El gobierno de Estados Unidos rechazó el exhorto suplicatorio para dar curso a la extradición del ex presidente Gonzalo Sánchez de Lozada, acusado de genocidio; en respuesta a esa actitud antidemocrática, el presidente del Estado Plurinacional de Bolivia, Evo Morales Ayma, afirmó: “Con esta decisión, Estados Unidos se convierte en refugio de los delincuentes, el paraíso de la impunidad”.
Sánchez de Lozada sobre quien pesa un Juicio de Responsabilidades huyó el 17 de octubre de 2003, después de ordenar una violenta represión militar en Villa Ingenio y Senkata, zonas de El Alto (La Paz) donde fallecieron 67 personas y al menos 400 resultaron heridas.
Representantes de la Asociación de Familiares y Víctimas de Octubre, expresaron su rechazo ante la determinación del gobierno norteamericano que protege la impunidad.
El 14 de octubre de 2004, el Congreso Nacional ordenó un proceso de investigación contra el régimen “gonista” quien pretendía exportar gas a mercados norteamericanos, vía Chile, lo que derivó en la denominada “Guerra del Gas”. El 30 de agosto de 2011, luego de casi ocho años de los sucesos luctuosos, la Corte Suprema de Justicia dictó sentencia en contra de siete acusados que permanecieron en Bolivia y que no huyeron del país como otras ex autoridades.
El asambleísta departamental de La Paz, por el Movimiento al Socialismo (MAS), Roberto de la Cruz, criticó la decisión del gobierno norteamericano de negar la extradición del ex presidente Sánchez de Lozada y acusó a la diplomacia boliviana del resultado emanado por el país del norte.
“El gobierno nacional tiene que explicar por qué durante más de seis años nunca fue su prioridad extraditar a Gonzalo Sánchez de Lozada. Si el gobierno tiene dignidad tiene que expulsar a todos los diplomáticos de Estados Unidos para mostrar la indignación de Bolivia al mundo entero”, aseveró De la Cruz.
Representantes del gobierno boliviano, desde el Jefe de Estado, creen que realizaron todas las gestiones diplomáticas para obtener el retorno del ex presidente.
Evo Morales que asistió en la localidad de Sanandita (Gran Chaco de Tarija) a la clausura del curso Cóndor II para damas oficiales y sargentos de las Fuerzas Armadas criticó a Estados Unidos porque éste país nunca respetó la soberanía de los pueblos.
El mandatario boliviano solicitó a la administración de Barack Obama que no sólo expulse a Sánchez de Lozada sino también a sus ex ministros como Carlos Sánchez Berzaín, Guido Añez y Jorge Berinduague quienes viven autoasilados en el país del norte.
GUERRA DEL GAS
Transcurrieron casi nueve años desde el asesinato a decenas de bolivianos y reina la impunidad sobre las ex autoridades.
En El Alto de La Paz, sobreviven cientos de niños, mujeres y hombres que llevan las secuelas de esa guerra de baja intensidad: huérfanos, viudas, lisiados y personas con discapacidad son el resultado de la política al servicio de las transnacionales.
El régimen gonista pretendía exportar gas a los mercados norteamericanos por puertos chilenos lo que derivó en una reacción de la mayoría del pueblo boliviano que se movilizó para evitar esa afrenta a la economía nacional.
La respuesta de los gobernantes fue la violencia: cientos de efectivos policiales y militares fueron movilizados para masacrar al pueblo movilizado.
Se protagonizó la “Guerra del Gas”, donde cayeron decenas de bolivianos y bolivianas en diferentes trincheras ubicadas en El Alto de La Paz, mientras que en otras regiones del territorio nacional los bloqueos y movilizaciones fueron contundentes.
Ante su inminente caída, Sánchez de Lozada y algunos de sus estrechos colaboradores huyeron con las maletas llenas de millones de dólares al único país que los podía proteger: Estados Unidos.
En respuesta a la decisión del gobierno norteamericano, se escuchó desde diferentes rincones del territorio nacional, el clamor de los bolivianos y bolivianas: “Ni olvido ni perdón, justicia…”.
Alex Contreras Baspineiro. Periodista y escritor boliviano.
Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes