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General: OLA DE FURIA ANTI-EEUU. SACUDE AL MUNDO ÁRABE
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Respuesta  Mensaje 1 de 5 en el tema 
De: Ruben1919  (Mensaje original) Enviado: 14/09/2012 12:29
 

Ola de furia anti-EE. UU. sacude al mundo árabe

00:10 14/09/2012

Protestas contra una película se extendieron por África y Asia.

Washington reforzó seguridad en todas sus delegaciones.

 
 
 

 

EL CAIRO, Egipto/SANÁ, Yemen (Télam/ AFP).- Una ola de protestas contra representaciones diplomáticas estadounidenses a causa de una película que ofende al Islam se extendió ayer por África, Medio Oriente y Asia, dos días después del asesinato del embajador norteamericano en Libia en un ataque al consulado en Bengasi.

Cuatro personas murieron en enfrentamientos entre la policía y manifestantes que protestaban cerca de la embajada de Estados Unidos en Saná . También salieron manifestantes a la calle en Egipto, Irán, Irak, Kuwait, Gaza y Líbano, dos días después de que el embajador norteamericano en Libia y otro tres diplomáticos fallecieran cuando el consulado en Bengasi fue atacado por un grupo que protestaba contra esta película.

Ayer, la seguridad fue reforzada en embajadas y consulados estadounidenses de todo el mundo, que a su vez urgieron a todos los ciudadanos norteamericanos a permanecer vigilantes y evitar las grandes concentraciones de personas que puedan degenerar en violencia, informó el Departamento de Estado.

En Yemen, cientos de manifestantes escalaron el muro de la legación estadounidense en la capital, Saná, y reemplazaron la bandera de Estados Unidos por una negra en la que podía leerse "No hay otro dios que Alá, y Mahoma es su profeta". Los manifestantes pudieron entrar al patio de la embajada y allí incendiaron automóviles antes de que las fuerzas de seguridad lograran desalojarlos, con el resultado de cuatro muertos. En Egipto, el Ministerio de Salud dijo que 224 personas resultaron heridas en la tercera jornada de protestas frente a la embajada estadounidense en El Cairo. En el lugar de inicio de la ola de indignación por la película estadounidense, cientos de manifestantes se enfrentaron con policías en el tercer día de protestas contra la embajada de Estados Unidos, que comenzaron anoche y siguieron en el día. En sus primeros comentarios desde que estalló la serie de protestas por la película, el presidente egipcio, el islamista Mohamed Morsi, condenó el ataque al consulado estadounidense en Libia y las otras reacciones violentas y prometió garantizar la seguridad del personal diplomático extranjero en Egipto.

En Teherán, unas 500 personas se manifestaron ante la embajada de Suiza, que representa los intereses estadounidenses en el país, y reclamaron la muerte del supuesto director de la película, identificado por medios norteamericanos como Sam Bacile, aunque otras versiones lo niegan.

En Gaza, cientos de palestinos se manifestaron, quemando banderas israelíes y estadounidenses y proclamando consignas. También hubo protestas frente a las embajadas estadounidense en Marruecos, Túnez, Sudán e Irak, así como también en la región india de Cachemira y en Bangladesh.



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Respuesta  Mensaje 2 de 5 en el tema 
De: Nobotuma Enviado: 14/09/2012 15:09
Hechos lamentables por irresponsabilidad de otros...

Respuesta  Mensaje 3 de 5 en el tema 
De: Ruben1919 Enviado: 14/09/2012 20:22
Crisis de las embajadas

Las ira islamista contra EE UU se extiende por los países musulmanes

Dos muertos en el asalto contra la Embajada estadounidense en Túnez

Decenas de miles de personas se movilizan en casi 30 Estados contra Occidente

 
 
 

Manifestantes egipcios se enfrentan a la policía cerca de la Embajada de EE UU en El Cairo. Vídeo: ATLAS / Foto: Khaled Elfiqi (EFE)r

Decenas de miles de personas protestaron el viernes desde Marruecos hasta Indonesia contra la grotesca película antiislámica que ha exacerbado los sentimientos de los musulmanes. Aunque algunos líderes religiosos utilizaron el sermón de la plegaria de mediodía para pedir que las movilizaciones se desarrollaran de forma pacífica, los ánimos se desbordaron en Túnez, Trípoli (Líbano) y Jartum (Sudán). En las dos primeras ciudades, los enfrentamientos entre manifestantes y policía dejaron cuatro muertos. En la capital sudanesa, la violencia se extendió a las embajadas de Alemania y el Reino Unido. En total hubo protestas en casi 30 países.

