Por primera vez en la historia de Cuba, una persona transexual accedió a un cargo público en Cuba siendo elegida por el pueblo. Se trata de Adela Hernández González, quien fue elegida delegada municipal del Poder Popular por Caibarién, en la central provincia de Villa Clara.
La flamante delegada trabaja como enfermera especializada en electrocardiogramas en el hospital de Caibarién, y ganó las elecciones municipales en segunda vuelta por la circunscripción No. 5 de la también conocida como Villa Blanca
Con una diferencia de casi 100 votos (270 contra 180), Adela recibió la mayoría de votos de sus vecinos el pasado domingo 4 de noviembre, luego de que en la primera vuelta de los comicios, el 21 de octubre último, ninguno de los tres candidatos obtuviera el 50% más uno de los votos requerido, aunque ella también reuniera en esa ocasión la mayoría de las boletas válidas (240, el 36%).
Una historia de vida llena de violencia
En el pueblo donde nació, todos se burlaban ante el padre de Adela, de ese hijo tan "evidentemente maricón" que tenía. Las humillaciones paternas se convertían entonces en palizas y la hoy electa delegada creció en un ambiente de violencia y hostilidad.
Segñun relata el sitio BBC, a medida que iba creciendo las cosas "empeoraban" para Adela y los palos paternos se hicieron más duros sin por ello alcanzar mayor éxito. Adela se manifestaba cada día más real al punto de que se papá decidió acusarlo, enviándolo a la cárcel para que allí lo "enderecen de una vez".
"Métalo preso hasta que se vuelva hombre, le dijo mi papá al jefe de la prisión y yo me di vuelta y le respondí écheme cadena perpetua porque hombre nunca voy a ser", relató Adela a la BBC. Y así fue como vivió2 años tras las rejas pero también resistió, no se convirtió en un delincuente más, por el contrario regresó a la libertad decidido a estudiar y a abrirse paso.
Luego de haberse enterado de su triunfo, Adela manifestó su optimismo y agradeció a la comunidad donde vive ya que la eligió ahora como representante del gobierno municipal. A pesar de una muy dura experiencia de vida donde no ha faltado la discriminación familiar, laboral y social, incluyendo una condena de privación de libertad por dos años entre 1980 y 1982 sólo por el hecho de ser transexual, la delegada está lista para comenzar con su mandato.