Página principal  |  Contacto  

Correo electrónico:

Contraseña:

Registrarse ahora!

¿Has olvidado tu contraseña?

LA CUBA DEL GRAN PAPIYO
¡ Feliz Cumpleaños Danzando7 !                                                                                           ¡ Feliz Cumpleaños Danzando !
 
Novedades
  Únete ahora
  Panel de mensajes 
  Galería de imágenes 
 Archivos y documentos 
 Encuestas y Test 
  Lista de Participantes
 Conociendo Cuba 
 CANCION L..A 
 FIDEL CASTRO.. 
 Fotos de FIDEL 
 Los participantes más activos 
 PROCLAMA AL PUEBLO DE CUBA 
 
 
  Herramientas
 
General: Clarín : un tipo de periodismo mezquino .-
Elegir otro panel de mensajes
Tema anterior  Tema siguiente
Respuesta  Mensaje 1 de 2 en el tema 
De: Ruben1919  (Mensaje original) Enviado: 21/12/2011 13:34
  Federico Corbiére
 
 
 
Con precisión suiza, justo una década atrás, Argentina conoció la peor crisis institucional que arrasó con las ilusiones de no pocos jóvenes nacidos en democracia. También dejó 38 muertos sólo en las jornadas del 19 y 20 de diciembre de 2001.

Por entonces, los poderes fácticos no eran los cuestionados sino las instituciones y los políticos ajenos a sus intereses. El caso de los sobornos por el Proyecto DNI y las cuentas, también suizas, no ocuparon la tapa de los principales matutinos de circulación nacional. Recién ahora –a instancias de una investigación de la SEC norteamericana y el FBI– aquellos millonarios sobornos silenciados, llegaron a las portadas de Clarín y La Nación.

Tales omisiones son la síntesis de una práctica común de presiones y contubernios de las corporaciones mediáticas.

El miedo a los medios, por su capacidad de influenciar a la opinión pública, fue signo de una época que con la incitativa parlamentaria que declara Papel Prensa un “servicio de interés público” está llegando a su fin.

La única empresa productora de papel nacional (utilizable para el bobinado de rotativas) tiene como principal accionista al Grupo Clarín, con el 49% de sus acciones, y como socios minoritarios al diario La Nación y al Estado nacional.

Mientras la adquisición de Papel Prensa está siendo investigada como delito de lesa humanidad por el oscuro traspaso de acciones del grupo Graiver, en marzo de 1977, a sus accionistas privados, Clarín volvió a insistir en usar su tapa para cuestionar a las instituciones con una cita al artículo 32 de la Constitución Nacional, que señala: “El Congreso federal no dictará leyes que restrinjan la libertad de imprenta o establezcan sobre ella la jurisdicción federal”.

Entre otros constitucionalistas atávicos, Gregorio Badeni, es mencionado como cita de autoridad para defender la libertad de prensa. El también abogado de Martín Redrado olvida la reforma de 1994 y la parte dedicada a los “nuevos derechos y garantías”, donde su artículo 42 promueve la defensa de la competencia y el control de los monopolios naturales y legales.

No sólo Tiempo Argentino, afín al proyecto nacional, respondió este lunes con ese argumento. También lo hizo Ámbito Financiero, una publicación fundada por Julio Ramos que mantuvo una larga batalla con Clarín por las barreras impuestas para acceder al papel.

A diferencia de Héctor Magnetto, el fallecido periodista, nunca se escudó en la libertad de prensa para hacer negocios. Ramos fue un firme defensor de la libertad de empresa de un matutino económico que empezó a circular 35 años atrás como una hojita para informar a especuladores y agentes financieros.

Sólo en gráfica, Clarín es dueña de Arte Gráfico Editorial Argentino (AGEA), Olé, La Razón; y, junto a La Nación, de la Compañía Inversora en Medios de Comunicación (CIMECO), controlante de los diarios La Voz del Interior (Córdoba) y Los Andes (Mendoza), además de revistas menores como Genios y Elle, entre otras.

Clarín posee como principal premio de sus buenos oficios en tiempos autoritarios dos empresas claves: Artes Gráficas Rioplatense, con la cual intentó imponer con la editorial Tinta Fresca su modelo pedagógico en las escuelas; y, da su “toque de atención para la solución argentina de los problemas argentinos” con la distribuidora Impripost.

Entiéndase producción de papel, cadena de distribución y consumo, sólo en una rama de su estructura comercial, complementaria en forma conglomeral con señales televisivas, Internet y cable.

