Tendinitis s.f. Med. Inflamación de un tendón que impide a los troscos del subte apretar botones en las máquinas expendedoras de boletos, generando huelgas y el respectivo caos en el transporte urbano y, por ende, desabastecimiento, terribles hambrunas a nivel global, descalabro social y genocidios infernales. Todos los eventos anteriormente enumerados son condiciones necesarias para la Revolución Permanente, por lo que son apreciados y alentados por troscos y troscoides al unísono. Los primeros síntomas de tendinitis en troscos del subte han sido documentados por el Dr. Dellecarbonara (en la imagen), médico de cabecera de Trotsky.
Todo Negativo (TN) [1 de junio de 1993 - 7 de diciembre de 2012] Canal de televisión por cable de Argentina, antes conocido como «Todo Noticias». Hasta las elecciones nacionales de 2011, fue considerado un medio de comunicación de propiedad del Grupo Clarín, en teoría controlado por Héctor Magnetto, notorio burgués y operador político anarcocapitalista liberal libertario y militante de la corriente «Sálvese quién pueda». No obstante, a partir de ese año ha quedado en evidencia de que se trata, en realidad, de un instrumento de propaganda del trotskismo, hecho inesperado que se desprende de las siguientes declaraciones de Jorge Altamira: «Los troscos no somos funcionales a Clarín... ¡Clarín es funcional a nosotros!». Tras este sorpresivo anuncio, las acciones del Grupo Clarín se han inscrito en la Bolsa de Valores de Kronstadt a nombre de Altamira, quedando el canal Todo Negativo supeditado a la Agencia de Noticias Prensa Obrera Tremendista e incrementando aún más la fortuna personal del nombrado dirigente anticomunista, quien ya era propietario de 1.474 partidos trotskistas en varios países del mundo. Desde entonces, el canal Todo Negativo se ha profundizado en la filosofía de difundir el terror y el caos entre la población, más allá de toda realidad objetiva, filosofía que ya venía siendo aplicada a su línea editorial desde la caída del último gobierno neoliberal en Argentina.
Trosco s.m. Individuo cuya conciencia social se encuentra totalmente alienada y separada de la realidad objetiva. Usualmente proveniente de familia burguesa u oligarca, el trosco tipo es heredero de industriales, magnates del comercio, banqueros o terratenientes, o de las cuatro categorías a la vez, aunque algunos sociólogos (Véase «Troscólogo») han verificado una súbita aparición de especímenes pertenecientes a las clases medias profesionales y/o del seno de familias pequeño burguesas resentidas por el avance del populacho en los últimos años. Luego de haber cursado estudios primarios y secundarios en los más caros colegios privados, suelen concentrarse en las universidades públicas, donde acaban por convertirse en estudiantes crónicos cuyas carreras pueden llegar a durar entre 10 y 47 años, a razón de cursar una sola materia por año, sin aprobarla jamás (el restante del tiempo en la universidad lo dedican a hacer asambleas). La detección de un trosco entre la multitud es dificultosa, pues suelen vestirse común y corrientemente e incluso con indumentaria de trabajo y overoles, aunque no tengan idea de qué se trata ni nunca hayan entrado en una fábrica que no fuera propiedad de su padre. En sus ratos libres, el trosco promedio practica deportes populares como el rugby, el polo, la equitación, el esquí sobre nieve y el tenis (aunque jamás el montañismo, porque el trosco no soporta ver un piolet), pero su principal afición es sentarse con otros troscos a idealizar a la clase obrera mediante la formulación de teorías ininteligibles para el común de la gente (véase «Revolución Permanente»). Esto es así porque ningún trosco jamás ha pisado un barrio y sospecha que allí donde termina el asfalto debe estar igualmente el fin del mundo. Su nivel de trosquedad se mide por su capacidad de permanencia en asambleas y debe vender cantidades colosales de periódicos todas las semanas (si no lo logra hacer, se los compra él mismo, para quedar bien en el partido) además de cooptar militantes para su secta, ya que esta se organiza en los moldes de las pirámides financieras ilegales.
Trosco s.m. Fugitivo adj. Véase «León Trotsky».
Trosco s.m. Primitivo adj. Véase «León Trotsky».
