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General: El populismo en L.A nueva forma de legitimidad
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De: albi (Mensaje original) |
Enviado: 28/10/2012 22:46 |
"EL POPULISMO EN AMÉRICA LATINA ESTÁ CREANDO NUEVAS FORMAS DE LEGITIMIDAD POLÍTICA": ERNESTO LACLAU
(FERNANDO ARELLANO ORTIZ) QUITO
"No puedo menos que reírme cuando escucho hablar del peligro autoritario que los nuevos regímenes populistas representan para las sociedades latinoamericanas. Porque si hay un régimen político al cual es inherente el autoritarismo no son los regímenes populistas, sino el neoliberalismo", afirmó en Quito, el filósofo y científico social argentino Ernesto Laclau, durante su conferencia magistral en el Seminario Internacional Medios, poder y ciudadanía en Sudamérica, organizado por la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (FLACSO), sede Ecuador.
"Para mí, populismo no es un término peyorativo sino una forma de construcción de los político", aseguró Laclau, quien aprovechó su presencia en Quito para presentar su revista Debates y Combates.
En desarrollo de las charlas que dio en FLACSO entre el 17 y 18 de mayo, Laclau dejó en claro que toda política es populista habida cuenta que el populismo no es otra cosa que la forma en que un líder simboliza y articula demandas sociales insatisfechas.
"En América Latina, los nuevos regímenes nacional-populares empiezan a erigirse después de dos derrotas: la existencia de regímenes militares y el predominio del neoliberalismo al comienzo de los años 80 pero hegemónicamente en los 90. Este tipo de política condujo a un desastre generalizado", explicó.
Recordó que para apuntalar las políticas neoliberales en buena parte de la región fue necesario tener dictaduras militares. "Sin Videla, en Argentina, y Pinochet, en Chile, los planes del neoliberalismo no hubiesen sido posibles", argumentó.
Con el fracaso del neoliberalismo y con él la desarticulación tanto de las economías como de los sistemas políticos se dieron las condiciones para una interpelación popular a las masas que, a partir de un punto de poder produjeron proyectos de cambio como los que se han dado en buena parte del sur del continente.
Para Laclau, el signo de este cambio en América Latina es un predominio del poder ejecutivo sobre el legislativo. "El poder legislativo ha sido, tradicionalmente en América Latina, la sede de reconstitución del poder de las oligarquías locales; mientras que, cuando ha habido proyectos más radicales de cambio, estos han residido en el predominio del poder ejecutivo".
Doctorado en Oxford, a donde llegó con el padrinazgo de Eric Hobsbawn, Laclau es un reputado historiador, sociólogo y filósofo. Profesor emérito de la Universidad de Essex en Inglaterra, también se desempeña como catedrático de Humanidades y estudios retóricos de la Universidad Northwestern en Chicago, Estados Unidos y director del Centro de Estudios del Discurso y las identidades sociopolíticas de la Universidad Nacional de San Martín en Argentina. Autor de varios ensayos y libros, entre los que se destacan La razón populista y Hegemonía y estrategia socialista, trabajo este último realizado conjuntamente con su esposa la politóloga belga Chantal Mouffe. Su actividad académica e intelectual la alterna durante el año entre Londres y Buenos Aires y los diversos lugares del mundo a donde es invitado a dictar conferencias.
NUEVAS FORMAS INSTITUCIONALES
La irrupción de gobiernos nacional-populares en varios países latinoamericanos ha generado al decir de Laclau nuevas formas institucionales para ejecutar los proyectos políticos que se caracterizan por su alto impacto social como las misiones en Venezuela, las reformas introducidas por el krischnerismo en Argentina y toda la institucionalidad creada por el gobierno ecuatoriano del presidente Rafael Correa.
"Tenemos un nuevo institucionalismo que no rompe con el anterior pero lo va a compensar con las formas del poder popular", señaló.