Clarín es un multimedio consolidado en épocas de menemato y un claro exponente de un tipo de periodismo mezquino, con una línea editorial que no es otra que la del capital. Como se sabe los capitales no tienen bandera. Lo curioso, es que hoy Hernestina Herrera de Noble no está en bancarrota porque el Congreso Nacional, al cual está interpelando en sus portadas, sancionó en 2003 la Ley de Protección de Industrias culturales, por la cual Goldman Sachs no pudo ejecutar los compromisos de deuda asumidos antes de la crisis, que para Clarín en 2002 sólo se llevó dos muertos: Maximiliano Kosteki y Darío Santillán.

¿Terrorismo mediático?
Clarín, paredón y después
 
 


Primer  Anterior  2 a 2 de 2  Siguiente   Último  
Respuesta  Mensaje 2 de 2 en el tema 
De: Ruben1919 Enviado: 22/12/2011 04:34
medios

La engañosa ofensiva de Clarín contra la democratización del papel de diario, por Gustavo Cirelli (para “Tiempo Argentino” del 19-12-11)

 
ARRIBA : Igual que en Estados Unidos. Para ver la imagen completa pinche sobre ella

st1:*{behavior:url(#ieooui) }

El proyecto de ley que declara de interés público la producción del insumo ya cuenta con media sanción de Diputados

 

Publicado en TIEMPO ARGENTINO el 19 de Diciembre de 2011

 

Por Gustavo Cirelli
Vicedirector de Tiempo Argentino

En su edición de ayer, el matutino omitió mencionar el artículo 42 de la Constitución Nacional, en su Capítulo Segundo sobre “Nuevos derechos y garantías”, y el inciso 3 del artículo 13 del Pacto de San José de Costa Rica.

La tapa de ayer de Clarín permitiría interpretar un apego por parte de ese diario a la Constitución Nacional, lo que no dejaría de ser un salto en calidad para el conjunto de la sociedad. Podría entenderse, también –siempre recurriendo al uso del condicional por tratarse de quien se trata– que atrás quedaron los tiempos, no tan remotos, en el que el diario de Noble-Magnetto no dudó en asociarse con las tres armas durante el terrorismo de Estado, por ejemplo, para despojar a la familia Graiver de la empresa Papel Prensa. Una acción que presume, en principio, un delito de lesa humanidad por el que están siendo investigados por la justicia de la democracia el propio Héctor Magnetto y su socio Bartolomé Mitre, de La Nación. Más atrás, de ser así, quedó aquella tapa de bienvenida al régimen genocida de Videla-Massera, del 25 de marzo de 1976, cuando los argentinos nos enteramos por Clarín que había un “Nuevo gobierno”. Ese fue el título para aclarar en una bajada infame: “La prolongada crisis política que aflige al país comenzó a tener su desenlace esta madrugada con el alejamiento de María E. Martínez de Perón como presidenta de la Nación”. Así bautizó Clarín a la dictadura más asesina de la historia. No habló de golpe de Estado. Tampoco del inicio de lo que fue una violación sistemática, por parte de un régimen cívico-militar durante más de siete años, de la Constitución Nacional y, por ende, de todos los artículos que la componen. Nada dijo entonces, por caso, del artículo 32 que ayer esgrimió en su portada con más efectismo marketinero que denuncia veraz. Dice así: “El Congreso federal no dictará leyes que restrinjan la libertad de imprenta o establezcan sobre ella la jurisdicción federal.”

A qué se debe tanto nerviosismo de Clarín por estos días. Sencillo: Diputados dio media sanción al proyecto de ley que declara de interés público la producción, distribución y venta de papel de diario. Una iniciativa que fue aprobada, el jueves pasado, en la Cámara Baja por 134 votos a favor y 93 en contra, y que el próximo jueves debatirá el Senado, y se prevé será sancionada como ley. El proyecto fue impulsado el año pasado por la diputada del Frente para la Victoria Juliana Di Tullio. Se realizaron audiencias públicas de las que participó más de un centenar de expositores. Los representantes de Clarín y de La Nación no asistieron. Todavía especulaban con que el hoy deshilachado opositor Grupo A frenase la iniciativa, mientras sus diarios se dedicaban a intentar esmerilar, sin éxito, la gestión de Cristina Fernández de Kirchner desde sus portadas. Una tarea fallida, por cierto, a la luz del 54,11% que obtuvo la presidenta en las elecciones y que le permitió reasumir un segundo mandato el 10 de diciembre. Aquellas estimaciones de Magnetto fallaron y hoy, desde su factoría de negocios, deben recurrir a otras argucias para no perder los privilegios que supieron atesorar desde que los militares le entregaron Papel Prensa, la empresa que monopoliza en el país la producción del principal insumo para los diarios, lo que le permitió por más de tres décadas recurrir a la discrecionalidad en el costo del papel, en algunos casos obligando a otros diarios a pagar hasta un 50% más caro, como sucede con los del Grupo 23.

