Existen infinidad de muestras de su obra como reportero gráfico en los recorridos de Fidel; sin embargo, a todas les insuflaba su vocación de artista. Yo tengo en mi memoria dos entre miles —la famosa de la boina verde olivo y la extraordinaria y única de Fidel en guayabera, durante la Cumbre Iberoamericana en Cartagena de Indias, Colombia—. El reportero que había en él, indisolublemente ligado al artista, no reparaba en ningún tema.
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