraviesan las compañías automotrices estadounidenses, en medio del desastre económico que han causado los banqueros judíos con su codicia sin límites y la absoluta falta de regulación de sus actividades.
"Disfruten".
Billones de dólares para los Banqueros judíos internacionales...
Cero para la industria automotriz americana y para 10 millones de empleados.
Por David Duke
Ben Shalom Bernanke, el judío jefe de la Reserva Federal, dijo al Congreso y al pueblo estadounidense que teníamos que aprobar un rescate (robo) de 700 mil millones de dólares de dinero de los contribuyentes para dárselos a los bancos internacionales dominados por los judíos. ¡Sin embargo, los judíos mandamases de la economía no quieren dar un solo centavo a la mayoritariamente (casi exclusivamente) gentil (N. del T.: “gentil” es una forma amable que usan los judíos para referirse a los no judíos) industria automotriz que emplea a 2 millones de americanos!
Los mismos bancos internacionales judíos, beneficiarios de rescate, fueron los principales contribuyentes de Obama y McCain, como lo señaló la firma judía Goldman Sachs, siendo el mayor contribuyente de Obama (solo) por sobre $800.000 dólares (último informe de la FEC antes de la elección). ¿Suena esto como cambio en el que usted puede creer?
El Washington Post estima que más del 50 por ciento del financiamiento político nacional proviene de fuentes judías, un grupo de sólo el 2,3 por ciento de la población. El más rico y más poderoso lobby en el Congreso es el AIPAC (Comité Americano Israelí de Asuntos Públicos). El AIPAC es esencialmente un grupo de presión para una nación extranjera, Israel y todos los intereses de la comunidad judía.
Empresas como Goldman Sachs y Lehman Brothers han dado decenas de millones de dólares para el mismo Congreso que aprobó los 700 mil millones de dólares para el salvataje de los bancos internacionales. Además del robo de los 700 mil millones de dólares de los contribuyentes, autorizado por el Congreso, el dinero asignado directamente por la Reserva Federal de Bernanke y por orden ejecutiva llegará a, por lo menos, un billón de dólares adicionales.
Esa es la asombrosa suma de 1,7 billones de dólares de los contribuyentes asignados a los banqueros internacionales. 1,7 billones de dólares es un millón setecientos mil millones de dólares y los expertos dicen que la cantidad podría duplicarse durante el próximo año.
Los medios de comunicación, que se han alineado monolíticamente con el rescate financiero, están en manos judías tanto como cada organización política norteamericana, cada fundación, cada grupo de presión. Aquí hay una cita directa de una importante publicación judía, en la que fanfarronean acerca de su control de los principales conglomerados de medios de comunicación de Estados Unidos:
"Cuatro de los cinco mayores gigantes del entretenimiento están actualmente dirigidas o son de propiedad de judíos. News Corp de Rupert Murdoch (en el número cuatro) es la única corporación gentil –Rupert, sin embargo, es tan pro-Israel como cualquier judío, probablemente más. "(Los Angeles Jewish Times 29 de octubre de 1999) [Otras fuentes afirman la madre de Murdoch, Elisabeth J. Greene, es judía, además de Murdoch de la mano derecha que dirige el día a día de las operaciones de la Fox News Corp es Peter Chernin, un abierto extremista judío y partidario de Israel]
Los mismos diarios pertenecientes a los judíos y dominados por ellos, como The Wall Street Journal, The NY Times y The Washington Post, que por unanimidad apoyaron el rescate de las empresas financieras mayoritariamente judías ahora se cuestionan si el gobierno debe ofrecer siquiera un pequeño préstamo (en comparación con el rescate de las empresas financieras internacionales) a quizás el más importante eje económico del país, la industria automovilística de Estados Unidos. Si la industria automovilística americana se pierde, va a costar al país hasta 10 millones de puestos de trabajo y, desde luego, dará paso a la ruina económica para el resto de nosotros también.
A partir de Henry Ford, las compañías automotrices hicieron más que cualquier otra industria manufacturera para hacer de Estados Unidos una próspera potencia económica. Sin embargo, las últimas tres productoras norteamericanas de automóviles, GM, Ford y Chrysler se enfrentan ahora a la quiebra y la aniquilación.
Esta creciente depresión provocada por el fraude bancario masivo, mal uso, robo y la mala gestión ahora amenaza al más importante segmento de la economía de los EEUU, la industria automovilística. Esta quiebra también se debe en no pequeña parte a las políticas de libre comercio que han inundado Estados Unidos con automóviles y mercancías procedentes de las plantas del Tercer Mundo sobre la base de trabajo con salarios de esclavo y plantas que no han añadido los gastos necesarios de protección del medio ambiente. Automóviles han llegado desde México, Brasil y otras partes del planeta y así, se ha paralizado la industria automotriz de los EEUU. Los numerosos fabricantes de automóviles que prosperaran después de la Segunda Guerra Mundial se han reducido a sólo 3. Ahora, al tope de las políticas suicidas comerciales establecidas por los financistas internacionales, las empresas de automóviles se están enfrentando a un golpe mortal por la actual crisis financiera provocada por las mismas empresas de la banca internacional.