El crescendo de ira por el insulto a Mahoma del panfleto Inocencia de los musulmanes alcanzó su máxima expresión coincidiendo con el día sagrado del islam. Como es habitual, las plegarias del viernes se convirtieron en punto de partida de las marchas de repulsa, al estilo de las que desde el martes se han sucedido en El Cairo y que en la ciudad liba de Bengazi acabaron con el asalto al Consulado de EE UU y la muerte del embajador y otros tres empleados estadounidenses. Pero tras la sensación de que las fuerzas de seguridad no protegieron como debían las sedes diplomáticas, ayer muchos países intensificaron sus despliegues y sus llamamientos a la calma.

De poco sirvió en Túnez, donde la intervención de policial para evitar que una turba tomara la Embajada estadounidense acabó anoche con al menos dos muertos y 28 heridos, según la televisión tunecina. Un periodista de Reuters dijo que los agentes dispararon con munición real después de que los asaltantes lograran entrar en el edificio. La televisión iraní PressTV aseguraba que el embajador había sido evacuado.

En el caso de Egipto, el país más populoso del mundo árabe y cuya transición de la mano de un islamista Occidente observa con especial interés, su presidente, Mohamed Morsi, intervino en televisión para condenar el asesinato del embajador estadounidense en Libia y pedir que se respeten las cancillerías. “Nuestra religión exige que protejamos a nuestros invitados, sus casas y sus lugares de trabajo”, manifestó Morsi. Los Hermanos Musulmanes, el grupo al que pertenece el presidente, mantuvieron su convocatoria de protestas pacíficas, pero no ante la Embajada de EE UU.

Morsi, que tachó la película de “agresión”, subrayó que “distrae la atención de los verdaderos problemas de Oriente Próximo”, un análisis que comparte gran parte de la población, como se ha puesto de relieve en los comentarios de las redes sociales. De hecho, las protestas apenas han movilizado a una pequeña minoría (aunque ruidosa y violenta) de los 1.300 millones de musulmanes que hay en el mundo.

A diferencia de los días anteriores, la policía egipcia impidió que los manifestantes se acercaran a esa sede diplomática cerrando los accesos desde las calles adyacentes con alambre de espino y bloques de cemento. Así, los seguidores del clérigo salafista (rama ultraconservadora del islam suní) que pronunció el sermón en la plaza de Tahrir, tuvieron que contentarse con rasgar la bandera estadounidense y ondear la enseña negra de los islamistas radicales. Sin embargo, un grupo de militantes islamistas atacó la base de los cascos azules en la frontera entre Egipto y Gaza. Cuatro militares resultaron heridos.

En Yemen, las fuerzas del Ministerio del Interior dispararon al aire y también gases lacrimógenos para dispersar a unas 2.000 personas que volvieron a intentar asaltar la Cancillería de EE UU. A diferencia del día anterior, los agentes lograron frenar a los manifestantes. No tuvieron el mismo éxito los policías libaneses que acudieron a frenar a tres centenares de exaltados (la mayoría con la barba que caracteriza a los salafistas) que la emprendieron contra un Kentucky Fried Chicken y un Ardy's en Trípoli, el feudo de los islamistas suníes libaneses. Furiosos, lanzaron piedras y botellas contra los agentes. Hubo un muerto y 25 heridos.

