Una entrevista publicada en El País, hoy 25 de abril de 2007, da cuenta de la estancia en España de Mariela Castro Espín, una joven profesional cubana, sexóloga y directora del Centro Nacional de Educación Sexual en Cuba (CENESEX), conocida en el ámbito académico por sus trabajos de avanzada en la esfera de la sexualidad y la dirección del CENESEX. Pero como Mariela es la hija de Raúl Castro y Vilma Espín, sobrina de Fidel Castro, líder histórico de la revolución, resulta siempre víctima del interés de los periodistas por hacerse de una entrevista "de la hija del presidente en funciones de Cuba, Raúl Castro, y sobrina de Fidel, alejado del poder desde julio del año pasado por una complicada enfermedad. Las frases son como un cliché, parecen acuñadas y repetidas de un medio a otro.

No pierde interés el apetito ni el morbo de saber de su boca, aunque no sea una persona profesionalmente dedicada a la política, uno que otro comentario, no tanto sobre la educación sexual, como de la política, sobre todo de su tío enfermo, de su padre hoy "presidente interino". Tal vez años atrás no hubiese sido tenido lo mismo para la prensa grande su estancia en Gijón, ni hubiese captado a los mismos lectores, ávidos de la curiosidad alimentada por los medios.

Mariela Castro Espín, nacida en 1962, psicóloga, a decir del periodista de El País, ha visitado España como sexóloga y directora del CENESEX, invitada por el Ayuntamiento de Gijón (Asturias), por demás ciudad hermanada con La Habana.

De inmediato la entrevista pasa a lo que más interés revela en su conversación y que destacamos para El Revolucionario. No hay realidad más inmediata para al español medio que la así llamada transición española. Y no hay cubano que haya puesto un pie en la península que no haya sido increpado en varias ocasiones por la misma pregunta, buscando símiles que por naturaleza son imposibles tanto por las realidades concretas como por las distancias, el tiempo, las formas históricas, que hacen de cada proceso único e idéntico consigo mismo, una vez que comparta rasgos con otros, que bien se podrían forzar y hasta fantasear, es difícil asegurar puedan parecerse tanto como a la fuerza el imaginario edulcorado español pretende ver. Por supuesto Mariela afirma con sensatez que la transición "no es aplicable a Cuba, tal cual lo conocen los españoles", al mismo tiempo que reconoce que la isla se encuentra en un periodo "interesante" y "creativo" y que "las cosas van cambiando". Y de ahí, el periodista no puede esquivar tal vez en su respuesta, el tema que le preocupa como profesional y por el cual tanto hace hoy, cuando en el mundo se sacuden paradigmas y esquemas de años atrás, no solo para Cuba, sino para España o cualquier otro sitio vecino. "Sobre todo, en lo que se refiere a los derechos de homosexuales y transexuales", afirma la entrevistada. Acto seguido el periodista destaca de las palabras de su entrevistada que: "Se cometieron errores en el pasado que no deben volver a ocurrir". En algunos casos "abusos", pero "nunca torturas". En todo ello no puede faltar la valoración de su padre, de lo cual tanto le preguntan y siempre: "Habla de su padre como una persona "dialogante", capaz de reconocer estas cuestiones". Y sobre su tío Fidel afirma que "va a volver porque está mejorando rápidamente", tema de primordial interés hoy día en los medios.

La entrevista se hace más interesante cuando ante la pregunta: “Su padre, Raúl Castro, es ministro de las Fuerzas Armadas desde 1959, y en la década de los sesenta hubo Unidades Militares para la Producción (UMAP) donde fueron enviados los homosexuales. Usted goza del respeto de la comunidad gay y transexual en la isla por defender sus derechos. ¿Ha discutido con su padre por este motivo?”. Mariela responde: "Yo he peleado por muchas cosas y he conversado muchas cosas con él. Y él es capaz de reconocer y de decir "mira, en esto me equivoqué, en esto no me equivoqué". Su idea fue crear una especie de servicio militar para jóvenes obreros y campesinos que acababan sacando el título de obreros cualificados. En esa época de los años sesenta y setenta hubo gente muy dogmática que defendía que en esas unidades había que meter a los vagos, a los peludos, para integrarlos en la sociedad, hacerlos hombres y fortalecerlos. Lo mismo ocurrió con los homosexuales, que en esa época eran incomprendidos y se les veía como enfermos. No sólo en Cuba, en el mundo entero. Mi madre [Vilma Espín, presidenta de la Federación de Mujeres Cubanas, FMC] fue una de las primeras en denunciar que se estaban llevando a estas unidades a muchachos que eran homosexuales para reformarlos. Pero allí no se torturó, como cuenta Reinaldo Arenas. Hubo casos de malos tratos. Gente abusadora hay en todas partes. Lo importante es que se denuncie". Y concluye. "Estas cosas hay que hablarlas, ponerlas en un lugar de la Historia y crear los mecanismos para que no vuelvan a ocurrir".

