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General: MARXISMO, PERONISMO Y MOVIMIENTOS DE LIBERACIÓN NACIONAL
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Respuesta  Mensaje 1 de 22 en el tema 
De: albi  (Mensaje original) Enviado: 28/10/2012 22:47

(Adrián Corbella para “Mirando hacia adentro”)
Karl Marx analizó en “El Capital” y otras obras las contradicciones del sistema capitalista. Postuló que esas contradicciones lo llevarían a la ruina. Y que ese proceso comenzaría lógicamente por los países centrales, porque en ellos el capitalismo había llegado más lejos. El capitalismo sería sucedido por el socialismo, nuevo modo de producción que, cuando lograra una plena igualdad política, social y económica entre las personas podría ser llamado comunismo.

Esta es, en un excesivamente rápido resumen, la teoría de Marx, un analista brillante del sistema capitalista.

Pero la práctica concreta fue distinta. La primera revolución exitosa se dio en Rusia, país que distaba mucho de ser uno de los países con un capitalismo más perfeccionado. La Rusia de 1917-18 apenas si había comenzado un tímido proceso de industrialización. El país dependía financieramente de Francia, e industrialmente de Inglaterra, Alemania y Francia. Las zonas asiáticas del Imperio eran coloniales y claramente “subdesarrolladas”.

Por eso muchos le dijeron a Lenin que la revolución no era posible en Rusia justamente por esto. Rusia, argumentaban debía primero ser plenamente capitalista, para luego plantearse la posibilidad de ser socialista.

Lenin no escuchó estos sesudos razonamientos. E hizo igual su revolución, con un notorio éxito : Rusia abandonó el capitalismo durante 70 años…

La revolución rusa no fue la excepción, sino la norma. Todos los países que hicieron en el siglo XX revoluciones socialistas eran países periféricos, tercermundistas, coloniales o semicoloniales.

China enlaza su revolución con la lucha contra la invasión japonesa, y sale gracias a la acción de Mao de medio siglo de dependencia semicolonial respecto a Europa, Japón y Estados Unidos.

Yugoslavia era un país periférico de Europa, arrasado por los vendavales de expansionismos varios, y eminentemente “balcánico”.

Vietnam hace su revolución mientras lucha por echar a los invasores japoneses y a potencias coloniales o neocoloniales como Francia y Estados Unidos.

Cuba, la Cuba de la Enmienda Platt, era una colonia norteamericana. Hace la revolución y se independiza, todo a la vez.

Nicaragua era “Patio Trasero” en su definición más plena.

En todos estos casos, la revolución fue acompañada de un proceso de liberación nacional, e incluso de una política que completó o concretó la organización estatal.

En todas estas revoluciones “socialistas”, “marxistas”, “comunistas”, el proceso de cambio social fue acompañado de un proceso de “liberación nacional”, de ruptura de lazos coloniales o semicoloniales, de cara tanto al exterior como al interior de esas sociedades. Fueron revoluciones “internacionalistas”. Y a la vez fueron revoluciones “nacionales”. Todas integraron ambos procesos, a su manera, y en distinta medida.

La izquierda argentina en particular y la latinoamericana en general (con escasas y honrosas excepciones como el peruano Mariátegui o el argentino Ugarte) adoleció y, en parte, aún adolece, de graves dificultades para comprender ese proceso, para advertir cómo en esas revoluciones socialistas lo “internacionalista” se fusionaba con aspectos casi “nacionalistas” que eran parte de un proceso de liberación nacional.

Las ideas socialistas y anarquistas llegaron a la Argentina con los inmigrantes europeos. Y, como los europeos tendían a concentrarse en algunas áreas muy definidas (Buenos Aires, Sur de Santa Fe con Rosario como eje) que se europeizaron profundamente, pudieron transplantar sus partidos europeos al ámbito americano sin ninguna adaptación.

El Partido Socialista de Juan B. Justo era un partido muy similar a los partidos análogos de Francia o Italia. Y alcanzó un gran desarrollo, por ejemplo en la década del ’30, en esas áreas casi europeas. Esta fuerza hacía en Argentina los mismos cuestionamientos sociales que hacían sus partidos hermanos europeos. Quizás por esto mismo nunca pudieron ingresar a la Argentina profunda, criolla, latinoamericana, ni entender sus problemas ; sus habitantes les resultaban “extranjeros”.

La izquierda pre-peronista asumió como propio todo el armado cultural e ideológico del Estado liberal de la Organización Nacional.

