Los taiwaneses han votado hoy para elegir a su presidente en unas disputadas elecciones marcadas por la economía y las relaciones con China. Con el 50% de los votos escrutados, el actual presidente, Ma Ying-jeou, de 61 años, del Partido Nacionalista (Kuomintang, KMT) lidera los resultados con el 52,3% de las papeletas, tras lo cual se ha proclamado vencedor de la contienda. Su más cercano rival, la opositora Tsai Ing-wen, del Partido Demócrata Progresista (DPP, en sus siglas en inglés), tiene el 44,8% de los votos.
Un total de 18 millones de personas estaban convocados a las urnas en esta vibrante democracia para decidir si Ma de 61 años, y partidario de la unión algún día con China, renueva el cargo o este pasa a Tsai, de 55 años, que se inclina por la independencia. La últimas encuestas, hechas públicas hace 10 días -plazo más allá del cual no se pueden realizar, según la ley-, mostraban unos comicios muy reñidos, con una ligera ventaja de 3 o 4 puntos porcentuales a favor de Ma.
Los colegios electorales han cerrado a las cuatro de la tarde (siete horas menos en la España peninsular). Los votantes han elegido también el Parlamento, que tiene 113 diputados y está controlado en la actualidad por el KMT.
Ma Ying-jeou, exministro de Justicia, exalcalde de Taipei y doctorado en Harvard, ha promovido su reelección bajo el argumento de haber estrechado los lazos entre la economía taiwanesa y los lucrativos mercados de China.
Uno de los logros principales de la presidencia de Ma ha sido la firma de un acuerdo comercial con Pekín en 2010 que redujo los aranceles para cientos de productos taiwaneses
Durante sus tres años y medio en la presidencia, sus iniciativas -como la apertura de la isla a los turistas chinos y el incremento de los vuelos con el continente- han ayudado a reducir las tradicionales tensiones en el estrecho de Taiwan, que se encuentran en uno de sus niveles más bajos desde que los nacionalistas de Chiang Kai-shek perdieron la guerra civil con los comunistas de Mao Zedong y se refugiaron en la isla en 1949.
Uno de los logros principales durante su mandato ha sido la firma de un acuerdo comercial con Pekín en 2010 que redujo los aranceles para cientos de productos taiwaneses. Mientras el grueso de las exportaciones a China el año pasado -cifradas en 124.000 millones de dólares (97.800 millones de euros)- fueron productos de electrónica, al mismo tiempo se produjo un gran aumento de las ventas agrícolas del sur de Taiwan, feudo tradicional del Partido Demócrata Progresista.
Los años de Ma en el poder dibujan un panorama mixto. El desempleo ha caído al 4,5%-5%, tras haber llegado a más del 6% en 2009, y la economía creció un respetable 4,5% el año pasado, a pesar de la crisis global, según cifras preliminares. En 2010, subió un 10,8%. Pero los precios inmobiliarios se han disparado y la brecha social ha aumentado.
Las posibilidades de reelección de Ma se ven aumentadas por el regreso de más de 200.000 empresarios taiwaneses y familiares que viven en China para votar, coincidiendo con las fiestas del Año Nuevo chino. Se estima que la mayoría de ellos es partidaria del Kuomintang.
Relaciones con China
Tsai, que posee un doctorado de la London School of Economics, no ha dado signos de querer deshacer las políticas económicas de Ma respecto a China, pero ha acusado a su rival de haber impulsado las desigualdades en Taiwan y de minar la independencia que de hecho disfruta la isla, a cambio de ventajas económicas. En los últimos días de la campaña electoral, Tsai se movió hacia el centro, prometió mantener el diálogo con Pekín y aseguró que no tiene intención de imitar las políticas claramente proindependentistas del predecesor de Ma, Chen Shui-bian (DPP), que enfurecieron a Pekín y causaron gran preocupación a Estados Unidos, principal socio de Taiwan en temas de seguridad. Una victoria de Tsai podría abrir un periodo de incertidumbres sobre las relaciones entre Pekín y Taipei.
Pekín ha dado instrucciones a sus académicos de que no hagan comentarios sobre las posibles preferencias chinas
Los meses que han precedido a la votación han sido tranquilos. A diferencia de 1996, cuando China disparó misiles en aguas cercanas a Taiwan antes de las primeras elecciones presidenciales directas celebradas en la isla, Pekín ha aprendido a moderarse, con objeto de evitar enfadar a los votantes y que estos se revuelvan y respalden al DPP. El independentismo del partido de Tsai enoja al Gobierno chino, que considera la isla parte de su territorio y ha amenazado con atacarla si se declara independiente.
Pekín ha dado instrucciones a sus académicos de que no viajen a Taiwan para seguir los comicios ni hagan comentarios sobre las posibles preferencias chinas. "Durante los cuatro años de mandato de Ma Ying-jeou, las relaciones a través del estrecho han sido bastante pacíficas, se han reforzado y se han hecho más profundas", explica Peng Weixue, director del departamento de investigación del Instituto de Estudios sobre Taiwan en la Academia China de Ciencias Sociales. Cuando se le pregunta qué resultado sería preferible para Pekín, contesta: "Apoyamos lo que decidan los votantes. El Gobierno ha pedido a los investigadores que no nos inmiscuyamos en las elecciones, y que nos centremos en los resultados".
Tsai se ha distanciado del posicionamiento soberano de Chen Shui-bian, pero una victoria del DPP podría complicar las relaciones con China, que afronta este año el relevo de la cúpula del Partido Comunista Chino y no quiere focos de inestabilidad. Estados Unidos también está siguiendo con atención las elecciones, y espera que el resultado no afecte el equilibrio que ha gozado el estrecho de Taiwan desde que Ma asumió el poder en 2008 y evite un posible punto de conflicto en sus relaciones con Pekín.
Algunos analistas ven los comicios como un referéndum sobre el acercamiento a China efectuado por Ma Ying-jeou, que ha limado las tensiones con Pekín y ha alejado la posibilidad de una guerra en la zona, pero ha provocado temores sobre una excesiva dependencia taiwanesa del poderoso vecino.