Por Rosa C. Báez
Los medios reflejan, en este día que casi termina, un aniversario más de la instauración, en la fecha, del “Día Universal de los derechos del Niño” [y la Niña, antes que los puristas de la defensa de género me excomulguen…] El día 20 de noviembre marca la fecha en que la Asamblea General de Naciones Unidas aprobó la Declaración de los Derechos del Niño en 1959 y la Convención sobre los Derechos del Niño en 1989.
Hace 12 años, los Objetivos del Milenio dedicaron seis de sus ocho objetivos directamente a la infancia y, de forma indirecta, también los dos restantes los tocan de cerca, pero… justo en esta jornada, ¿qué celebramos?
Según un informe de UNICEF, de inicios de este año “los derechos a la supervivencia, salud, nutrición, educación y protección de los niños y niñas son ampliamente vulnerados en los entornos urbanos. Aunque las grandes y pequeñas ciudades ofrecen mejores oportunidades y accesos a la educación, la salud o la recreación, aquellos más desfavorecidos – incluyendo los niños y niñas que viven en barrios marginales y en asentamientos informales, niños migrantes o niños y niñas que viven o trabajan en las calles- no pueden beneficiarse de estas oportunidades”. [...] “Los niños que viven en tugurios urbanos como Kibera, en Nairobi, la capital de Kenya, o en las favelas del Brasil crecen sometidos a la violencia y la explotación y sin acceso a servicios básicos, como los de suministro de agua potable y educación. También tienen grandes probabilidades de no haber sido inscritos al nacer y de pertenecer a familias que no cuentan con contratos de alquiler de sus viviendas ni con otros medios o recursos que les protejan del desalojo arbitrario. Debido a ello, esos niños viven existencias extremadamente precarias. No saben dónde vivirán el año próximo, o el mes próximo, o hasta la semana próxima, y mucho menos si podrán ir a la escuela o tener acceso a fuentes de agua potable”.
Más, no sólo en nuestros países “tercer mundistas” se aprecia un triste desarrollo de los infantes: “más de 30 millones de niños en 35 países desarrollados viven en situación de pobreza relativa. Estados Unidos, Francia y España son las naciones donde la situación de carencia es más grave” (más de dos millones de niños en España viven por debajo del umbral de la pobreza).
Muchos países de nuestro continente y también en Europa, Asia y qué decir de África presentan una triste situación: en muchos casos, los niños son obligados a trabajar a edades tempranas, apenas son alfabetizados sin continuar estudios medios o superiores al crecer… más de 120 millones de niños no tienen escuela… no tienen acceso ni siquiera a atención primaria de salud más de 200 millones de niños…
A este tétrico panorama, sumamos que más de mil millones de niños viven en países en situaciones de conflicto bélico… y en un día como hoy, están siendo asesinados brutalmente en la franja de Gaza…
Mientras, en una pequeña isla del Caribe, de la cual sólo oirá usted decir con respecto a su infancia que “les quitan la leche a los 7 años”, y nunca con la visión de nuestra hermana argentina Marta Speroni que en un foro respondía en defensa de Cuba que, por el contrario, “Cuba garantizaba a cada niño, hasta los 7 años, un litro de leche a precios subvencionados y después proporcionaba yogurt y otros alimentos”… en esta islita, decía, los niños nacen para ser felices…
Para usar una frase, que quizá algunos consideren un cliché, de esos niños de los que antes hablamos… diría: ¡¡NINGUNO ES CUBANO!!
No me extiendo más: simplemente, los dejo con
LOS DERECHOS HUMANOS EN CUBA
La Niñez y la Adolescencia