¿Qué están pidiendo estos últimos 3 fabricantes de automóviles de Estados Unidos? A diferencia de las empresas financieras, no están pidiendo a los contribuyentes hacerse cargo de billones de dólares de deudas incobrables. Ellos son simplemente piden un préstamo, repito: un préstamo, de $25 mil millones que deben tomarse de los 1,7 billones de dólares asignados a los bancos internacionales. ¡Tan solo 25 mil millones de los 1,7 billones! Pero eso es más que demasiado para los codiciosos de Wall Street.
La mayoría de los estadounidenses simplemente no han sido informados sobre lo que está en juego. Las empresas automovilísticas norteamericanas emplean directamente a más de 250.000 estadounidenses, 730.000 tienen empleos en las empresas que producen las piezas y materiales que van dentro de los automóviles, y más de 1.000.000 estadounidenses trabajan en las concesionarias. Eso es de aproximadamente 2 millones de estadounidenses que, en caso de que perdieran sus puestos de trabajo irán de producir ingresos y gastos de otros bienes y servicios a ser una enorme fuga en el sistema social y económico. El efecto de cascada se traduciría en 4 ó 5 veces el número de desempleados estadounidenses.
Cotizaciones a la Associated Press el 20 de noviembre de 2008:
"... Si sólo uno de los gigantes auto se fuera a la quiebra, se estima que las pérdidas de puestos de trabajo el próximo año en Estados Unidos llegará a 2,5 millones de personas."
Si los tres caen en quiebra, por el efecto de cascada, es probable que el resultado sea de más de 10 millones de puestos de trabajo perdidos.
Los medios de comunicación dominados por los judíos han entrevistado a experto tras experto, diciéndole a la opinión pública que debe oponerse al préstamo a la industria automotriz. Estos son los mismos medios que nos han dicho, casi sin excepción, que el robo de 1,7 billones de dólares de los contribuyentes para dárselos a las empresas financieras internacionales judías es absolutamente necesario. Viendo esta mañana Fox News, el noticiero conservador, administrado por judíos neoconservadores y los igualmente administrados por judíos, pero más liberales medios MSNBC y CNN, vi historia tras historia, condenando la propuesta de préstamo de dinero a nuestra enferma industria automotriz. Incluso cuentan historias sobre el hecho de que los tres grandes distribuidores de automóviles se atrevieron a venir a Washington desde Detroit en sus jets corporativos, con un costo alrededor de US $20.000 en un intento de hacer que el pueblo de los Estados Unidos piense que no deben recibir dinero alguno. Todos los altos ejecutivos de las mayores empresas en el mundo, incluidos los ejecutivos financieros a quienes se les prestó dinero ahora, vuelan también en sus jets corporativos.
Cuando Bernanke y las empresas de inversión judías fueron a presionar para la compra de 1,7 billones de dólares de sus tóxicos documentos (hipotecas sin valor monetario) no hubo ninguna historia acerca de las docenas de banqueros internacionales que volaban desde Nueva York y desde todo el mundo a Washington para impulsar el rescate.
Los medios de comunicación también dejaron la impresión de que los 25 mil millones de dólares de préstamo correspondían a un nuevo préstamo, por fuera de los 700 mil millones del rescate autorizado por el Congreso, cuando en realidad se trata simplemente de una acción del Congreso que, de los 700 mil millones de dólares destinados a los banksters (N. del T.: Bankster es un juego de palabra en inglés, de la mezcla de las palabras “banker” y “gangster”), se tomaran sólo 25 mil millones que serían destinados a un préstamo para la industria automotriz de Estados Unidos y para el bienestar de millones de trabajadores en esta industria norteamericana en estado crítico.
La Associated Press informó en un artículo del 20 de noviembre que:
El Secretario del Tesoro Henry Paulson [ex CEO de Goldman Sachs] puede tocar el dinero de rescate del sector financiero para ayudar a las empresas de automóviles, [Senate Majority Leader] Reid afirmó, pero "él simplemente no quiere".
Por supuesto que el ex CEO de Goldman Sachs no quiere.
El contraste de la respuesta a los 1,7 billones de dólares para los banqueros internacionales judíos y para la petición de sólo 25 mil millones de dólares para la mayoritariamente gentil (N. del T.: no judía) industria automotriz y para los millones de trabajadores debería despertar a cualquiera a la verdadera naturaleza del Gobierno Federal. No es nuestro gobierno.
Tampoco son nuestros medios de comunicación. Estos poderes no están en interés del pueblo norteamericano, sino de una elite extranjera cuyos intereses están siempre antes de que el pueblo norteamericano. Ellos querían la guerra por Israel en Irak. Sus medios de comunicación mintieron sobre ello, y sus políticos comprados votaron a favor. Ellos querían el cambio de la política de inmigración de Estados Unidos para convertir a los americanos europeos (N. del T.: blancos) en una minoría en nuestro propio país. Ellos quieren quitarle la riqueza y el poder al pueblo estadounidense y concentrarla en sus propias manos
Se trata de sus medios, de su gobierno. Bush era su Presidente. Obama es su nuevo Presidente. Conozcan al nuevo jefe, igual que el antiguo, sólo que el nuevo tiene una nueva cara.
La oposición a la industria del automóvil préstamo es un ejemplo más de cómo hemos perdido Estados Unidos.
Es la prueba de que todos tenemos que trabajar, luchar y sacrificarnos para conseguir recuperarlo.
Yo estoy haciendo mi parte.
¿Y tú?
David Duke