Ni socialistas ni comunistas cuestionaron al Modelo Agro-exportador , ni lo denunciaron como mecanismo de dominación neocolonial. Tampoco lo hicieron con el Estado europeizante que renegaba de todo aquello que oliera a “criollo”, a “latinoamericano”.

Socialistas y comunistas profesaban una admiración sin límites hacia figuras como Rivadavia y Sarmiento, íconos del liberalismo ; los veían como “progresistas”, por su anticlericalismo, su laicismo, y su oposición a los resabios “feudales”. Pero nunca comprendieron el rol de esos “progresistas” en la construcción de un orden neocolonial que ataba a Argentina al imperialismo británico.

Nunca entendieron que Argentina, a diferencia de Italia o Francia, era un país periférico, neocolonial, donde cualquier lucha “social” debía ser paralela a un combate por la “liberación nacional” y por la integración de las dos Argentinas :la estructura “europea” del Estado liberal , escenografía monumental pero frágil, y la otra, la base criolla y latinoamericana, a la que Scalabrini Ortiz llamaría años después “el subsuelo de la patria”.

Por eso, cuando comenzaron a principios del siglo XX las discusiones acerca de las necesidad de aplicar un proteccionismo económico, el socialismo se embanderó con el librecomercio en defensa de los “derechos de los consumidores”, sin entender que de lo que se hablaba era de medidas para lograr una mayor independencia económica, medidas “descolonizantes”.

Por eso, socialistas y comunistas se transformaron en el “ala izquierda” de esa Argentina europeísta y liberal, y fueron quedando cada vez más descolocados cuando esa gran estructura comenzó a hacer agua, a desmoronarse.

Esa Argentina liberal, europea y agroexportadora entró en crisis ya por el Centenario, con la conflictividad social que obligó a promulgar la Ley de Residencia, e instaurar el Estado de Sitio, y que se prolongó con las huelgas de la época de Yrigoyen.

Además, la Primera Guerra Mundial y en mucha mayor medida la crisis del ’30 estimularon cierto nivel de industrialización por sustitución de importaciones, proceso que se vio acompañado por un éxodo rural que hace entrar en contacto a las dos Argentinas : a la Argentina “europea” de las áreas portuarias y a la Argentina más latinoamericana del Interior.

Pero el elemento que dio el golpe de gracia a este Estado argentino liberal y europeizante vino del exterior, con los cambios que acompañaron al reemplazo de Inglaterra por Estados Unidos como poder dominante en el mundo.

Argentina se había especializado económicamente para ser “socio” de Inglaterra, para venderle carne, trigo, lana y cuero a cambio de sus bienes industriales, Cuando comienza el ascenso de Estados Unidos, nosotros no podemos redirigir nuestras exportaciones hacia el nuevo sol mundial, por la simple razón de que ellos eran productores de esos mismos bienes.

En esta Argentina surge el peronismo, emerge “el subsuelo de la patria sublevada”, como diría Raúl Scalabrini Ortiz, como si de una erupción volcánica se tratase. Es un movimiento que une todo aquello dejado afuera, ocultado, invisibilizado, por la “Organización Nacional”. Y levanta banderas de liberación nacional, que van, desde la integración de esas dos Argentinas que habían marchado paralelas, hasta el rechazo al vínculo neocolonial con Inglaterra y la resistencia a establecer un nuevo vínculo colonial con los Estados Unidos.

El lema “justicia social, independencia económica, soberanía política” hace clara referencia a estas cuestiones, a esta lucha por la liberación nacional y por definir una “Nueva Argentina”, alejada de aquella escenografía europeísta.

Y si bien el peronismo tenía contradicciones ideológicas muy fuertes (y las tiene hoy, y probablemente las seguirá teniendo) los partidos de izquierda se quedaron en el análisis de ese perfil ideológico y no lograron entender el carácter de “movimiento de liberación” que el peronismo asumía.

Entonces, rechazaron al peronismo, lo acusaron de nazi-fascismo, declararon audazmente que las masas obreras del 17 de Octubre eran multitudes de facinerosos y desclasados, y cerraron filas con las demás fuerzas de la Argentina europeísta : socialistas, comunistas, radicales, demoprogresistas y conservadores, clases medias y estancieros, todos unidos en la Unión Democrática, a la que apoyaban el Partido Comunista (es decir, la URSS) y la embajada de los Estados Unidos.

El peronismo, por supuesto, no está exento de sus contradicciones : cuando olvida su rol de movimiento de liberación nacional se transforma apenas en una fuerza de centro-derecha con rasgos populistas.

