el Gobierno intenta manchar su imagen después de muerto
La viuda de Wilman Villar habla con DDC del proceso que llevó a la muerte del preso político y aporta detalles para desmentir las acusaciones del régimen.
Por Mirta Fernández | Madrid
"Mi situación es muy difícil", dijo este lunes a DIARIO DE CUBA Maritza Pelegrino Cabrales, viuda del preso político Wilman Villar Mendoza, fallecido el pasado jueves tras una huelga de hambre. "Mis padres están aterrorizados... Los vecinos me miran mal", añadió la mujer, madre de dos niñas de cinco y siete años de edad.
"Mis padres tienen miedo de que me pase algo o le pase algo a mis hijas porque la policía política se ha encargado de decirles que yo puedo ir presa y que puede haber consecuencia para las niñas. Ellos se atreven a todo", afirmó Pelegrino, quien en los últimos días no ha dejado de intentar desmentir las acusaciones del régimen contra su esposo.
La viuda de Villar Mendoza habló con DIARIO DE CUBA de su situación actual, el proceso que llevó a su esposo a prisión y a una huelga de hambre, la forma en que fue tratado en la cárcel y la supuesta atención médica que el Gobierno le prestó.
"Desacato, resistencia y atentado"
Según Pelegrino y miembros de la disidencia interna, Villar Mendoza fue arrestado el 14 de noviembre en Contramaestre, Santiago de Cuba, tras participar en una protesta de la opositora Unión Patriótica de Cuba (UNPACU), organización a la que pertenecía. Solo diez días después fue juzgado y condenado a cuatro años de cárcel.
Sin embargo, el disidente había sufrido una detención anterior, el 12 de julio de 2011, tras un incidente doméstico.
De acuerdo con el relato de la familia, la madre de Pelegrino llamó ese día a la Policía porque Villar Mendoza estaba muy "alterado", pero nadie presentó denuncia alguna en su contra.
"Él tenía unos tragos, se negó a subir a la patrulla", dijo Pelegrino. "Lo esposaron y le rociaron los ojos con spray lo lanzaron contra el carro y le empezaron a dar golpes. Después lo montaron a la fuerza y se lo llevaron".
No hubo nuevos incidentes con la Policía ni se habló más del suceso doméstico hasta la protesta del 14 de noviembre, en la que el opositor fue arrestado también con violencia, dijo a este diario el ex prisionero político del Grupo de los 75 José Daniel Ferrer, líder de la UNPACU.
Ferrer aseguró que la Seguridad del Estado intentó chantajear a Villar Mendoza: "Le dijeron que si abandonaba la oposición no lo iban a procesar, pero que si no lo hacía tenían una causa preparada contra él".
El juicio a Villar Mendoza se realizó el 24 de noviembre. "Todo fue planeado y manipulado por la policía política", afirmó Pelegrino y aseguró que el tribunal no aceptó "ningún testigo que defendiera a Wilman".
El disidente fue acusado de "desacato, atentado y resistencia". No obstante, el hecho por el que se le juzgó, de acuerdo con la nota informativa difundida por el Gobierno tras su muerte, fue "un escándalo público en el que agredió y provocó lesiones en el rostro a su esposa".
"A última hora me dejaron entrar al juicio, pero luego dijeron que mi declaración no era válida porque se sobreentendía que siendo la esposa lo iba a defender", dijo Pelegrino.
"Yo declaré que él no me había golpeado en ningún momento y que la Policía estaba para poner orden, no para dar golpes como le hicieron a él. Pero ese tema no lo quisieron tocar, solo les interesaba lo que perjudicara a Wilman", añadió.
El Blog de Yohandry, que gestiona la Seguridad del Estado, publicó el fin de semana un "certificado médico" que supuestamente probaría la golpiza propinada por Villar Mendoza a su pareja.
El documento indica que Pelegrino recibió asistencia médica por una "herida interna en labio superior". La mujer dijo que el certificado es "falso".
"Todo eso es mentira, son cosas que están inventando para quedar bien ellos, para limpiarse porque saben que están desacreditados mundialmente... Ellos siempre quieren quedar bien y los demás que se fastidien", respondió Pelegrino al ser consultada al respecto.
"¿Por qué si le acusaban de golpear a su esposa y causarle heridas no se presentaron cargos por lesiones?", cuestionó José Daniel Ferrer y recordó que en los casos de violencia doméstica la justicia puede actuar de oficio aunque la afectada no haya puesto una denuncia.
Pelegrino ha pedido al Gobierno, que controla todos los medios de comunicación de la Isla y silencia la versión de los opositores, que le permita aparecer en la televisión estatal.
"Quiero que el pueblo me vea la cara, porque ellos (las autoridades) dicen que Wilman me desfiguró el rostro de una paliza y que tengo cicatrices. Y quiero poder desmentir todo lo que ellos están diciendo, que hasta niegan que hizo una huelga de hambre", señaló la mujer.
Celda de castigo
Villar Mendoza fue condenado el mismo día del juicio y enviado a la cárcel santiaguera de Aguadores, donde se declaró en huelga de hambre y se negó a llevar el uniforme de reo común. Como es habitual en estos casos, los responsables de la prisión lo enviaron a una celda de castigo.
