Cuando Federico Franco asumió la presidencia de Paraguay plasmó en su discurso un sentimiento de muchos compatriotas: que se terminaría el nepotismo que –según varios legisladores durante el juicio político- había campado en la administración de Fernando Lugo.
Sin embargo, apenas diez días más tarde de aquel 22 de junio, el propio Franco aprobó un alto cargo para su cuñada, violando así la Ley número 2777/2005 que dice textualmente: "se prohíbe el nepotismo en la función pública [...] El Presidente de la República, el Vicepresidente de la República, los Presidentes de las Cámaras de Senadores y Diputados, los Ministros de la Corte [...] no podrán nombrar en cargos públicos de designación directa, no electiva, a parientes comprendidos dentro del cuarto grado de consanguinidad y segundo de afinidad".
Franco aprobó en el cargo de consejera de Itaipú –el mayor complejo hidroeléctrico del continente- a su cuñada Mirtha Vergara con un sueldo que ronda los 60 millones de guaraníes, algo más de 10.470 euros al mes.
La defensa de Vergara
"Terminó la época en que se ocupan los cargos con amigos o parientes", dijo Franco al asumir tras la destitución de Lugo, pero rompió su juramento al otorgarle el cargo a la esposa de su hermano Julio César Franco.
Apenas surgieron las críticas en Paraguay, el propio titular de la empresa pública binacional, Franklin Boccia, defendió la elección en el cargo de Vergara diciendo que "no es nepotismo" y aclaró que "nepotismo es meterle a tu hijo o tu sobrino y Mirtha ya tiene una trayectoria política".
Sin concurso de oposición o méritos, sin sorteo de cargo público, Vergara ingresó a la administración pública después de haber sido asesora de la Justicia Electoral, senadora y embajadora en su momento, y ya levantó múltiples críticas en la opinión pública y en el Congreso con sede en Asunción.