Pero, cuando recupera la memoria y pone en primer lugar la justicia social, la independencia económica y las soberanía política, mira hacia el otro lado y se da la mano con otras fuerzas, claramente de izquierda, que también priorizan la liberación nacional.

Este otro peronismo, seguramente el más genuino, el peronismo corrosivo, el peronismo disruptor, el que se remonta a Eva, y la Resistencia, el de Cooke y el Perón de discurso tercermundista, el de La Tendencia y el camporismo, el del Grupo de los 8, el Frente Grande y el MTA, conduce al kirchnerismo.

Cuando el peronismo retoma su tradición “revolucionaria”, ocupa concreta y efectivamente el rol de una fuerza de centroizquierda, que atrae a otras fuerzas afines de carácter no peronista.

La mayoría de la izquierda más tradicional, por el contrario, ha tenido demasiadas dificultades para vincular los cambios sociales con el proceso de liberación nacional.

Por eso el peronismo, pese a sus contradicciones, se ha transformado en el eje inevitable de cualquier proceso de cambio social en la Argentina. Lo fue. Lo es. Y, posiblemente, lo seguirá siendo por mucho tiempo …

Adrián Corbella, 20 de diciembre de 2011

Datos personales
Adrián Corbella
Soy "Profesor de Enseñanza Secundaria, Normal y Especial en Historia" recibido en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Buenos Aires. Ejerzo desde hace diecinueve años como docente en escuelas secundarias de Capital Federal y el Gran Buenos Aires.





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Respuesta  Mensaje 2 de 22 en el tema 
De: Ruben1919 Enviado: 29/10/2012 00:01
Muy buena conclusión con la cual tenemos que estar de acuerdo aunque nos duela ...pero son las circustancias especiales .... particulares que vive el pueblo argentino y de las cuales es muy difícil que se desligue de un momento a otro   :
 

El peronismo, por supuesto, no está exento de sus contradicciones : cuando olvida su rol de movimiento de liberación nacional se transforma apenas en una fuerza de centro-derecha con rasgos populistas.

Pero, cuando recupera la memoria y pone en primer lugar la justicia social, la independencia económica y las soberanía política, mira hacia el otro lado y se da la mano con otras fuerzas, claramente de izquierda, que también priorizan la liberación nacional.

Este otro peronismo, seguramente el más genuino, el peronismo corrosivo, el peronismo disruptor, el que se remonta a Eva, y la Resistencia, el de Cooke y el Perón de discurso tercermundista, el de La Tendencia y el camporismo, el del Grupo de los 8, el Frente Grande y el MTA, conduce al kirchnerismo.

Cuando el peronismo retoma su tradición “revolucionaria”, ocupa concreta y efectivamente el rol de una fuerza de centroizquierda, que atrae a otras fuerzas afines de carácter no peronista.

La mayoría de la izquierda más tradicional, por el contrario, ha tenido demasiadas dificultades para vincular los cambios sociales con el proceso de liberación nacional.

Por eso el peronismo, pese a sus contradicciones, se ha transformado en el eje inevitable de cualquier proceso de cambio social en la Argentina. Lo fue. Lo es. Y, posiblemente, lo seguirá siendo por mucho tiempo …


Respuesta  Mensaje 3 de 22 en el tema 
De: Matilda Enviado: 29/10/2012 16:09
Ni yanquis ni marxistas; peronistas!!!

Respuesta  Mensaje 4 de 22 en el tema 
De: Margarita Enviado: 29/10/2012 16:38
¿Quiénes eran esos que decían que ellos no eran ni capitalistas ni marxistas?
 
¿Peronistas?
¿Fascistas?
¿Nazis?
¿Falangistas españoles?
 
Sí, creo que sí.
 
La derecha de siempre, el capitalismo, a veces se disfraza de "revolucionaria" y produce monstruitos porque consigue engañar y arrastrar a muchos que no saben cuáles son sus intereses y quiénes sus enemigos. En realidad es el mismo mecanismo por el que en condiciones normales la derecha normal puede ganar unas elecciones en cualquier país considerado "democrático". El 90% de sus votos viene de gente que vota contra sus propios intereses porque el sistema condiciona eso.
 
Creo que hoy el peronismo (no antes, que apoyaba a Franco) es una derecha normal en Argentina, quizá una derecha que tiene el mérito o la dignidad de buscar la efectiva independencia nacional frente al dominio económico exterior, no sé hasta qué punto, pero eso no es izquierda sino "capitalismo serio". Mejor que la dictadura militar, sin duda, pero hay que saber distinguir entre los que defienden el sistema capitalista y los que no.
 