"Desde el Caracazo y a lo largo de todos los años 90, Venezuela entró en un proceso de desinstitucionalización. Las instituciones no representaban mecanismos viables de las demandas. Todo el mundo percibía que algún cambio radical en la forma de Estado tenía que ocurrir. Cuando esta situación se da, según la lógica de equivalencia de la construcción de un pueblo como agente político y la emergencia de un líder, son elementos casi inevitables. Por eso es difícil que los sectores antiguamente institucionalizados puedan volver. Simplemente porque esa institucionalidad ya estaba quebrada. Por lo tanto, la oposición venezolana no puede ser una oposición nostálgica del antiguo institucionalismo. No creo que pueda haber un populismo sin una ideologización del espacio político, porque el populismo siempre crea nuevas formas de legitimidad que van en contra de las que existían anteriormente. Todo populismo es un momento de ruptura. El desafío se encuentra en aceptar el cambio histórico que se ha producido en la sociedad venezolana y bregar por objetivos nuevos. El desafío del chavismo es consolidar un régimen nacional popular que sea compatible con las instituciones democráticas".
POPULISMO, UNA DIMENSIÓN IDEOLÓGICA
Laclau ha trabajado el tema del populismo como una categoría política que implica la existencia de un ícono o símbolo asociado con una ideología que, de acuerdo a su contexto, retiene o renueva su significado.
El término populismo desde su óptica no puede ser deslegitimado o satanizado como lo hace la derecha y destaca el anclaje popular y nacional que han logrado los gobiernos de Hugo Chávez, Cristina Fernández de Kirchner, Evo Morales y Rafael Correa, al producir una ruptura en sus respectivos países y una nueva legitimidad política.
Fue enfático en precisar que dentro del análisis político, el populismo no es una ideología, sino una dimensión de la ideología. "Se puede ser populista de derecha, centro o izquierda". Puso como ejemplo a Benito Mussolini y a Mao Tse Tung, el uno fascista y el otro comunista.
"El populismo no es en sí ni malo ni bueno: puede avanzar en una dirección fascista o puede avanzar en una dirección de izquierda. El maoísmo, por ejemplo, fue un movimiento populista en el cual las masas de China, que estaban desorganizadas por la invasión japonesa, consiguen una expresión a través del Partido Comunista. Pero también fue populista el fascismo italiano. Otra vez: el populismo no es ni bueno ni malo: es el efecto de construir el escenario político sobre la base de una división de la sociedad en dos campos".
Rechazó la postura de ciertos sectores de la oposición de América Latina que tildan a los presidentes progresistas como autoritarios, al tiempo que se refirió al rol que juegan los grandes medios de comunicación por desprestigiar a los gobiernos de izquierda.
"El conglomerado de empresas de medios ejerce una especie de poder opositor de gobiernos que, muchas veces, buscan corregir errores de gobiernos precedentes de matriz neoliberal". Por ello expresó que, conforme a la actual época de inusitado desarrollo tecnológico, se requiere de una ley de comunicación para democratizar la información en los países de la región.
CADENAS DE EQUIVALENCIA
Laclau denomina como "cadenas de equivalencia" las diversas reivindicaciones sociales que se dan en la etapa prepopulista en la cual surge un líder que responde a los requerimientos de buena parte de la población.
"Una vez que se dan una serie de demandas insatisfechas, éstas deben cristalizar simbólicamente alrededor de un dirigente. ¿Por qué el líder? Mientras más institucionalizada se encuentre una sociedad más la gente vive inmanentemente dentro de un aparato impersonal. Pero mientras más la gente se encuentre con las raíces sociales a la intemperie, más necesitará de una forma de identificación exterior a su experiencia cotidiana a través de la cual reconstituir un sentido de la propia identidad. Y en ese punto la figura del líder es central. Sin una dosis de populismo no habría política. Recuerdo el famoso lema de Saint Simon, según el cual el paso a una sociedad sin política debía ser "la transición del gobierno de los hombres a la administración de las cosas". Pero en una sociedad donde toda demanda se resuelve en forma administrativa y sin disputas, evidentemente no hay política. La política adviene cuando las demandas sociales chocan con un sistema que las niega, y aparecen distintos proyectos que disputan por articularlas. Por otra parte, una sociedad que fuera totalmente reglamentada, donde no hubiera política, sería una sociedad donde el pueblo o "los de abajo" no tendrían ninguna forma de expresión".
"Supongamos -añade- que en una localidad hay un grupo de gente que le pide a la municipalidad que cree una línea de ómnibus para llevarlos desde el lugar donde viven al lugar donde trabajan. Supongamos, también, que la demanda no es satisfecha, con lo cual se genera una frustración. Si esa gente empieza a ver que alrededor de ellos hay una serie de otras demandas que tampoco son satisfechas (con respecto a la salud, a la escolaridad, a la seguridad, por ejemplo), entre todas esas demandas insatisfechas se empieza a crear una cierta solidaridad, y se empieza a ver que hay una especie de distancia entre el espacio en el cual se generan las demandas populares y el poder. Ese tipo de distancia empieza a crear una especie de división en el campo social entre el poder y el ámbito popular. Es decir: empieza a surgir el clima donde el populismo puede emerger".