Otras preguntas redundan en lo mismo: ¿Ha habido cambios en la isla desde que su padre asumió el poder? ¿Cuál es el estilo de su padre? Y ante ellos la respuesta habitual: "Mi padre sigue la misma política, la misma línea que ha liderado Fidel, que no es una línea de él, es una contribución colectiva; por supuesto, cambian las personalidades, el estilo cambia". Y añade: "Él tiene mucho sentido práctico, muy buen sentido del humor, es muy organizado. A mí me ha gustado cómo ha asumido la responsabilidad en este momento, porque lo ha hecho con mucha humildad, con modestia, con mucha inteligencia, muy cuidadoso del respeto que él siente por la figura de Fidel. Está siguiendo estrictamente el acuerdo de trabajar colectivamente. Es un hombre con mucho sentido de la crítica y de la autocrítica. Que tiene el valor de reconocer los errores, no como a veces pasa con gente que culpa a otros".

¿Un error que haya reconocido, por ejemplo? Y Mariela responde: "Precisamente, dice que en los sesenta y setenta fueron incapaces de darse cuenta de todas las cosas que estaban pasando. Eran todos muy jóvenes, machistas, muy homófobos. No fueron capaces de darse cuenta del error, del disparate, de la falta de humanidad que podían tener actitudes de este tipo".

¿Y cómo es Fidel? "Es un hombre incapaz de soportar las injusticias, que ahora incluso defiende a los transexuales. Es un ciclón, pero también un cabeza dura y eso ha influido en su estado de salud. Verle reaccionar ante las dificultades es como ver una partida de ajedrez entre genios. Es un hombre impresionante. Va a haber Cuba para rato con él. Y una interpelación no podría faltar “¿Va a volver?”, a lo que responde: "Sí, sí va a volver. Se está recuperando y mejorando rápidamente. Pero no sé, yo quisiera que no vuelva de la misma manera, porque ya tiene 80 años y quiero que se cuide. Le pediría que no se sobreexija tanto". Mariela dice no haberlo visto últimamente "desde que está enfermo no lo he visto. La última vez fue el 3 de junio, en el cumpleaños de mi padre, un encuentro que yo aproveché para tocar el tema de los transexuales. Me dijo que creía que estaba haciendo un buen trabajo, que ya había recopilado suficiente información científica como para adoptar una decisión política para reconocerles su derecho de cambiar al sexo que sienten como propio. Mi padre sí le ve y habla con él casi todos los días. A mí me dice que cuando Fidel esté completamente recuperado nos contará todo lo que pasó”.

Para Mariela en Cuba hay cambios. "Cuba es un país en cambio constante. En cualquier caso, nosotros respetamos muchísimo la figura de Fidel y se va a seguir la estrategia liderada por él. Aunque desde que dejó el poder está siendo muy respetuoso y no quiere interferir en las decisiones que se están tomando, siempre le consultan cosas. Sin embargo, él tiene mucho cuidado de no influir en las decisiones del grupo, porque cualquier criterio suyo tiene gran autoridad moral. Lo que sí es cierto es que con su marcha, al asumir muchas personas más responsabilidad, la gente se pone más creativa, aporta otras iniciativas, se aporta otra energía". Y se refiere a la participación. "Yo siempre aprendí que es necesario desarrollar estilos de trabajos participativos. La participación es que todos asumimos responsabilidad y, al asumirla, todos aportamos elementos. Yo considero que Cuba debe fortalecer sus mecanismos de participación. Debe fortalecerlos mucho más de lo que estan ahora y está en condiciones de hacerlo. Creo que eso nos va a enriquecer. La actual fórmula de Gobierno es participativa, sólo que tiene que mejorar el mecanismo en la práctica y potenciar la gobernabilidad popular.

Y la misma pregunta, no puede dejar de ser formulada del mismo modo ¿Va a haber una transición en Cuba? Ante ella Mariela considera que algunos españoles mantienen un pensamiento colonizador y creen que el mismo análisis que hacen de la historia española pueden aplicarlo a la de Cuba. Me refiero a la transición. La gran diferencia está en las personalidades. Fidel es un líder revolucionario comunista que llevó al pueblo al cambio socioeconómico más radical de toda la historia del continente americano. Franco era un fascista: ésa es la diferencia". Cuba cambiará, transitará, como no dejaremos de cambiar todos y en 15 años será, naturalmente, diferente como es hoy distinta Cuba de la de los sesenta o los setenta. Esencialmente debe ser la misma. Si fuese diferente, tal vez no valdría la pena el vaticinio ni la opinión. El análisis serio llevaría a mejores resultados que estas verdades del intelecto. Mariela, más allá de llevar la responsabilidad y la serenidad de ser la hija de Raúl, respondió con la mesura previsible ante las preguntas esperadas de la prensa.