 
 

Respuesta  Mensaje 5 de 22 en el tema 
De: Anti-gusano Enviado: 29/10/2012 20:04
Margarita, el Kirchnerismo de capitalismo serio no tiene nada, ataca a las grandes empresas que osan criticarlo como Clarín, Techint o la oligarquía agraria, pero defiende a los empresarios chupamedias como Telefónica, la Barrick Gold o Cristobal Lopez.  Además Cristina ha robado en forma desvergonzada aumentando su patrimonio en un 1200% desde que llegó al poder junto a su difunto marido déspota y ni siquiera sabemos que índice de pobreza o inflación tenemos porque nuestro instituto de estadística falsifica los datos.  Este gobierno es un capitalismo poco serio, progre trucho (falso), que va en camino hacia un régimen tiránico acumulando cada vez más poder.

Respuesta  Mensaje 6 de 22 en el tema 
De: Ruben1919 Enviado: 29/10/2012 20:50

La Cámpora y la JP lanzaron el "Peronismo Kirchnerista" - YouTube

www.youtube.com/watch?v=V9GZI7sFyFE10 Jun 2011 - 4 min - Subido por AudiovisualTelam
La agrupación La Cámpora y la Juventud Peronista (JP) de la provincia de Buenos Aires, lanzaron hoy el ...

Respuesta  Mensaje 7 de 22 en el tema 
De: albi Enviado: 29/10/2012 21:20
Manual de Zonceras Argentinas (Arturo Jauretche)

"¿Los argentinos somos zonzos...?". "Las zonceras que voy a tratar consisten en principios introducidos en nuestra formación intelectual desde la más tierna infancia -y en dosis para adultos con la apariencia de axiomas, para impedimos pensar las cosas del país por la simple aplicación del buen sentido... A medida que usted vaya leyendo algunas, se irá sorprendiendo, como yo oportunamente, de haberlas oído, y hasta repetido, innumerables veces, sin reflexionar sobre ellas y, lo que es peor, pensando desde ellas."

"Basta detenerse un instante en su análisis para que la zoncera resulte obvia, pero ocurre que lo obvio pasa con frecuencia inadvertido, precisamente por serlo."

"Su no está en la argumentación. Simplemente excluyen la argumentación actuando dogmáticamente mediante un axioma introducido en la inteligencia -que sirve de premisa- y su eficacia no depende, por lo tanto de la habilidad en la discusión como de que no haya discusión. Porque en cuanto el zonzo analiza la zoncera -como ya se ha dicho- deja de ser zonzo,"

"Para hacerlo sólo se requiere no ser zonzo por naturaleza ... ; simplemente, estar solamente azonzado, que así viene a ser cosa transitoria, como lo señala el verbo."

"Tampoco son zonzos congénitos los difusores de la pedagogía colonialista. Muchos son excesivamente vivos porque ése es su oficio y conocen perfectamente los fines de las zonceras que administran: otros no tienen ese propósito avieso sin ser zonzos congénitos: lo que les ocurre es que cuando las zonceras se ponen en evidencia no quieren enterarse; es una actitud defensiva porque comprenden que con la zoncera se derrumba la de su pretendida sabiduría y, sobre todo, su prestigio."

"Las zonceras son principios introducidos en nuestra formación intelectual desde la más tierna infancia -y en dosis para adultos- con la apariencia de axiomas, para impedirnos pensar las cosas del país por la simple aplicación del buen sentido"

"Las zonceras no se enseñan como una asignatura. Están dispersamente introducidas en todas y hay que irlas entresacando... se apoyan y se complementan unas con otras, pues la pedagogía colonialista no es otra cosa que un puzzle de zonceras. ...de la comprobación aislada de cada zoncera llegaremos por inducción -del fenómeno a la que lo rige- a comprobar que se trata de un sistema, de elementos de una pedagogía, destinada a impedir que el pensamiento nacional se elabore desde los hechos, es decir desde las comprobaciones del buen sentido."

"Civilización y barbarie, esa zoncera madre que las parió a todas: Todo hecho propio por serlo, era bárbaro y todo hecho ajeno, importado, por serlo, era civilizado. Civilizar, pues, consistió en desnacionalizar."

"Descubrir las zonceras que llevamos adentro es un acto de liberación: es como sacar un entripado valiéndose de un antiácido, pues hay cierta analogía entre la indigestión alimenticia y la intelectual. Es algo así como confesarse o someterse al sicoanálisis -que son modos de vomitar entripados-, y siendo uno el propio confesor o sicoanalista".


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