Al menos 510.000 familias españolas habrán perdido sus viviendas por la crisis económica desde que ésta inició en 2008 y hasta 2015, según un estudio de la Asociación de Afectados por Embargos y Subastas (Afes) en torno al impacto de la mora hipotecaria en el país y que difundió hoy la prensa digital española.
El informe añade que los bancos deberán asumir pérdidas por unos 34.000 millones de euros procedentes de hipotecas a particulares, y cuya morosidad repuntó en el país.
La Afes dijo que las entidades financieras quedaron en una situación muy crítica, a lo que se añade que la banca habría ejecutado créditos para compra de vivienda por un importe de 18.750 millones de euros.
Pero la Afes dijo que la mayoría de estas subastas quedó desierta por la falta de compradores.
Se prevé que los balances de las entidades financieras arrojen pérdidas totales de 34.000 millones de euros procedentes de hipotecas a particulares en 2015.
Así, entre 2008 y 2011 la deuda sumó 8.000 millones de euros y se prevé que en 2012 los procedimientos reflejarán números rojos hasta por 18.000 millones de euros para alcanzar en 2015 un monto total de 34.000 millones euros.
La Afes también descifra que el medio millón de familias afectadas por la pérdida de sus viviendas tienen deudas que comprometen su propio futuro.
Se prevé de igual forma que otras 100.000 familias dejen de pagar sus hipotecas en los dos próximos años por la crisis económica que viven a causa, entre otras, del paro laboral que ronda ya los casi cinco millones de españoles.
Aún así, Carlos Baños, presidente de Afes, señala que el cambio de gobierno traerá nuevas medidas en lo referente a la "mora hipotecaria" y espera que el Ejecutivo se pronuncie respecto a los costes de las entidades financieras en materia de provisiones.
De igual forma se anticipa la puesta en marcha de iniciativas contra la economía sumergida "que consigan abrir el debate sobre el procedimiento de ejecución hipotecaria como resolución al conflicto de la mora".
Pero también se prevé la búsqueda de "alternativas negociadas entre los bancos y sus clientes para no afectar a los que no pueden pagar las hipotecas".
Es crítico, añade el presidente de la Afes, "se impulse un cambio de mentalidad", junto con "medidas políticas que generen confianza en el sistema y a la vez permitan flexibilizar objetivos, entendiendo la necesidad de buscar alternativas frente a la gestión actual de la mora hipotecaria". Fin