"En cierto momento la gente empieza a advertir que entre todas las demandas insatisfechas se establece lo que yo llamo en mi teoría una cadena de equivalencias, porque todas ellas expresan un cierto rechazo respecto de un sistema. Ahí es donde se crean las bases para el populismo, la existencia de un pueblo que se enfrenta al poder establecido. Si la demanda es esa línea de ómnibus, y se puede articular con otras demandas parecidas, ¿por qué tenemos que pensar que es algo antisistema y no movilizador del sistema? En el sentido en que el sistema tendría que funcionar de todas maneras".
LIBERALISMO, DEMOCRACIA Y POPULISMO
Para dar contexto histórico al proceso político que desemboca en las primeras experiencias populistas en Latinoamérica, el científico social argentino se remonta a la Europa del siglo XIX. La génesis de este proceso la explica así:
"A principio del siglo XIX, en Europa, liberalismo y democracia eran términos antagónicos, el liberalismo era una forma perfectamente respetable de organización política mientras que la democracia era un término peyorativo porque se la consideraba el gobierno de la turba. Después del ciclo de revoluciones y contrarrevoluciones se gesta al fin un equilibro siempre precario entre esos dos términos".
"En América Latina el liberalismo y la democracia siempre marcharon por caminos diferentes porque el liberalismo era la forma de organización política de las oligarquías locales y la democracia era algo que no se expresaba a través de los canales liberales sino que se expresaba muchas veces a través de dictaduras militares de carácter nacionalista. Y los regímenes que eran predominantemente democráticos fueron formalmente antiliberales. Cuando la democracia empieza a surgir en América Latina es siempre rompiendo con los esquemas clientelistas del poder. En la Argentina el peronismo no fue una excepción a este proceso. Hubo muchos otros procesos en América Latina que transitaron vías similares. El Estado Novo de Vargas fue una expresión de un nacionalismo populista democrático formalmente antiliberal y antioligárquico. El peronismo de algún modo lo fue, junto con otros modelos. Cuando uno pensaba el sujeto emancipatorio a principios del siglo XX, pensaba en la clase obrera; pensaba en una simplificación de la estructura social bajo el capitalismo. Era un discurso en torno de la homogeneización y la eliminación progresiva de las diferencias. Hoy ocurre lo contrario: hay una explosión de diferencias y el problema político fundamental es cómo reunirlas en un proyecto de emancipación más global. Desde el punto de vista de la izquierda, el desafío ahora es seguir ampliando los niveles de acceso de los excluidos y, a la vez, encontrar un discurso político articulador para la enorme proliferación de diferencias".
"DICTADURAS NACIONALISTAS DEMOCRÁTICAS"
"Los Estados latinoamericanos eran oligárquicos-liberales y caudillistas, pero no eran en absoluto democráticos. Había un clientelismo total con las bases de sustento. El resultado fue que, como consecuencia del desarrollo económico, empiezan a surgir sectores de clase media profesional, sectores populares de distinto tipo que tienen demandas que los regímenes oligárquico-liberales son incapaces de resolver las demandas de las masas. Es ahí donde se produce un cortocircuito. En un momento las demandas van más allá de la capacidad de absorción de los sistemas liberales y entonces empiezan a cristalizar dictaduras militares nacionalistas que son profundamente democráticas. Sí, es la idea de la dictadura del pueblo. Hacia 1910 hubo grandes esfuerzos reformadores del clase media que trataban de ampliar las bases sociales del sistema. Fue el caso de Irigoyen en Argentina, Suárez Ordóñez en Uruguay, Alexandri en Chile, Madero en México, Rui Barbosa en Brasil. Pero como resultado de la crisis económica de los años treinta estos esfuerzos reformistas fracasan y el resultado es que las demandas insatisfecha se empiezan a expresar a través de regímenes que ponen en cuestión las bases de la organización liberal. En Argentina fue el peronismo, en Brasil el varguismo, el MNR en Bolivia y así por el estilo. Es decir, reformas populares democráticas pero que se desarrollan en un cuadro institucional no liberal. La tradición popular-nacional-democrática y la liberal-democrática siguieron separadas. Y yo pienso que solo en los últimos 30 años, como resultado de las dictaduras más brutales que el continente haya experimentado y que golpearon a las dos tradiciones, es que éstas tienden a converger, pues ya no son incompatibles con el funcionamiento democrático-liberal de las instituciones. El imaginario global sigue siendo popular-nacionalistas, pero las formas institucionales son perfectamente compatibles con la idea las instituciones liberal democráticas".