Al mes de iniciar el ayuno estaba "deshidratado, en un estado crítico", indicó su esposa. "La Seguridad del Estado le propuso un acuerdo... Dijeron que si él comía, se dejaba atender por los médicos y poner sueros, iban a hacer gestiones para darle la libertad porque era un 'hombre salvable'".
La fecha de la promesa coincide con la del anuncio de un indulto a casi 3.000 presos, realizado por Raúl Castro ante la Asamblea Nacional del Poder Popular. Villar Mendoza interrumpió su huelga el 23 de diciembre.
"Yo fui a hacer los trámites en los tribunales, como ellos me habían dicho, pero me dijeron que ya el tiempo de la apelación había pasado, que ya no se podía hacer nada, y empezaron con el peloteo", recordó Pelegrino.
"Le conté a Wilman lo que estaba sucediendo", añadió. "Cuando vio que todo había sido una trampa, una mentira, me dijo 'yo me voy a volver a plantar y ahora es libertad o muerte'".
La mujer describió las represalias que, aseguró, sufrió el preso político mientras estuvo en la celda de castigo.
"Lo dejaban desnudo y esposado. Lo acostaban esposado a una cama. Como no quería ponerse el uniforme de preso común, se lo ponían a la fuerza y luego le llenaban el cuerpo de cadenas para que no se lo pudiera quitar. Lo maltrataban, le daban golpes y él me dijo, delante de ellos (los carceleros), que le habían negado el agua", resumió.
Afirmó que varias veces pidió a los responsables de Aguadores que llevaran a su esposo a un hospital.
"Me dijeron que no le iban a dar atención médica, que si se moría era uno más; que si él no comía era problema suyo, no de ellos".
Según Pelegrino, en una de las ocasiones se negó a abandonar la prisión hasta que dieran asistencia médica a Villar Mendoza.
"Me dijeron 'usted se puede quedar ahí el tiempo que le dé la gana, a nosotros no nos interesa eso'. Cuando llegó la noche, a tres Damas de Blanco que me acompañaban las cogieron y las arrastraron para afuera (de la cárcel). A mí me dejaron en una terminal, a mi suerte, con mis dos niñas, sobre las 3:00 de la madrugada".
Pelegrino afirmó que en una visita posterior, las autoridades carcelarias le dijeron que no se preocupara, "que tenían una enfermería allí y que iban a atender a Wilman en ella de 15 a 20 días".
"Cuando volví a ir a la cárcel, el mismo Wilman me contó que lo habían tenido en la enfermería tres días y le habían puesto un solo suero. Todo fue mentira", añadió.
"En estado crítico"
Villar Mendoza fue trasladado el 13 de enero, con una severa neumonía, al Hospital Juan Bruno Zayas, de Santiago de Cuba, donde permaneció en terapia intensiva hasta su muerte, el 19 de enero.
Ya en el primer parte, los médicos informaron que se encontraba en "estado crítico" y que solo "un milagro podía salvarlo", de acuerdo con las declaraciones de su esposa y de miembros de la disidencia interna.
"Toda la información se la daban a la familia de él porque ellos estaban a favor de la Seguridad, y todas las atenciones la Seguridad las tenía con la familia de él, en comida, en todo. Conmigo, no. Yo me informaba porque iba a los partes y estaba pendiente", dijo Pelegrino.
Denunció que un oficial de la Seguridad del Estado en Contramaestre, llamado Adolfo, la amenazó para que se apartara de los disidentes y las Damas de Blanco.
"Me dijo que la iba a pasar mal y que Wilman iba a estar los cuatro años en la cárcel. Que fuera buscando a otra persona que cuidara a mis hijas porque yo no las podría ver más", relató.
El Gobierno ha asegurado que Villar Mendoza recibió "todas las atenciones" para el tipo de afección que padecía y que se le aplicó "ventilación y nutrición artificial, fluidoterapia, hemoderivados, apoyo con drogas vasoactivas y antibióticos de amplio espectro de última generación".
Sin embargo, no ha respondido a una interrogante que repiten los disidentes y su esposa: ¿por qué estaba ya grave cuando fue trasladado al hospital?.
"¿Por qué no detectaron antes que tenía esa neumonía? ¿Por qué lo llevan al hospital ya en estado crítico, inconsciente y necesitó alimentación y ventilación artificial, si dicen que no estaba en huelga de hambre ni en una celda de castigo?", preguntó José Daniel Ferrer.
"¿Por qué sucede esto en una nación donde supuestamente tan bien funciona la medicina y los médicos de las prisiones y los carceleros están al tanto de estas situaciones? ¿Cómo nadie se dio cuenta de que ese hombre estaba muy enfermo?", agregó.
El líder de la UNPACU resaltó que desde diciembre la oposición estaba alertando sobre la situación de Villar Mendoza y su estado producto de la huelga de hambre. "El resultado de todo esto, su muerte, es la suma de lo que veníamos denunciando", dijo.
"No les importaba. Dejaron que se muriera porque era un preso político", consideró su viuda.
Las Damas de Blanco marchan portando retratos del opositor Wilman Villar, fallecido en una huelga de hambre
el 18 de enero, el domingo 22 de enero de 2012, por la 5ta Avenida de La Habana (Cuba).