Troscoide adj. y s. (en la imagen) Individuo o cosa que, sin llegar a ser un trosco en el sentido estricto de dicha definición, es más bien de aquel un símil, un híbrido, una emulación o bien perteneciente a todas estas categorías a la vez. La taxonomía de ciertos especímenes de troscoide, cuya estructura corporal se asemeja mucho a la de un trosco auténtico, se les presenta a los científicos como un problema serio, ya que ambas calañas pueden ser pródigas en equivalencias, en la mayoría de los casos. No obstante, desde 1940, troscólogos de la Universidad Nacional Autónoma de México han propuesto innumerables métodos para identificar troscoides. Estas técnicas son resultado de exhaustivas comparaciones entre la autopsia realizada al cuerpo momificado del anticomunista fugitivo (León Trotsky) y el material genético extraído compulsivamente a individuos como Pino Solanas, Hermes Binner, Elisa Carrió y muchos otros troscoides notorios a nivel mundial. Se ha determinado que el troscoide, a pesar de imitar la apariencia trosca y algunos aspectos fundamentales de su conducta de manera autónoma —tales como trosquearse inesperadamente cuando la ocasión exige portarse bien (véase «Paratroscoidarizado»), afirmar ser puro e incorruptible, proponer reformas al sistema que no se corresponden con ninguna realidad objetiva o diariamente vaticinar el fin del mundo en televisión, entre otros— llega rápidamente al límite de sus quince minutos de fama, empieza a repetirse hasta perder todo el protagonismo y termina por desaparecer del escenario político. Mientras el auténtico trosco puede subsistir indefinidamente rozando la proscripción electoral y alentado únicamente por la quimera de la Revolución Permanente, el troscoide necesita para existir que TN y en Clarín se refieran a él, todos los días, como el salvador de la Patria. Finalmente, destacados investigadores delDepartamento de Cienciología de la Universidad de Hollywood sostienen que los troscoides son en realidad extraterrestres que toman las formas de vida de nuestro planeta, con el objetivo de colonizar la Tierra y someter la humanidad a las clases burguesas de sus respectivos planetas.
Troscología s.f. Conjunto de saberes que busca establecer, de manera racional, los principios más generales que organizan y orientan el conocimiento sobre los troscos, troscoides y afines, así como el sentido del obrar de los individuos de dichas especies. Esta ciencia fue inaugurada por el Dr. Palermo Bronx, eminente troscólogo de Universidad Nacional y Popular de Stalingrado, a partir de compendios de morfología, zoología, escatología y astrología, además de cierta cantidad de meparecismo e improvisación.
Troscología s.f. Conjunto de saberes que busca establecer, de manera racional, los principios más generales que organizan y orientan el conocimiento sobre los troscos, troscoides y afines, así como el sentido del obrar de los individuos de dichas especies. Esta ciencia fue inaugurada por el Dr. Palermo Bronx, eminente troscólogo de Universidad Nacional y Popular de Stalingrado, a partir de compendios de morfología, zoología, escatología y astrología, además de cierta cantidad de meparecismo e improvisación.
Trosko, Anna (en la imagen) Modelo fotográfico no-trosca y yegua infernal que ha tenido la infelicidad de quedarse pegada a estos impresentables, gracias a la poca inteligencia de su padre a la hora de registrarla. No obstante, el Diario Clarín afirma que serían muchos los estalinistas dispuestos a negar a Stalin tres veces con tal de pasar una noche de amor y lujuria con esta modelo.
Trosko, Pibe Véase «Pibe Trosko».
Trosko, Pibe Véase «Pibe Trosko».
Trosqueado adj. Es dicho del individuo cuyo acto o efecto es siempre contrario a lo deseado o lo esperado, sin importar de qué se esté tratando. En el caso de humanos trosqueados, estos suelen recorrer los pasillos de las universidades públicas repitiendo hasta el cansancio: «No sé de qué habláis, ¡pero desde luego me opongo!».
Trosquear v. Acto o efecto de trosquear (o bien «trosquearse», ya que se trata de un verbo reflexivo y pronominal), oponerse a todo y a todos siempre, sin importar de qué asunto se esté tratando. El individuo que se trosquea rechazará, uno por uno, todos los argumentos de aquellos que intentaran hacerle entrar en razón y aún que estuviera de acuerdo en número y género con lo enunciado, se opondrá tenazmente, denunciando a toda la humanidad por cómplices del asesinato de Mariano Ferreyra y anunciando la inminente Revolución Permanente. El verbo trosquear fue clasificado como ultra irregular y trosqueado, ya que sólo se conjuga en la 2a. y en la 3a. personas, porque nadie en sus cabales diría «Yo me trosqueo». Por esta particularidad, aún no ha sido homologado por la Real Academia Española, debido a la burocracia estalinista que controla dicha institución. (Véase también «Paratroscoidarizar»).
