La luna en Irak no se puede ver lástima la cara del nativo que ha visto caer bombas todo el año. De noche al lado de la luna llena caen Racimos, terminando por creer que una bomba se quedó pegada al firmamento. Lo mismo ocurre con una sirena letal que socava los refugios. Ni los ángeles están seguros en el cielo. El día que Caupolicán visitó Bagdad les llevó el humor y perdieron la paciencia, todos los besaban y él sospechaba y se reía. Hoy nadie duda de la valentía de los hombres y de los pájaros que se desgranan en el aire. Cuando termine la pesadilla, dormirán eternamente en las arenas del desierto y podremos ver la luna llena en el cielo.