Pero son los incidentes de Jartum los que mejor muestran la utilización interesada de la película por los extremistas. El clérigo Mohamed Jizuly usó su prédica en la radio estatal para convocar una marcha a la Embajada de Alemania en protesta por unas supuestas pintadas antiislámicas en las mezquitas de Berlín, y luego seguir hasta la legación de EE UU por la película, según la agencia Associated Press. Poco después varios cientos de sudaneses asaltaban la sede alemana. Cuando la policía empezó a dispersarles, se trasladaron a la vecina Embajada británica, como la alemana en el centro de la ciudad. Una residente contactada por la BBC relató que varios autobuses esperaban para llevarles a la estadounidense, un fortín situado a las afueras.

En Indonesia, el país con mayor número de musulmanes del mundo, Amidan Shaberah, un destacado miembro del Consejo de Ulemas, instó la víspera a los creyentes a que mantuvieran la calma a pesar de la indignación que les produzca el filme. Unos 350 radicales se manifestaron en Yakarta contra la “declaración de guerra” que consideran la película, después de que Hizbut Tahrir, un grupo que aboga por la instauración de un califato mundial, llamara a la venganza en su web. En Kuala Lumpur, la capital malasia, una pequeña manifestación ante la Embajada de EE UU transcurrió sin incidentes.

Pakistán fue otro ejemplo de que las actitudes radicales son minoritarias. A pesar de que hubo manifestaciones en todas las grandes ciudades del país, la asistencia a las mismas habla por sí sola. Apenas 400 personas secundaron el llamamiento del partido islamista Jamaat e Islami y la organización radical Jamaat ud Dawa ante la Mezquita Roja de Islamabad, la capital, según el recuento de la agencia France Presse. En Karachi, una metrópolis de 17 millones de habitantes, rondaron los 700, y en Lahore, el medio centenar. Eso sí, dejaron claro su radicalismo al pedir la muerte del director de la película y la expulsión de todos los diplomáticos estadounidenses.

En Afganistán, un país que la presencia de tropas extranjeras y la influencia de los talibanes convierten en especialmente sensible a estos incidentes, sólo se produjo una manifestación pacífica en Jalalabad. El imam de la mezquita de Pul-e-Khisti de Kabul, Enayatullah Baligh, denunció la película como obra de “dos judíos estadounidenses” y les responsabilizó, junto a Obama, de la muerte de los diplomáticos en Libia, pero pidió a quien deseara manifestarse que lo hiciera “sin violencia”.

En Dacca, la capital de Bangladesh, unos 10.000 manifestantes quemaron banderas israelíes y estadounidenses, tras intentar sin éxito alcanzar la Embajada de EE UU. Sí lograron alcanzar el Consulado los dos centenares de personas que protestaron en Chennai (antigua Madrás), la capital del Estado indio de Tamil Nadu. La policía detuvo a varios de ellos por arrojar piedras contra la sede diplomática, según la CNN. India, que cuenta con una importante minoría musulmana, reforzó la vigilancia de los edificios estadounidenses.


Respuesta  Mensaje 4 de 5 en el tema 
De: Ruben1919 Enviado: 15/09/2012 12:43

Las ira islamista contra EE UU se extiende por los países musulmanes

Dos muertos en el asalto contra la Embajada estadounidense en Túnez

Decenas de miles de personas se movilizan en casi 30 Estados contra Occidente

 
 
 

Manifestantes egipcios se enfrentan a la policía cerca de la Embajada de EE UU en El Cairo. Vídeo: ATLAS / Foto: Khaled Elfiqi (EFE)

Decenas de miles de personas protestaron el viernes desde Marruecos hasta Indonesia contra la grotesca película antiislámica que ha exacerbado los sentimientos de los musulmanes. Aunque algunos líderes religiosos utilizaron el sermón de la plegaria de mediodía para pedir que las movilizaciones se desarrollaran de forma pacífica, los ánimos se desbordaron en Túnez, Trípoli (Líbano) y Jartum (Sudán). En las dos primeras ciudades, los enfrentamientos entre manifestantes y policía dejaron tres muertos. En la capital sudanesa, donde perdieron la vida otras tres personas, la violencia se extendió a las embajadas de Alemania y el Reino Unido. En total hubo protestas en casi 30 países.

