“...Y Fidel te lo cumplió”
A los que pelearon por Cuba en 1868 y 1895; a los que combatieron los malos gobiernos que tuvimos hasta 1959; a los que atacaron el cuartel Moncada cuatro años después de la historia fea que acabo de contarte; a los que lucharon en la Sierra Maestra y en el llano; a los que después de ser libre Cuba vencieron al imperialismo en Playa Girón y en la sierra del Escambray... A todos ellos debemos lo que somos hoy.
Somos dueños de nuestros campos, de nuestras ciudades, de nuestras fábricas... nadie puede venir aquí a ofendernos. Y las ideas de Martí estuvieron en Fidel, en el Moncada y seguirán estando en él y en cada cubano honrado.
En Cuba se ha luchado por ti, para lograr que tú seas un seguidor de Martí. Lee ahora algo de lo mucho que él quiso para los niños:
“Cómo se podrá sentir hombre y decirse que lo es si no sabe leer y escribir.”
Con la Campaña de Alfabetización, el gobierno Revolucionario, comenzó por enseñar a leer y a escribir a todos los cubanos que no sabían y que eran muchísimos. Después, ningún niño de Cuba se ha quedado sin ir a la escuela.
“Pies, brazos, alas, todo esto ponen al hombre los primeros (...) libros de la escuela.”
Sí, esos libros nuevos que te dan en la escuela y que tú tanto cuidas, te enseñan a andar mejor por la vida, por lo que en ellos aprendes; y como empiezas a saber, eres más fuerte, y a medida que sabes más, estás más alegre y eres capaz de sentir que puedes volar.
“La enseñanza primaria tiene que ser científica.”
Los libros que hoy tienes te enseñan científicamente, con todo lo que el hombre, a través de años y años de estudio y trabajo, ha ido logrando saber.
“Un pueblo instruido será siempre fuerte y libre.”
Instruir a todos los cubanos fue y sigue siendo una de las primeras tareas de la Revolución. Por eso nos sentimos libres y con fuerzas para defender esa libertad.
“Cada casa limpia y ventilada es una escuela.”
Como quería Martí, la Revolución sembró escuelas por toda Cuba. Pero tu casa, la de tus amigos, la mía... son escuelas también. En algunas de ellas repasas con tus compañeros; y como los papás también estudian, y los abuelitos... nuestra Patria es una escuela grande donde aprendemos a ser mejores en todo.
“...por que los niños son la esperanza del mundo.”
Esto es lo que dijo Martí y esto es lo que sentimos nosotros. Tú eres nuestra esperanza, la continuación de las ideas de Martí y de Fidel, la seguridad de que Cuba, por siempre ya, seguirá siendo libre.
Martí dice hombre, pero se refiere a todos los seres humanos: hombres, mujeres, niños, ancianos.
Nicolás Guillén, nuestro Poeta Nacional, escribió esta poesía, en la que habla de Martí y de Fidel:
SE ACABÓ (Fragmento)
Te lo prometió Martí
y Fidel te lo cumplió:
ay, Cuba, ya se acabó,
se acabó por siempre aquí,
se acabó,
ay, Cuba, que si que si,
se acabó
el cuero del manatí
con que el yanqui te pegó.
Se acabó.
Te lo prometió Martí
y Fidel te lo cumplió.
Se acabó.
(...)
¡Ay, qué linda mi bandera,
mi banderita cubana,
sin que la manden de fuera,
ni venga un rufián cualquiera,
a pisotearla en La Habana!
Se acabó.
Yo lo vi.
Te lo prometió Martí
y Fidel te lo cumplió.
Se acabó.
De José Martí te he estado conversando un poquito. ¡Porque hay mucho, mucho que decir sobre él!
Voy a terminar con algo que el Héroe Nacional de Cuba escribió para ti:
“El corazón se llena de ternura al pensar en esos (...) fundadores. Esos son héroes, los que pelean para hacer a los pueblos libres (...) Los que pelean por la ambición, por hacer esclavos a otros pueblos, por tener más mando, por quitar a otros pueblos sus tierras, no son héroes, sino criminales.”
El imperialismo yanqui es criminal. Los que están a su lado, son tan cobardes como aquellos que tuvieron miedo a enfrentarse con Goliat. Nosotros no tenemos miedo, sabemos que tenemos la razón, así que somos como David y tenemos su honda. ¡Martí es tan nuestro como las palmas reales! ¡AQUEL HOMBRE DE LA EDAD DE ORO ES NUESTRO AMIGO, NUESTRO!
El cuero del manatí es el látigo que usaban los colonialistas para pegar a los esclavos. El manatí tiene un cuero muy duro, por eso el látigo lastimaba tanto.