Setenta y dos horas después de que el presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, anunciara la reactivación de pláticas para un proceso de paz con la guerrilla de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), ayer se alcanzó otro avance en este proceso, al quedar Cuba como sede permanente del diálogo entre el gobierno colombiano y el grupo rebelde, negociación que contará también con el apoyo de los gobiernos de Noruega, Venezuela y Chile, según el aval alcanzado entre las partes implicadas, reveló ayer la emisora de radio RCN.
De acuerdo con RCN, el documento, de cuatro folios y seis puntos generales, establece que los delegados del gobierno colombiano y las FARC formalizarán la mesa de conversaciones en Oslo y luego la trasladarán a La Habana, que será sede permanente del diálogo.
Los detalles aparecen en el llamado “Acuerdo general para la terminación del conflicto y la construcción de una paz estable y duradera” que, según medios periodísticos, fue alcanzado el lunes pasado en La Habana.
Las partes firmantes del acuerdo asumen el compromiso de “poner fin al conflicto como condición esencial para la construcción de la paz estable y duradera” e “iniciar conversaciones directas e ininterrumpidas”, según destacó la emisora RCN.
AGENDA. La agenda del diálogo girará sobre estos temas generales: “política de desarrollo agrario integral”, “participación política”, “fin del conflicto”, “solución al problema de las drogas ilícitas”, “víctimas” e “implementación, verificación y refrendación”.
El presidente Santos confirmó el lunes pasado el acercamiento con la guerrilla, después de que el canal de televisión internacional Telesur y luego otros medios reportaran que ambas partes llegaron ese mismo día en Cuba a un acuerdo para iniciar un diálogo de paz.
APOYO. Según el documento revelado por RCN, la mesa formal de conversaciones será instalada en la capital noruega un mes después de que se haga el “anuncio público” del acuerdo alcanzado en Cuba.
El acuerdo también precisa que las conversaciones tendrán el apoyo de los gobiernos de Cuba y Noruega, como “garantes”, y de Venezuela y Chile como “acompañantes”. |