- “La homosexualidad es un vicio burgués y una perversión fascista”
- Iósif Stalin
- Marzo 1934
- Las caras de la homofobia · Crímenes de odio
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La victoria de Stalin, a finales de los 20, supuso una derrota aplastante para la tradición socialista en la lucha por la liberación sexual. En 1928 comenzó a verse este giro; el dr. Nikolai Pasche-Oserki afirmó que la homosexualidad era un “peligro en potencia” y atacó también las conquistas de las mujeres y entre ellas el aborto. En 1930 Batkis, autor de “La revolución sexual en Rusia” adoptó una postura totalmente defensiva en ambas cuestiones, homosexualidad y aborto. Un editorial de Pravda dijo: "La élite de nuestro país, lo mejor de la juventud soviética, está integrada, como regla general, por excelentes padres de familia que aman apasionadamente a sus hijos. Y viceversa: el hombre que no se toma en serio el matrimonio, y abandona a sus hijos a los azares del destino, acostumbra a ser un mal trabajador y un dudoso miembro de la sociedad...". El mismo editorial continuaba: "hace tiempo que la paternidad y la maternidad son virtudes de nuestra patria”.
A inicios de los años 30, se pasó a la acción y comenzó la discriminación, la vigilancia y la detención masiva de homosexuales, entre ellos personalidades del mundo literario, artistas y músicos. La defensa acérrima de la homosexualidad, llevada a cabo por parte de viejos revolucionarios, como Clara Zetkin, no fue suficiente para frenar la situación. Los detenidos podían ser condenados a varios años de cárcel o al exilio siberiano. Se produjo una oleada de pánico entre los homosexuales, y fueron seguidos, tristemente, por numerosos suicidios, incluso en el propio Ejército Rojo.
En marzo de 1934, se introduce una nueva ley, resultado de la intervención directa de Stalin, en el código penal: los actos homosexuales fueron castigados con hasta ocho años de cárcel. La prensa soviética emprendió una campaña contra la homosexualidad, que calificó de signo de degeneración humana. Uno de los personajes que trató con más brutalidad la cuestión homosexual fue Máximo Gorki, que en su artículo “Humanismo proletario” argumentó: "En los países fascistas, la homosexualidad, azote de la juventud, florece sin el menor castigo; en el país donde el proletariado ha alcanzado el poder social, la homosexualidad ha sido declarada un delito social y es severamente castigada. En Alemania ya existe un lema que dice: 'Erradicando a los homosexuales, desaparece el fascismo'".
Ironías de la historia, en junio de 1934, sólo tres meses después de que Stalin promulgase ese estatuto contra la homosexualidad, Hilter llevó a cabo la eliminación de todos los dirigentes homosexuales de las SA, empleando argumentos muy parecidos a los que Stalin utilizaba para justificar la persecución de los homosexuales en la Unión Soviética. Mientras, en la URSS, los estalinistas comparaban la homosexualidad con la decadencia de la ideología del hombre burgués y con una perversión fascista, los fascistas y el gobierno de Hitler calificaban los actos homosexuales de producto de una desviación de la pureza moral y de una muestra de bolchevismo sexual.