Trotskismo [1] s.m. Doctrina y tendencia sectaria religiosa que atribuye a la Revolución Permanente el poder mágico de eliminar todos los males de la humanidad con tan solo enunciarse. Esta doctrina ha caído en desuso y desgracia luego de que José Stalin —quien gobernó la mitad libre del mundo hasta el año 1953— demostrara que la afirmación de esta creencia no pasaba de una fachada vil y cobarde que, en realidad, buscaba ocultar los intereses de la derecha más reaccionaria en el sentido de detener cualquier intento de organización proletaria, mediante la alienación de los trabajadores y su división caótica en miles de pequeños partidos, todos enfrentados unos con los otros. Este accionar consistía en fundar un partido trotskista único, pero inscribir asimismo en su fundación la ideología de la Escisión Permanente (véase «Revolución Permanente»), que deberá darse en tanto y en cuanto al menos dos de sus miembros no lleguen a acordar en cualquier cuestión al azar, por ínfima que sea ésta. Por suerte, ningún trabajador ha formado nunca parte de un partido trotskista, por lo que el mal de la escisión permanente sólo afecta a estudiantes crónicos de universidades públicas, burgueses mencheviques (menores de 25 años), hippies anarquistas resentidos por su afiliación a familias pequeño burguesas y otros portadores de retórica explosiva vacía de contenido. Como filosofía aplicada, la ideología trotskista se sitúa en extrema derecha del arco político, ubicada entre el anarcocapitalismo liberal libertario y el doñarosismo clarinista, estando este último ligeramente a la izquierda de los dos primeros. Como religión, fue fundada en el año 1940, al aparecer su primer mártir: León Trotsky, liquidado de un pioletazo seco por el camarada Ramón Mercader.
Trotskismo [2] s.m. Según el brillante análisis hecho por el camarada Fidel Castro, el trotskismo es el «vulgar instrumento del imperialismo y de la reacción».
Trotskismo [2] s.m. Según el brillante análisis hecho por el camarada Fidel Castro, el trotskismo es el «vulgar instrumento del imperialismo y de la reacción».
Trotsky, León (Lev Davidovich Bronstein) [1879-1940] Notorio dirigente menchevique, anticomunistay agente doble de CIA, también conocido en el barrio latino de Stalingrado como «Trotski», «Trósqui», «Trosco Primitivo», «Trosco Fugitivo», «Inmundo Menche», «Panqueque» y otros 784 nombres de guerra conocidos que no se pueden reproducir en este diccionario. Contratado en 1917 como espía por el gobierno de los Estados Unidos de América, reniega del menchevismo para pasar a las filas del Partido Bolchevique, más o menos cinco minutos antes de la Revolución Rusa. Pese a todo lo sospechoso que pudo ser este súbito y tardío cambio de casaca, logra ganarse la confianza de Lenin por su capacidad de mando (algo que más tarde resultaría ser nada más que una habilidad para armar y dirigir sectas) y se aprovecha de esta situación para coordinar esfuerzos con el imperialismo en el intento de aplastar la Revolución en ciernes, sin tener éxito. Habiendo fallado en este vil propósito, pero igualmente comprometido con ciertas potencias cristianas del Occidente que le seguían pagando el sueldo, se dispone entonces a actuar en el interior de las estructuras del Partido Comunista, planteando métodos absurdos y unos objetivos quiméricos a corto plazo (véase «Revolución Permanente»), con la finalidad de distraer a los camaradas de su tarea en la construcción del socialismo en Rusia. Vuelve a fallar en su cometido al ser descubierto por el camarada Stalin, quien le perdona la vida pero lo envía de vacaciones permanentes (véase «Revolución Permanente») al exilio. Sin posibilidad de regresar a Moscú, se radica entonces en la Ciudad de México, con el objetivo de estar a tiro de piedra de sus patrones estadounidenses y poder así presionarlos, llegado el caso de que estos se olvidaran de depositarle el salario cada mes. Una vez en tierras mexicanas, se instala en un imponente palacete y empieza a operar desde allí y en las sombras contra la Revolución y la todavía frágil estabilidad de una Unión Soviética que se hallaba en pleno proceso de industrialización, mediante la producción y divulgación de propaganda anticomunista disimulada con fina semántica revolucionaria. Este exceso de gataflorismo y de actividad reaccionaria logra despertar la ira de Stalin quien —al ver que Trotsky insistía en seguir colaborando con el enemigo, aún a sabiendas de que estaba en curso nada menos que la II Guerra Mundial (véase «Gran Guerra Patria»)— por fin le baja el pulgar: envía entonces a México al camarada Ramón Mercader y este patriota logra, el 20 de agosto de 1940, liquidar al Trosco Fugitivo de un pioletazo limpio en la nuca, poniendo de esta manera punto final a su carrera de panqueque anticomunista. No obstante, el muy porfiado Trotsky (siempre fiel a sus convicciones troscas) se habría trosqueado en contra de la misma muerte, sólo dejándose convencer y llevar tras 12 horas de insistencia. A pesar de los reiterados intentos por parte de las autoridades mexicanas por enterrar e incluso cremar su cadáver, este permanece intacto al día de hoy, al igual que los cuerpos embalsamados de Lenin y Stalin. Pero, a diferencia de estos últimos, que han sido preservados mediante la aplicación de técnicas artificiales, el caso de Trotsky es único en la historia de la medicina forense al determinarse que sus restos mortales han sido sistemáticamente rechazados por los gusanos y por el fuego desde 1940 hasta la fecha, amén de que la Naturaleza se declara socialista y considera su carne impropia para el consumo.