El crescendo de ira por el insulto a Mahoma del panfleto Inocencia de los musulmanes alcanzó su máxima expresión coincidiendo con el día sagrado del islam. Como es habitual, las plegarias del viernes se convirtieron en punto de partida de las marchas de repulsa, al estilo de las que desde el martes se han sucedido en El Cairo y que en la ciudad liba de Bengazi acabaron con el asalto al Consulado de EE UU y la muerte del embajador y otros tres empleados estadounidenses. Pero tras la sensación de que las fuerzas de seguridad no protegieron como debían las sedes diplomáticas, ayer muchos países intensificaron sus despliegues y sus llamamientos a la calma.

De poco sirvió en Túnez, donde la intervención de policial para evitar que una turba tomara la Embajada estadounidense acabó anoche con al menos dos muertos y 28 heridos, según la televisión tunecina. Un periodista de Reuters dijo que los agentes dispararon con munición real después de que los asaltantes lograran entrar en el edificio. La televisión iraní PressTV aseguraba que el embajador había sido evacuado.

En el caso de Egipto, el país más populoso del mundo árabe y cuya transición de la mano de un islamista Occidente observa con especial interés, su presidente, Mohamed Morsi, intervino en televisión para condenar el asesinato del embajador estadounidense en Libia y pedir que se respeten las cancillerías. “Nuestra religión exige que protejamos a nuestros invitados, sus casas y sus lugares de trabajo”, manifestó Morsi. Los Hermanos Musulmanes, el grupo al que pertenece el presidente, mantuvieron su convocatoria de protestas pacíficas, pero no ante la Embajada de EE UU.

Morsi, que tachó la película de “agresión”, subrayó que “distrae la atención de los verdaderos problemas de Oriente Próximo”, un análisis que comparte gran parte de la población, como se ha puesto de relieve en los comentarios de las redes sociales. De hecho, las protestas apenas han movilizado a una pequeña minoría (aunque ruidosa y violenta) de los 1.300 millones de musulmanes que hay en el mundo. La agencia Reuters informó de la muerte de un manifestante.

A diferencia de los días anteriores, la policía egipcia impidió que los manifestantes se acercaran a esa sede diplomática cerrando los accesos desde las calles adyacentes con alambre de espino y bloques de cemento. Así, los seguidores del clérigo salafista (rama ultraconservadora del islam suní) que pronunció el sermón en la plaza de Tahrir, tuvieron que contentarse con rasgar la bandera estadounidense y ondear la enseña negra de los islamistas radicales. Sin embargo, un grupo de militantes islamistas atacó la base de los cascos azules en la frontera entre Egipto y Gaza. Cuatro militares resultaron heridos.

En Yemen, las fuerzas del Ministerio del Interior dispararon al aire y también gases lacrimógenos para dispersar a unas 2.000 personas que volvieron a intentar asaltar la Cancillería de EE UU. A diferencia del día anterior, los agentes lograron frenar a los manifestantes. No tuvieron el mismo éxito los policías libaneses que acudieron a frenar a tres centenares de exaltados (la mayoría con la barba que caracteriza a los salafistas) que la emprendieron contra un Kentucky Fried Chicken y un Ardy's en Trípoli, el feudo de los islamistas suníes libaneses. Furiosos, lanzaron piedras y botellas contra los agentes. Hubo un muerto y 25 heridos.

Pero son los incidentes de Jartum, con un balance de tres muertos, los que mejor muestran la utilización interesada de la película por los extremistas. El clérigo Mohamed Jizuly usó su prédica en la radio estatal para convocar una marcha a la Embajada de Alemania en protesta por unas supuestas pintadas antiislámicas en las mezquitas de Berlín, y luego seguir hasta la legación de EE UU por la película, según la agencia Associated Press. Poco después varios cientos de sudaneses asaltaban la sede alemana. Cuando la policía empezó a dispersarles, se trasladaron a la vecina Embajada británica, como la alemana en el centro de la ciudad. Una residente contactada por la BBC relató que varios autobuses esperaban para llevarles a la estadounidense, un fortín situado a las afueras.

