Y no es menos cierto que allí alcanzó toda popularidad para seguir siendo su cuna porteña.
Para un argentino del tercer cuarto del siglo XIX diaria que el tango es suyo. Igual un español o un parisino de fines de esa centuria y primeras décadas del siglo XX. Lo mismo sucedería con los puertorriqueños, muy ligada a nuestra historia. Aunque a muchos le duelan y otros queden sorprendidos, hace más de 180 años nuestros criollos atribuían el origen del tango en Cuba.
Este excepcional descubrimiento se lo debemos a los españoles José Luís Ortiz Nuevo cuyo libro: La Rabia del placer: El nacimiento cubano del tango y su desembarco en España (1823-1923), no deja de ser un hecho insólito para la historiografía de la isla.
El volumen ha sido escrito a dos manos por su coautor Francisco Núñez un destacado historiador de la música hispano americana. Fue publicado en Sevilla en 1999.
Durante investigaciones de archivo en Cuba el autor del libro y éste reportero intercambiaron criterios sobre el origen de la palabra y sus atribución al país. Poco tiempo después, Ortiz pondrá en mis manos su acariciado sueño, escrito para la cultura cubana.
Al decir verdad, el libro y sus autores han pasado a ser historia del olvido en el país. Y es una pena. Esta versión erudita debía ser escuchada.
En 1836 el diccionarista Esteban Pichardo atribuye la palabra tango a una reunión de negros que bailan con sus tambores y otros instrumentos. Con el nombre de reunión, tiene, en la música hispana, un rotundo antecedente y otro consecuente: el fandango y la rumba cristalizan en géneros musicales definitorios, plantean los investigadores.
Estos estudiosos que han historiado el genero del tango y su origen en Cuba agregan que este fue inicialmente llamado "fandango” e el siglo XVIII, "tango" en el siglo XIX y "rumba" en el XX.
La voz tango aparece reflejada en la prensa periódica habanera por primera vez, en época de 1823. Y como elemento de ebullición alcanzará más de un siglo en la isla. Refieren los mimos que se trata de un genero cubano en su estructura musical, fue creada por los negros esclavos en la sabrosísima y sapientísima Cuba.
Su música tocada con la ayuda de tambores, una caja y cencerros crearon los elementos tímbricos rectores de la estética sonora cubana. Y a puro ritmo de caderas de una mulata se fue engendrando las futuras aspiraciones cubanas.
Su música tocada hacia el interior de los suburbios y perímetros de La Habana se extrapoló a las calles de la ciudad al considerarse inofensivo para los blancos.
En días de Reyes, 6 de Enero, el tango fue el genero alegre para festejar entre los negros por las calles, haciéndose popular.
Ya en la década de 1840 Cuba era una meca musical de géneros; se cultiva el rigodón, la contradanza (española cada vez más habanera) y el vals.
"La música estaba bien cotizada y los negros y mulatos eran bien pagados". El zapateado con arpa se disfruta, así también el bell canto. Las mejores compañías de opera del mundo visitan cada año el país. Eran italianas, francesas, mexicanas, españolas... El genero del tango llegó a calar en algunas operetas, agregando, tambor y voz a la orquesta.
Pero La Habana es el puerto de la empresa colonial de su metrópolis. "En 1859 el tango cubano penetra por las costas de Andalucía. Allí sufre su proceso de esterilización. Los instrumentos de la orquesta trasportan el sonido de los tambores para terminar ejerciendo una melodía más cercana al espíritu de la canción habanera", nos dicen.
Tiempo más tarde el baile del tango, dícese ahora, flamenco, con el meneo de caderas, el trenzado de manos, el ondulado movimiento de los bailadores y en escaso movimiento de pies recuerdan aquellos que escandalizaban antes en Cuba. Entonces, puede hablarse de un tango español, como elemento que se integraron a la rítmica flamenca, en la bulerías y otros bailes.
"Si bien, el tango accedió a la estética de la obra (como elemento de discriminación), y de ser cosa de negros, pasa a ser imprescindible son de blancos metropolitanos".
De manera que el tango campa ya en sus anchas por España y cada día es más popular. A partir de entonces se habla del tango Andaluz, de Granada y el Sevillano.
Y no solo hacia España. "La influencia del patrón habanero o ritmo del tango surcó otros mares y recorrió caminos al encuentro de otras civilizaciones. Llega a costa del Río de la Plata por dos caminos diferentes desde La Habana, en 1860, otra de Cádiz". El tango porteño cristaliza en período de 1880 a 1920 donde después de una transculturación comenzó a forjarse el rey de los tangos argentinos.
Fue a fines del siglo XIX cuando en España, en los café y teatros aparecían un abundante repertorio de tangos con la decadencia armónica original. Pero el tango es rumba de negros que bailan al son de los tambores donde late un genial derroche de notas.
"Y al alcanzar la isla su independencia de España (1898) fue necesario identificarse con un genero. Dejó de llamarse así en Cuba adoptando el nombre de son, guaracha, rumbita donde rige aún el sentido métrico-rítmico". Y en ese plano el adoptado por los españoles para confeccionar su tango de negros que por ser cubana y “puro” sirve para festejar.
La rumba como continuidad del tango irrumpe en el siglo XX de los inicios de la Republica. "Viene de solares de las ciudadelas y áreas suburbanas. Ella facilitó la fusión de diferentes etnias. De esta fusión se gestó en el ambiente urbano como una fiesta popular bajo el nombre de rumba. Música cantada, tocada y bailada dentro de un ambiente familiar en lo solares y barrios cercanos al puerto de La Habana y Matanzas".
Por entonces la canción habanera (versión romántica del tango) alcanzó fuerzas en Buenos Aires. Luego viajó a Perú, París, México, Nápoles. Y en estos sitios encuentra su acomodo el dichoso "soncito".
Visto que el tango y las habaneras van a significar lo mismo confundiéndose el sentido primero que impone un aroma romántico para la habanera y, en contraste, otro, alegre o sarcástico para el tango.
En Cuba la acepción habanera se conserva mientras que el tango caerá totalmente en desudo hasta el punto de que la historia ha olvidado que el origen del tango es Cuba, tal y como se quiere demostrar en éste libro.