EL HOTEL NACIONAL EN SUS OCHENTA AÑOS Con el glamour de siempre y una acentuada cubanía
Lilliam Riera
EL elegante y majestuoso Hotel Nacional de Cuba (HNC), clásico por distinción del Grupo Gran Caribe, festeja este 30 de diciembre su 80º cumpleaños con los altos estándares de calidad de sus servicios y la preservación del rico acervo histórico-cultural y patrimonial que atesora.
Para su gerente general, Antonio Martínez Rodríguez, el secreto está en el esfuerzo cotidiano de sus 502 trabajadores, un gran número de ellos con 30 y 40 años de permanencia en el hotel.
De arquitectura ecléctica, la lujosa instalación, con categoría Cinco Estrellas, se asienta en el montículo de la loma de Taganana, a pocos metros del Malecón, en el mismo corazón del Vedado, la zona más céntrica de La Habana, lo cual permite a los visitantes deleitarse con vistas panorámicas de la ciudad.
El inmueble de ocho pisos cuenta con 457 habitaciones, 15 grand suites, 25 suites, una suite presidencial y una suite real, todas convenientemente equipadas.
Desde que fuera inaugurado el 30 de diciembre de 1930, en el HNC se han hospedado personalidades ilustres como Winston Churchill y los duques de Windsor; famosos como Ava Gardner, María Félix, Jorge Negrete, Errol Flynn, Frank Sinatra, Marlon Brando, Robert de Niro y Robert Redfort; escritores de la talla de Rómulo Gallegos y Ernest Hemingway, y músicos como Agustín Lara, entre otros.
Más recientemente, la instalación ha sido frecuentada por jefes de Estado y Gobierno de varios países, así como turistas interesados por la historia y cultura cubanas.
Según informó Martínez, en los últimos diez años el HNC, de administración 100% cubana, ha mantenido una ocupación promedio de aproximadamente el 75% y los ingresos, utilidades y aportes al país han sido importantes.
El gerente general aseguró que en ese período de tiempo ha sido visitado por más de 700 mil turistas, procedentes, fundamentalmente, del Reino Unido y España, con una estancia promedio aproximada de tres días y un alto nivel de repitencia.
Refirió que a pesar de las restricciones impuestas a los ciudadanos norteamericanos para viajar a Cuba a causa del bloqueo, los estadounidenses que logran venir lo prefieren, pues cada lugar de la instalación es un referente histórico-cultural.
Estela Rivas, su historiadora, refiere la gran acogida que tiene entre clientes y visitantes el recorrido que ofrecen por sus predios.
En los hermosos jardines, por ejemplo, se encuentran dos cañones que integraron la Batería de Santa Clara, montada por los españoles a mediados del siglo XIX como parte del sistema de fortificaciones de la ciudad, además de la entrada a más de 200 metros de túneles tapiados, excavados a partir de lo que fue la antigua cueva de Taganana y que se utilizaron para la defensa de La Habana durante la Crisis de los Misiles, en octubre de 1962.
El Bar Vista al Golfo, hoy Salón de Historia, exhibe fotografías originales de acontecimientos y personalidades que se hospedaron allí, así como objetos dejados por huéspedes ilustres.
La Sala Vedado, antiguo casino de juego del hotel, dirigido por Lucky Luciano con la mano directa de Meyer Lansky, célebres representantes de la mafia italo-norteamericana, se conserva para el turista como un antes y un después de esta práctica abolida con el triunfo de la Revolución.
Conciertos con estrellas de la música tradicional cubana, como el Buena Vista Social Club, se ofrecen en el Salón 1930, donde el famoso Compay Segundo deleitaba a la audiencia con su contagioso ritmo. Tanto este espacio como la Sala Taganana son sede de importantes convenciones y eventos.
En el Comedor Aguiar, su restaurante más lujoso, se ofrece un menú especial conformado por los platos favoritos que degustaron las celebridades que se hospedaron en el HNC.
La instalación posee más de cien cuadros que reflejan la labor de 70 relevantes pintores cubanos, esculturas elaboradas en mármol de Carrara, un Reloj abuelo del siglo XIX de fabricación norteamericana, pieza original del hotel, y dos lámparas isabelinas de principios del siglo XX que adornan los techos del suntuoso lobby.
Reconocimientos y galardones avalan el prestigio cada vez mayor de este paradigma del turismo cubano. Con sano orgullo, Rivas refiere que es la única instalación dentro del sector que ostenta las categorías de Monumento Nacional, Patrimonio de la Humanidad y Memoria del Mundo —estas dos últimas otorgadas por la UNESCO—, por la conservación, organización y digitalización de los documentos que registran su historia y los hechos acaecidos a lo largo de sus ocho décadas.
También le ha sido concedido en varias ocasiones el premio World Travel Awards, equivalente al Oscar en este sector; está incluido entre los diez Hoteles Palace del planeta y la agencia española elmundoviajes.com lo acreditó como Hotel preferido del mundo.
En el ámbito nacional, es la única instalación turística que posee las banderas 50 Aniversario del Triunfo de la Revolución y 40 Aniversario de la Caída del Che en Bolivia, afirma José Felipe Soto, secretario del buró sindical del centro.
Soto no quiso dejar de mencionar los más de 400 mil CUC donados por el conjunto de sus trabajadores para los programas de lucha contra el cáncer.
Con motivo del 80º cumpleaños, que el HNC celebra con el glamour de siempre y una acentuada cubanía, su colectivo ha realizado múltiples actividades y homenajeado a colaboradores del arte y la cultura que lo han apoyado todos estos años. Entre las primeras, el gerente general distinguió el lanzamiento de un libro que recoge la historia de la emblemática instalación y un audiovisual donde se muestran momentos inolvidables de las visitas de Fidel a esta joya de la hotelería nacional.
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