En Indonesia, el país con mayor número de musulmanes del mundo, Amidan Shaberah, un destacado miembro del Consejo de Ulemas, instó la víspera a los creyentes a que mantuvieran la calma a pesar de la indignación que les produzca el filme. Unos 350 radicales se manifestaron en Yakarta contra la “declaración de guerra” que consideran la película, después de que Hizbut Tahrir, un grupo que aboga por la instauración de un califato mundial, llamara a la venganza en su web. En Kuala Lumpur, la capital malasia, una pequeña manifestación ante la Embajada de EE UU transcurrió sin incidentes.

Pakistán fue otro ejemplo de que las actitudes radicales son minoritarias. A pesar de que hubo manifestaciones en todas las grandes ciudades del país, la asistencia a las mismas habla por sí sola. Apenas 400 personas secundaron el llamamiento del partido islamista Jamaat e Islami y la organización radical Jamaat ud Dawa ante la Mezquita Roja de Islamabad, la capital, según el recuento de la agencia France Presse. En Karachi, una metrópolis de 17 millones de habitantes, rondaron los 700, y en Lahore, el medio centenar. Eso sí, dejaron claro su radicalismo al pedir la muerte del director de la película y la expulsión de todos los diplomáticos estadounidenses.

En Afganistán, un país que la presencia de tropas extranjeras y la influencia de los talibanes convierten en especialmente sensible a estos incidentes, sólo se produjo una manifestación pacífica en Jalalabad. El imam de la mezquita de Pul-e-Khisti de Kabul, Enayatullah Baligh, denunció la película como obra de “dos judíos estadounidenses” y les responsabilizó, junto a Obama, de la muerte de los diplomáticos en Libia, pero pidió a quien deseara manifestarse que lo hiciera “sin violencia”.

En Dacca, la capital de Bangladesh, unos 10.000 manifestantes quemaron banderas israelíes y estadounidenses, tras intentar sin éxito alcanzar la Embajada de EE UU. Sí lograron alcanzar el Consulado los dos centenares de personas que protestaron en Chennai (antigua Madrás), la capital del Estado indio de Tamil Nadu. La policía detuvo a varios de ellos por arrojar piedras contra la sede diplomática, según la CNN. India, que cuenta con una importante minoría musulmana, reforzó la vigilancia de los edificios estadounidenses


Respuesta  Mensaje 5 de 5 en el tema 
De: Ruben1919 Enviado: 23/09/2012 13:19

La ira islamista inflama Pakistán

Las manifestaciones contra el vídeo sobre Mahoma causan 19 muertos y 200 heridos

Los partidos religiosos intentan capitalizar el rencor a pocos meses de las elecciones

 
 
 

FOTO: AAMIR QURESHI (AFP

Las principales ciudades de Pakistán vivieron este viernes protestas violentas, a pesar de los esfuerzos de las autoridades por reconducir la ira de los islamistas y convertir la jornada en un Día de Amor al Profeta. Al menos 19 personas han muerto en enfrentamientos con la policía en Karachi y Peshawar. En la capital, Islamabad, centenares de irreductibles aún se empeñaban esta noche en llegar hasta la Embajada de EE UU, cuyo acceso estaba bloqueado desde la víspera. El vídeo que ridiculiza a Mahoma se ha convertido en la excusa perfecta para que los partidos religiosos ataquen a un Gobierno impopular al que acusan de “vendido a Washington” y que en los próximos meses afronta elecciones generales. La actual legislatura expira el próximo mes de febrero.

“La naturaleza de las protestas es la misma que en otras partes. Es una afrenta, es rabia, está dirigido contra EE UU y Occidente en general, no contra la persona que ha hizo la película”, interpretaba Moeed Yusuf, asesor para el sureste asiático del Instituto de la Paz, c

itado por la revista Foreign Policy.

Aunque alguno de los manifestantes mostrados por las cadenas de televisión expresaba su deseo de “cortar en trocitos” al autor, el eslogan más repetido pedía la expulsión de los diplomáticos estadounidenses de Pakistán. El sentimiento antiamericano ha crecido desde la guerra de Afganistán, alimentado por los asesinatos selectivos de los controvertidos drones o la violación de soberanía que supuso la operación que acabó con Osama bin Laden el año pasado.

