Aviones no tripuladosLa Habana, Cuba.- Los titulados Drones, o aviones de guerra no tripulados, constituyen una de las variantes de las "artes militares" Made in USA.
Y cuando se habla de ellos, es inevitable recordar las continuas matanzas de civiles en Iraq, Afganistán o Pakistán, ejecutadas por tales ingenios robóticos a nombre de la guerra global contra el terrorismo decretada por Washington.
Se trata de aparatos han ganado partidarios dentro de los círculos belicistas norteamericanos, porque evitan el uso de tripulantes, posibles víctimas del fuego antiaéreo o de accidentes fatales.
En consecuencia, no pocos de sus admiradores les conceden un escalón prioritario por aquello de evitar protestas a cuenta de bajas crecientes en los conflictos mundiales en los que la Casa Blanca permanece enredada.
Sobre nuestros cielos
En esta parte del mundo los Drones gringos también juegan su papel. De hecho, son utilizados sobre la frontera con México para detectar inmigrantes ilegales.
Solo que ahora, según el Departamento de Seguridad Interior de los Estados Unidos, sus rutas se extenderán al Caribe, con cobertura sobre las Bahamas, República Dominicana, Puerto Rico, y –añade sospechosamente la nota- "otras islas del área.
" El pretexto para la entrada en servicio de estos aparatos no tripulados, mucho más propensos a debacles que los conducidos por pilotos, es la manida "lucha contra el narcotráfico", no importa que especialistas confirmen que esa tarea ya está asegurada por las naves de espionaje denominadas Halcón Global, capaces de abarcar más espacio marítimo.
El riesgo sigue avanzando
La base de los Drones norteamericanos para la zona del Caribe radicará en Coco Bich, en el estado de La Florida, y será la segunda de su tipo luego de la de Corpus Christi, en Texas.
Por demás, ya se habla de la entrada en fase de investigación de aviones no tripulados movidos por energía nuclear, capaces de misiones por meses sin necesidad de reabastecimiento.
En fin, que los que habitamos el reducido espacio del Caribe estaremos mucho más vigilados a cuenta de esos aparatos alados que, a un costo superior a los veintidós millones de dólares cada uno, nos sobrevolarán en lo adelante.
Y allá los que se traguen la historia del "combate a las drogas", tan utilizado para estacionar tropas y pertrechos injerencistas en el sur del Hemisferio.