Caracas (AP). A lo largo de su presidencia, Hugo Chávez ha dependido de su vigor y resistencia: jugando béisbol, hablando durante horas sin parar y tomando decisiones de manera improvisada mientras recorre Venezuela irradiando energía.
Ahora, justo cuando más podría necesitarlo, un Chávez enfermo tiene frente a sí una campaña de reelección.
Es su rival, Henrique Capriles, quien lanzó una pelota de béisbol con jugadores de la liga infantil y abrazó a sus seguidores mientras Chávez, 18 años mayor que él, desapareció durante el fin de semana para viajar a Cuba, donde se le extirpara un tumor potencialmente canceroso.
Capriles “representa una opción contrastante, joven y llena de energía”, dijo Diego Moya Ocampos, analista de la empresa de información económica IHS Global Insight, con sede en Londres.
CAPRILES NO PISA EL PALITO
Al evitar hacer ataques directos contra el presidente, el gobernador de 39 años también ha mellado, quizá inadvertidamente, el voto de consuelo que Chávez podría recibir. Capriles se ha proyectado como un político amable que no cae en confrontaciones, un marcado contraste de las agresiones verbales del presidente, quien recientemente llamó a Capriles “un cochino” y ha acusado a sus rivales de quererlo muerto. Pero Capriles no mordió el anzuelo.
“Yo al jefe de Estado le deseo una larga vida”, dijo Capriles. “Yo quiero que él vea los cambios que se van a dar en nuestro país, que pueda ver una Venezuela de progreso, un país unido, un país donde los venezolanos pueden tener muchas oportunidades”.
Pero lanzó un pequeño dardo: “es importante que las personas que tienen una enfermedad bajen un poquito el tono, la confrontación. Eso no es bueno para la salud”, agregó.
“NO DEBEN SUBESTIMAR A CHÁVEZ”
La historia ha mostrado que quienes subestiman al presidente socialista lo hacen bajo su propio riesgo.
“Por el momento, la enfermedad (de Chávez) representa una debilidad política, hasta que la supere”, dijo John Walsh, un analista de la Oficina en Washington para Asuntos Latinoamericanos (WOLA, por sus siglas en inglés), una organización independiente. “Si al final logra convencer a la gente de que ha vencido al cáncer, entonces la narrativa cambia a una en la que Chávez supera la adversidad, y la ventaja podría pasar a su lado”.
“Chávez es un político autoritario”, agregó Walsh. “Su capacidad para establecer la agenda y definir los términos de debate no debería ser subestimada”.
TERRENO LIBRE PARA LA OPOSICIÓN
La semana pasada, Chávez reveló que los médicos que lo atienden en Cuba habían detectado una lesión de dos centímetros (una pulgada) cerca del lugar de donde le fue extirpado un tumor más grande el año pasado y reconoció que podría estar alejado por un buen rato. Si se somete de nuevo a terapias de radiación, podría quedar fuera de acción durante varios meses.
Ello podría dejar el campo libre para que Capriles acapare los reflectores con eventos de inauguración de obras y discursos de cara a las elecciones de octubre.
Si Chávez es incapaz de dirigir personalmente su campaña de reelección, deja la puerta abierta para que se ponga en duda su capacidad de dirigir un gobierno, y la enfermedad mancha su añeja imagen de político invencible justo cuando la oposición, hasta hace poco fracturada, se ha unido para apoyar a un candidato único.