Home  |  Contact  

Email:

Password:

Sign Up Now!

Forgot your password?

LA CUBA DEL GRAN PAPIYO
Happy Birthday Tatisverde !                                                                                           Happy Birthday TATIS-7 !
 
What’s New
  Join Now
  Message Board 
  Image Gallery 
 Files and Documents 
 Polls and Test 
  Member List
 Conociendo Cuba 
 CANCION L..A 
 FIDEL CASTRO.. 
 Fotos de FIDEL 
 Los participantes más activos 
 PROCLAMA AL PUEBLO DE CUBA 
 
 
  Tools
 
General: Francisca Carrasco Jiménez .... heroina de Costa Rica
Choose another message board
Previous subject  Next subject
Reply  Message 1 of 2 on the subject 
From: Ruben1919  (Original message) Sent: 04/09/2012 20:14

Francisca Carrasco Jiménez

De Wikipedia, la enciclopedia libre
 
Francisca Carrasco Jiménez
Pancha-Carrasco-1826-1890.jpg
Pintura de Pancha Carrasco c.1880.
Nacimiento 8 de abril de 1816
Cartago, Costa Rica
Nacionalidad Costarricense
Ocupación Militar

Heroína costarricense, bautizada en Cartago, Costa Rica, en 1816. Provenía de una familia de mestizos y mulatos del modesto barrio de Taras.

Francisca (Pancha) Carrasco Jiménez nació el 8 de abril de 1816 en Taras de Cartago, a orillas del río Reventazón, en el seno de una familia de mestizos y mulatos. Contrajo nupcias tres veces, la primera en 1834 con Juan Solano, y la última con Gil Zúñiga, de todos los cuales enviudó.

Aun cuando durante esos años las mujeres no podían ingresar a la escuela, Francisca sabía leer y escribir.

La vida personal de Pancha Carrasco fue difícil y dura; sin embargo, enfrentó estas situaciones con actitud valiente, decidida y dispuesta, alcanzando un lugar fundamental en la historia de la defensa de la libertad y la soberanía patria.

La primera noticia de su participación en la política costarricense data del 29 de mayo de 1842, fecha en la cual Costa Rica vivía una época de inestabilidad política durante la presencia del general Francisco Morazán, caudillo cuyas fuerzas estaban formadas por centroamericanos quienes deseaban la unión del istmo.

Frente al poder de Morazán, montada a caballo y en compañía de varias mujeres, Carrasco instigó al pueblo para que les presentaran batalla. El incidente llegó a ser apenas un alboroto, más en esa oportunidad ella demostró una gran valentía al oponérseles.

Durante la década de 1850 Costa Rica y los demás países centroamericanos enfrentaron una nueva crisis política ante la invasión del estadounidense William Walker a Nicaragua y ante su idea de tomar el resto del istmo. En 1856 Juan Rafael Mora Porras, presidente de Costa Rica, lanzó una proclama llamando al pueblo a movilizarse y manifestar su patriotismo empuñando las armas para expulsar al invasor Walker.

En 1856, a sus 40 años, se inscribió como soldadera en el ejército nacional para combatir a los filibusteros.

La pasión que emanaron las históricas proclamas del mandatario Mora Porras tocó el corazón del pueblo costarricense y su orgullo. Pancha Carrasco no dudó en abandonarlo todo y marchó al lado de las tropas, convirtiéndose en la única mujer costarricense que tomó parte activa en las batallas que sostuvo nuestro país.

Como parte de la tropa, a Pancha se le asignaron labores consideradas en ese entonces como propias de las mujeres: cuidar de la cocina, remendar, lavar y atender los heridos. Después de haber recorrido a pie todo el trayecto desde San José a Guanacaste, siguió con las tropas el camino hacia el norte y llegó a Nicaragua. En la batalla de Rivas, que exigió una cuota de sangre altísima al grupo costarricense, Pancha Carrasco empuñó el fusil y tomó parte en la lucha establecida por la posesión del cañón. La que había viajado con intención de hacer menos dolorosa e incómoda la situación del soldado costarricense, no pudo resistir el dolor de ver caer a sus hermanos en tan duro combate y luchó fieramente contra los filibusteros.

Después, vivió todo el terrible drama de la epidemia del cólera. Retornó a pie a Costa Rica al lado del general José María Cañas, atendiendo en el camino a los enfermos, consolando a los desahuciados y enterrando a los muertos.

Cuando en las últimas semanas de 1856 el gobierno costarricense consideró necesario recobrar los puestos militares de la Vía del Tránsito, en manos aún de las tropas invasoras, Pancha acompañó nuevamente a los soldados. Marchó por entre selvas, pantanos y ciénagas hasta el río San Juan y el Gran Lago de Nicaragua. Las tropas costarricenses fueron ganando terreno en la zona, hasta que William Walker se rindió.

Cuando retornó la tranquilidad, el presidente Mora Porras organizó un reconocimiento público para los oficiales del ejército, a quienes condecoró. Francisca Carrasco, que se había destacado como una patriota valerosa, también recibió ese honor.

Después de su participación se retiró a vivir en su casa de la Puebla en la ciudad de San José. Siendo una anciana sola tuvo que pedir una pensión al Gobierno que le asignó un monto de 15 pesos mensuales. Murió sumida en la extrema pobreza el 31 de diciembre de 1890.

Tras la muerte de Francisca Carrasco se decretó duelo nacional y se le rindieron honores militares correspondientes al grado de General de División. En 1994 la Asamblea Legislativa la declaró Defensora de las Libertades Patrias. Se la conoció habitualmente con el diminutivo de Pancha Carrasco.

