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LA CUBA DEL GRAN PAPIYO
 
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Da: carlos305  (Messaggio originale) Inviato: 16/11/2012 17:54
De: Gran Papiyo (Mensaje original) Enviado: 22/11/2006 22:35
EL BEISBOL, deporte nacional.

El béisbol está considerado en la Isla como el deporte nacional. En Cuba, desde que se inició por los años 1865-1866 la práctica de este deporte, cada año se ha visto matizado por una mayor participación. Según datos recogidos, en 1878 se formó en Cuba el primer Campeonato de Béisbol con Emilio Saborit como organizador y director del entonces equipo Habana. Un poco antes, en 1874, se organizaron e integraron los dos primeros equipos.

El 27 de diciembre de ese año se celebra el primer juego de béisbol, realizado entre un equipo matancero y otro de La Habana, teniendo como escenario el histórico Palmar de Junco, de la provincia Matanzas. En 1881 queda inaugurado en la Avenida Carlos III y Ayestarán, el primer estadio Almendares Park. Ya a partir de finales del siglo pasado hasta inicios del presente, comienza a practicarse el béisbol en otros países del continente americano.

En La Habana, el primer Campeonato de Béisbol Amateur se efectúa en 1905. En el año 1914 se funda la Liga Nacional de Béisbol Amateur del país. Esta liga celebró sus campeonatos durante más de 45 años sin interrupción. En ese mismo año surgieron, en las provincias del interior de la isla, ligas de carácter local como la de Pedro Betancourt, la Liga Amateur de Oriente, la Inter-Centrales Azucareros de Camagüey, y la Invernal de Jovellanos, entre otras. En 1919, donde actualmente se encuentra la Terminal de Omnibus de La Habana, se edifica de forma más moderna el Almendares Park.

En el año 1929 se inaugura el estadio La Tropical (hoy Pedro Marrero). Este terreno sirvió de sede a los Segundos Juegos Centroamericanos y del Caribe, celebrados en Cuba en el año 1940. En el período de 1939 a 1944, el béisbol en Cuba tuvo momentos de gran relieve dentro de las primeras series mundiales de béisbol aficionado del continente americano que se efectuaron en la capital de la isla. Ya por 1944, las series se trasladaron a distintos países de América Latina; en esa época el béisbol se iba desarrollando alentadoramente por la concurrencia de los aficionados a los estadios.

En la barriada del Cerro, en el año 1946, se inaugura el Gran Estadio de La Habana (hoy Estadio Latinoamericano) con capacidad para 35 000 aficionados, actualmente con capacidad para 55 000 aficionados. En este terreno se iniciaron los Havana Cubans de la Liga Internacional de la Florida. Los campeonatos de la Liga Cubana de Béisbol, que acogía también a los jugadores de las Grandes Ligas y de otros círculos beisboleros, así como a figuras destacadas de la pelota nacional de aquella época, alentaron el desarrollo de la pelota amateur y profesional cubana.

Figuras importantes de aquella época que se pueden señalar son Conrado Marrero, José de la Caridad Méndez, Martín Dihigo, Adolfo Luque, Alejandro Oms, Cristóbal Torriente, Napoleón Reyes, Andrés Fleitas, Roberto Ortiz, Avelino Cañizares, Agapito Mayor, Fermín Guerra, Willie Miranda, Juan Ealo y Orestes Miñozo.

Con el Triunfo de la Revolución, se produce un cambio en los estatutos profesionales de la pelota, instituyéndose oficialmente el juego de béisbol amateur que dura hasta nuestros días. Estos hombres, que iniciaron el movimiento pelotero cubano, sembraron con su ejemplo lo que constituiría los pilares para los grandes triunfos actuales.

Fuente: Cubasports

SALUDOS REVOLUCIONARIOS

(Gran Papiyo)



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Mensaje 2 de 4 en el tema
De: Gran Papiyo Enviado: 23/11/2006 03:46
CUBA OLIMPICA

Cuba es hoy una potencia deportiva, gracias a su política de participación masiva en distintas disciplinas, desde la escuela. La posición cimera en este campo se hizo

Entrenando a un futuro 'big leaguer'

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Sin academias deportivas profesionales y sin subvenciones estatales, las familias asumen cada vez más los costos del desarrollo deportivo de sus hijos.