Es válido, entonces, permitirse dudar del apego a la letra fría de la Constitución Nacional por parte de Noble-Magnetto. ¿Por qué? Porque en su cuidada edición del domingo 18 de diciembre omitieron mencionar el artículo 42 de la Primera Parte de la Carta Magna, en su Capítulo Segundo, sobre “Nuevos derechos y garantías”, que dice: “Los consumidores y usuarios de bienes y servicios tienen derecho, en la relación de consumo, a la protección de su salud, seguridad e intereses económicos; a una información adecuada y veraz; a la libertad de elección, y a condiciones de trato equitativo y digno. Las autoridades proveerán a la protección de esos derechos, a la educación para el consumo, a la defensa de la competencia contra toda forma de distorsión de los mercados, al control de los monopolios naturales y legales, al de la calidad y eficiencia de los servicios públicos, y a la constitución de asociaciones de consumidores y de usuarios. La legislación establecerá procedimientos eficaces para la prevención y solución de conflictos, y los marcos regulatorios de los servicios públicos de competencia nacional, previendo la necesaria participación de las asociaciones de consumidores y usuarios y de las provincias interesadas, en los organismos de control.” El constitucionalista Eduardo Barcesat lo explica (ver aparte): “El proyecto que por el momento tiene la aprobación de la Cámara de Diputados, ni remotamente lesiona la Constitución, ni la Convención Americana de Derechos Humanos. Muy por el contrario, su legitimidad hinca en lo dispuesto por el artículo 42 de la Constitución Nacional cuando deslegitima las prácticas monopólicas y, además, preserva derechos de usuarios y consumidores, establece un deber de proveer información veraz y adecuada. La normativa en examen sólo comporta poner en igualdad de condiciones en el acceso al consumo del insumo principal que es el papel de diarios a todos los medios periodísticos.”

Clarín en su ofensiva contra lo aprobado por los diputados omite, también, una información no menos significativa al no mencionar, en su edición de ayer, cuando hace referencia a la Convención Americana sobre Derechos Humanos, conocida como “El Pacto de San José de Costa Rica”, a lo que se detalla en su artículo 13 sobre la Libertad de Pensamiento y de Expresión, en el inciso 3: “No se puede restringir el derecho de expresión por vías o medios indirectos, tales como el abuso de controles oficiales o particulares de papel para periódicos, de frecuencias radioeléctricas o de enseres y aparatos usados en la difusión de información o por cualesquiera otros medios encaminados a impedir la comunicación y la circulación de ideas y opiniones.”

Léase claramente: “El abuso de controles oficiales o particulares de papel para periódicos.” La práctica que ejercieron Clarín y La Nación por más de 30 años, por ejemplo, al venderse a sí mismos el insumo a un precio mucho menor que a sus competidores. Clarín no ve amenazada su libertad de expresión ni de imprenta, lo que no quiere es perder sus privilegios, su rol dominante en el mercado, y está dispuesto a todo, incluso a usar de manera antojadiza la Constitución de los argentinos. A mentir. Como lo hizo desde su multimedios cuando se debatía en los ámbitos democráticos la Ley 26.522, de Servicios de Comunicación Audiovisual. Asustaba el Grupo Clarín a su audiencia al repetir, por ejemplo, que la señal TN desaparecería si se aprobaba la nueva Ley de Medios: ahí está TN intacta, con la misma libertad de siempre para decir lo que siempre dijo. Lo mismo sucederá ahora con la prensa escrita: ahí estará Clarín para seguir relatando la realidad al antojo de sus intereses mercantiles. Pero también estarán ahí los otros diarios, sin padecer la asfixia comercial a la que los había condenado el monopolio.

El derecho a la información –como ya se dijo más de una vez desde las páginas de Tiempo Argentino– no es un derecho del monarca, ni de imprenta ni de empresa ni de prensa, es un derecho humano que los estados deben garantizar.

 

Publicado en :

http://tiempo.infonews.com/notas/enganosa-ofensiva-de-clarin-contra-democratizacion-del-papel-de-diario

 

Más información en :

“LIBERTA DE EXPRESIÓN, EN SERIO”, por Daniel Cecchini

http://sur.infonews.com/blogs/daniel-cecchini/libertad-de-expresion-en-serio



 
©2025 - Gabitos - Todos los derechos reservados