Un manifestante paquistaní lanza gases a la policía en Peshawar. / AAMIR QURESHI (AFP)

Así que los islamistas quieren capitalizar el vídeo para movilizar a sus simpatizantes. Hace una semana, cuando pocos paquistaníes habían oído hablar de él, las primeras manifestaciones fueron poco numerosas y tranquilas. En los días siguientes, los partidos religiosos han puesto anuncios en televisión pidiendo a los musulmanes que sacrifiquen sus vidas en honor del profeta y han aparecido carteles solicitando que se mate al director de la película.

En un intento de controlar ese malestar, el Gobierno declaró ayer Día del Amor al Profeta, a la vez que animaba a manifestarse de forma pacífica. Aunque los centros oficiales y la mayoría de los negocios cierran los viernes, el festivo nacional significaba que no hubiera transporte urbano ni interurbano. También se interrumpió durante la mañana el servicio de telefonía móvil en las principales ciudades para dificultar la coordinación de los alborotadores.

Haciendo caso omiso a los llamamientos a la calma, los manifestantes quemaron cines, oficinas bancarias y vehículos privados, además de asaltar algunos comercios. Según el recuento de la agencia Reuters, 10 personas, incluido un policía, murieron en los enfrentamientos de Karachi, la ciudad más populosa del país, y cuatro manifestantes y el conductor de una unidad móvil de televisión perdieron la vida en Peshawar. Los heridos rondan los dos centenares, de acuerdo con fuentes hospitalarias.

“Basta con dos centenares de personas y un montón de piedras, y sales en la tele. Los partidos religiosos tienen rehén al Gobierno”, interpretaba Husain Haqqani, antiguo embajador de Pakistán en EE UU, citado por Reuters.

No hay datos fiables de cuántos paquistaníes se manifestaron en un país que tiene 180 millones de habitantes. Quedó claro sin embargo que los partidos religiosos, que en ninguna elección han llegado a alcanzar un 10% de los votos, tienen la capacidad de fijar la agenda política. Ello es fruto en parte del origen de Pakistán como “un Estado para los musulmanes” en 1947, cuando se separa de India, lo que ha permitido durante décadas sus dirigentes invoquen el islam para legitimarse. Pero también de un sistema político plagado de de corruptelas que hace al ciudadano profundamente receloso de los gobernantes.

“Un ataque contra el sagrado profeta es un ataque al corazón de las creencias de 1.500 millones de musulmanes. Se trata de algo inaceptable”, declaró el primer ministro Pervez Raja Ashraf tratando de congraciarse con una población que acusa a su Gobierno de incapacidad para proporcionar servicios básicos. No fue el único político que quiso jugar esa baza.

A diferencia de Pakistán, la mayoría de las protestas que se celebraron en el resto del mundo islámico transcurrieron de forma pacífica, aunque también en medio de medidas de seguridad reforzadas. En Afganistán, la policía se coordinó con líderes religiosos y comunitarios para evitar el derramamiento de sangre. Según Reuters, sólo unos centenares de personas se manifestaron en Kabul y Mazar-e-Sharif, aunque un clérigo aseguró que matar estadounidenses “es legal y permisible”.

Unos diez mil islamistas se congregaron tras la plegaria de mediodía en Dhaka, la capital de Bangladesh. A pesar de que quemaron un retrato del presidente Obama y sendas banderas de EE UU y Francia, la protesta transcurrió sin mayores problemas. Tampoco hubo incidentes reseñables en Yemen, donde manifestantes chiíes lanzaron consignas antinorteamericanas, pero a diferencia de la semana pasada, los antidisturbios impidieron que alcanzaran la embajada estadounidense. También los chiíes seguidores de Hezbolá corearon “Muere a América, muerte a los que insultan al profeta” durante una marcha en Baalbek, al este de Líbano. Y en una muestra inusual de unidad, chiíes y suníes iraquíes se manifestaron juntos en Basora, donde quemaron banderas de EE UU e Israel.



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