TENSIÓN CREATIVA
En concepto de Laclau la tensión que están generando los proyectos populares en América Latina constituyen "tensiones creativas" porque dan lugar a nuevas circunstancias políticas así como a nuevas instituciones, las cuales, afirma, no son ni puede ser "neutrales".
En el ámbito político apunta que los gobiernos populistas de izquierda o centro-izquierda en la región han contribuido a la desintegración de los sistemas tradicionales de partidos. "Los partidos de oposición de derecha se han desgranado y se quedaron sin proyecto político. La derecha en Latinoamérica se ha comenzado a organizar no a través de los partidos sino del poder mediático".
Finalmente, insiste en que estos proyectos progresistas necesariamente chocan con las formas institucionales existentes "por lo que tendrán que cambiarlas en una u otra dirección, es lo que Gramsci llamaba guerra de posición consistente en crear nuevos complejos institucionales".
Laclau es optimista del futuro político de América Latina. Considera que la región atraviesa por un buen momento histórico-político y concluye señalando que hoy esta región va camino a consolidarse como un país, una sola nación, como lo soñó el historiador argentino Abelardo Ramos en uno de sus libros en 1949. Tras advertir que "va haber populismo para rato", recomienda "reconquistar nuestro pasado para construir un imaginario político nuevo".
Quito, Ecuador, mayo de 2012.
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" ..La irrupción de gobiernos nacional-populares en varios países latinoamericanos ha generado al decir de Laclau nuevas formas institucionales para ejecutar los proyectos políticos que se caracterizan por su alto impacto social como las misiones en Venezuela, las reformas introducidas por el krischnerismo en Argentina y toda la institucionalidad creada por el gobierno ecuatoriano del presidente Rafael Correa.
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En concepto de Laclau la tensión que están generando los proyectos populares en América Latina constituyen "tensiones creativas" porque dan lugar a nuevas circunstancias políticas así como a nuevas instituciones, las cuales, afirma, no son ni puede ser "neutrales".
En el ámbito político apunta que los gobiernos populistas de izquierda o centro-izquierda en la región han contribuido a la desintegración de los sistemas tradicionales de partidos. "Los partidos de oposición de derecha se han desgranado y se quedaron sin proyecto político. La derecha en Latinoamérica se ha comenzado a organizar no a través de los partidos sino del poder mediático".
Finalmente, insiste en que estos proyectos progresistas necesariamente chocan con las formas institucionales existentes "por lo que tendrán que cambiarlas en una u otra dirección, es lo que Gramsci llamaba guerra de posición consistente en crear nuevos complejos institucionales".
Laclau es optimista del futuro político de América Latina. Considera que la región atraviesa por un buen momento histórico-político y concluye señalando que hoy esta región va camino a consolidarse como un país, una sola nación, como lo soñó el historiador argentino Abelardo Ramos en uno de sus libros en 1949. Tras advertir que "va haber populismo para rato", recomienda "reconquistar nuestro pasado para construir un imaginario político nuevo".
Es muy bueno ver como aparecen todos los días personajes de mucha talla ...grandes intelectuales y mejores patriotas interesados en empujar con sus brillantes ideas el carro de la historia de Nuestra América .... nuestra Patria grande .- Gracias Albi ... todo lo que nos traes nos ayuda a tener mejores ideas .-
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De: Matilda |
Enviado: 29/10/2012 15:59 |
El enfoque de Laclau: su concepto de populismo
A lo largo de su carrera, Laclau dialogó principalmente con dos interlocutores
opuestos: el liberalismo y el marxismo. En su visión, ambos se inscriben en la
mentalidad moderna que creyó en la plenitud de un orden social perfecto, en una
sociedad “homogénea” o “sin fisuras”, tanto en la visión liberal de una “mano invisible”
que “mantendría unida una multiplicidad de voluntades individuales”, como en la
defensa marxista de una clase universal que “aseguraría un sistema transparente
y racional de relaciones sociales” (Laclau 2009, 105 y 1995, 150).(..)
