Recuerda...
No hay que olvidar qué sembraste, cuando recojas los frutos de tu vida, nada es porque sí.
La siembra es voluntaria, la cosecha obligatoria.
Recuerda que recogemos, infaliblemente, aquéllo que hemos sembrado.
Si estamos sufriendo, es porque recogemos los frutos amargos de los errores que hemos sembrado en el pasado.
Permanece alerta en lo que se refiere al momento presente.
Planta ahora semillas de optimismo y de amor, para recoger mañana frutos de alegría y de felicidad.
Cada uno recoge, exactamente, lo que sembró.
"Si no te gusta lo que recibes, presta atención a lo que emites"
a/d