En 1994 la Asamblea Legislativa la declaró “Defensora de las Libertades Patrias”. El 08 de marzo del 2012 ha sido declarada Heorína Nacional y el despacho de la Presidencia de la Asamblea Legislativa de Costa Rica, lleva a partir de este día el nombre de Pancha Carrasco.



First  Previous  2 to 2 of 2  Next   Last  
Reply  Message 2 of 2 on the subject 
From: Ruben1919 Sent: 04/09/2012 20:58

HEROÍNAS DEL PRIMER GRITO DE INDEPENDENCIA DE EL SALVADOR. Dos sensuntepecanas.

Posted on agosto 30, 2011by

El 5 de noviembre de 1811 es cuando la historia recoge el llamado Primer Grito de Independencia (dado en San Salvador), atribuido a los próceres presbíteros José Matías Delgado, Nicolás, Vicente y Manuel Aguilar, el General Manuel José Arce, etc. Es de hacer notar que el pueblo que secundó estos movimientos, así como dirigentes pertenecientes al pueblo humilde prácticamente fueron olvidados por la Historia. Hasta hace muy poco se ha realizado acciones para sacar del anonimato a muchas personas (hombres y mujeres), quienes dieron su cuota de valor y sacrificio para lograr que estas regiones se sacudieran de la monarquía española.

Entre estas luchadoras figuraron de manera destacada las hermanas (consideradas sensuntepecanas), María Feliciana de los Ángeles Miranda y Manuela, campesinas, quienes realizaron una importante gesta libertaria iniciada en la región del hoy conocido como departamento de Cabañas, específicamente en la zona en donde se erigía la denominada “Piedra Bruja” (una roca enorme con petrograbados que está camino de San Lorenzo). Este hecho sucedió el 29 de diciembre de 1811 (otros autores apuntan el 20 de diciembre). La valentía de las hermanas Miranda llegó al grado de que ellas propalaron las noticias de los hechos independentistas de la capital por la campiña sensuntepecana.

El resultado fue que esa región se levantó en armas con hombres y mujeres que llegaron de San Lorenzo, El Volcán, San Matías, La Bermuda y Santa María. A las hermanas Miranda las apoyaron los comisarios Juan Morales, Antonio Reyes e Isidro Sibrián. Así, atacaron Sensuntepeque y se tomaron el cuartel y la plaza de armas, luego de duros combates. La máxima autoridad española del lugar que fue depuesta era el Teniente subdelegado José María Muñoz. Para que este hecho tuviera éxito completo se necesitaba que llegaran refuerzos de otros conjurados del mismo Sensuntepeque y de Guacotecti. Sin embargo, el esperado apoyo no se obtuvo, y los insurgentes tuvieron que dispersarse. Pero las autoridades españolas los persiguieron y los capturaron. Los comisarios rebeldes Sibrián, Morales y Reyes fueron enviados como prisioneros al Castillo de Omoa (Honduras). Las hermanas Miranda fueron llevadas al convento de San Francisco (en San Vicente de Austria y Lorenzana), como prisioneras, y ahí les fue notificada la sentencia: las condenaron a sufrir azotes en la plaza pública de San Vicente; después irían en calidad de sirvientas sin paga a la casa del Cura pro español Manuel Antonio de Molina y Cañas, siempre en San Vicente. Ambas hermanas sufrieron el cruel castigo ante una multitud reunida en la plaza central vicentina. Luego, ya en la casa del Cura Molina, María Feliciana de los Ángeles se dice que no se repuso de la azotaína y murió durante el primer trimestre de 1812, cerca de los 22 años de edad.

En aras de conocer todas las versiones, en un archivo privado de Madrid (España), hay documentos personales de un médico de la armada española que entonces laboraba en San Vicente, y en un expediente perteneciente a la paciente María Feliciana de los Ángeles Miranda, consignada como F. Miranda, el galeno llegó a la conclusión de que “la paciente Miranda padecía de una afección corporal debida a una larva estimulada por emanaciones sulfurosas (quizás los infiernillos volcánicos de San Vicente), y que debido a ello falleció. Hay que ver también que estos médicos, al servicio de la corona española, podían haber tergiversado e inventado diagnósticos para enmascarar las crueldades de sus funcionarios.

Por gestiones de la Liga Femenina Salvadoreña, María Feliciana de los Ángeles Miranda fue declarada Heroína de la Patria, por decreto legislativo 101 del 30 de septiembre de 1976, y publicado en el Diario Oficial No. 189, tomo 253, del jueves 14 de octubre del año en mención. En diciembre de 2003, la Asamblea Legislativa de El Salvador volvió a darle a María Feliciana de los Ángeles Miranda la categoría cívica de Heroína de la Patria a través de un decreto que obligó a la inscripción de más nombres de mujeres patriotas en el Monumento a la Libertad, inaugurado en mayo de 2004 en el Museo Militar de El Salvador, dentro del llamado Complejo Cultural del Barrio San Jacinto, en San Salvador. También, otro homenaje a María Feliciana de los Ángeles Miranda fue a través de una pintura, realizada por el artista chileno Luis Vergara Ahumada, en alusión a los hechos del 5 de noviembre de 1811. En ella, a María de los Ángeles, el artista la representó con vestimenta estilo campesino (hasta con tapado). Esta pintura (de grandes dimensiones), se exhibía en una de las paredes del salón de honor de la antigua casa presidencial (en San Jacinto), y fue reproducida en los billetes de 5 colones, nuestra desaparecida moneda. Ojalá hayan conservado este mural. Hay que consignar también que las hermanas Miranda fueron las dos primeras mujeres que sufrieron tortura en las luchas por independizarnos de la corona ibérica.

Texto:

Ana Mercedes Miranda Morán



 
©2025 - Gabitos - All rights reserved