El chamaco tiene buena pinta. Es alto y muy fuerte para sus ocho años. Por las noches se apoltrona junto al padre en el sofá a ver durante tres horas y media partidos de béisbol de la Serie Nacional, o videos de juegos de las Grandes Ligas, copiados desde ilegales antenas satelitales, vendidos por 50 pesos en la Cuba clandestina.

Cuando Gerardo percibió la pasión que su hijo siente por la pelota, decidió hacer una inversión a largo plazo. Una inversión de riesgo. Nada asegura que su vástago pueda firmar algún día un contrato de seis ceros. Pero vale la pena intentarlo.

Una mañana de sol tibio, lo llevó a un mini terreno aledaño a la otrora escuela primaria Tomas A. Edison, hoy colegio pre universitario, en el barrio habanero de La Víbora, para que un preparador de pelota infantil le diera el visto bueno.

Nada más ver la planta y los deseos del pequeño, el preparador lo aceptó en el grupo de chicos de 7 y 8 años que dan sus primeros pasos en el deporte de las bolas y los strikes. En seis meses, el niño ha progresado. Fildea bien hacia los lados, batea largo y tiene buen brazo. El adiestrador le asegura al padre que su hijo es un diamante en bruto.

Pero el camino a recorrer es largo. Es en la categoría 9-10 años cuando los chicos comienzan a jugar al duro. Aunque ya Gerardo abrió generosamente la billetera. Gastó 150 cuc en comprar un bate de aluminio y un guante Wilson, y mandó a confeccionarle un uniforme.

En Cuba, donde un segmento significativo de familias viven al día, Gerardo no se puede quejar. Es gerente de una discoteca, en una noche floja suele llevarse a casa dos billetes de 50 pesos convertibles.

Ha sido previsor. Y durante años ha ido guardando plata. Para cuando llegue la época de vacas flacas o, como en estos casos, invertir en el futuro de su hijo. Gerardo sueña con verlo debutar en el Yankee Stadium. Puede sonar descabellado. Pero es su opción.

Desde que hace más de dos décadas se abrió el grifo de fugas entre peloteros cubanos talentosos, muchas familias suelen hacer elevados gastos para que sus hijos o nietos practiquen béisbol. Siempre mirando de soslayo hacia la Gran Carpa.

Parientes al otro lado del Estrecho también aportan lo suyo. Para ellos resulta agradable, mientras juegan dominó y con nostalgia cuentan historias de su vida en la Isla, en voz alta decir con orgullo "Mi sobrino fue firmado en las Mayores".

Además de la falta de academias de equipos de Grandes Ligas, como sucede en el Caribe, la práctica de la pelota con fuerte subsidio del Estado es cosa del pasado en Cuba. Hoy son los padres quienes deben adquirir el equipamiento beisbolero. Y a medida que los niños van ascendiendo por la espiral del alto rendimiento deportivo, comienzan los planes familiares.

La fuga de una joven estrella es un proyecto fraguado con años de antelación. En caso de no poder llegar al Big Show y firmar contratos millonarios, tampoco está mal jugar en cualquier liga profesional del Caribe o Asia y ganar un salario que jamás se devengaría en la Isla.

Cubanos como Gerardo lo saben. Detrás de los jonrones de Kendrys Morales, Dayán Viciedo o Yoennis Céspedes, está el empeño de familias que diariamente asisten a los entrenamientos y competencias para alentar a los suyos. No pocas veces se trasladan cientos de kilómetros en camiones o sucios vagones de viejos trenes, con tal de seguir y apoyar a sus hijos en torneos escolares o juveniles en otras provincias.

Suelen cargar grandes mochilas con alimentos, para reforzar la dieta de los muchachos después del juego. Las escuelas deportivas cubanas tienen condiciones deplorables. En pos de la carrera deportiva futura y exitosa de sus vástagos, los padres deciden afrontar esas privaciones.

Si triunfan en el béisbol nacional, es un paso de avance. La próxima parada bien pudiera ser en Grandes Ligas. No todos llegan, está claro. Pero tampoco es delito soñar en grande. Jugar en Estados Unidos se le antoja a Gerardo como una quiniela. Al menos, piensa, es una posibilidad.

Y ENTONCES GP QUE TE PARECE ,,,,ESA ES LA CUBA QUE TU DEFIENDES ,,,,,HIPOCRITA,,,,,



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