Un análisis del Instituto de Estudios Cubanos y Cubano-Americanos (ICCAS) de la Universidad de Miami sobre las condiciones de los trabajadores cubanos concluyó que las políticas gubernamentales y su mecanismo de acción con empresas de capital foráneo son un “reflejo” de los abusos que se cometen en Cuba. Agregó que a los inversionistas extranjeros tampoco parece importarles asumir responsabilidades o futuras obligaciones cuando se produzca un cambio en la isla.
El informe llamado “El desamparo de los trabajadores cubanos: sus derechos violados por el gobierno cubano y por los inversionistas extranjeros” señaló los obreros están a merced del Estado y sus reglas de juego.
“En Cuba todas las grandes empresas son propiedad del gobierno y una camarilla militar domina más del 60 por ciento de las principales actividades económicas del país, en especial en la industria turística y la minería”, precisó el documento. “Este ambiente económico y social militarizado define el paraíso de los trabajadores en Cuba”.
El informe calificó la situación de “violación sistemática” contra los derechos de la fuerza laboral. En ese contexto observó que los inversionistas extranjeros son conscientes de la naturaleza del sistema.
“Lo aceptan porque les proporciona una mano de obra dócil a un costo quizá menor que en otros países”, indicó el documento.
La crítica situación de los trabajadores cubanos y la ausencia de una apertura económica capaz de ofrecer alternativas alciudadano de a pie han acelerado la crisis interna a pesar del anuncio de “reformas”.
En octubre del 2010 Cuba abrió tímidamente las compuertas a la creación de pequeñas empresas privadas y servicios en más de 180 categorías (cuentapropistas) para estimular la economía nacional. El gobierno de Raúl Castro se propone eliminar medio millón de empleos públicos de forma progresiva en el 2015. Hasta el momento ya ha suprimido más de 140,000 puestos estatales a los que se sumarán otros 110,000, según informó recientemente el diario oficial Granma. La actualización incluye la apertura al capital extranjero.
Sin embargo Cuba también ordenó políticas económicas que afectan la posibilidad de una mejora de las condiciones de la vida diaria. Así, aprobó aumentos sobre los impuestos a las importaciones. Las nuevas medidas afectan el transporte internacional de carga y muchas de las mercancías “a granel” que traen los pasajeros de aerolíneas.
Según datos oficiales, más de 390,000 cubanos cuentan con licencia para ejercer alguna de las 180 modalidades autorizadas de empleo autónomo. La elaboración y venta de alimentos y el transporte de carga y pasajeros son los sectores que mayor cantidad de personas ocupan.
Recientemente la Central de Trabajadores de Cuba (CTC, sindicato oficial único) dijo que el Estado cubano no podrá afrontar aumentos salariales hasta eliminar subsidios innecesarios para elevar la productividad y cumplir con el reajuste laboral.