Por el contrario, Laclau postula una estructura de conocimiento basada no en la ciencia sino en “la mística, los sueños, el inconsciente”, así como la naturaleza conflictiva de la vida social y el apoyo a una fuerte intervención económica estatal. Estas premisas descansan en su holismo metodológico y filosófico, según el cual: los individuos no son totalidades coherentes, sino sólo identidades de referencia que han de ser separadas en una serie de posiciones localizadas de sujeto. Y la articulación entre estas posiciones es un asunto social y no individual -la noción misma de "individuo" no tiene sentido en nuestro enfoque-(Laclau 2009, 196 y 2004, 4).(..)
Por un lado, el autor permaneció crítico del liberalismo, su fe científica, su discurso individualista,su acento en el perfil cooperativo de los órdenes espontáneos y su defensa del gobierno limitado y la economía de mercado.
Por el otro lado, Laclau ha insistido en deslindar el análisis de lo político de categorias esencialistas como el concepto marxista de lucha de clases, y en rechazar de plano el determinismo económico según el cual la infraestructura de las relaciones de producción determina todas las esferas sociales. Desde su óptica, y como veremos más adelante, la postura marxista ignora que la política no es expresión de movimientos económicos subyacentes (Laclau 2009, 184).
. Entonces en el recorrido intelectual de Laclau, a partir de los ’80 se observa la adopción de una perspectiva post-marxista,inspirada por diversos autores y nociones, entre quienes resaltan el concepto de hegemonía de Gramsci, el post-estructuralismo de Derrida, el simbolismo de Lacan y los juegos del lenguaje de Wittgenstein (Laclau 2003, 283-284).(...)
. Entonces en el recorrido intelectual de Laclau, a partir de los ’80 se observa la adopción de una perspectiva post-marxista,inspirada por diversos autores y nociones, entre quienes resaltan el concepto de hegemonía de Gramsci, el post-estructuralismo de Derrida, el simbolismo de Lacan y los juegos del lenguaje de Wittgenstein (Laclau 2003, 283-284).
Posicionado así frente al liberalismo y al marxismo, Laclau conceptualiza el fenômeno populista como una dimensión propia de la acción política, donde se coordinan las ideas, intereses, conocimientos y afectos de ese sujeto llamado el “pueblo”. En esto se acerca a otras definiciones que asocian el populismo a un estilo, estrategia o discurso.
Uno de los primeros análisis que reflejan el abordaje conceptual del tema, ya destacaba dos rasgos principales asociados al populismo: la supremacía de la voluntad popular, y la relación directa de un líder con el pueblo (Worsley 1970, 302-303). En este último aspecto, y aplicando la perspectiva psicoanalítica de Lacan y Freud, para Laclau la identificación entre líder y pueblo manifestaría el “lazo libidinal” central a la experiencia populista (Laclau 2009, 10 y 282. No cabe aquí analizar en detalle El contenido emocional de la relación líder/pueblo sino para señalar el hecho de que para este autor predomina una relación emocional entre ellos.
(...)Laclau también se aparta de la visión de clase social marxista y de su pretensión de explicar la historia a partir de las relaciones de producción. Señala que el marxismo se convirtió en unafórmula de “proposiciones metafísicas vacías” (Laclau 2000, 305) y propone la noción de “modo de producción” por la de “formación hegemónica” (Laclau 2006,110). Como ya vimos, para él el antagonismo social no sería producto de la lucha económica sino de la articulación política. Es decir, las identidades sociales no sederivan de las relaciones de producción sino que provienen necesariamente de unaheterogeneidad introducida por la política. La centralidad de la política constituye ungiro radical respecto del determinismo económico marxista, toda vez que cuestiona elprotagonismo de los trabajadores industriales como actores hegemónicos en la luchasocial, ya que en el populismo ésta se hace posible de la mano de cualquiera de losactores. En este sentido, los articuladores del discurso populista pueden provenir decualquier sector: organizaciones políticas clientelistas, partidos políticos, sindicatos,ejército, movimientos revolucionarios, etc. (Laclau 2004, 15).Por lo antedicho, el autor bajo análisis no comparte la visión de la lucha de clases delpensamiento marxista tradicional, su énfasis en el protagonismo del proletariado ni ladeterminación del materialismo dialéctico, y otorga centralidad a la política por sobre laeconomía. Ha de notarse, sin embargo, que Laclau permanece fiel a otros elementos dela perspectiva marxista, entre los que destaca el antagonismo social: “la centralidad delmomento antagonista no ha perdido relevancia (. . . ) es una nueva visión de lo que [éste]implica (. . . .) que no lo subordina a las localizaciones precisas de la concepción objetivista”(Laclau 2006, 104). También conserva el método holista en todas sus formas en que elindividuo queda subordinado a una unidad colectiva; el acento en la praxis dado por lafunción transformadora del discurso, y la reticencia a asignar a la política contenidoscon valores específicos(..)
(..)Más importante aún es que, mientras el marxismo defiende la lógica de lascontradicciones implícitas del capitalismo, la visión post-marxista populista niega queel capitalismo tenga una lógica dialéctica endógena, asociada a un grupo o sectorparticular; en otras palabras, niega que tenga una lógica antagónica interna y afirmaque sus contradicciones se crean heterogéneamente mediante la intervención política(Laclau 2006, 111-112 y 2009, 188 y 293). En este sentido, su crítica al marxismo cobrasentido pleno cuando niega la proposición de que la fuente del antagonismo social seanecesariamente la relación económica entre el capitalista y el trabajador. Uno y otro,en cambio, simplemente obtienen lo que buscan en esa relación, es decir, comprar yvender bienes o servicios, respectivamente. El antagonismo sólo se produce cuandoel trabajador se resiste a tal relación y, según el autor bajo análisis, esa actitud seintroduce heterogéneamente. Así, por ejemplo, las demandas salariales no se derivarían de la lógica capitalista sino de un discurso sobre la justicia, que es de naturaleza política(Laclau 2009, 288).Este enfoque sobre el intercambio capitalista queda alineado entonces con lospropios enfoques capitalistas respecto de la naturaleza voluntaria y no antagónicade los intercambios económicos, si bien obviamente ambos discrepan respecto de lasconsecuencias que esos procesos acarrean. En el modelo capitalista, los intercambioslibres permiten mejorar las posiciones relativas, beneficiando al conjunto social. Segúnesta visión, a medida que la sociedades se enriquecen -gracias al sistema capitalista- laprovisión colectiva de ciertos bienes como la seguridad social y la educación públicagratuita también tiende a aumentar (Hayek 1978, 257-258). Por el contrario, para el populismo el intercambio capitalista siempre provocará la mejora de una parte aexpensas de otras. Por ello, Laclau defiende un modelo de intervención estatal en laeconomía y el control democrático de la misma (Laclau 2000, 208).Ahora bien, independientemente del juicio sobre los efectos del capitalismo, me interesa detenerme en la premisa de Laclau acerca del carácter no antagónico de las relaciones de producción capitalista (Laclau 2000,204). Si se admite esto, sugeri que el capitalismo global provoca múltiples conflictos implica reconocer que éstos sonintroducidos por discursos anticapitalistas, que buscan articular demandas varias encontra de un otro antagónico. Desde este ángulo, la “dominación capitalista” es creada por un discurso populista buscando generar situaciones de conflicto, asentado en la necesidad política de identificar un enemigo para consolidar su hegemonía en contra de éste.(..)
(..)
Consecuentemente, el populismo puede asociarse con cualquier fuerza que prometa instaurar un nuevo orden, tanto de izquierda como de derecha. Laclau señala el caso del populismo en los EEUU antes y después de la Segunda Guerra, marcado por un discurso de izquierda y de derecha respectivamente (Laclau 2009, 168-174). En esto su aporte no es novedoso, ya que un populismo abierto a contenidos indeterminados ha sido señalado por varios autores. Así, para Margaret Canovan el contenido del populismo depende del status quo contra el cual reacciona: en países de tradición estatista ostentará un discurso liberal y en los sistemas liberales será de corte estatista.
En este sentido, también para esta autora el populismo es una reacción frente a ‘otro’ (Canovan, 1999). Por su parte, Ben Stanley afirma que el populismo es una ideologia “escueta” (thin) que carece de un programa concreto y coherente para solucionar problemas políticos, y por ello debe recurrir a ideologías más “robustas” como El liberalismo, el conservadorismo y el socialismo (Stanley 2008). En la misma línea y para el caso europeo, se ha observado que los populismos han sido revolucionarios, reaccionarios, de izquierda, derecha, autoritarios y libertarios (Taggart 2004). Otros hablan de un populismo de derecha, que apela a una comunidad nacional y que en SUS formas más extremistas se torna xenofóbico, y uno de izquierda que hace hincapié en
relaciones sociales y económicas igualitarias, y que se identifica con los trabajadores y agricultores (Abts y Rummens 2007). En la siguiente clasificación de Laclau parece latir esta última distinción: "Hay populismos democráticos y progresistas, como el de Hugo Chávez, Evo Morales, y el propio Néstor Kirchner; también hay populismo de derecha, como el de Silvio Berlusconi" (Diario La Capital, 31-5-2009).
Crítica Contemporánea. Revista de Teoría Politica, No1 Nov. 2011 - ISSN 1688-7840 Alejandra Salinas
*Versión adaptada del trabajo presentado en el Congreso Nacional de Ciencia Política de Chile, Santiago deChile, Universidad Diego Portales, 12 de noviembre de 2010.
1Ernesto Laclau. 2009. La razón populista. Buenos Aires: Fondo de Cultura Económica. De aquí en más,RP.
http://www.fcs.edu.uy/archivos/Salinas.pdf
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De: Matilda |
Enviado: 29/10/2012 23:38 |
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De: albi |
Enviado: 30/10/2012 00:15 |
Más alla del discurso como forma de producción de sentido de los hechos sociales presentes pasados y futuros......está laclau.
Los duscurso son relatos, relatos hechos de palabras, palabras significantes producidas por los discursos políticos que constituyen ( a sabiendas) nexos entre la sociedad, sus prácticas y los hechos que producen.
El valor de Laclau, heredero del pensamiento crítico de gramsci, reside en abrir líneas de investigación teórica, antirreduccionistas y antidogmáticas, necesarias para la constitución verdadera del campo popular, ya que este no debe organizarse en torno a una interpretación única de la realidad social de cualquier marco político, sino en función de sus intereses y necesidades legítimas plasmadas en los hechos que produce dialécticamente. VOX POPULI-VOX DEI. |
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De: Matilda |
Enviado: 30/10/2012 16:44 |
Por el contrario, para el populismo el intercambio capitalista siempre provocará la mejora de una parte a expensas de otras. Por ello, Laclau defiende un modelo de intervención estatal en la economía y el control democrático de la misma (Laclau 2000, 208).Ahora bien, independientemente del juicio sobre los efectos del capitalismo, me interesa detenerme en la premisa de Laclau acerca del carácter no antagónico de las relaciones de producción capitalista (Laclau 2000,204)
(..) heredero del pensamiento crítico de gramsci (Albi)
(..)He aquí porquénormalmente, los cánones de crítica histórica edl marxismo captan la realidad, la aprehenden y la hacen evidente, intelegible. Normalmente las dos clases del mundo capitalista crean la historia a través de la lucha de clases cada vez más intensa. El proletariado siente su miseria actual, se halla en continuo estado de desazón y presiona sobre la burguesía para mejorar sus condiciones de existencia. Lucha, obliga a la burguesía a mejorar la técnica de la producción, a hacer más útil la producción para que sea posible satisfacer sus necesidades más urgentes. Se trata de una apresurada carrera hacia lo mejor, que acelera el ritmo de la producción, que incrementa continuamente la suma de bienes que servirán a la colectividad. Y en esta carrera caen muchos y hace más apremiante el deseo de los que quedan. La masa se halla siempre en ebullición, y de caos-pueblo se convierte cada vez más en orden en el pensamiento, se hace cada vez más consciente de su propia potencia, de su propia capacidad para asumir la responsabilidad social, para devenir árbitro de su propio destino.(..)
Las críticas que los socialistas han hecho y harán al sistema burgués, para evidenciar las imperfecciones, el dispendio de riquezas, servirán a los revolucionarios para hacerlo mejor, para evitar esos dispendios, para no caer en aquellas deficiencias. Será, en principio, el colectivismo de la miseria, del sufrimiento. Pero las mismas condiciones de miseria y sufrimiento serían heredadas por un régimen burgués.
(..)El capitalismo no podría hacer jamás súbitamente más de lo que podrá hacer el colectivismo. Hoy haría mucho menos, porque tendríasúbitamente en contra a un proletariado descontento, frenético, incapaz de soportar durante más años los dolores y las amarguras que le malestar económico acarrea. Incluso desde un punto de vista absoluto, humano, el socialismo inmediato tiene en Rusia su justificación. Los sufrimientos que vendrán tras la paz sólo serán soportables si los proletarios sienten que de su voluntad y tenacidad en el trabajo depende suprimirlos en el más breve plazo posible.
A. Gramsci
LA REVOLUCIÓN CONTRA EL CAPITAL
Escrito: 1917 Primera Edición: Aparecido en Avanti, edición milanesa, el 24 de noviembre de 1917. Reproducido en el Il Grido del Popolo el 5 de enero de 1918 Digitalización: Aritz Esta Edición: Marxists Internet Archive, año 2001
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Para contribuir a la búsqueda de dichos criterios, propone releer la historia de ..... Al Socialismo del Siglo XXI de Heinz Dietereich Steffan · América Latina: Una ... |
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Formato de archivo: PDF/Adobe Acrobat - Vista rápidaHoy, cuando muchos movimientos de izquierda en América Latina temen contaminarse con ... socialismo estatista, verticalista, antidemocrático, que llegó a |
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De: albi |
Enviado: 31/10/2012 15:43 |
Gracias rubén muy interesante! e desasna un poco más
11. Por supuesto que al analizar hoy el concepto de la lucha de clases, surge la necesidad de renovarlo y adecuarlo a los inmediatos objetivos nacional-liberadores y democráticos, propios de las condiciones existentes hoy en América Latina y el Tercer Mundo. En nuestro continente, la lucha tiene un contenido popular y nacional, más que de enfrentamiento entre una clase y otra. Por su esencia ésta es una lucha que trasciende a las relaciones internacionales y trae consigo la necesidad de establecer alianzas con un amplio abanico de fuerzas multiclasistas, con un variado espectro de corrientes políticas que confluyen en el objetivo nacional-liberador, democrático y de justicia social, frente al imperialismo y sus aliados.
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De: albi |
Enviado: 31/10/2012 15:45 |
Es el perfil en latinoamérica parace, que se viene repitiendo y que la mayoría elige....
Por el camino de la violencia jamás podremos vencer al poderoso, porque en ese campo.....es el más poderoso.
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De: Matilda |
Enviado: 01/11/2012 03:15 |
Y si, es una moda, los nuevos "revolucionarios capitalistas" que "modernizan" a Marx y se declaran herederos del pobre Gramsci que se c...muriendo en una quase prisión por marxista.
La biblia y el calefón. |
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Por el camino de la violencia jamás podremos vencer al poderoso, porque en ese campo.....es el más poderoso. (Albi)
Concretamente... ¿ qué opinás sobre eso, Matilda ?
SALUDOS REVOLUCIONARIOS
(Gran Papiyo) |
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De: albi |
Enviado: 02/11/2012 00:19 |
No se puede negar el impacto en la realidad del populismo en latinoamérica, anlíecese como analícese, es la dirección momentáneamente escogida y legitimada por la mayor parte del pueblo y vox populi-vox dei.
Acaso sea autoritario que un 2% pretenda imponerse por la fuerza a la voluntad de un 98% que eligió la democracia o el populismo.
Acaso sea necio, pretender que el 98% está equivocado y el 2% tiene razón.
Acaso el populismo no haya nacido atendiendo las teorías del signo que fueran, sino escuchando lo que los pueblos dicen, expresandose en paz.
Es para pensarlo, no para comenzar una guerra "santa" ( o no tanto)... |
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De: Matilda |
Enviado: 02/11/2012 01:16 |
No se puede ni se quiere negar el impacto del populismo en la realidad de América Latina. Se lo quiere criticar con todo derecho y razón.
De hecho se señala constantemente ,desde la izquierda, como el populismo sirve para restaurar el capitalismo, ya que mantiene cooptadas a las masas y diluye la confrontación de clases.
Apelando al "consenso" de una realidad antagónica, poniendo paños fríos a las situaciones extremas,soldando el eslabón más débil y resguardando el capitalismo escudándosé en una supuesta disputa con la "derecha", cuando en realidad se trata de luchas dentro del bloque de poder, nos sumerge en una realidad bonapartista.
Nada nuevo para la historia, ni el populismo, ni la neurosis del poder, ni sus ilusos defensores.
matilda |
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